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go, no creo inútil ocupar por algun tiempo la atencion de la Real Sociedad con algunas consideraciones sobre los riegos que tendrán aplicacion al pais, y de paso que sirvan de justo elogio á los adelantamientos hechos en este ramo por nuestros padres.

La isla de Cuba por su configuracion esterior, por lo quebrado de su territorio, por lo estrecho de su latitud, es mas seca por lo poco suceptible que es de retener el agua, que por la cantidad que recibe del cielo, por cuya razon sin sus contínuos y refrigerantes rocíos, sin la frescura de sus brisas seria una roca árida y desierta. Las aguas caen á torrentes, y en pocos paises son conocidos sus aguaceros, y no obstante ellas corren por sus montañas, arrastran á veces parte de la capa vegetal, y por donde quiera encuentran un mar insaciable que traga en sus abismos la sangre de la agricultura, permitaseme esta frase.

Mientras mas se estrecha la isla va siendo ménos fértil: desde punta Maisí hasta el cabo de S. Antonio, y desde los espléndidos bosques que cubren las inmensas riquezas de Manzanillo, Bayamo y Cuba hasta los arrecifes ó ceborucos de San Antonio por Melones, la Jaula &c. se recorren todos los grados de la fertilidad.

No desconoció Humboldt que la forma de la Isla podia contribuir á su falta de rios: pero esto, que solo puede ser exacto en el concepto que espresé ántes, es una razon para que no los haya grandes, sino muy pocos y por los parages mas anchos, y para que no filtrando las aguas no se hagan estensos receptáculos subterráneos que se depositen en capas de caliza cretacea. En algunos puntos como en las lomas cuavalosas de la Vuelta de Abajo, el agua corre sin filtrar por sus ásperas y desnudas montañas, y cuando llega á algun pequeño valle, apénas penetra una vara ó media sin encontrar capas de arcilla casi impermeable, que encharcan las aguas, y emborrachan las siembras, como dicen los labriegos, produciendo pantanos que no siendo cenagosos, reciben el nombre índico de itabos.

Sin que aconsejemos el cultivo de tierras estériles, cuando hay tantas y tan fértiles en nuestra Isla, bien pudieran adoptarse los medios que en Valencia y en otras provincias de la Península han producido tan ópimos frutos, que han arrancado un elogio de los agrónomos estrangeros mal su grado, y tan merecido que á pesar de ser cosa nuestra y española, ha octenido su aprobacion sin embargo de su afectado desden y de su

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Es claro que solo debemos tratar aquí de los medios artificiales de proporcionarse agua para el riego, y pues estamos en un pais de montañas y de ellas acabamos de hablar, lo primero que me ocerre recomendar es la formacion de grandes

depósitos, encerrando las aguas lluvias entre montañas por medio de calzadas que impidan su desperdicio. Este sistema de que se usa mucho en el Piamonte, y para cuyo logro pueden adoptarse los medios que propone el Sr. Carena al describirlos en una memoria impresa en Turin en 1811, presenta un egemplo muy notable en el llamado pantano de la famosa Huerta de Alicante, (véase la lámina 2) construida en tiempo de Felipe II. Se han aprovechado dos colinas cuyas mazas de rocas están situadas á la embocadura de un valle profundo y sinuoso, que contiene las agunas de legua y media.

Tiene sus conductos para limpiarle cada quince años y Mr. de Lasteyre que le describe, asegura que esa costumbre la tomaron de los romanos y los moros que la recibieron de los antiguos pueblos del Asia. El sistema adoptado en Francia con buen éxito ha sido ilustrado para la parte material de su ejecucion por Mrs. Gaiparin, Taluyers y otros.

En muchos puntos de la Isla nada es mas fácil que la formacion de esos depósitos, y si bien sus rios son de corta estension, porque pocos corren como el caudaloso Cauto de oriente á poniente, son muchos no obstante los que le riegan: para demostrarlo basta leer la Geografia de la Isla de Cuba, escrita por D. Felipe Poey. La direccion de las aguas es á las costas porque siguen las ondulaciones de las montañas. Es cierto tambien que apénas merecen algunos de esos rios el nombre de arroyos, pero si la corta cantidad de las aguas se deja desperdiciar inútilmente, entonces no es culpa de la naturaleza sino del hombre.

Para hacer de regadio algunos terrenos donde hay rios, pero son aquellos quebrados, se pueden adoptar porcion de medios hidráulicos, que hacen que las aguas se eleven desde los alveos de los torrentes. Cuando solo puede aprovecharse un débil arroyuelo, se prepara un recipiente en donde se reuna el agua suficiente para el riego. Como no se suele estar presente cuando este se llena, se ha imaginado un ingenioso aparato que describe Mr. Moll, profesor de Roville, que es usado en Suiza (lámina 3). Es un dique que cierra el depósito por el cual puede elevarse el agua hasta la altura B. Cuando llega á este punto se introduce por el conducto E, por donde corre á la cubeta C, especie de cuchara. Esta se halla sujeta por un perno giratorio en el puntal G. y se apoya en el F por el peso que le dá en el estremo la piedra que tiene en él. Cuando se llena la cubeta de agua bajo, y sobre ella la tablilla i, que cubre con un tapon el punto L por donde se vacía el depósito. Cuando el receptáculo se llena, se derrama en la cubeta ó cuchara y resulta lo que he dicho é indican los puntos.

Si pues como observa Mr. Dupin una gran parte del agua de las lluvias se pierde en el mar, si aun es mayor la pérdida

1 la Península que gradua en Vallejo ¿cual será la pérdida en Cuba si se agrega á su poca latitud y á sus montañas la grande evaporacion que causan sus soles?

El mismo Sr. Vallejo recomienda para España el sistema de los estrangeros de hacer depósitos y taladros para que las aguas se detengan mas tiempo en la tierra, y la fertilicen.

Los medios que pueden adoptarse se encuentran en las obras de agronomía estrangeras, y en la del Sr. Vallejo sobre las Aguas. Antes de recurrir en Cuba á los pozos artesianos pudiéramos aprovechar sus aguas esteriores. Los pozos de noria para cuya formacion pueden tenerse presentes los consejos del Sr. Vidal, y los agrónomos franceses que en tanto aprecio tienen la noria catalana. El famoso pantano de Lorca es un hecho histórico, que desde la época de los árabes en España, demuestra las ventajas del riego y el aprecio en que le tuvieron los agricultores españoles de todas épocas. Despues de su ruidosa y aciaga destruccion, todavía el sistema de aprovechar las aguas de los labradores de Lorca puede presentarse como digno de ser imitado por los cubanos.

Las lagunas que tan comunes eran en esta Isla van desapareciendo cegadas con el detritus que arrastran las aguas de Iluvia por virtud de los desmontes. La hermosa laguna de Lechugas, la de Capote que ha veinte ó veinte y cinco años que eran abundantes y fértiles, han desaparecido. No es esa la conducta del labrador europeo: los put-zuba de la montañosa Guipúzcoa acreditan lo contrario. ¿Por qué pues no se aprovechan las aguas en Cuba? esta pregunta pudiera contestarse con otra: ¿por qué no adoptamos las buenas prácticas de Europa?

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Area que fertiliza un pozo artesiano.

El área que fertiliza un pozo artesiano debe calcularse por el agua que vierta en un tiempo dado. ¿Qué cantidad de agua se necesita para fertilizar una estension determinada de terreno? Son varios los cálculos que sobre este pacticular se han hecho.

Aunque escritores regnícolas se han propuesto resolver el problema indicado, me parece muy curioso lo que sobre el particular ha escrito Mr. V. Moll, profesor del instituto agrónomo de Roville ya citado.

Son pocas, dice, las nociones que hay sobre la cantidad de agua necesaria para regar de un modo suficiente el área dada de un prado, porque es muy dificil apreciar no solo el volúmen, sino la prontitud con que corra el líquido, y que por otra parte, aquella cantidad depende de la naturaleza mas ó ménos seca del clima, mas ó ménos permeable del terreno. Mr. Roix agricultor de Artes, estima que se necesitan 822 métros (1) cúbicos (24.000 pies cúbicos) de agua, para regar de un modo conveniente una héctara, (2) lo que viene á ser tres y media pulgadas sobre la superficie. Mr. Rorda, agricultor de los Landes, indica una cantidad aproximada. En el centro de Franciase ria necesario la mitad únicamente. En Lombardia se paga el agua, segun Mr. Burger, por cantidad, tiempo, dia, hora y onza (uncia). Esta última medida es la cantidad de agua que pasa por una apertura de cerca de 42 pulgadas cuadradas, con una presion que corresponde al peso de poco mas de una onza. Segun esperimentos muy exactos, una onza vierte en un minuto, 2185 métros cúbicos de agua, y puede en 24 horas regar 43 pértigas (cerca de tres héctaras) en los prados, y 36 pértigas [2,36 héctaras] de tierras de labor.

No distan mucho de las observaciones hechas por agrónomos estrangeros las consignadas por los Sres. Muso y Valiente y Vallejo. Convienen ámbos en que es preciso que se considere la naturaleza diferente de cada tierra para que se tenga una exacta operacion. Creo que precisamente ese es el objeto de la Sociedad Económica: la aplicacion del agua al riego.

El Sr. Muso refiere su esperimento á la era, que es la décima-octava parte de una fanega, cuya estension indicaré mas adelante. Dicho escritor dice que algunos han creido que deben cubrir la tierra cuatro pulgadas de agua sobre la superficie para el riego, y apénas necesita de dos.-El agua comienza á penetrar en la tierra desde que la toca, y va filtrándose miéntras corre la era: segun sus esperimentos 333,333 pies cúbicos quedan embebidos en 1.500.

Propone un medio sencillo y exacto de hacer el esperimento en cualquier clase de tierra. Se toma una vasija y se pesa vacia, en seguida se llena sin colmo de tierra seca, y luego de ella regada á mano. Rebajando el peso de la vasija, haciendo el del agua igual á la unidad, por una proporcion geométrica se sacarán los otros, ó partiéndolos por el del agua Así se evita la necesidad de la balanza hidrostática. Aplicando esta teoría al exámen de tierra de labor bien mullida, encontró

(1) Un metro 1,197x717 vs de Castilla. =1,196x307 vs. dc Búrgos ó 3 ps. 7 pulgs. 0,805 lincas. (D. Juan Lobo un informe.) (2) Cien áreas ó aras: cada una es un diámetro cuadrado, y tiene 13 héctaras y 42.021 aras la caballería nuestra.

el autor que 1.500 pies de ella absorbian 411,29 de agua. Supuesta la altura de dos pulgadas sobre la superficie de la tierra, agrega, cuando el agua acaba de entrar en ella para el riego, si rebajamos á la cantidad hallada la de 333.333, inferirémos que durante el riego han calado la tierra 77.957 pies cúbicos de agua, y lo demas penetra despues. La fanega de tierra (tiene 82.944 pies cuadrados] absorbe 17.057 pies cúbicos de agua,

Aunque el Sr. Vallejo por distintos medios llega á diversos resultados, son tan aproximados, que él mismo, al leer y anotar la obra del otro escritor, dice que es inapreciable la diferencia en cálculos de esta especie, pues segun el suyo el agua necesaria pera el riego equivale á una columna de 2,27 pulgadas, por lo cual la diferencia entre los cálculos de los dos escritores españoles viene á ser en,,

En cuanto á formar el cálculo del agua que daria una fuente ascendente, es cosa muy fácil por las leyes de la hidrostática: el cálculo debe hacerse por el tamaño del tubo y tener presente que esté constantemente lleno. Esta es circunstancia que pocas veces se encuentra en un pozo artesiano, pues varía la velocidad con que sale el agua, y no siempre está llena como observa Mr. Garnier. Por esta razon los cálculos respecto de la cantidad que produce un surtidor vertical con las circunstancias de no estar siempre lleno, no pueden ser sino aproximados: agrégase á esto que conforme sea el tamaño del tubo, y la velocidad con que salga el agua será diferente el resultado. Como el objeto de la Real Corporacion no puede ser otro que el saber la cantidad de agua que necesita una área dada de terreno, queda ya ántes satisfecha la pregunta.

Influye en la absorcion de los líquidos la capilaridad de los terrenos, y la filtracion seguirá una regla inversa de la ascension. Como la propiedad que tienen las tierras de absorber el agua es muy importante á la agricultura, y varía con la naturaleza de ellos, se ha ocupado Mr. Payer de este estudio por un método mas exacto que el del Sr. Muso y Valiente, indicando la influencia de la atmósfera sobre el particular.

Colocadas porciones iguales de tierra fina y seca sobre planchas de hoja de lata, se sometieron á la influencia de un aire cargado de vapores acuosos encerrándolos á la temperatura de 15 6 18 grados, bajo un recipiente ó campana que se apoyaba en agua. A las 12, 24, 48 y 72 horas se pesó la tierra con las planchas y se encontró la cantidad absorbida.

Las observaciones que entónces hizo le dieron por resultados: 1.° que las tierras absorben mas agua en las primeras horas: absorben mas de noche que de dia: 2. el humus ó mantillo es la sustancia terrosa que absorbe mas humedad, pues aventaja al carbonato de magnesia: 3. las arcillas absorben

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