Imágenes de página
PDF
ePub

En estas ocasiones el gobierno francés ha adoptado sabiamente por regla de conducta abstenerse de toda intervencion armada en los asuntos interiores de España. Pero si este matrimonio se consuma y se establece una relacion mas íntima y mas directa entre ambas familias reinantes; no habrá mas probabilidad de una intervencion armada de la Francia en España, que no solo pusiera en oposicion á Francia con las pasiones nacionales del pueblo español, sino que arrastrase á otras naciones á hacer una vez mas de España el campo de batalla de la Europa?

La Gran Bretaña no debe ser espectadora indiferente de un suceso que puede tener tales resultados; y no está en la naturaleza de las cosas que un acontecimiento tal deje de ejercer una influencia desagradable en las relaciones existentes entre la Gran Bretaña y la Francia.

La manera como se ha arreglado este proyectado matrimonio, las miras políticas que revela para lo porvenir, las consecuencias que podrá tener, no solo para las relaciones amistosas entre la Inglaterra y la Francia, sino tambien para la paz de Europa, en muchos casos que es licito suponer, obligan á hacer serias representaciones contra este proyecto, y á manifestar la ferviente esperanza de que no se llevará á cabo.

V. E. tendrá á bien asegurar al gobierno francés que las graves objeciones que el gobierno británico ve en este enlace no son hijas de indignos celos de la grandeza natural, y del justo poderío de la Francia.

En una gran crisis europea, cuya fecha no es muy remota, la Gran Bretaña fué la primera en reconocer la alta importancia de mantener en su integridad á la monarquía francesa como elemento esencial del equilibrio europeo. El gobierno actual de la Gran Bretaña participa comple

tamente, en este punto del pensamiento de sus predecesores en aquella época. El gobierno británico se regocijará en ver á la Francia feliz, próspera y poderosa. Pero Francia posee en su vasto territorio y en sus inmensos recursos los medios de mantenerse en este alto rango que la Providencia le ha señalado entre las naciones de la tierra; y toda tentativa por su parte para creerse por medios indirectos con influencia ilegítima sobre otros estados, que sin igualarla en poder no tienen por eso menos derecho á que sea completa su independencia nacional, conduciria necesariamente á desavenencias y descalabros; y las luchas que produjeran estos desacuerdos, no podrian dejar de atraer males á la Francia, así como á los demas estados que se encontrasen comprometidos en ellos, Deseando el gobierno de S. M. dar á esta comunicacion la forma mas amistosa que sea compatible con la expresion completa y auténtica de sus sentimientos, no os encarga que estracteis en una nota el presente despacho, sino que os invita á que tengais á bien dar lectura de él á M, Guizot y remitirle copia oficial.-PALMERSTON,

II.

་.

M. GUIZOT AL CONDE DE JARNAC.

París 5 de octubre de 1846,

SEÑOR CONDE:

El Embajador de Inglaterra vino hace dias (25 de setiembre) á comunicarme un despacho, fecha 22 de setiembre que le fué dirigido por lord Palmerston, rclativo á los matrimonios de la Reina de España con el infante don Francisco de Asis y de la infanta doña Fernanda con el

duque de Montpensier. Adjunta os incluyo copia de este documento. He dado cuenta de él al Rey en consejo, y os remito la respuesta del gobierno de S. M. á esta comunicacion, encargándoos la presenteis al primer secretario de estado de S. M. B. Lord Palmerston, el cual dice al terminar su despacho "que el gobierno de S. M. B. ha querido dar á la expresion completa y auténtica de sus sentimientos en esta cuestion, la forma mas amistosa." Decid á Lord Palmerston que el gobierno del Rey tambien se halla siempre animado de sentimientos de la mas sincera amistad para con Inglaterra y su gobierno, aun en el caso de sostener los derechos é intereses de Francia contra quejas y observaciones

que no le parecen fundadas. Me interesa en primer lugar rebatir una reconvencion que al principio de su nota hace Lord Palmerston al gobierno del Rey, y que confieso me ha causado alguna sorpresa. Recuerda aquel ministro que no hace mucho propusimos al gobierno inglés ponernos de acuerdo y dirijir los mismos consejos á la corte de Madrid respecto al matrimonio de la Reina Isabel. Esta proposicion no está de acuerdo en su concepto con los pasos que aisladamente dábamos en España, pues por la misma época, segun dice, ordenamos al señor conde de Bresson que hiciese todos los esfuerzos posibles para lograr el enlace de la Reina de España con un candidato particular que era el infante don Francisco de Asis, ofreciendo así en Londres deliberar sobre una cuestion resuelta en las instrucciones que enviamos á Madrid.

Citando los hechos con exactitud, se pondrá en evidencia el error grave de este cargo.

En efecto, en el mes de julio último, propuso al gabinete de Londres que nos pusiéramos de acuerdo, y obrá

ramos de consuno en Madrid para apoyar especialmente como candidatos á la mano de la Reina Isabel, á los dos Infantes, hijos de don Francisco de Paula. Como descendientes de Felipe V, estos dos príncipes obtenian nuestra adhesion y como príncipes españoles la de Inglaterra. Las disposiciones de la corte de Madrid parecia que iban siéndoles mas favorables; propuse, pues, al gobierno inglés que los apoyase con nosotros, y declaré al mismo tiempo que por nuestra parte no encontrábamos ni en uno ni en otro príncipe la menor objecion, y que aquel que conviniera á la España y á su Reina, nos convendria igualmente.

Lo que dije en Londres, lo dije tambien en Madrid. Al señor conde Bresson se le ha prevenido siempre que apoye á los dos Infantes diciendo desde luego que nos adheríamos plenamente á la eleccion que entre ellos hiciese la Reina. El embajador del Rey ha llenado fielmente sus instrucciones. ¿Qué sucedió cuando mas de un mes despues de mi proposicion de trabajar de comun acuerdo en favor de los hijos de D. Francisco de Paula, Lord Palmerston hizo llegar á mis manos su respuesta? No se adhirió á nuestra proposicion tal como habia sido hecha. Nos pidió que nos uniésemos con él para apoyar exclusivamente en Madrid al infante D. Enrique, el solo conveveniente (the only fit), segun decia el despacho de 22 de agosto, que Lord Normanby me comunicó el 28, para marido de la Reina. Manifesté á Lord Normanby, y os encargué que manifestáseis al Lord Palmerston mi admiracion por esta designacion exclusiva y la imposibilidad en que estábamos de asociarnos á ella, porque siempre habiamos dicho é insistiamos en decir que ambos Infantes nos convenian, que á la Reina de España era á quien tocaba

elegir entre ellos y que nos hallábamos dispuestos á aprobar su eleccion cualquiera que fuese.

No debe causar admiracion que nuestra adhesion á los dos principes haya sido especialmente provechosa al primogénito, á D. Francisco de Asis, que se hallaba en España en una posicion ventajosa por su lealtad, observando con la Reina, con su gobierno y la Reina madre una conducta perfectamente respetuosa. El infante D. Enrique no habia tomado un camino tan seguro para conseguir el objeto: el Rey mismo, cuando este príncipe pasó por Paris, le aconsejó paternalmente, y le hizo conocer cuales eran su lugar, su deber y sus probabilidades de éxito, ofreciéndole influir en Madrid para hacer que los recobrase. El Infante no siguió los consejos del Rey. Ninguna influencia bastó para superar los inconvenientes de la situacion en la cual se habia colocado este príncipe. Pero á decir verdad. en todo esto no ha habido una sola circunstancia que no fuera fácil de preveer. No habia necesidad de instrucciones particulares al conde Bresson para que la candidatura de D. Francisco de Asis prevaleciese en Madrid sobre la de D. Enrique. En cuanto al cargo de haber apoyado exclusivamente á uno de los Infantes, y de haber querido imponerlo á la eleccion de la Reina Isabel, ¿á quién puede legítimamente dirigirse? ¿No hemos observado por nuestra parte en esta circunstancia el respeto debido á la dignidad de la Reina, á la libertad de su eleccion y á los miramientos que en ella debian guardarse?

El infante D. Enrique tuvo la desgracia de caer bajo la influencia de la fraccion mas apasionada y ciega del partido progresista español, y esta quiso valerse del nombre, de la situacion y de las probalidades matrimoniales de este príncipe para reconquistar el poder. Concibió y

« AnteriorContinuar »