>> » peligro, y pasando el foso se vino á las casas que esta>> ban ardiendo, donde (los capitanes) Rost y Anglard... >> habian con una gran trompeta hecho señal de recoger, » para que los esguízaros que andaban perdidos y espar» cidos acudiesen á sus banderas. Era aquella trompeta » una bocina grandísima de un buey salvaje, con la boca guarnecida de plata labrada, la cual han heredado los esguízaros de sus antepasados y guardado con gran cui» dado y religion los de Uri que fueron autores de la libertad de los eguízaros... y estuvieron ambos ejérci» tos suspensos y con temor, sin dormir toda la noche... » El cardenal y los demás capitanes que se veian engaña>> dos de su primera opinion, pues aunque habian desor» denado con gran daño á los franceses no los habian ven»cido á la primera arremetida... determinaron de en» viar á Milan á pedir todo género de socorros... El Rey » Francisco, aunque se veia libre de tan gran miedo y peligro, y aunque le parecia que se habia tenido muy » bien con aquellos valerosísimos hombres, con todo eso congojado con el peligro que quedaba, estaba esperan» do el fin de aquella alterada noche y el suceso de la in» cierta fortuna, suspenso como con el último cuidado que puede haber en este mundo... ardiendo de sed y del >> continuo trabajo de aquel dia, no dió al cuerpo mas >> descanso de cuanto alzó la visera del yelmo para respi» rar y se arrimó un rato á un tiro de artillería mientras » mudaba otro caballo, y en mudándolo entendió en ha» cer oficio de capitan y envió correos á (Bartolomé de) » Liviano (1), diciéndole que al momento viniese con el ejército veneciano y retiró su campo un poco atrás, >> (1) Guicciardini, Alviano. D aprobando en esto su parecer los capitanes, á los cua» les habia hecho juntar en una rueda donde tomaron consejo á caballo... Demás de esto, tomando consigo › gran número de caballos mandó á Borbon y al duque » de Alanzon que se pusiesen iguales y derechos á sus » lados el uno á un lado con el avanguardia y el otro » al otro con la retaguardia, de tal forma que al que se ponia con la batalla frontero de los esguizaros, hiciese » con su gente oficio de avanguardia y se pudiera apro» vechar como de dos alas de aquellos dos escuadrones » puestos á la diestra y á la siniestra." D D "No lejos de donde el Rey estaba Pedro Navarro y » gran muchedumbre de alemanes. Como despartiéndose » la batalla con la oscuridad de la noche no pudiesen sa»ber el estado de su campo ni la voluntad del Rey, hin» caron en el suelo sus banderas y refirmándose en donde » les tomó la noche se habian estado quedos. El Rey » Francisco queriendo ver por sus ojos que tal era el sitio » de los fosos y el espacio del camino que habia en medio » y la cantidad del camino real, pasó á vista de los esgui» zaros acompañado de pocos caballos, y como esclareciese poco a poco el dia, con la venida del alba fué á á » animar á los alemanes..... y haciéndoles grandes pro» mesas les contaba las injurias y daños que los esguizaros » mas por favor de la fortuna y malos lugares y trabajoso estado de los tiempos que por verdadero valor >> habian hecho en tiempos pasados á los alemanes..... Acabado esto hizo otra tal oracion animando la caballe» ría francesa, diciéndoles que no quisiesen apartarse del antiguo valor de sus antepasados, que en todos los siglos y tiempos hicieron ventaja á todas las naciones en gloria de caballeria." >> No era menor el ánimo y esperanza con que los esguizaros ordenaban sus batallas, aunque como la mayor » parte dellos habian por diferentes casos parado en dife»rentes lugares y aun en el mismo fuerte de los france» ses, no habian refocilado sus cuerpos con ningun man» jar y así apenas con sus feroces ánimos podian sustentar » sus miembros, que á pedazos, como dicen, se les » caian..... Algunos de sus principales capitanes, viendo » con la luz del dia el mal lugar en que estaban, eran de » parecer que no debian pelear, pareciéndoles que en la » batalla pasada habian ganado harta honra y quebrantado » el orgullo de los franceses; y así rogando y suplicando » y poniendo delante sus personas, procuraban detener » las banderas y escuadrones de los suyos que ya tiraban » adelante; pero viendo que no adelantaban nada, deja»ron el negocio á la fortuna y á la voluntad de los solda> dos. Y así Rodolpho Segns, Visembach de Ondervald, » Ulderic Iotf y Zambron capitanes animosos y de valor grandísimo, habiendo concertado entre sí la órden con » que habian de trabar la batalla, entraron por dos partes >> en ella con sus banderas." Sigue luego contando Jovio y traduciendo Baeza con el mismo estilo los furiosos ataques de los suizos contra los franceses, y como su segundo escuadron puso tan gran espanto en la gente del duque de Alanzon " que la mayor » parte de la caballería cayendo muerto Beamonte su al>> ferez y siendo muchos muertos á la primera arremetida >> volvieron las espaldas y á rienda suelta comenzaron á »> huir por el camino de Lodi; lo que fué causa de que los » labradores y muchas espias que andaban en aquellos » campos, como vieron que los franceses huian entre el » bagaje, pensaron que el Rey Francisco habia sido ven >> D » cido en la batalla y escribieron por toda Italia que los esguizaros habian habido victoria y cierto la batalla cor› riera por aquella parte grandísimo peligro, si Emar de » Prie y Aubigni capitanes muy prácticos que estaban con > el duque de Alanzon reprendiendo á los que huian y » juntando las banderas y cerrando los soldados, no sus» tentáran con trabajo grandísimo la batalla. Fue tambien » gran ayuda para los franceses que ya andaban desbaratados, que á aquel punto llegó Liviano corriendo con la » banda de los hombres de armas nobles y trás él venia el » resto del ejército veneciano. Por que este como era ami»go de pelear y de mostrar su valor, sin dudar punto, » mandó á los suyos que le siguiesen y cerró de través con » los esguizaros; pero recibiéronle animosamente dos com» pañías de esguizaros y revolviendo hacia él sus bande» ras, hiriendo á muchos y matando á Cepino hijo del conde de Pitillano, mancebo de gran esperanza, hicieron » retirar lejos aquella caballeria que animosamente daba » sobre ellos. Pero en fin, la venida de esta nueva gente » mas que sus fuerzas amedrentó aquel escuadron de es»guizaros, por que pensaron que estaba ya allí todo el » ejército veneciano, que á la verdad estaba cerca. Y así » comenzaron á mirar manera como salvar sus vidas; y » unos medio muertos de cansancio, heridas, sed Ꭹ su» dor se fueron á unas huertas cercanas donde fué muer» ta gran parte de ellos..... otros se retiraron á un lugar » cercano y habiéndose defendido mucho con la puerta y » con los muros..... al cabo como se pegase fuego al lu»gar por consejo de Liviano, murieron crudelisima muer» te combatida de llamas y artillería: los demás que anda» ban desbaratados y se retiraban al escuadron grande de » los suyos, fueron sin escapar uno destruidos de la caba »llería que por aquella rasa campaña los iba siguiendo, » si no se cerráran por consejo y valor de sus soldados vie » jos, que en aquel gran trabajo no olvidaron la buena disciplina ni faltaron á sí ni á los suyos, por que así cer» rados pasaron el foso y se retiraron á los suyos." >> En cuanto al tercer escuadron de esguízaros que peleaba contra el duque de Borbon y Trivulcio, concluye Jovio con que viendo el mal suceso de la batalla ó queriendo vengar sus enemistades y parcialidades... "comen»zaron á volver sus banderas hácia Milan sin jamás querer >> entrar en la batalla ó de traicion ó perdidos de miedo... >> Pasando esto de esta manera los otros esguizaros que de<«<jamos peleando cerca de la batalla del Rey, como arre>> batados de ira y desatinado furor defendieron su lugar >> con mas obstinacion de ánimo que con fuerzas, y como >> viesen delante de si otra nueva infantería de alemanes... » perdieron la esperanza de victoria é hicieron señal de » recoger. Por que habian poco ántes recebido gran daño » cerca del foso, , porque los ballesteros gascones los pasa>> ban dende un lugar alto donde estaban tirando increible » muchedumbre de saetas. Por que estos ballesteros po» niéndose cabo los arcabuceros, para que los unos y los » otros tuviesen lugar para armar sus arcabuces Y balles»tas, dándose lugar, á veces tiraban unos tras otros con » tal órden que arrojando una perpetua tempestad de pelo» las y flechas (lo cual puede reputarse por un principio » de nuestro fuego grancado inventado por Navarro y pro» bado ya en tan solemne ocasion), el batallon de los es» guízaros queriendo en vano ayudarse de su valor, era >> destruido sin tomar ninguna venganza." 66 Despartida la batalla como Rost-Rona y Anglardo y » otros no pudiesen avisando y mandando proveer á tanta |