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CARTA

DEL CONDE DE PEÑARANDA Á SU MAJESTAD, SIN Fecha.

(Biblioteca Nacional.-Sala de Manuscritos.-E. 193.)

SEÑOR.

El viérnes me escribieron los Ministros cesáreos desde Osnabruk la carta de que remito copia, y tambien de mi respuesta, y de lo que me escribe el duque de Terranova en 18 del pasado. Muchos son los que creen que protestantes caminan á la paz sinceramente, en lo que hay gran duda es en que éstos se atrevan sin sueceses ó contra voluntad de sueceses á hacer una final conclusion. Todavía, segun los avisos de París, en aquella Córte no se teme ménos la separacion de sueceses y protestantes y el ajustamiento de todos éstos con el Emperador que el de holandeses con Vuestra Majestad; y, cierto, yo no me espanto de que franceses teman, ni que protestantes y demás Príncipes del Imperio se recaten de ellos, porque á un mismo tiempo pretenden mantener toda la alti vez de su ambicion y conservarse en gran punto de reputacion, sin tener un hombre más de los que he dicho en el Imperio. La fatalidad del duque de Baviera, ó la nuestra, ó la de unos y otros, hace que aquel Príncipe no vea lo que ven todos, ó que si lo ve, estime más tener bajo al Señor Emperador y á toda la Augustísima Casa, que el riesgo que se le puede seguir, echándose absolutamente en brazos de franceses, aún cuando están en tan conocida flaqueza.

El conde de Nassao me envía hoy una carta que ha recibido del Señor Emperador, ordenando otra vez á sus Ministros que declaren á los medianeros su determinada voluntad de no querer concluir paz con franceses sin Vuestra Majestad y sin que se dé satisfaccion al duque Lorena. Díjome esta noche su

Secretario que habia ido con esta comision á los medianeros, que el Nuncio la recibió aprobando con gran ponderacion la firmeza que muestra Su Majestad en estos dos puntos; que al revés el Embajador de Venecia le dijo que no sería más el declarar esto á franceses, que hacer una rotura del Tratado. Yo pedí al Secretario un extracto de la carta del Emperador, de que remito copia. De todo lo que llegare á mi noticia iré dando cuenta á Vuestra Majestad.

AL REY

AVISOS DE ITALIA, CON COPIA DE UNA CARTA DEL TENIENTE DE MAESTRO DE POSTAS DE ROMA PARA UN CRIADO DEL MARQUÉS DE LA FUENTE. MUNSTER 2 DE ENERO DE 1648.

(Biblioteca Nacional.-Sala de Manuscritos.-E 193.)

SEÑOR:

La posta de Italia no ha traido cartas sino es de Roma y de Venecia. Las de Roma son de 14 del pasado. Dice el conde de Oñate que Su Santidad quedaba bueno, aunque se le reconocia bien el trabajo de estos dias; que la armada de franceses se hallaba en Portolongo, despues de haber corrido gran borrasca á Cabo-Corso. De las cosas de Nápoles siempre habla el conde de una misma manera, pero no refiere cosa particular en esta carta. La del marqués de la Fuente es de 20 del pasado; dícese que el teniente de correo mayor de Roma escribe á un criado suyo el capítulo de carta de que remito copia. Franceses publican por cartas de Roma muy ruines avisos del pueblo de Nápoles. Diceme el consejero Brun que los holandeses que habian estado con él esta tarde, habian visto la carta en poder de franceses. Los avisos son que aquel pueblo abundaba de víveres; que mandaba la campaña de Nápoles, y que habia ocupado un lugar de mucha consecuencia para introducir los bastimentos. El

conde de Haro se hallaba en Cremona con deseo de poder intentar el desalojar á franceses de Cassal-Mayor y Piñarol. Yo continuaré siempre avisando lo que supiere de Italia, por la consideracion que en mi antecedente carta he dicho.

CARTA

AL SECRETARIO GALARRETA. MUNSTER 9 DE ENERO DE 1648.

(Biblioteca Nacional.-Sala de Manuscritos.-E. 193.)

Yo he quedado atónito de ver en el despacho de Su Alteza que se habia extrañado que no diese yo mi parecer sobre el punto que consulté del duque de Lorena. Yo pensaba, en verdad, que no fuese posible hablar más claro, mas todavía vuelvo á aclararme más, cuanto quiera que no he tenido peor la cabeza hartos meses há. Estoy tan firme en el parecer que apunto, que sólo tardaré en ejecutarle lo que tardare en llegar el caso; y, por Dios, que hemos de ver qué harán franceses tomados á la palabra en una cosa que no les pasa por la imaginacion cumplir; y yo no admitiré que me hablen en el partido si no es viendo la oferta por escrito y firmada en mano de holandeses, y sabiendo que éstos se separarán de franceses cuando ellos no cumplieren todo lo que ofrecen; mas si ello viniere con estos sacramentos, vuestra merced se asegure que yo no lo rehusaré. Esto se entiende, no teniendo órden en contrario de Su Alteza. Lo que importa es disponer al Duque con la razon y con la verdad en la mano, ó si no quisiere disponerse, asegurarse dél y de sus tropas en forma conveniente. Vuelvo á decir á vuestra merced que no sé cómo se pueda dejar ir al marqués de Caracena, por lo ménos estos quince dias, y á él se lo escribo, supuesto que el gobierno de Milán corre, como ha corrido dos años há; y pues así se queda sin Cabo ni persona española en los Consejos, yéndose el Marqués; y, aunque, como vuestra merced dijo, hayan tenido tiempo en España para remediarlo,

supuesto que no lo han remediado, razon será que nosotros apliquemos el remedio que se pueda sin perjuicio; y ya que el Marqués no se ha ido hasta ahora, por quince dias más no puede peligrar mucho el servicio del Rey en aquella parte, y acá seria irreparable la falta del Marqués.

He visto el capítulo de carta que vuestra merced escribió al señor marqués de Castel-Rodrigo, y no he de negar á vuestra merced que, aunque pudiera ser mayor el perjuicio habiendo escrito al Rey ó tomado otros empeños, he sentido mucho que, practicando yo con vuestra merced tanta llaneza y amistad, vuestra merced resolviere hacerlo sin consentimiento mio. Yo no lo hiciera con vuestra merced, ni el amor del servicio del Rey es respuesta que satisface para hacer daño á un amigo que no lo ha merecido, y más sabiendo vuestra merced lo que en esta razon oiria al señor marqués de Castel-Rodrido. En esta materia sólo deseo evitar el lance de rehusar expresamente lo que el Rey me mandare; pero cuando llegare, vuestra merced esté cierto que no me faltará coraje para rehusarlo.

CARTA

AL SECRETARIO PEDRO COLOMA, CON COPIA DE CARTA DE SU EXCELENCIA PARA SU ALTEZA, DE 2; RESPUESTA DE SU ALTEZA, DE 6; RESPUESTA DE SU EXCELENCIA, DE 9; COPIA DE CARTA DEL DUQUE DE LORENA PARA SU EXCELENCIA, DE 9. MUNSTER Á 9 DE ENERO DE 1648.

(Biblioteca Nacional. -Sala de Manuscritos.-E. 193.)

Escríbenme de Bruselas que aún no ha partido el correo extraordinario que se despachaba á España, y así van aquí las copias inclusas de una carta mia para el Sr. Archiduque, de 2 deste; de lo que Su Alteza me responde en 6, y de lo que hoy escribo á Su Alteza y al Secretario Francisco de Galarreta; con que Su Majestad estará informado de todo lo que aquí se

ofrece desde mis últimos despachos de 6 del corriente. Nuestro Señor guarde, etc.

P. D.-Háme parecido enviar á vuestra merced copia de una carta que hoy recibo del señor duque de Lorena, á que le responderé en términos generales.

A Su Alteza, con copia de carta del duque de Lorena, de 6. Munster 9 de Enero de 1648.

Llega la posta con la carta de Vuestra Alteza, de 6, en que, respondiendo Vuestra Alteza á dos mias, de 30 del pasado y 2 del corriente, se sirve de decirme que se ha echado ménos que yo no dé mi parecer sobre la materia del duque de Lorena. Yo he hecho que me lean las minutas de estas cartas, y con la debida sumision digo á Vuestra Alteza que no sabria cómo poder dar mi parecer con términos más expresos, y ántes estaba escrupuloso por haber dicho que si el negocio me viniese propuesto por holandeses, no sabria rehusarlo, poniendo contra mí (ó por decir mejor, contra el Rey, nuestro Señor) todo el ódio del mundo, sin que aquí ni en Osnabruk hubiese hombre que no me culpase, empezando por el Señor Emperador. Este fué mi parecer, y éste es mi parecer, y este parecer ejecutaré, no teniendo órden contraria de Vuestra Alteza.

Lo que apunta el marqués de Caracena en su voto es muy á propósito; pero debiera venir dispuesto de allá y acordado con el duque de Lorena; siendo cosa sin género de apariencia que, desde Munster á Bruselas, y sin tener yo comercio alguno con el Duque podamos ajustar semejante inteligencia, áun cuando su condicion fuera diferente de la que todos sabemos. El lance es de tanto primor como importancia; y si nuestra desdicha nos dejase alguna vez tomar el consejo que habemos menester, con las mismas artes y astucia de franceses, con los medios de que se sirven para embarazar el Tratado con holandeses, podriamos nosotros conseguir en una hora la conclusion, con entera sepa

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