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parar los estremos dados (ventaja que, nótese bien, no puede atribuirse al simple estudio del método), añade:

"Pero debemos penetrar mucho mas: no basta aplicarse á una sola ciencia, porque á medida que las ideas que adquiere nuestra alma, y sobre las cuales raciocina, difieren mas, nuestra inteligencia adquiere tambien mas estension. Es muy cierto que las facultades de que hemos hablado, se hacen, por un ejercicio bien arreglado, mas perfectas por las matemáticas que por toda otra ciencia; pero es menester para esto que las facultades se ejerciten sobre ideas diferentes entre sí, y distantes de las ideas matemáticas.

"Los que han adquirido el hábito de no considerar sino una especie de ideas, sea cual fuere la habilidad que puedan haber adquirido, raciocinan casi siem pre mal sobre otros asuntos. Es necesario adquirir flexibilidad de espíritu, y esto no puede concebirse sino aplicándose á muchas cosas diferentes.... Hay que notar aquí, y debemos prestar una atencion particular, y es que debemos acostumbrar nuestro entendimiento á consideraciones abstractas. Cuando se trata de comparar juntas las ideas, nunca sacamos tanta utilidad de esta especie de comparaciones, como cuando separamos unas ideas de otras, para mejor examinarlas.-La metafisica tiene un uso particular para acostumbrarnos á las ideas abstractas, con tal que se eliminen de esta ciencia todas las ideas confusas, colocando las otras en un órden natural." (1)

(Continuará.)

(1) Introduct. ad philosop. [Traduccion francesa aprobada por el autor, édit. de Leyde 1748, pár. 877 y siguientes.—(L. P.)

con

PROYECTO

DE SOCIEDAD ANONIMA,,

objeto de fomentar la poblacion blanca eu esta Isla en progreso del cultivo del tabaco.

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Se ha publicado en el Diario de la Habana en uno de sus números de Febrero último un artículo en que se indicaba este mismo pensamiento como en bosquejo, dándose allí sucintamente una idea del objeto y fin de la Sociedad Anónima; y de este mismo proyecto vamos á ocuparnos con la detencion que permite la naturaleza de nuestro periódico.

Dos motivos inseparables de nuestra mente y que embargan nuestro espíritu tienden en gran manera si no á desanimarnos, por lo menos á llenarnos de una desconfianza capaz de hacer caer la pluma de nuestras manos, si no nos viésemos sostenidos por un ardiente deseo de contribuir al bien y prosperidad de un pais, en donde todo se espera de la industria y del trabajo en medio de la paz y del órden que nada ha podido alterar hasta ahora. La falta de conocimientos en el que escribe, es el primero de estos motivos. Y no es este el modesto velo ficticio que suele encubrir el rostro en cuyas facciones se ostenta la rigidez del orgullo de una vana suficiencia; no, sabemos que nos sobran deseos, y que nuestra aplicacion y estudio va mas allá de nuestras fuerzas, pero conocemos que para tratar la materia como corresponde se necesita un caudal de datos exactos, de nociones comprobadas por la esperiencia, y sobre todo un don de acierto para entrar en cálculos que solo dén resultados positivos, esponiéndonos á errores ó equivocaciones, en circunstancias de tener que valernos del saber y la esperiencia agena en muchos puntos que no podemos someter á nuestras propias investigaciones.

El segundo motivo de desconfianza nace del fatal desden con que se reciben las ideas y proyectos en que es preciso salir del profundo carril de la rutina, lidiar con el interes, contar con la influencia y cooperacion activa de una gran maza de individuos de diferentes temples, de distintas convicciones, y

someterse en fin á las calificaciones mas injustas, ó al insopor table desprecio con que suele mirarse el fruto de un penoso y dilatado trabajo, presidido por el mejor deseo y dedicado solamente á la causa del beneficio público y de la prosperidad comun. Se necesita pues toda la resolucion de que es capaz un alma bien templada, una fuerza suficiente y que se haga superior á todas estas consideraciones, para dar á luz aun los proyectos mejor concebidos; y no alcanzando á tal grado nuestra posibilidad en la plena certeza de lo que valemos como escritores, no hacemos mas que ofrecer esta pequeña tarea como un proyecto, aventurado si se quiere, imperfecto en muchos puntos y acaso irrealizable bajo el aspecto que lo presentamos y por los medios que proponemos. Pero cuántas veces un proyecto informe, una idea que no ha sabido presentar el que la ha concebido ha servido para las obras mas grandes en las ciencias, en la industria, en la humanidad! Frecuentemente hay grandes desatinos que tienen la fortuna de pasar por algun tiempo como verdades, á la vez que hay verdades que tienen la desgracia de no ser creidas. Deseamos que la voluble diosa no nos someta á esta aberracion de sus caprichosas leyes: condénense al olvido nuestros errores, apréciense las verdades que ofrezca nuestro trabajo.

Es indudable que la hermosa nicociana es una de las mas ricas producciones de nuestro suelo, principalmente en la situacion especial de las comarcas mas occidentales de la Isla; y aunque se ha estendido prodigiosamente el cultivo, poniéndose acaso en contribucion terrenos no muy convenientes á esta planta, y representando ya un guarismo considerable entre los artículos de nuestra esportacion marítima, circunstancias debidas indudablemente á la limitada franquicia con que ha sido favorecido este producto territorial, como para compensar en algun modo la severidad y duras restricciones con que todas las potencias lo reciben; con todo esto, ni el cultivo propiamente dicho ha llegado al grado de perfeccion agrícola que demandan siempre las producciones destinadas á formar parte de la riqueza pública por la via industrial y mercantil, ni todos los terrenos aptos para este cultivo están dedicados á él, y aun podemos decir sin temor de equivocarnos, que permanecen yermas cuatro quintas partes de las predilectas localidades, si bien como hemos dicho, se cultiva el tabaco en donde ménos convenia.

En consecuencia es de suma importancia procurar que se hagan productivos esos terrenos, y que lo que pierde la riqueza pública en los otros ramos de industria agrícola, procurémos recuperarlo dedicando todos los esfuerzos posibles á un fruto, que á lo menos por ahora, goza de una primacía que no puede disputarle ningun territorio rival.

No somos de los fatalistas que creen que ha llegado el momento de abandonar los otros ramos que hasta ahora han cons. tituido los medios de subsistencia y bienestar, y que como minerales inagotables nos han elevado á la altura en que hoy nos vemos. El hecho de pugnar con la rivalidad y de lidiar con actuales circunstancias desventajosas, no supone ciertamente falta de arbitrios para sostenerse, ni desmembracion de fuerzas para triunfar. A la vez que otros gobiernos, otras naciones dispensan todos sus favores á las producciones del mismo género que ofrecen otros paises, gravando con injusticia los nuestros, nosotros tambien hallarémos en nuestro gobierno, no en la via ruinosa y perjudicial de las represalias, sino en la proteccion directa, armas poderosas con que sostenernos en la lucha: estudiarémos el mejor cultivo, los procedimientos mas económicos, aumentando la produccion y ganando tiempo, ahorrando brazos y capitales, simplificando los costos y perfeccionando la industria. No hemos tomado todavía esta aptitud imponente en toda su estension ni con todo el vigor que exigen las circunstancias; pero hemos entrado en esta via, la depreciacion nos ha ido conduciendo á ella, y al fin, la necesidad con su irresistible fuerza nos obligará á apurar los medios, ántes que condenar á la improduccion nuestras grandes posesiones agrícolas. Así pues no consagrarémos todos nuestros esfuerzos en favor de una nueva produccion, si así puede llamarse la del tabaco, abandonando industrias que han contribuido á nuestro engrandecimiento y riqueza; porque ni aun siquiera somos de la opinion de que debe ponerse límites á la produccion del azúcar. Lo que deseamos con todos los que quieren la prosperidad del pais, es no circunscribir los medios de bienestar y subsistencia á uno ó dos de sus productos industriales, y que los terrenos que permanecen yermos ó improductivos, y cuya situacion geográfica y topográfica, reune todas las ventajas para el cultivo del tabaco mas selecto del mundo sin temer ni un solo rival, terrenos que acaso no se prestarán á otros cultivos, salvando algunas escepciones, se dediquen á una industria agrícola, tan sencilla en sus procedimientos, tan acomodada á las medianas fortunas y aun á los que tienen robustez y un capital insignificante, y tan oportuna hoy en circunstancias de la escasez de brazos que comienza á sentirse; porque á nuestro juicio, y miéntras una buena y dilatada esperiencia no demuestre la posibilidad de suplir á los que se han empleado hasta hoy, (no siendo la conviccion la obra de un momento en las costumbres arraigadas) ninguna industria cubana de las que están en ejercicio útil y lucrativo se presta tanto á ser manejada tan completamente por brazos libres y de nuestra raza, como la del tabaco.

Por todo cuanto dejamos dicho se vendrá en conocimiento de que nos conducen dobles miras en la idea que vamos á es

planar. 1o La propagacion, el aumento de la produccion y cultívo de una planta en los terrenos mas útiles y convenientes que hoy subsisten improductivos; 2° el incremento de la poblacion blanca en esa preciosa parte de nuestra Isla, solitaria hoy y sin medios de defensa y no muy agena de inconvenientes por la situacion que ocupa en el Seno Mejicano. De manera que nuestra tendencia es elevar la riqueza pública y por consiguiente la del Estado, consolidar nuestra seguridad y subsistencia poblando útil y ventajosamente aquellas localidades. Mucho ha hecho ciertamente en estos últimos tiempos, la facilidad en las comunicaciones y transportes, y la bien entendida distribucion parcial de terrenos en favor de estos grandes objetos; pero por lo mismo debemos acudir á aumentar los medios y á favorecer las circunstancias, cuando el interes y los esfuerzos industriales propenden a desarrollar el beneficio. Por lo menos, pruébase con esto que, en vez de contrariarse la idea, está apoyada por la utilidad y conveniencia; que en vez de esperar obstáculos, no se hallará mas que amplitud de medios, desembarazo en la marcha, duplicados recursos sin necesidad de estraordinarios esfuerzos.

Nosotros vemos por otra parte al gobierno ilustrado y activo que nos rige, concurrir con su poderosa mediacion y sus acertadas disposiciones al interesante objeto de aumentar la poblacion de esta Isla por medios estraordinarios; y estamos instruidos de que á invitacion de la sociedad mercantil de los Sres. Zulueta y Compañía de Londres se agita por la Real Junta de Fomento la inmigracion de mil individuos asiáticos con destino á los trabajos agrícolas. Y aun cuando seria siempre de desear que las grandes inmigraciones no fuesen de individuos estrangeros sino de nacionales, nos parece que la acogida parcial de este número, no es de grande influencia, siendo por otra parte útiles por la conformidad que existe en el clima de que proceden y en el que los recibe, y no ofreciendo inconveniente alguno ni á la política ni á la seguridad futura. Pero nuestro designio va mucho mas allá de la idea de traer meros trabajadores á salario: proyectamos constituir colonias de propietarios agricultores, que aumentando la riqueza y la poblacion del pais, aseguren su bienestar y no inspiren ningun género de desconfianza bajo de cualquier concepto.

¿Cómo la colonizacion de españoles dedicados al cultivo del tabaco puede ser objeto de una Sociedad anónima? ¿Cómo un interes particular puede dirigirse al bien general con utilidad y provecho propio.? Cómo en fin puede ser ventajoso á los que abandonan su pais natal, establecerse en la isla de Cuba, prestarla sus servicios, hallar en ella su subsistencia y bienestar, sin someterse à la penosa condicion de recibir al dia un desabrido pan y un escaso salario, graduado fielmente por la im

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