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Bahama, Santo Domingo y tantas otras de nuestras colonias para impedir que se apoderasen de ellas esos miserables bandidos y aventureros? Ciertamente que no.

Estos hechos y otros innumerables justifican que al Real Cuerpo de Ingenieros encargado de fortificar las plazas, deben y debieron su conservacion y su engrandecimiento los paises que hoy posee, y que hace poco poseia la España en América.

Veamos para mayor comprobacion de los servicios prestados á la isla de Cuba, fidelísima posesion de España. Reconocida desde el descubrimiento su interesante posicion, la envidiable feracidad de sus terrenos y abundancia de bastimentos, atrajo desde luego la envidia y codicia de aquellos aventureros que no cesaron de atacarla y saquearla, mientras se encontraba sin fortificaciones. En efecto el año de 1538 fué saqueada, talada é incendiada la Habana; lo que habiendo llamado la atencion de Hernando de Soto, gobernador de la Isla que residia en Santiago de Cuba, se ocupó desde luego en poner remedio para que no se repitiesen tan lamentables incidentes, y penetrado de que no cabia otro que la construccion de alguna fortaleza, hizo venir al capitan de ingeniero Mateo Aceytuno, el cual edificó el castillo de la Fuerza.

Concluida que fué esta fortaleza tomó crédito dicho puerto, por el respeto que impuso á los piratas recalando á él todos los buques que cruzaban con riquezas de la Nueva-España á la Península.

Pero como los piratas se aumentaban, y continuaban cometiendo sus escesos no solo en varios puntos de esta Isla sino aun "en todos los pueblos de América que no estaban con fortalezas" como dice un respetable cronista, nuestro Gobierno que ya conocia la importancia de esta colonia, no perdiéndola de vista mandó en 1588 se construyese otra fortaleza en la Habana, nombrando por maestro mayor á Bartolomé Sanchez, ingeniero de S. M. con los oficiales y demas trabajadores necesarios. (3) Se construyó en efecto un bastion en la Punta que hizo abandonar de una vez á los piratas la esperanza que aun parece abrigaban de apoderarse de esta plaza. ¡Admirables ventajas de las fortificaciones! Un solo baluarte contiene las demasías y proyectos de aquellos hombres arrojados: ¡y se querrán mas pruebas de su conveniencia?

Habiendo pues justificado la esperiencia lo acertado de estas medidas, informado nuestro Gobierno de que se acrecentaba cada vez mas el número y recurso de los Flibustieros y consecuentemente sus depredaciones y tropelías, teniendo aviso de que dichos corsarios se preparaban con fuerzas formida

(3) Actas del Cabildo de esta ciudad de 29 de Noviembre.

bles para invadir (como invadieron) la capital de Santo Do mingo, y que pasarian en seguida á la Habana, dispuso llevar á cabo la defensa formal de la Habana considerada ya como capital de la Isla por la seguridad que ofrecia á las embarcaciones, erigiendo al efecto la Isla en Capitanía general y nombrando Capitan general al Maestre de Campo Juan de Tejeda á quien encargó muy particularmente la construccion de dos fortificaciones en la Habana para dar cumplimiento á tan previsora superior disposicion nombró dicho Maestro de Campo al célebre ingeniero Juan B.ta Antonelli, quien en efecto llevó la direccion de las fortalezas de esta ciudad, construyendo el castillo de la Punta y el formidable Morro: poco despues dirigió el mismo Antonelli las obras de los fuertes de Cojimar y la Chorrera de mucha importancia en aquella época, aunque hoy no se le considere así.

La construccion de su muralla, en toda la magistral, principiada en 1633 y que la puso en un perfecto pié de defensa, seria por sí suficiente á colmar los servicios de los ingenieros en el siglo XVII. De igual importancia fueron los prestados en el resto de la Isla. La ciudad de Cuba no dejó de ser saqueada hasta el año de 1642 en que D. Pedro de la Roca su Gobernador hizo construir su castillo del Morro; y aunque en 1662 lograron los ingleses destruir con formidables fuerzas esta ciudad por hallarse muy deteriorada dicha fortaleza, tan luego como se reedificó la de la Catalina y la Estrella, cesaron los estrangeros de incomodar á esta segunda ciudad antigua capital de la Isla.

Mas cuando verdaderamente se reconoció la importancia de la institucion fué en el memorable asedio que esperimentó esta plaza de la Habana por una formidable armada británica, el año de 1762. Reconociendo esta nacion que con fundamento merecia la Habana el renombre "Llave del Nuevo-Mundo," "emporio de la América" buscaban por todos medios un pretesto de invadirla: así fué que declararon la guerra á España y con noticias de las pocas fuerzas con que contaba esta Plaza, así como de la falta de los precisos fuertes para su defensa, aprovechando estas circunstancias, con escesivas fuerzas, grandes recursos, pertrechos y trenes de batir se presentan de improviso con una imponente escuadra, atacan por los puntos exentos de fortalezas, y no obstante la tenaz heroica defensa del castillo del Morro la obligan por fin las acertadas operaciones de los ingenieros enemigos, á capitular despues de un sitio de 60 dias.

Pero cuanto no influyó el Cuerpo facultativo que nos ocupa? Valdes refiere lo mucho que se debió á sus operaciones para que se dilatase el éxito del asedio, y cuanto en aquella oca, sion trabajó la Maestranza en obras de defensa y fortificacion,

Se dirá sin embargo ¡y cómo no obstante la existencia del Cuerpo de ingenieros sucumbió la plaza? Fácilmente puede resolverse la pregunta.

1. Porque ademas del axioma de que con fuerzas y recursos superiores no hay Plaza que no pueda ser pugnada, las fortalezas con que contaba entonces la Habana eran en muy corto número para la necesaria defensa. 2. Los flancos que principalmente debian estar defendidos como eran el Cerro de la Cabaña y lomas de Soto y Aróztegui, no se encontraban fortificados: así fué que por ellos precisamente batieron los espertos enemigos; y nadie duda que el desacierto de haberse destruido la batería que provisionalmente se habia levantado en la cima de la Cabaña ocasionó la rendicion de la Plaza; pues siendo el punto dominante de la ciudad y apoderados de él los enemigos fortificaron la parte mas culminante; cuyos fuegos dirigidos á la poblacion, la pusieron en la mayor consternacion por el estrago que sufriera; haciéndose entónces manifiesto el vaticinio del célebre ingeniero Antonelli, que segun tradicion subiendo un dia á dicho Cerro, dijo: "Será dueño de la Habana el que lo fuere de la Cabaña" lo que igualmente habian di- cho los facultativos ingleses.

Habiendo quedado demostrada en este desgraciado acontecimiento la ineficacia de la milicia veterana y de la Real Armada, cuando es superior el número de fuerzas enemigas, así como la importancia de las fortificaciones, el primer cuidado del alto Gobierno, luego que en 1763 se hubo restituido la Plaza é Isla á consecuencia de la paz de Basilea, fué promover las obras de fortificaciones que se vió eran las que convenian para la defensa. Diez años solos bastaron para la reedificacion del Morro: la construccion de los castillos de la Cabaña, Príncipe y Atarés, proyectados y dirigidos por el mariscal de campo é ingenieros D. Silvestre Abarca, y el Atarés concluido por el ingeniero Cramer y con algunos otros concluidos posteriormente como el Número 4, el fuerte de Sta. Clara y un sin número de baterías, quedó inespugnable la Habana: en términos que ninguna nacion se ha atrevido desde entónces é invadirla, ni aun en las críticas circunstancias en que se encontraba la Isla durante la revolucion de España y de las provincias disidentes de la América Española.

Asimismo pertenecen al cuerpo de Ingenieros de este Departamento los servicios que ha suministrado en ámbas Floridas, provincias que dependian de esta Capitanía general, y donde edificaron las fortificaciones necesarias: el castillo de San Agustin de la Florida es obra completa y fué bastante para su defensa, en todo el tiempo que perteneció la Florida oriental al Gobierno español.

Y cuán grandes y aun honoríficos á la nacion, han sido los

servicios de aquella última memorable época y principalmente en los años de 1823 y cuatro siguientes en que habiendo obligado las referidas circunstancias á aumentar el ejército y organizar un sistema general de defensa interior y esterior en la Isla, proteger sus costas y proveer á todo lo concerniente á la seguridad del pais el Escmo. Sr. D. Francisco Dionisio Vives, capitan general, notando desde luego que se carecia de la principal base para tan perentorio objeto, cual era un mapa y noticias tepográficas, nombró entónces una comision de Gefes y Oficiales, todos del Cuerpo ó agregados á ingenieros para la formacion de la Carta y una Estadística; cuyas obras se finalizaron para bien general y honor de la nacion, despues de 10 años de contínuos y penosos trabajos.

Con tales seguridades el Comercio y la Agricultura, manantiales de la riqueza de esta Isla, tomaron nueva vida, llegando al estado de prosperidad que hoy envidian muchas naciones.

Mas no son estos los únicos servicios prestados por el Cuerpo de Ingenieros. Hasta ahora hemos anotado solamente los que propiamente pertenecen á su instituto ó sea al ramo militar; veamos lo que le deben los demas ramos, especialmente el civil.

Sabido es que el célebre ingeniero Antonelli auxilió al Maestro Galona y á Hernan Manrique, en la construccion del cauce que desde el husillo (ó dique de la represa) condúce el agua á esta ciudad debiéndose á su cooperacion, no solo el acierto en la ejecucion de la obra, sino el importante trabajo de la represa, que admiran aun los inteligentes.

En 1650, gobernando Francisco Golder, practicó el Cuerpo la nivelacion para abrir un canal del puente de Chavez á Îa caleta de San Lázaro, como lo demuestra el plano que levantó con el fin de aislar la ciudad y aumentar por este medio su defensa, dando mas holgada estension á la Plaza, que fué á la verdad, un desacierto el no haberse aprobado el proyecto puesto que hoy no lamentaríamos la estrechez de nuestras calles en un clima tropical.

Encargado en 1796 el conde Mopox y de Jaruco de renovar el proyecto del canal de Güines, se ejecutó la nivelacion á los dos años siguientes por los hábiles ingenieros D. Francisco y D. Félix Lemaur, los cuales reconocieron que la estension del canal era de unas 19 leguas y que el punto de division se hallaria en Taberna del Rey." (4)

A fines del siglo último y principios del presente el coronel de ingenieros D. Antonio Trevejos, construyó las obras de las casas de Gobierno é Intendencia, cuarteles de Milicias de esta Plaza dirigió la importante obra del empedrado de las ca

(4) Humboldt. Ensayo político, pág. 245.

lles y los puentes de Calabazar y Arroyo-Jibaro como tambien la reedificacion del Coliseo, todos sin haber admitido gratificacion alguna, segun lo ha atestado el Ayuntamiento de la Ha bana.

Por el Real Cuerpo se construyeron los edificios y Moiinos de Tabaco de S. M. tanto en esta jurisdiccion como en Matanzas, sobresaliendo el grandioso cuanto sólido de la Factoría para la trata de la hoja de aquella planta. La casa de Educandas conocida por de Beneficencia, construida por el ingeniero Wambitelli. Los maestros mayores del Cuerpo han construido la famosa Aduana de esta capital, y los mas suntuosos edificios urbanos de particulares.

Finalmente en nuestros dias, ademas de la construccion de algunos fuertes y baterías en los puertos en que mas se necesitaban y de las considerables reparaciones verificadas en las fortificaciones; se ha hecho mas y mas recomendable el Cuerpo, por el celo y buen gusto que ha desplegado en el ornato de la capital. Hasta la época del mando del Sr. Tacon pudiera aun casi decirse de la capital de la Isla, lo que respecto del tiempo del Marques de la Torre dice el historiador Valdes: "La ciudad lo era solamente por su denominacion y por las Reales concesiones que la colocaban en este rango, pero absolutamente lo era en lo material, careciendo como carecia de cércel, de empedrado en las calles, numeracion de casas, mercados, carnicerías, pescaderías, paseos &c."

Pues todo esto se reformó bajo el gobierno del general Tacon, ó mejor dicho, se construyeron de nuevo enteramente dirigidas todas por ingenieros y que han atraido la admiracion por lo portentoso de las obras, su solidez y suntuosa elegancia pueden equipararse con las primeras de su especie de las capitales de Europa.

El Escmo. Sr. Superintendente general de Real Hacienda Conde de Villanueva, observando el poco aseo con que venian las aguas á esta ciudad por estar el antiguo cauce al descubierto, determinó formar el acueducto de Fernando VII. Tan beneficiosa obra la dirigió el ingeniero D. Manuel Pastor, concluyéndola el año 1835: y está reputada por obra maestra por los peritos, proveyendo al vecindario y buques de todas las naciones de aguas tan puras y cristalinas, como saludables. ¿Qué hubiera sido de esta poblacion en las grandes sequías que hemos sufrido sin esta obra tan útil como benéfica?

No debemos tampoco pasar en silencio que el primer español que ha construido un camino de hierro ha pertenecido al cuerpo de ingenieros; pero cuando mas se ha mostrado la utilidad de este cuerpo respecto al ornato público ha sido sin duda desde el momento que tomó posesion de su empleo el Escmo. Sr. Subinspector general mariscal de campo D. Mariano Car

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