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de vapor, pensamiento luminoso de que se ocupaba la Seccion de Industria desde los primeros dias de su instalacion y que ha tocado realizar al Escmo. Sr. Marques de Esteva en union del Sr. D. Juan Agustin de Ferrety, comenzado ya á producir los efectos que se anunciaban aun ántes de ejecutarse el proyecto. Este no es como quiera un aprendizage teórico y práctico, es un plantel de directores de máquinas de vapor, ejercitándose en su manejo con auxilio de la máquina-modelo, é instruyendose asimismo en los trabajos accesorios de herrería en la fragua instalada en el mismo local.

Si aparece útilmente empleado este primer piso del edificio de la Sociedad, no lo está ménos el segundo. Todo lo que corresponde al frente de su fachada principal y que antes ocupaban oscuras celdas, forma un dilatado salon, amplio, claro y con el mayor aseo; y no solo existe allí la Biblioteca pública, de un modo decoroso, con sus abundantes estantes de libros y su prolongada mesa para lectura, sino que tambien el local ha ofrecido suficiente espacio para formar sin division alguna un salon para las sesiones de la Corporacion en todas sus dependencias. En el mismo piso y á la parte opuesta está constituido el naciente Museo de historia natural, que aun no se ha abierto al público por los numerosos trabajos de preparacion que exige su arreglo, en medio de la numerosa aglomeracion de objetos que ha sabido procurarse el amigo director D. Felipe Poey y que se han remitido á la Corporacion por personas amantes de la ciencia y del Instituto.

Al costado izquierdo de ámbos departamentos corre dilatado salon en que se halla la Academia de dibujo y pintura de San Alejandro, en donde existen tambien los números modelos de yeso cuadros para imitacion de los alumnos; una espaciosa galería en cuadro adorna á este piso, como al inferior, y aumenta la comodidad, y mejora el aspecto del lo

cal.

Por esta breve relacion se vendrá en conocimiento de los prolijos trabajos impendidos en la reparacion del edificio y en la traslacion de tan multiplicados objetos. Pero al cabo la Sociedad Económica posee hoy un edificio que la honra, un punto de reunion en que los verdaderos amigos del pais pueden dedicar apaciblemente su leal espíritu público en favor de los importantes ramos á que estiende su influencia provechosa.

Completamente llena esta indicacion, ¿cuáles son los medios de subsistencia, cuales son los fondos de la Corporacion, puesto que tan urgentemente los necesita para sus vastas atenciones? Cuenta la Real Sociedad en primer lugar con 8,000 pesos anuales que por la Real Hacienda y con aprobacion soberana se le asignan por mesadas, con tres ó cuatro mil pesos que produce un tanto por ciento del derecho de averías,

concedido por la Real Junta de Fomento; là contribucion de 2,000 pesos anuales con que el Diario de la Habana indemniza á la Corporacion por virtud del derecho de propiedad que esta tenia á la publicacion de dicho periódico, censo de ocho mil ó mas pesos impuestos, la cuota de 25 pesos que paga cada socio á su ingreso y la pension mensual de un peso que debe satisfacer cada uno. Atendidas las obligaciones actuales del Cuerpo económico, es evidente que estos fondos cubririan ventajosamente todas sus atenciones si hubiese siempre la misma puntualidad que se observa por parte de la Real Hacienda y Junta de Fomento, en los demas pagos; pero nos es forzoso decirlo, no todos los 280 individuos que aparecen inscritos en la corporacion satisfacen esa mezquina cuota, y nos estenderiamos mucho si dijésemos que solo la mitad de ellos cumple religiosamente este deber; y como esta contribucion es casi voluntaria, como la única pena que hasta el presente han fijado los Estatutos es la de que el socio que deja de pagar cuatro años, se considerará separado voluntariamente del Cuerpo, nace de aquí que los individuos de quienes se apodera el desaliento, quieren mas bien dejar correr este término, que manifestar categóricamente á la Sociedad que desean separarse de ella. Respetamos como es debido la opinion individual, pero á nuestro juicio, seria mas decoroso á ellos mismos y menos desagradable á la Corporacion, que al separarse de esta no incurriesen en la nota de deudores.

Considerable y dolorosa ha sido la desercion acaecida en estos últimos tiempos, por una anomalía que no podemos esplicar, cuando la Corporacion parecia adquirir mayor prestigio, cuando dan muestras de animacion, con tan visible contraste, numerosos miembros que se dedican á las importantes tareas. Apreciables son ciertamente muchos de los individuos separados voluntariamente de la Corporacion por este medio, ellos harian honor á toda asociacion y la enriquecerian con sus luces y la ameritarían con sus trabajos, así por sus conocimientos, como por su importancia social; pero en medio de esto quedan, todavía en mayor número, individuos activos, entusiasmados y de un temple mas duradero y constante, y que al sentir la separacion de sus consocios parece que duplican sus esfuerzos y aumentan su dósis en patriotismo, ilustracion y beneficencia lo que la Sociedad pierde en el número. Estos hombres de vocacion perfecta, que no abandonan el puesto, que prescinden de todos los obstáculos y contradicciones, y que se hacen superiores á todas esas circunstancias de desaliento, son los hombres verdaderamente útiles. Será mas reducido el número de socios, pero todos camiñarán de consuno á la obra importante del fomento y beneficio público, adquirirá dignidad mayor el Instituto, y distribuida entre ménos individuos la glo

ria, tocará una parte mas considerable á cada uno de los que se consagren al bien del país y á su engrandecimiento.

A pesar de esto nos es doloroso sin duda que el habitante de un pais, ó el que ha nacido en él, porque todos tienen igual derecho, iguales deberes. el que conserva en él sus intereses y sus afecciones, los hombres ilustrados principalmente y aquellos cuya posicion social les dá una consideracion distinguida, no contribuyan á este conjunto de noble emulacion, cuando bastan para esto limitados esfuerzos y la dedicacion de una pequeña parte del tiempo que nos dejan libres nuestras ocupaciones indispensables. ¡Y cual no es la satisfaccion del hombre honrado, cualquiera que sea la esfera en que gire, con tal que tenga ilustracion, cual no será su gozo al ver que á virtud de sus esfuerzos parciales, unidos á los que emplean los demas, se promueve el beneficio comun, se establecen bases para el adelantamiento de la prosperidad y bien estar de la sociedad en general, que tiene derecho á exigir atenciones y cuidados por parte de aquellos que representan en ella un papel distinguido, y que á la vez reciben de ella misma consideraciones, muchas veces respeto, y no pocas una ciega veneracion! ¿No debe el ciudadano hacerse digno y merecedor, á justo título, del lugar en que sus talentos, la fortuna, la casualidad, ú otras circunstancias le han colocado? Un hombre aislado y retraido de los intereses públicos, rodeado del brillo y del boato de la riqueza, un hombre de alta capacidad encerrado en su gabinete, circunscrito á sus libros, por recta que sea la conducta pública y doméstica de ámbos, si no prestan servicios á la sociedad en general que tambien los dispensa individualmente á los miembros que la constituyen, no llenan en manera alguna su mision en esta rápida y trabajosa vida en que los unos no podemos vivir sin los otros. La inaccion es un vicio culpable que se convierte al cabo en egoismo, y el egoismo es un crímen contra la humanidad, un delito que mira con odio la sociedad, que degrada al alma y la hace abyecta y miserable.

Estos saludables principios han animado sin duda á los numerosos individuos que constituyeron en todos tiempos la corporacion de Amigos del pais, para dedicarse á los provechosos objetos con una utilidad de que han dado tantas pruebas. Estas mismas máximas, estos mismos sentimientos ilustrados y generosos son los que sostienen las tareas del cuerpo económico en beneficio público y por el fomento general de todos los ramos á que se estiende la esfera de su influjo y atribuciones. No se verificarán ciertamente todas las mejoras que pudieran alcanzarse, pero la Sociedad Económica se ve hoy colocada en la posicion de poder prestar servicios de utilidad notoria y de beneficas trascendencias. Y para demostrarlo nos bastará hacer

aquí una breve reseña de esos mismos objetos de que se ocupa en la actualidad.

Cinco son las secciones en que está dividido el Cuerpo económico para mayor facilidad en sus tareas, como otras tantas comisiones permanentes que giran en un centro comun que es la sociedad constituida por todos los miembros en comun, bajo la presidencia del Escmo. Sr. Gobernador y Capitan general de la Isla, y con un director y demas encargos competentes á este género de asociaciones económicas. Las clases ó secciones son la de Agricultura y Estadística, la de Educacion, la de Industria y Comercio, y la de Historia.

La primera de estas secciones, la de Agricultura, suele ofrecer trabajos importantes, emitiendo asimismo informes luminosos sobre este ramo esercial de la riqueza del pais. Promueve con frecuencia útiles y vastos proyectos, y se esfuerza constantemente en la ereccion y fomento de una escuela práctica aplicable á los productos agrícolas que forman la subsistencia de la Isla, y á los ensayos, de aquellos cultivos que pudieran intruducirse con utilidades y ventajas. Pero siempre embarazada la Sociedad por la falta de fondos, ó acaso porque el espíritu público no ha llegado aun á convencerse de la urgencia de semejante institucion, ni se han penetrado los agricultores de la necesidad de estos ensayos. de esta enseñanza, ó bien por circunstancias, que seria dilatado referir, nunca han llegado á ponerse en movimiento los medios de ejecucion; y apénas asoma un proyecto, cuando la dura é insoportable palabra imposible, ha venido á borrar hasta el pensamiento de una obra tan útil, tan conveniente á la industria agrícola del pais y por consiguiente á su prosperidad. No hace muchos dias que la Seccion de Agricultura se ocupó por quinta ó sesta vez del establecimiento de esta escuela práctica, para la cual no necesita mas que el terreno suficiente en las cercanías de esta capital, porque segun el entusiasmo que reina entre los miembros que la han promovido, todo lo demas seria fácil conseguir despues de poner la primera base del edificio. Ha hecho la clase la indicacion, ha designado que podria cedérsele en arrendamiento ó como mejor conviniese, alguna de las estancias que pertenecian á los bienes de los Regulares, ó comunidades religiosas, y si la autoridad de quien depende que el Gobierno accediese á esta solicitud no ha puesto los medios que acostumbra en todo cuanto propende al progreso y mejoras del pais, es porque ó no ha visto demostrada la facilidad en la ejecucion del proyecto, ni los arbitrios con que contara la Corporacion económica, así para el establecimiento de la finca modelo como para su futura subsistencia, ó lo que es mas probable, pende alguna resolucion del superior gobierno tocante al destino que ha de darse á los predios rústicos, comprendidos en aquellos bienes, predios cu

ya administracion no puede ménos de ser embarazosa á la Real Hacienda y probablemente gravosa al Erario.

Es evidente pues que si esta Seccion de la Real Sociedad no ha producido todos los beneficios que pueden emanar de sus tareas, no por esto debe desconocerse el cúmulo de resultados benéficos y provechosos que podrian emanar de su seno. Convengamos en que siempre ha faltado animacion á los miembros que la constituyen, pero es preciso convenir tambien en que si se estableciese el instituto agrónomo, no seria este únicamente un medio para la enseñanza de las prácticas y procedimientos agronómicos, sino que tambien saldrian de allí el espíritu público y los medios de accion. La naturaleza fecunda del terreno, los ensayos de todo género no harian solo germinar y crecer las plantas, allí brotarían tambien conocimientos científicos, lecciones instructivas, escritos y memorias luminosas, que anunciarian la existencia de la clase, aumentarian sus tareas, y á la dignidad adquirida por tan recomendable título, se agregarian los grandes bienes que pudiera difundir en un ramo de que depende esencialmente nuestra subsistencia y que sin embargo se halla todavía tan atrasado.

La seccion de Educacion debe su orígen á circunstancias lamentables de una época remota en que se hallaba descuidoda la enseñanza pública, circunstancias que movieron á un ilustrado Pastor, á un sabio Intendente y á un celoso Gobernador á buscar en el seno de la corporacion miembros activos que los auxiliasen en una causa tan sagrada. Esta seccion se encomendó de la inspeccion de los establecimientos de instruceion pública, y desempeñó el encargo lo mejor que pudo. Pero como no es á una corporacion económica á quien corresponden atribuciones tan sagradas y de tanto valor, como es una obligacion de todos los gobiernos, cualquiera que sea su constitucion y forma, atender á la instruccion pública, así para desterrar la ignorancia, enemiga eterna y poderosa del trabajo y de la moral, como para mejorar los pueblos y verlos florecer en todos los ramos de prosperidad y bien estar, así para difundir los conocimientos útiles y convenientes, como para desterrar las nociones perniciosas y contrarias al órden y á la sociedad entera, y finalmente como al Estado mismo que pereibe las rentas, toca tambien distribuirlas en los objetos á que se destinan, nuestro supremo Gobierno ha fijado su consideracion sobre un asunto de tanta preferencia; y elevando la enseñanza pública á la dignidad que corresponde, ha creido, y lo creemos tambien de justicia, que la causa de la enseñanza debe confiarse á un cuerpo superior del gobierno mismo, sin descargarse de esta obligacion, ni dejarla encomendada á los esfuerzos, á los escasos recursos de una corporacion económica, eualquiera que fuese el grado de su importancia, cualesquie

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