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dros que nos venian de Europa y los imperfectos retratos al oleo que trazaban manos inespertas, sin reglas artísticas, sin coloridos y destituidos de toda propiedad, distinguiéndose cuando mas por los rasgos de una semejanza con los originales, en lo que ciertamente sobresalia nuestro Escobar. Es verdad que atraidos por estas mismas circunstancias, venian de diferentes puntos de Europa artistas de mérito que ya en miniatura, ya al oleo, muy rara vez al fresco, nos han dejado algunas obras, que se ensalzaron mucho en aquella época, que se admiraron, pero que sometidas despues á la irresistible prueba de la comparacion, se relegaron como producciones de la medianía; pero estos mismos artistas ya fuese porque el gusto del pais por la pintura era naciente como su civilizacion y su prosperidad, estos mismos artistas, repito, si siempre merecieron este nombre, nos abandonaban á poco tiempo: si tenian genio, si poseian los talentos, porque no encontraban un teatro para su gloria,

círculo en donde estenderse, ni recursos que les produjesen ese premio, ese fruto tan necesario al brillo, cuando se considera que la planta mas útil y mas bella perece en un terreno ingrato, cuando se reflexiona que se empaña el diamante de mayor precio entre el polvo, que existe la habilidad y el saber bajo los harapos de la miseria, pero desfallece y muere á sus crueles necesidades. Así fué que permanecian poco entre nosotros, dejando el puesto á otros á quienes acontecia lo mismo. Yo no pretendo deprimir la ilustracion del pais, cuando no tenia medios para propagarla, cuando estaba como en su primera infancia; era nulo entónces el gusto por la pintura: no habia mas que el amor ó la vanidad empeñados en dejar recuerdos á su descendencia, con verdaderos mamarrachos que titulaban retratos, y que como suele suceder pasaron sucesivamente desde las ricas salas á los mas apartados aposentos para morir despues entre las injurias del tiempo y del abandono en los desvanes mas olvidados.

Pero nuestro pais es como toda tierra vírgen y fértil: necesita manos activas que quieran depositar en él la semilla. No diré que el arte de la pintura entre nosotros se ha colocado á la altura á que parecia destinado en una poblacion formada, sostenida y cultivada por una nacion que ha constituido la primera escuela artística, llenando su fama todo el orbe civilizado; tampoco incurriré en la exageracion de manifestar que se halla desarrollado el gusto, generalizada la aficion, ni que se han puesto en movimiento todos los medios para propogar los conocimientos, y dar ámplia esfera al genio y á los destellos del talento; pero seria inexacto, si no injusto, si no hiciese mencion así de los esfuerzos empleados para este fin, como de los artista que han pisado nuestro suelo.

Yo quisiera haber encontrado ántes de nuestra época hom

bres de ilustracion y generosos protectores de las ártes, porque entonces, tanta mayor seria la gloria y mayores tambien los progresos viniendo de mas remotos tiempos. Pero hasta que no vimos empeñado en esta senda al Illmo. Sr. D. Juan José Diaz de Espada, en su largo obispado de esta diócesis, que con mano franca y generosa premiaba á los artistas procurando retenerlos en el pais, como lo hizo ampliamente con el ameritado D. Juan Bautista Vermay, tan pronto arrebatado á las ártes; hasta que secundando este laudable sentimiento no vimos al hombre ilustrado por escelencia, al benemérito Intendente Ramirez, no se emprendieron pasos certeros y directos en el arte de la pintura, así como en numerosos conocimientos útiles. El benéfico Pastor, el fecundo Gefe pusieron de consuno todos los medios para conseguir este objeto, si bien al último pertenece mas inmediatamente la gloria en la ejecucion.

Ambos representaban todas las virtudes cívicas, ámbos profesaban todos los sentimientos de los verdaderos amigos del pais en la numerosa corporacion que nunca debe olvidarlos; pero mas provisto de recursos el Sr. D. Alejandro Ramirez, como hombre rentístico en toda la estension, y acostumbrado á crearlos, puso en planta una escuela de dibujo y pintura, á la cual, reconocido el cuerpo económico, dió el nombre de Academia de San Alejandro, que aun subsiste entre otros objetos útiles de los que no ha retirado su mano protectora la Administracion rentística ni el Gobierno.

La feliz circunstancia de hallarse en esta ciudad el acreditado profesor D. Juan Bautista Vermay, facilitó el establecimiento de esta Academia, de la cual si no han salido afamados artistas, por lo ménos jóvenes aprovechados que han dejado asomar el genio artístico, que han dado muestras de grandes adelantamientos, á quienes solo falta la concurrencia á las florecientes escuelas de la Europa, la presencia de los buenos modelos y el estímulo y las lecciones de los grandes maestros. Siempre estuvo en las miras de los ilustres promovedores de esta enseñanza que los alumnos adquiriesen solamente en la modesta academia los rudimentos del dibujo y la pintura, con la esperanza de enviar á los que diesen pruebas del genio para adquirir la perfeccion en el centro y foco de las ártes; pero pocas veces se ha realizado esta esperanza; la Sociedad Económica se ha visto forzada á contentarse con un beneficio á medias: y si hemos de decir la verdad, medianos tambien han sido los resultados.

Sin embargo de esta academia nació el que actualmente la regentea en clase de interino, Ldo. D. Francisco Camilo Cuyás, que á pesar de no haber hecho de la pintura su ocupacion esclusiva, no ha podido contener los impulsos del genio, y sí no exageraré su mérito porque una lisonja no le seria favorable,

si no le coloco en los primeros rangos del bello arte, por lo ménos ha dado muestras no solo de un gran aprovechamiento en la ejecucion de muchas obras, sino tambien de aptitud para la enseñanza, que como en todas las ártes y ciencias es un talento aparte de la habilidad y de la instruccion, y que no poseen siempre los mas aventajados profesores. Nosotros podriamos citar otros alumnos antiguos de la Academia de indisputable aprovechamiento, entre los que colocaríamos en igual grado que al Sr. Cuyás á D. Pedro de Acosta y Herrera que ha dirigido tambien y dirige academias de pintura tales como la del Colegio seminario de San Carlos y otros institutos de instruccion pública, individuo que ha visto contenido los ímpetus de su genio por no haber podido cumplir la Real Sociedad Económica las ofertas que se le hicieron en los primeros años de su juventud de enviarle á Europa para perfeccionarse en sus conocimientos. Mas feliz el jóven Peoli ha podido obtener este beneficio pues actualmente se halla en Europa, si bien sostenido por una suscricion particular. La Sociedad Económica sin embargo, en union de la Real Junta de Fomento ha acordado enviar á Francia y despues á Italia sostenido por sus propios fondos al jóven de la Roca y Ayala, á virtud del precoz talento de que ha dado numerosas pruebas este alumno de la Academia de San Alejandro. No son estos ciertamente los únicos individuos que no solo han adelantado y que dejan ver resultados artísticos que anuncian el genio y el talento, pudiéramos hacer mencion de otros como el jóven D. Cárlos Torrequemada que han producido obras que podrian colocarse en un grado mucho mas que regulares, complaciéndonos altamente en citar aquí á la Sra. Doña Isabel Perez de Ferran que honra nuestro pais con sus rápidos progresos en la pintura.

No podrá negarse que se ha propagado considerablemente la enseñanza del dibujo y la pintura en numerosos establecimientos, y si no sale de ellos considerable número de alumnos instruidos, si la instruccion misma no es completa por falta de medios oportunos y mas eficaces, por lo menos queda comprobada la realidad de que el gusto por esta bella arte ha hecho una útil conquista; pues lo es sin duda salir de la nulidad en que se encontraba y aparecer como corresponde á un pais que quiere y puede progresar en todos los ramos de ilustracion y bienestar.

El número de profesores por otra parte se multiplica presentando obras de bastante mérito; y hasta la moda en su ilimitado imperio pone en contribucion el talento mas ó ménos sólido de los artistas reproduciéndose numerosos retratos.

No podemos dejar de pasar desapercibidos los esfuerzos del Liceo Artístico y Literario, establecimiento que nació con el modesto título de una sociedad de amena distraccion filarmónica y que ha llegado á ser el centro de emulacion y de

hermosos trabajos artísticos y literarios: la Pintura, es uno de los objetos del Instituto; y no solo tiene una seccion especial dedicada á este arte encantador, sino que tambien sostiene una escuela práctica, de la cual no debemos prometernos poco, aun cuando en razon del corto tiempo que tiene de establecida no palpamos aun grandes resultados. El Liceo colmará sus esfuerzos en esta parte si tiene suficientes medios y puede y quiere emplearlos en promover esposiciones anuales estimulando de todas maneras la concurrencia, dando algunos alicientes á la emulacion por medio de premios, imparcial y justicieramente discernidos. Si como parece indudable el objeto de este instituto es unir á la distraccion amena el útil y provechoso trabajo se debe esperar que cumplirá del todo el primero de sus votos.

Reasumiendo pues todo cuanto llevo dicho aunque en rápido bosquejo es fácil conocer que si no es el mas floreciente entre nosotros el arte de la pintura, si no hace todos los progresos que son de desearse, se ha dado por lo menos un paso agigantado saliendo de la completa nulidad en muy corto espacio de tiempo. No se han formado artistas de primera nota ni de celebridad cimentada, pero se han propagado los conocimientos, se multiplican los alumnos en esta enseñanza, se recogen y se aprecian los primeros destellos del genio, y nutriéndose la aficion con estos primeros resultados, iniciándose en los primeros misterios de la gloria tan inseparable del progreso artístico, se ha hecho mucho ciertamente en medio de la ausencia completa de los elementos indispensables. La España para producir un Canova y la Italia para obtener un Rafael vieron pasar algunos siglos que habitaron pintores mediocres. ¿Y despues hasta nosotros han aparecido muchos Canovas y Rafaeles? El talento artístico es hijo del trabajo y del estudio, se nutre con la emulacion y con la gloria. El genio es hijo de Dios, y lo alimentan solo las inspiraciones del corazon, la elevacion del alma distinguida con este rasgo sublime de la divinidad.

Entre las bellas ártes la música es la que ha recibido entre nosotros el mas estraordinario desarrollo, sin embargo de que habian transcurrido diez ó mas años de este siglo, y nos hallábamos todavia muy en mantillas. Apénas se enseñaba en lo general el conocimiento de las notas: eran raros los instrumentistas que procedian por reglas del arte, y la parte de canto estaba reducida á la ejecucion de boleras y canciones. Curiosa seria en verdad la historia de los progresos de la música en esta Isla: la veríamos ir subiendo por grados desde su nulidad hasta el brillante estado en que hoy se encuentra.

Numerosas eran las partituras de óperas compuestas por maestros que llenaban con su fama al mundo filarmónico, multiplicados los actores que ostentaban sus talentos en la vieja Europa, y todavia ignorábamos que habia óperas en el mundo,

actores líricos; sin embargo de que nos cuentan algunos que han alcanzado aquellos remotos tiempos, muchos prodigios de una compañía de ópera francesa que visitó esta capital. Sea lo que fuere, no llegamos á saber lo que era una ópera, por lo ménos en bosquejo, hasta que no nos favoreció la compañía española, que con los mayores esfuerzos arreglaba á su modo las piezas, formaba una ópera en que se hablaban los recitados, sometiéndose al argumento á los libretos que ya existian, ya traducidos del frances ó del italiano, ya compaginados á su manera. No faltan numerosos individuos que sin haber llegado todavía á la vejez, puesto que nos referimos al año de 1812, que recuerden el entusiasmo que produjo este espectáculo en la Habana cuando la Isabela que aprendieron de memoria hasta los muchachos de tanto repetirla, la Feliz Casualidad, Los dos Presos y otras composiciones formaban el encanto y la admiracion de los espectadores. Los actores por otra parte no representarian hoy ni un papel mediano en el mundo artístico, sin embargo de que la Sra. Galino, digna de un grato recuerdo para la Habana, con su brillante voz, con sus poderosas facultades, hubiera ocupado un lugar muy distinguido si le hubiese tocado la suerte de aparecer en época mas reciente y adelantada.

Estos primeros impulsos del bello arte de la música no fueron perdidos para el pais, en que sin disputa existe un instinto filarmónico en todas sus clases. Esas mismas piezas que componian la ópera formaban el estudio de las señoritas, y por todas partes, aunque sin método, sin estudios de solfeo ni vocalizacion, resonaban dulces y melodiosas voces. Ganamos tambien con estos imperfectos ensayos; porque no tardaron mucho las mejoras. A poco tiempo fué reorganizada esa misma compañía española, y es preciso confesar que para la época y para nuestro estado infantil, logramos ver algunas óperas ménos truncas, mas ordenadas y ejecutadas con mas propiedad. La misma Sra. Galino, la Sra. Sta. Marta como muy buena contralto, el Sr. Dominguez como bajo cantante y bufo á la vez, y el Sr. Muñoz como tenor, formaron una compañía digna entónces de esta capital. Hay quien recuerde todavía la ejecucion del Barbero de Sevilla entre las óperas bufas y el Cruzado en Egipto entre las sérias: ellas no serian obras completamente interpretadas, pero llenaban su objeto y causaban el mayor entusiasmo: dieron por lo ménos el primer ímpetu, el movimiento mas eficaz al gusto y á la aficion filarmónica del pais. Entónces fué cuando comenzaron á aparecer esas aficionadas, cultivando el campo de la música y desarrollando sus facultades en proporcion de los medios que se les presentaban. Entónces fué cuando esas mismas piezas de las óperas ejecutadas en el teatro, eran repetidas por distinguidas jóvenes, aunque en

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