Floresta de rimas antiguas castellanas, Parte 2Perthes y Besser, 1823 |
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Página 41
... miserable en cárcel dura cercado de tinieblas y tristeza , y si mayor bajeza no conoce ni igual juicio humano , que el estado en que estoy por culpa agena : con poderosa mano quiebra , Reina del cielo , esta cadena . Vírgen , en cuyo ...
... miserable en cárcel dura cercado de tinieblas y tristeza , y si mayor bajeza no conoce ni igual juicio humano , que el estado en que estoy por culpa agena : con poderosa mano quiebra , Reina del cielo , esta cadena . Vírgen , en cuyo ...
Página 42
... valedores la mentira : la miserable vida solo cuando me vuelvo á tí respira . Virgen , que al alto ruego no mas humilde si diste que honesto , en quien los cielos contemplar desean : como terrero puesto , los brazos presos , de los 42.
... valedores la mentira : la miserable vida solo cuando me vuelvo á tí respira . Virgen , que al alto ruego no mas humilde si diste que honesto , en quien los cielos contemplar desean : como terrero puesto , los brazos presos , de los 42.
Página 80
... miserable engaño ! pues el mismo remedio es mayor daño . Hirvióme el pecho en mercader codicia : hecho un busano busco en el mar centro : mi ganancioso afecto mas se envicia cuanto mas dentro en los abismos entro . Tantas aguas no ...
... miserable engaño ! pues el mismo remedio es mayor daño . Hirvióme el pecho en mercader codicia : hecho un busano busco en el mar centro : mi ganancioso afecto mas se envicia cuanto mas dentro en los abismos entro . Tantas aguas no ...
Página 95
... miserable infierno que ya no alcanzará de hoy mas victoria , pues tal madre da al hombre el hijo eterno . Tengan envidia de tan alta gloria todos los celestiales cortesanos cuando de esta merced hagan memoria . Pues ni alcanzaron de ...
... miserable infierno que ya no alcanzará de hoy mas victoria , pues tal madre da al hombre el hijo eterno . Tengan envidia de tan alta gloria todos los celestiales cortesanos cuando de esta merced hagan memoria . Pues ni alcanzaron de ...
Página 143
... miserable mente se estan los otros abrasando en sed insaciable del no durable mando , tendido yo á la sombra esté cantando . Á la sombra tendido de yedra y lauro eterno coronado , puesto el atento oido al son dulce acordado del plectro ...
... miserable mente se estan los otros abrasando en sed insaciable del no durable mando , tendido yo á la sombra esté cantando . Á la sombra tendido de yedra y lauro eterno coronado , puesto el atento oido al son dulce acordado del plectro ...
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Términos y frases comunes
abrasa ageno agora aire alegre alma amado amor Apolo aqueste ardiente auch austro avara aves ay cuan amarga bella Bernardino de Rebolledo Betis blando Boscan buen Burguillos cabello canto celestial ciego cielo consuelo contento corazon cuidado culpa daño deja deleite despues distila divino dolor dulce dura engaño enna enojos eres espanto esperanza estoy estrellas eterno fiera flabelo flores fuego fuerza gente gloria gloriosa gozo habia hallo hermosa hermosura hijo hircana huye jamas Jupiter lágrimas llama llanto llora loco madre mano Maria mira miserable mortal mudanza muero muerte mundo ninfa noche ofendido ojos padre Parnaso paso pastor pecado pecador pecho pena piélago plectro prado prenda pudo pura quiero rayo rezelo ribera rostro seiner siento sind sois sombra Sonette subir suelo suerte sulca suspiros tambien tierno tierra tormento triste vano vencer venir ventura Venus viendo viento Virgen vivo vuelo zelo
Pasajes populares
Página 139 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ru'ido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Página 140 - El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 152 - El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida de su origen primera esclarecida.
Página 162 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero; Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra.
Página 248 - Cual suele el ruiseñor con triste canto Quejarse, entre las hojas escondido, Del duro labrador, que cautamente Le despojó su caro y dulce nido De los tiernos hijuelos entre tanto Que del amado ramo estaba ausente...
Página 247 - Después que nos dejaste, nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena.
Página 150 - Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente...
Página 239 - El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de cantar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, de pacer olvidadas, escuchando.
Página 125 - Gracias al cielo doy que ya del cuello del todo el grave yugo he sacudido, y que del viento el mar embravecido veré desde la tierra sin temello. Veré colgada de un sutil cabello la vida del amante embebecido en su error, y en su engaño adormecido, sordo a las voces que le avisan dello.
Página 151 - ¿Es más que un breve punto el bajo y torpe suelo, comparado a aqueste gran trasunto do vive mejorado lo que es, lo que será, lo que ha pasado?