Floresta de rimas antiguas castellanas, Parte 2Perthes y Besser, 1823 |
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Página 18
... esperanza de placeres : sálvete Dios , planta nueva , á tí , Señora , clamamos , que nuestro clamor te mueva : desterrados hijos de Eva , á tí , Vírgen , sospiramos . Sospiramos con gemido llorando que no hay quien calle en este lloroso ...
... esperanza de placeres : sálvete Dios , planta nueva , á tí , Señora , clamamos , que nuestro clamor te mueva : desterrados hijos de Eva , á tí , Vírgen , sospiramos . Sospiramos con gemido llorando que no hay quien calle en este lloroso ...
Página 26
... esperanza : hállome en todas las guerras sin tener hierro ni lanza . Muy de noche y á escuras puesto en el postrer rincon , debajo mil cerraduras le cuento á mi corazon docientas mil aventuras : hállome yo con Dios solo antes que el ...
... esperanza : hállome en todas las guerras sin tener hierro ni lanza . Muy de noche y á escuras puesto en el postrer rincon , debajo mil cerraduras le cuento á mi corazon docientas mil aventuras : hállome yo con Dios solo antes que el ...
Página 28
... esperanza de otro respiro este que respiro : ahora , que rebelados mis potencias y sentidos son ( parciales de mi muerte ) mis mayores enemigos : ahora , que al desatarse esta lazada que hizo la naturaleza , el alma ́está pendiente de ...
... esperanza de otro respiro este que respiro : ahora , que rebelados mis potencias y sentidos son ( parciales de mi muerte ) mis mayores enemigos : ahora , que al desatarse esta lazada que hizo la naturaleza , el alma ́está pendiente de ...
Página 47
... esperanza mia ! o bien de mi vivir , gran Dios eterno ! dichoso fue aquel dia , que mi corazon tierno de golpe lo libraste del infierno . No fue mortal la herida Señor , que recibí de vuestra mano : fue gracia sin medida , un bien tan ...
... esperanza mia ! o bien de mi vivir , gran Dios eterno ! dichoso fue aquel dia , que mi corazon tierno de golpe lo libraste del infierno . No fue mortal la herida Señor , que recibí de vuestra mano : fue gracia sin medida , un bien tan ...
Página 54
... esperanza , y hállale al mismo punto que comienza á quererle buscar : que nuestra mente sin él no es para hallarle suficiente , y pues sin Dios ninguno á Dios aplace , buscar á Dios de haberle hallado nace . Turba el convite su ...
... esperanza , y hállale al mismo punto que comienza á quererle buscar : que nuestra mente sin él no es para hallarle suficiente , y pues sin Dios ninguno á Dios aplace , buscar á Dios de haberle hallado nace . Turba el convite su ...
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Términos y frases comunes
abrasa ageno agora aire alegre alma amado amor Apolo aqueste ardiente auch austro avara aves ay cuan amarga bella Bernardino de Rebolledo Betis blando Boscan buen Burguillos cabello canto celestial ciego cielo consuelo contento corazon cuidado culpa daño deja deleite despues distila divino dolor dulce dura engaño enna enojos eres espanto esperanza estoy estrellas eterno fiera flabelo flores fuego fuerza gente gloria gloriosa gozo habia hallo hermosa hermosura hijo hircana huye jamas Jupiter lágrimas llama llanto llora loco madre mano Maria mira miserable mortal mudanza muero muerte mundo ninfa noche ofendido ojos padre Parnaso paso pastor pecado pecador pecho pena piélago plectro prado prenda pudo pura quiero rayo rezelo ribera rostro seiner siento sind sois sombra Sonette subir suelo suerte sulca suspiros tambien tierno tierra tormento triste vano vencer venir ventura Venus viendo viento Virgen vivo vuelo zelo
Pasajes populares
Página 139 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ru'ido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Página 140 - El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 152 - El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida de su origen primera esclarecida.
Página 162 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero; Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra.
Página 248 - Cual suele el ruiseñor con triste canto Quejarse, entre las hojas escondido, Del duro labrador, que cautamente Le despojó su caro y dulce nido De los tiernos hijuelos entre tanto Que del amado ramo estaba ausente...
Página 247 - Después que nos dejaste, nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena.
Página 150 - Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente...
Página 239 - El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de cantar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, de pacer olvidadas, escuchando.
Página 125 - Gracias al cielo doy que ya del cuello del todo el grave yugo he sacudido, y que del viento el mar embravecido veré desde la tierra sin temello. Veré colgada de un sutil cabello la vida del amante embebecido en su error, y en su engaño adormecido, sordo a las voces que le avisan dello.
Página 151 - ¿Es más que un breve punto el bajo y torpe suelo, comparado a aqueste gran trasunto do vive mejorado lo que es, lo que será, lo que ha pasado?