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nas de las cuales no se acabaron (1). Pero asomaban ya Morales, Garibay y Zurita, y el nombramiento de este último hecho en las cortes de Aragón (1547) para que escribiera la historia de las cosas de aquel reino fué uno de los acuerdos más felices y más beneficiosos á las letras españolas. La historia iba á adquirir pronto sus formas regulares, y así puede decirse que se podía ir ya divisando la aparición de una historia general. Los que en tiempo del emperador tomaron á su cargo la tarea de transmitir á la posteridad los descubrimientos, conquistas y hazañas de los españoles en el Nuevo Mundo, dieron pruebas de grande ingenio y de poseer grandes condiciones históricas. Tales fueron Francisco López de Gomara, Bernal Díaz del Castillo, fray Bartolomé de las Casas, y sobre todo el insigne y erudito Gonzalo de Oviedo, cuya Natural y general Historia de las Indias ha sido siempre considerada como uno de nuestros más apreciables monumentos históricos; tanto que en nuestros mismos días ha merecido una mirada de preferencia de nuestra Real Academia de la Historia, que acaba de hacer una edición esmerada y completa de la Historia de Oviedo, anotada é ilustrada por uno de sus más entendidos y laboriosos individuos.

Uno de los sabios que dieron más lustre á España en este reinado, como humanista y como filósofo, fué el valenciano Luis Vives. La erudición, el buen juicio y la acertada crítica que campean en sus obras hicieron su nombre célebre en Europa, y fué justamente considerado como uno de los principales restauradores de las letras. Profesor acreditado en Lovaina, en Brujas y en París, respetado por sus escritos sobre la enseñanza y sobre el arte de formar escuelas, admirado como comentador del libro De civitate Dei de San Agustín, y apreciado por sus obras literarias, mereció ser buscado por Enrique VIII de Inglaterra para maestro de la reina y de su hija doña María, la que fué después reina de Inglaterra y esposa de Felipe II, y desempeñó su magisterio hasta que desagradó al rey por la enérgica franqueza con que desaprobó como católico su divorcio, lo cual le costó sufrir un arresto de seis semanas. El mayor elogio que puede darse de este docto español es que fué contado entonces en Europa como uno de los que formaban el triunvirato que decían de los sabios, y era fama común que Guillermo Budé excedía á todos los de su tiempo en ingenio, Erasmo de Rotterdam en la elocuencia, y Luis Vives en el juicio.

Las ciencias sagradas y eclesiásticas no podían dejar de cultivarse con afición, interés y aprovechamiento en un pueblo en que predominaba el principio y el sentimiento religioso, en una nación cuyas universidades y colegios se habían cimentado sobre el estudio de la teología como sobre una de sus más principales bases, á cuyas aulas se había procurado traer los profesores teólogos más doctos é insignes, y en una época en que la controversia religiosa era el punto capital en que se ejercitaban los mayores ingenios. Formáronse, pues, en tiempo de Carlos V, sobre la buena

(1) Merece citarse un rasgo de escrupulosa conciencia del P. Guevara en esta materia. Como no hubiera trabajado un año en el oficio de cronista por el cual recibía sueldo del emperador, al tiempo de morir mandó que se devolviera al monarca el suel! do de aquel año.

base que dejaron establecida los Reyes Católicos, aquellos teólogos y canonistas eminentes que fueron á ser la honra de España y la admiración de Europa en el concilio de Trento. Mas como muchos de los ingenios que sobresalieron y descollaron así en las letras sagradas como en las profanas, aunque se formaron en el reinado del emperador, florecieron en el de su hijo y pertenecen más bien á la segunda mitad del siglo XVI, nos reservamos hablar de ellos y de sus obras para cuando acabemos de considerar el progreso de los conocimientos humanos, el espíritu y movimiento intelectual de aquel siglo.

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XII

LAS ARTES LIBERALES. INVENTOS ÚTILES. - SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DEL VAPOR QUE SE HA ATRIBUÍDO Á BLASCO DE GARAY.

La razón que había para comunicarse y transmitirse á los españoles la afición, el gusto, la cultura y el espíritu de la literatura italiana, habíala respecto á las artes liberales, en que no era aquel país menos aventajado y excelente. «Las guerras de Carlos V, dijimos en otro lugar, han puesto á los ingenios españoles en relaciones íntimas y frecuente trato con los que ya brillaban en la culta Italia. Aquellos palacios que decoraban las obras maestras de Leonardo de Vinci, de Miguel Ángel, de Rafael, de Ticiano y de Correggio, los estudios y talleres de aquellos insignes artistas, son otros tantos tesoros de que se aprovechan los pintores, arquitectos y escultores de España, para formar su gusto, enriquecerse de conocimientos, traerlos después á su patria, y fundar más adelante escuelas propias que comienzan por serlo de imitación y acaban por producir una vigorosa originalidad. >>

Gustaba Carlos V de fomentar las nobles artes, y respetaba y protegía los artistas. Uno de los rasgos que honran más la biografía del emperador es la consideración con que trató al Ticiano; y á nuestros ojos Carlos V apresurándose á recoger y levantar con su mano imperial el pincel que se le había caído al grande artista y á ponerle en su mano, se nos representa una figura más grande, más noble, más digna que cuando ganaba con su espada una victoria sangrienta, ó sujetaba á su cetro un reino arrancándole su independencia y libertad.

Del estado en que se encontraban entonces la arquitectura y la cultura y del gusto que dominaba en los profesores de estas artes, dan testimonio todavía los elegantes pórticos y columnas, los delicados relieves y maravillosos adornos del magnífico palacio que Carlos V mandó edificar en el recinto de la Alhambra de Granada: obra comenzada y no concluída por el emperador, desatendida y descuidada por sus sucesores, ultrajada por la mano lenta del tiempo, y por la mano, más activa y pronta para destruir, de los hombres. Al modo que el comenzado palacio de Carlos V, embutido y como incrustado en el de Ben-Alamar, contrasta el estilo, el genio y el gusto de la arquitectura española de la Edad moderna con el gusto, el genio y el estilo de la arquitectura arábiga de la Edad media; así aquellos dos palacios unidos en extraño consorcio, el uno apenas co

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PORTADA DE LA CASA DEL CORDÓN (BURGOS). - COPIA DIRECTA DE UNA FOTOGRAFÍA

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