Imágenes de página
PDF
ePub

que vivian en su seno, y de obrar cambios en sus especies y sus gèneros. Estas aserciones ¿no son contradictorias? Pero si estos seres habian parecido buenos al Criador en el momento en que los sacaba de la nada; si habian así recibido desde entonces su parte en sus bendiciones, ¿cómo los habria entregado á una larga série de variaciones y metamorfosis que destruyesen totalmente su estado primitivo, y los condujesen por grados á un estado todo diferente? Tales cambios acusarian al poder ó la sabiduría del Criador, que desde el principio no habria sabido proporcionar los medios al fin que queria obtener. La autoridad de los nombres, la tiranía de la ciencia moderna, detienen muy á menudo en el exámen de los nuevos sistemas. Se los adopta servilmente; parece que no hay al presente verdadera independencia en los espí ritus sino contra la Religion.

No temamos, pues, afirmarlo: la permanencia de las razas fue asegurada desde el principio contra todas las variaciones en las especies y géneros, por la órden que recibieron todos los seres animados, en el momento de su creacion, de crecer y multiplicarse; y la permanencia del líquido que debia sustentar una parte de estos seres, lo fue tambien para que sus razas no viniesen á pe

recer.

Es preciso asombrarse de que la obra de Mr. Cuvier sobre las revoluciones del globo haya sido, siguiendo la expresion de Mr. Letronne, «honrada con las críticas é injurias de los teólogos «del otro lado de los Alpes, que no le perdonan, ni sus opinio«nes sobre la gradacion y la creacion sucesiva de los seres, ni «<sobre todo proposiciones tales como esta: Todos los caractéres « de la raza negra nos muestran claramente que ha escapado de «la grande catástrofe en un punto diverso del de las razas caucá«sica y altaica 1.»

Las injurias, si las hay, están por demás sin duda; pero no se puede dudar de que semejantes aserciones no sean igualmente honradas con las críticas de los hombres ilustrados y religiosos, de cualquiera lado de los Alpes que sea esto. No se creerá ni en esta, ni en la otra parte de los Alpes, que Dios haya procedido en

1

Diario gen. de la instr. pública de 16 marzo 1834.

la creacion por tentativas y ensayos indignos de su omnipotencia; que no haya hecho primeramente sino bosquejar en alguna manera los seres que producia, dejando á la influencia y á las variaciones de los elementos el hacerlos llegar poco a poco y por á grados al estado en que debian restar definitivamente. No se creerá que despues de haber criado diversas razas de plantas y animales haya enviado diluvios sucesivos para destruirlas. Estas suposiciones parecerán en todas partes igualmente injuriosas al Ser infinitamente sábio, que, de una sola palabra ha dado estabilidad á los cielos, criado la luz, formado el cuerpo del hombre, sin hacerlos pasar por diversos grados; que obra en un instante, de una ojeada, in momento, in ictu oculi, y que no puede dejar salir de sus manos nada que no sea digno de ser conservado.

[ocr errors]

Mr. Cuvier se resiste, es cierto, á admitir creaciones sucesivas, pero sus principios parece que conducen á ellas. « Yo no preten<< 'do, dice, que haya debido haber una nueva creacion para pro<«<ducir las especies existentes; solamente digo que ellas no exis<«<tian en los mismos lugares, y que han podido venir á ellos de « otras partes. >> Sí: pero vos pretendeis tambien, que, sin haber venido de otras partes, estas especies existentes han derivado, en ciertas clases de animales, de especies antiguas por grados, y por una série de transformaciones en las que variaban las especies y los géneros lo cual se aproxima mucho á nuevas creaciones.

Vos pretendeis aun, que'« es cierto que nosotros ahora somos <«<en medio de una cuarta sucesion de animales terrestres. Que << despues de la edad de los reptiles, despues de la de los palaeothe«<riums, despues de la de los mammouths, de los mastodontes, y << de los megateriums, ha venido la edad en que la especie huma<«<na, ayudada por algunos animales domésticos, domina y fecun« da tranquilamente la tierra. » Este lenguaje dista de ser claro ; si no ha habido nuevas creaciones, y todas las razas de animales han sido contemporáneas, no puede decirse propiamente que haya habido sucesiones entre ellas, pues vivian en el mismo tiempo sobre la tierra. La distincion de estas diversas edades de reptiles

1 San Pablo.

y otros animales en ninguna manera puede armonizarse con la narracion de Moisés que nos muestra todos los animales terrestres criados juntamente, y en el mismo dia que el hombre.

¡Y qué! ¡por estas edades de reptiles y de mammouths seria por lo que el Todopoderoso habria salido de su eterno reposo! y este seria el plan de un mundo entregado á las bestias, que Él habría concebido desde toda la eternidad en el seno de su sabiduría; ¡Él, que no se daba un imperio exterior sino para hallar adoradores dignos de Él; que no podia ser honrado sino por criaturas inteligentes y libres! y el hombre, sucesor de tantas generaciones de viles animales, no habria llegado en este imperio sino en la cuarta edad todo lo mas, y como por accidente. ¡Así es como la ciencia nos ilustra sobre la causa final y esencial de la creacion! Los paganos suponian tambien cuatro edades, pero eran edades de oro, de plata, de cobre y de hierro. Estas ficciones eran mas risueñas que las nuestras.

Todas estas teorías de Mr. Cuvier parece que no concuerdan con los Libros santos, y por lo tanto son inadmisibles. El mundo físico tiene tambien sus necesidades, como el mundo moral. En vista de esto, Mr. Cuvier reconoce la necesidad de un guia que << arranque del negro laberinto de la duda á este grande número << de seres sensibles á los que atormenta el enigma de este mundo, «y que en esta noche profunda en que la Providencia ha juzgado «<á propósito dejar la razon humana, sobre nuestro origen, natu«raleza y destino... los transporte á regiones de luz y seguridad 1. » Pero este guia que no puede ser sino la revelacion, y que ha perfectamente disipado la noche en que estábamos, no es menos necesario para descifrar el enigma del mundo físico. Es, pues, preciso no perderlo jamás de vista en la explicacion de los fenómenos geológicos.

i

Pero cuán angustiosas son las incertidumbres y ansiedades que Mr. Cuvier nos revela en una muchedumbre de seres sensibles! ¡Cómo sucede que la grande luz de la revelacion, que brilla tantos siglos há, no haya llegado hasta ellos! ¡Ah! es que es preciso buscar esta luz en el seno de la verdadera Iglesia. Id á

1 Discurso á la Academia francesa de 1.o de abril de 1830.

Londres, á Ginebra, á Berlin, en todas las partes en que no reina la verdad, y veréis como ciertos seres sensibles están en secreto atormentados sobre el terrible problema, y tan fácil de resolver, de su origen y su destino. «Cuando se está, decia una mujer de ta«<lento, en las condiciones de incredulidad filosófica (ó de preo<«cupaciones heréticas), es absolutamente preciso que padezcan «por ello la inteligencia y el juicio; hay la mitad de cosas de este << mundo de que no se sabria dar razon 2.»

Así, volviendo á nuestro asunto, nosotros no dudarémos en rechazar estas revoluciones anteriores al hombre; y buscarémos en los sucesos posteriores á su nacimiento, la explicacion de los hechos que nos presenta la geología.

1

Discurso de la Academia francesa de 1.o de abril de 1830. 3 Memorias de la marquesa de Créqui,

V.

CAPÍTULO X.

CONTINUACION DE LOS DIAS QUINTO Y SEXTO.

Épocas de las revoluciones. — Diluvio : observacion sobre la novedad de los continentes. Revolucion que precedió al diluvio. Sus efectos sobre el mundo primitivo.- Conjeturas sobre el estado de este mundo. - Observacion sobre el Paraíso terrestre. - Errores sobre la cuna del género humano. — Órden en que aparecieron los seres organizados. —¿Los fósiles nos lo dan á conocer? Teorías químicas para dar razon de este órden. - Como son extrañas. - Ideas de los Profetas sobre la creacion, diferentes de las de los geólogos. Nueva reflexion sobre la duracion de las épocas de la formacion del mundo. Dificultad de Mr. Cuvier en no poder hallar las osamentas fósiles del hombre.-Leccion que Dios nos da sutrayéndolas á nuestras indagaciones.

El descubrimiento de las osamentas fósiles; su exámen, del que resulta que numerosas razas de animales fueron destruidas para siempre, son pruebas incontestables de revoluciones que han tenido lugar en la superficie del globo.

Hemos probado que estas revoluciones fueron posteriores á la existencia del hombre. Réstanos investigar, qué nos dice sobre esto el monumento histórico mas antiguo y mas respetable: esto es, los Libros de Moisés.

Ellos nos indican dos épocas en que cambió la faz del mundo. La primera en el momento de la caida de Adan, la segunda en el tiempo de Noé. Estas dos revoluciones fueron generales. Es posible que en el largo intervalo que las separa, catástrofes parciales hayan trastornado diversas partes de los continentes; pero nos son desconocidas.

Hemos ya hablado del diluvio universal que todos los Cristianos admiten sobre la fe de Moisés, y que los geólogos no disputan. «Si alguna cosa hay, dice Mr. Cuvier, probada en geología,

« AnteriorContinuar »