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continuacion los nombres de algunos que se han dignado admitirlo en honor y complacencia nuestra.

Madrid.

Sr. D. Ramon de Armas.

Matanzas.

Sr. D. Francisco de la O. García.

Sr. D. Alejandro Ramirez de Villa-Ur-Sr. D. Manuel J. Carrera y Heredia.

rutia.

Puerto-Rico.

Sr. D. Nicolas Aguayo.
Sr. D. Florentino Gimbernat.

Cuba.

Sr. D. José Ramon de Villalon.

Puerto-Príncipe.

Sr. D. José Rufino Izquierdo.

Cienfuegos.

Sr. D. Manuel Zapatero y García.
Sr. D. Agustin García y Mora.

Pinar del Rio.

Sr. Pbro. D. Antonio Llopiz.
Sr. D. Joaquin Pintado.

San Juan de los Remedios.

Sr. D. Anastasio de Orozco y Arango. Sr. D. Antonio Lorenzo Valdes.
Sr. D. Gaspar Betancourt y Cisneros. Sr. D. José Miguel Jimenez.

Algunos de estos ilustrados indivi fuos han comenzado ya á darnos muestras de su inteligencia y buen espíritu, y podemos prometernos sin duda, que de tan claras como copiosas fuentes nos vendrán en abundancia los mas preciosos datos de todos estos puntos, cuyos intereses están ligados tan intimamente á los nuestros, y cuyos progresos parciales contri büyen á la ilustracion y engrandecimiento de estos dominios, objeto principal á que consagramos todos nuestros esfuerzos.

Cuando el cumplimiento de una oferta, ó la comprobacion de una verdad dependen de resultados próximos y palpables, es inú til encarecer los medios y anunciar el éxito con las manoseadas frases de un prospecto. Nuestros suscritores deben esperarlo todo del tiempo y de la parte que ellos tomen en el sostenimiento de la empresa. A la Redaccion le corresponde escitar las luces y la actividad de sus aventajados colaboradores, multiplicar sus esfuerzos para formar de sus constantes tareas, publicaciones llenas de interes y de utilidad para el pais, á que dedican todos sus desvelos. El aprecio público es toda su ambicion, saberlo merecer será su gloria.

Francisco de P. Serrano, Director.

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SERIA desconocer enteramente los hechos, y cerrar los ojos

á la conviccion, negar que en estos últimos tiempos la Sociedad de Amigos del Pais, si no habia perdido casi todo su prestigio por várias y multiplicadas circunstancias que no es nuestro intento referir, por lo ménos ni recibian impulso ni animacion sus importantes tareas, ni sus miembros manifestaban todo el espíritu vivificante de que dieran tantas pruebas positivas y honrosas, ni en la opinion pública reinaba aquella consideracion que dá valor, brillo é importancia y que facilita los medios de accion á los institutos de esta clase. La causa de esta decadencia y languidez la encontrariamos en la mayor parte de sus propios miembros, tomados aisladamente, y sobre todo en aquellos, que pudiendo contribuir á la propagacion de los beneficios que habian de emanar de su seno, bien por la influencia de sus conocimientos, bien por el concepto público que merecen por su posicion y sus circunstancias, no se dignan concurrir sino á aquellos actos, en que la amistad, las deferencias ú otros motivos ménos laudables les aguijonean para formar una votacion. Casi puede decirse que las tareas de la Sociedad estaban reducidas á la intervencion que una de sus secciones ejercia en el aprendizage de ártes y oficios, y que ha producido beneficios cuantiosos y de útil trascendencia, y á las funciones que la Seccion de Éducacion desempeñaba en la enseñanza primaria, inspeccionando los establecimientos destina

dos á este preferente objeto y concurriendo á los exámenes que anualmente ofrecian los institutores. Pero si bien casi todos los miembros inscritos en estas clases concurrian á sus actos, es fuerza confesar que la animacion, el entusiasmo ó empeño legítimo se circunscribia á un reducido número, no solo para estas tareas, sino tambien para las generales del Cuerpo económico. ¡Habrémos adelantado mucho mas en la época presente? Habrémos recuperado la dignidad y prestigio que realzaban al Instituto en tiempos en que el ilustre Ramirez, el benéfico Espada y Landa, rodeados del patriotismo y de las luces, de la actividad y buen deseo de numerosos miembros, atendian con igual entusiasmo á todos los ramos de la prosperidad pública? Confesamos de buena fé que no se ha realizado del todo esta regeneracion; pero no puede desconocerse que todo concurre hoy á elevar al grado que corresponde tan útil instituto.

La necesidad de un local esclusivamente destinado á las oficinas de la Corporacion, á sus establecimientos, y á sus juntas ha sido en todos tiempos el objeto de que se han ocupado sus mas activos miembros, sin que les fuera dado conseguir este laudable deseo. Pero en medio del desaliento de la mayor parte de los socios, es innegable que la corporacion ha sido sostenida por algunos de estos individuos, que no abandonaron el campo, y que parece que con su asídua asistencia, con sus triplicados esfuerzos, con sus incansables tareas han suplido al desden y apatía de sus consocios. No olvidaron estos activos miembros la idea de conseguir un local para el instituto, y las circunstancias, que por esta vez se presentaron favorables, abrieron las puertas á sus recomendables deseos. Tocó esta suerte, esta oportunidad al Sr. Dr. D. Tomas Romay en el bienio pasado cuando desempeñaba la Direccion del Cuerpo, lugar que nadie ha merecido mejor que este antiguo, sabio y laborioso miembro; pero sus esfuerzos no se hubieran coronado con la adquisicion del local, á no haber sido por el acuerdo y buena inteligencia que demostraron nuestras autoridades, cediendo el edificio del estinguido convento de S. Felipe Nery, y dando de este modo una prueba mas, así de su celo por todo cuanto puedé contribuir al beneficio de esta Isla, como de su ilustracion y buen sentido en sostener al Instituto. La Corporacion no ha podido ménos de reconocer esta señal positiva de proteccion; y así lo ha manifestado patentemente, como una pura y sencilla muestra de gratitud, al colocar el retrato del Escmo. Sr. Capitan general D. Leopoldo O-Donnell y el del Sr. Superintendente general delegado de Real Hacienda conde de Villa-nueva, en el lugar mas decoroso del edificio, cual es la biblioteca pública. La Real Sociedad tiene pues el local competente, á merced de una disposicion tan digna de

elogio y tan aceptable en la consideracion del Supremo Gobierno, cuanto que S. M. se ha servido, al aprobar esta concesion, declarar el dominio perpetuo del edificio mencionado á la Corporacion que hoy lo ocupa.

Inútil es referir el triste aspecto que presentaban aquellos envejecidos claustros en que la mano del tiempo habia impreso todo su poder de destruccion, aquellas celdas habitadas por religiosos reducidos á muy corto número, y sometidos al estricto voto de humildad y de pobreza, voto que alejaba de sus pretensiones la belleza, los adornos y las comodidades en sus tétricas habitaciones, que por otra parte ocupaban sin otro dominio que las disposiciones benéficas del Gobierno, que con utilidad de la poblacion y en honor al culto religioso cediera á los padres Capuchinos, á manera de un colegio, el convento de los estinguidos Felipenses.

Sin fondos sobrantes, la Sociedad Económica se encontró tambien sin medios para reponer este desmendrado edificio, y hacer en él las alteraciones conformes al objeto de su nuevo destino. Pero el benemérito por tantos títulos Dr. D. Tomas Romay, cuyos talentos, actividad y espíritu público, no ha debilitado su dilatada, útil y laboriosa carrera, llenó completamente, y aun mas allá las esperanzas y deseos de la Corporacion, comprobando el acierto de haberle elegido para director en el pasado bienio de 1843 y 1844. Para la ejecucion de las cosas mas grandes basta solo un hombre de genio y de concepto público; así fué que el el Sr. Dr. Romay, convocó las luces de la Corporacion para buscar los arbitrios, invitó á los miembros para obtener donativos voluntarios; hizo una sola indicacion á nuestras dignas autoridades, y unió estas dádivas á los escasos fondos de la Sociedad. Formalizados los presupuestos se nombró una comision para intervenir directa y personalmente en todo lo que concernia á las obras de reparacion. No pudo ser mas acertado el nombramiento que se hizo de los Sres. D. Pedro María Romay y D. Felipe Poey, constituyéndose el primero en sobrestante perpetuo; y si hubiese un solo individuo que atribuyese al sentimiento de amistad ú á otras mas gratas relaciones (tristes hoy para el que escribe estas líneas), si hubiese alguno que pusiese en duda la justicia con que nos espresamos. nos bastará conducirle al edificio de la Sociedad; y si ántes conoció los interiores de aquel convento, le parecerá imposible que con la cantidad de 5413 pesos 3 reales se haya verificado tan completa trasformacion; y el que se hallaba penetrado de los escasos recursos con que contara la Corporacion patriótica, no puede ménos de reconocer una actividad en buscar los medios y una influencia saludable en los miembros colocados á la cabeza de este importante proyecto. A virtud de tan laudables esfuerzos se obtuvieron las sumas necesarias al costo de la

obra, verificada por remate, medio seguro y ventajoso, y que aleja la mas leve sospecha, aun de la mas refinada y reprobada malignidad. Con el auxilio generoso prestado por el Escelentísimo Sr. Capitan general D. Leopoldo O-Donnell, con el que asimismo proporcionó el Escmo. Sr. Superintendente general conde de Villanueva, con la suscricion voluntaria de los socios, y 2500 pesos de los fondos de la Corporacion, casi se completó la suma invertida en obras tan útiles como necesarias. Honor y prez á tan dignos miembros del Instituto, que no ha podido ménos de pronunciar los mas debidos y sinceros votos de gratitud, votos que de justicia reproduciríamos aquí, si no estuviese competentemente calificado el mérito que han contraido, su actividad y su pureza en las breves líneas que trazó la ilustrada comision encargada del exámen de sus cuentas. "Admitimos, dice, tan grata comision por el verdadero placer de haber visto un informe tan modesto como voluminoso de las tareas impendidas por los amigos D. Pedro María Romay y D. Felipe Poey, tareas dignas del mas alto aprecio, consignadas en las cuentas, minuciosamente diligenciadas y comprobadas con tal proligidad y rigor que nos arrancan la calificacion de merecer servir de modelo. No son cuentas de una comision de confianza, en cuya buena fé y patriotismo descansara el comitente, lo son de una oficina severa y respetable." Pero acudamos á los hechos, veamos lo que existe en ese edificio consagrado, si no á la religion divina como ántes, á otros actos y deberes tan en consonancia con el espíritu del cristianismo, tan en armonía con el Evangelio, como son los de propagar los conocimientos útiles, propender al fomento de unos ramos que concurren á cimentar la moral y el amor al trabajo, esta ley humanitaria, esta ley de la naturaleza perfeccionada por los atributos que Dios concedió á los hombres.

Desde la fachada del edificio se nota ya que este es un lugar destinado al beneficio público, con la sencilla inscripcion sobre la puerta principal. Existen allí las distintas oficinas de la Real Sociedad en su piso bajo; tales son las de Contabilidad y Tesorería, la Secretaría general, las de las Secciones de Eduacion, de Agricultura y Estadística, la de Industria y Comercio, en piezas olaras y ventiladas y con el decoro competente. Subsiste allí tambien la clase importantísima de Contabilidad mercantil en que el jéven D. Victor Krúger ha llenado tan completamente el vacío que dejara su aventajado padre D. Jacobo Cristiano en su dilatado impedimento en la vista, y de cuyo establecimiento han salido tantos alumnos perfeccionados por su escelente método práctico. Allí se ha erigido tambien en un dilatado espacio de la galería baja la útil é interesantísima clase de Maquinaria aplicada á las máquinas

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