Imágenes de página
PDF
ePub

NÚM. 14.

Carta del cardenal Cisneros al doctor Villalpando, escrita en Cartagena de regreso de Oran.

Fól. 256.

Carta del señor cardenal Despaña, arzobispo de Toledo, al venerable nuestro especial amigo el doctor Villalpando, capellan mayor de nuestra santa iglesia de Toledo, nuestro visitador é vicario general.

Venerable doctor, especial amigo: Aqui no hay mas que decir sino que demos todos muchas gracias á nuestro Señor por la mucha victoria que plugo á su clemencia de nos dar en esto de Oran; que cierto ha sido mas por misterio que por fuerza de armas segund la gran fuerza de la cibdad, ques la mas fuerte, é mas fermosa é viciosa del mundo. Yo vine á proveer desta costa para que los lleven provisiones, é porque vengo algo mareado é cansado del camino, mandé al maestro Cazalla que vos escriba particularmente de todo: é tambien lo escribe el secretario á nuestro cabillo con nuestra carta; aquello nos remitimos. Aqui vos enviamos una carta para la madre Marta, encomendádnosla mucho, é visitad de nuestra parte á todos esos monasterios, dándoles gracias por los sacrificios y oraciones que han fecho por este santo negocio que creemos que ha mucho aprovechado; é que les rogamos que lo continúen dando gracias a nuestro Señor por lo fecho, é suplicándole que lo quiera conser var é aumentar como sea su servicio. De Cartagena á 25 de mayo de 1509 años.-F. Cardinalis-Hierónimo Illan, secretario.

NUM. 15.

Carta de Pedro Navarro al Rey Católico.

Oran 16 de octubre de 1509.

(Original)

(Salazar, Y 56).

Suplica á S. A. perdone à un patron vizcaino, que le habia servido en la conquista de Oran, de un año de destierro y de una multa en remuneracion de sus servicios.

Muy alto é muy poderoso Principe, Rey é Señor: Juan Ortiz de Asamaga, vecino de la villa de Bermeo, es venido en esta villa de V. R. A. con una fusta armada desde el principio desta jornada y ántes en todo lo que se ofreció en esta tierra, y ha servido á V. A. muy bien con su persona; y porque al presente le conviene ir en España, me pidió licencia y me dijo que por cierto delito que en su tierra cometió, fué condenado á destierro por dos años; y demás desto en cierta pena de dinero, de lo cual es cumplido el un año de destierro; y por el otro suplico yo á V. A. R. y beso sus Reales pies le mande perdonar, así del tiempo que queda por cumplir del destierro, como de la pena de dineros, en remuneracion de lo que á V. R. A. le ha servido. Guarde nuestro Señor su Real persona y muy poderoso estado prospere. De esta su ciudad de Oran 16 de octubre de 1509 años-De V. R. A. muy fiel vasallo y servidor que sus Reales pies besa-Pedro Navarro.

NÚM. 16.

Carta de Pedro Navarro al secretario Miguel Perez de Almazan y otra al Rey Católico, noticiándoles la toma de Bugia.

Bugía 6 de enero de 1510.

(Originales)

(Salazar, Y 55).

Magnifico Señor: Desde Ibiza é la Formentera escribí á Vm. largo, donde nos tuvo sitiados muy cruel tiempo y áspero por mas de 20 dias que de una nao á otra no podiamos servirnos, en tanto que aunque era por Navidad nos parecia muy demasiado. Alli fué necesario esperar vituallas, porque de Oran no sacamos para mas de 5 ó 6 dias. Luego que el tiempo abonanzó, que ya éramos proveidos por la vía de Valencia, sin perder un punto nos fecimos á la vela fasta en número de 20 velas entre todas, en que fuimos fasta en número de 4,000 hombres. Esto fue el segundo dia del mes de enero con la bendicion de Dios ó de su bendita Madre. Nuestro camino enderezado á Bugía hobimos buenos tiempos fasta venir á aferrar el puerto. Y á la entrada nos saltaron muchos contrarios, y tanto que aun gran parte de las naos fué forzado surgir lejos del puerto en que habria casi la mitad de la gente útile. Yo con las otras naos que pudieron seguirme, tomé el puerto de Bugia con harto trabajo. Fué la víspera de los Reyes en nombre de Dios á las 10 horas del dia. Luego la ciudad nos comenzó á lombardear desde adentro y desde la montaña, que está so

bre el puerto donde estábamos surtos. Yo esperé por es pacio de dos ó tres horas por ver si las naos pudieran venir á se juntar con nosotros. Visto que el dia se pasaba é las naos no podian ser á tiempo, los moros se rehacian. de continuo dentro de su ciudad á los muros, é fuera tomado lo alto de la montaña fasta venir bajo en la marina donde desembarcamos. Determiné emprender la ciudad con los que éramos llegados, que seria algo mas de la meitad de nuestra gente. Guiados milagrosamente por nuestro Redentor Jesu Cristo, y por su gloriosa Madre, y por el bienaventurado señor Santiago, tomamos tierra con las primeras barcadas, que seria una hora despues del mediodia, á la parte de poniente de la ciudad, que es una montaña é cabo que se dice Buzacatis. Alli llega ron los moros muy denodadamente, bajando de lo alto de la montaña fasta llegar con nosotros en la marina, á echar las piedras dentro en (1) tomado la montaña en diversas partes de número de 3,000 moros, cuando movimos los primeros contra ellos la cuesta arriba que agora sin dificultad á no haber empacho no la podemos subir de aquí adelante nótese que Dios á Vm., porque solo aquel que lo hace podria darnos á entender el como, que en nosotros no hay mas de le ofrecer nuestra fatiga. Plugo á su infinita clemencia en esta jornada declararnos el camino de su servicio y nuestra salvacion abiertamente en la prosecucion desta santa conquista milagrosamente dentro de dos horas fuimos dentro de la ciudad por lo mas alto della á vuelta de los moros, que como sea grande é de mucho sitio por la otra parte comenzaba ya á vaciarse de la gente inútil. El Rey deteniéndose algo por salvar

(1) Hay un claro.

su gente poco a poco, rescibiendo siempre daño, fuéle forzado dejar su casa é la ciudad, que paresce que desde que yo vine de guerra por reconocer esta costa el verano pasado, habian comenzado á levantar lo mejor della. Fuimos desta manera aposentados pacificamente en la ciudad é arrabales, que son otra vez cercados. Este dia ántes que el sol se entrase, dimos gracias á nuestro Señor, atendiendo á la provision y gobierno de la grandeza de tal beneficio, é á esto atenderemos de aquí adelante, fasta que por el Rey nuestro señor otra cosa me será encomendada. E para que vea Vm. y vean los cristianos que esta fué hora divina, ha permitido nuestro Redentor que en todo lo que tengo dicho habemos habido menos solo uno de los nuestros. Señor: porque S. A. sea certificado de todo por testigo de vista, así de la jornada ya dicha, como de la grandeza desta ciudad é sitio della, é de todo lo que de acá quiera ser informado, le envio al capitan Diego de Vera, porque por mi mandado fué con la delantera, donde lo fizo tan bien que suele: fui dél muy bien servido, é de todas las cosas de acá tambien informado. Y con tanto, y con está que escribo à Vm., en la de S. A. no me dilato, porque Vm. le fará relacion de todo. Y tengo confianza en la firme fe que Vm. en Jesu-Cristo nuestro Redentor y en los beneficios que dél ha recibido, que por su relacion, intercesion y medio serán estas cosas encaminadas mejor que por mis cartas, ni por otro ninguno camino; y así se lo pido de parte de nuestro Señor, y yo se lo suplico, y especialmente en la brevedad del despacho de Diego de Vera y de mi aviso, me fará merced. Yo he quedado en esta ciudad con lo que Diego de Vera le dirá, y por eso me perdone no le enviar señal de la presa queda en mi memoria y deseo que tengo de

« AnteriorContinuar »