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seis cuadras de su morada. Estos querrian que la educacion se les diese no solo grátis, sino que se les fijara la escuela frente á sus mismas casas, y como esto no es posible, ni prudente tampoco combatir obstinadamente ese error, pues de hacerlo perderiamos léjos de adelantar, la Clase esparció las escuelas en los distintos barrios, señalando en ellos pensiones respectivas como ya se ha recomendado, y transigiendo en provecho de todos con aquella exigencia que de otro modo hubiera destruido, privando á muchos del beneficio de la enseñanza.

Numerosas y repetidas son las solicitudes que se reciben pidiendo asignacion mensual para escuelas primarias, y á esto que indica sentirse ya la necesidad y conveniencias de la instruccion, no ha sido posible acceder por la carencia de fondos en que nos hallamos--Esta ha sido la respuesta que entre otros muchos se ha dado á los partidos del Cano y Bainoa que vivamente la exigieron, habiéndose concedido por conducto del Gobierno al de las Pozas que la tiene señalada. Restablecióse pues su instituto á mediados del año que va á terminar. La academia de niñas que en el barrio del Horcon sostiene de su peculio el amigo D. José Vazquez Arellano mientras la Sociedad carezca de fondos para pagarla, ha estado y continúa abierta con numerosa concurrencia de aquel vecindario.

Lugar es este de recomendar el servicio desinteresado que han sabido prestar los profesores á quienes la Sociedad pasa cantidades mensuales para educar niños pobres. Sufriendo como sufren hace cinco meses un descuento de la tercera parte de esas pensiones por el atraso de los fondos, no han retirado ni un solo alumno de sus establecimientos, y si se recuerda que todos educan muchos mas de los que les están asignados, conocerémos cuan generosa y caritativa es esta conducta, que á la vez encierra una leccion práctica de virtud, digna de elogio y recomendacion.

La Clase dió su voto de aprobacion á la obra Geográfica de España que á la Sociedad presentó D. José Vicente Jorro, cuya laboriosidad y mérito supo apreciar.-Lo hizo asimismo con el "Liceo de Lectura para los niños" escrito por el presente Secretario y que estimó útil para la enseñanza.

Revividos los trabajos de la Estadística moral de la Isla, principiados en 1836, sobre lo cual se han celebrado varios acuerdos y publicádose el resultado de ellos, espera hacer las comunicaciones necesarias para dedicarse con vista de los datos que recoja á esta operacion importante y que tanta luz habrá de derramar en la estadística criminal.-Entónces podrá graduarse la influencia que la enseñanza pueda tener en los delitos comparando el número de criminales con la poblacion, y estimando asimismo la proporcion en que se hallen respecto de los que se educan en las casas establecidas con este fin.

No tiene la Seccion grandes pretensiones ni aspira á llevar sus miras á la exactitud y perfeccion tan indispensables como dificiles en tan grave asunto, pero aun cuando no consiga otra cosa que la justa apreciacion de esos datos, algo habrá hecho acopiando preciosos materiales cuyo exámen demostrará hasta qué punto llega el bello consorcio de la ilustracion y la moralidad, y cuánto conviene fomentar la primera para alcanzar con los lauros de la segunda, el bienestar que ofrece la rectitud de las costumbres á los pueblos cultos y civilizados.

Finalmente la Clase ha dirigido su voz siempre dulce y persuasiva cuando las diferencias entre padres y maestros han alterado ese vínculo de amor é interes que los une por medio de sus hijos; ha sabido conciliar las exigencias de unos con las prestaciones de otros, y obtenido la buena armonía que de suyo reclama la carrera de las letras; ha retirado su confianza cuando las circunstancias lo pedian á personas que no fueron dignos de merecerlas para que no profanaran el precioso depósito que en sus manos se pusiera; ha alentado el celo de los inspectores que cuidan de las casas á que asiste la niñez menesterosa; y fijando sus miradas en el porvenir ardientemente desea, que disipada la ignorancia penetre en todas partes la ilustracion y se realcen la abundancia y fertilidad de esta Antilla con las mejoras intelectuales y morales de sus habitantes. Habana y Diciembre 6 de 1845.-Manuel Costáles, secretario.

LA CIUDAD DE SAN CARLOS DE MATANZAS.

A pesar de los distintos documentos que he dirigido á la Comision Redactora de las Memorias sobre diferentes puntos históricos y estadísticos, no creo todavía satisfechos mis deseos de corresponder á la honrosa distincion que se me ha hecho, inscribiéndome en el número de tan aventajados colaboradores; tócame llenar mi parte en los trabajos originales, y aunque inferior á todos, es un deber de que no me es posible prescindir y que procuraré cumplir á la medida de mi capacidad y de mis fuerzas que es cuanto puede esperarse de los que se consagran á la obra de la ilustracion y del beneficio público. Entre tanto y poseyendo una descripcion de la ciudad de San Carlos de Matanzas, redactada por mi estimable é instruido amigo el Licenciado D. Estéban Pichardo con el auxilio de las noticias suministradas por el ilustrado cura párroco actual Dr. D. Manuel Francisco Garcia, segun las especificaciones pedidas por el Escmo. é Illmo. Sr. Arzobispo Administrador Diocesano, que ha dejado de existir hace poco tiempo, he creido que el asunto merecia muy bien un lugar entre los materiales que forman el objeto de estas publicaciones, cuya abundancia y variedad no es en verdad la circunstancia ménos apreciable con que hoy se encuentran favorecidas. Espero por tanto que vea la luz el interesante material que pongo en manos de la Redaccion, respondiendo de su originalidad. Habana 15 de Febrero de 1846, -José María de la Torre.

La ciudad de Matanzas ó San Cárlos de Matanzas, está situada en la orilla del fondo de su bahía en la costa N. y tercio occidental de la Isla, sobre un terreno elevado diez varas respecto al nivel del mar, compuesto de una tierra tosca blanca endurecida, ó mas bien de arena arcillosa y barro (como dice el cuadro estadístico) que por la continuada accion del sol y aire, adquiere una gran consistencia. La Iglesia parroquial está á los 32° 2' 40" latitud boreal y 75° 16' 10" longitud occidental de Cádiz, suponiendo el Morro de la Habana á los 76°,

4' 34" adoptados por la Comandancia general de Marina, segun las últimas observaciones. Dos rios el Yumurí, y S. Juan desembocan en su bahía, estrechándola gradualmente de poniente á naciente desde su primer tercio hasta sus dos bocas en dicho fondo que apénas dejan quinientas varas castellanas de distancia N. S., donde empieza la primera calle orilla del mar, poco mas de una elevada sobre este, como el muelle de piedra que á manera de lengüeta ó calle aislada arranca del tercio S. en direccion E. N. E. unas 400 varas; sin embargo el suelo va elevándose anfiteatralmente hácia el poniente hasta la línea de la aduana, siguiendo igual á la plaza de armas, baja luego un poco y vuelve á subir por la plaza de S. Francisco ó cárcel nueva suavemente hasta fuera de la poblacion, que con mayor declive va presentando en bastante altura la campiña cubierta de bonitas quintas, donde se goza el aire mas grato y de la vista terrestre y marítima la mas pintoresca, dominando por el frente la ciudad y puerto, por el S. las llanuras inmediatas del S. Juan, y por el N. las alturas de Yumurí y la Cumbre, donde tambien se disfrutan parecidos beneficios: esas ondulaciones del terreno de la ciudad con otras menores que la cruzan, interrumpen sus llanuras é igualdad, cuando por la rectitud y direccion de sus calles, solo Holguin pudiera competir con ella en toda la Isla : solo en el estremo oriental y principio de Versalles aparecen algunas calles oblícuas; lo demas de este barrio que bordea la costa N. de la bahía está bien delineado, así como el otro de Pueblo-nuevo al S., terminado por el rio S. Juan al O., cuyas calles salen rectas á la bahía con un terreno llano en la mayor parte: de manera que toda la poblacion viene orillando la punta ó fondo de la bota que forma la bahía sobre 3000 varas, aunque con algunas interrupciones despobladas. En este sentido tres son las partes constituyentes de la ciudad, la central ó intrapuentes es un trapecio irregular encerrado entre los dos rios que ensanchando gradualmente de oriente á poniente hasta casi de la poblacion se apartan en direccion opuesta al N. y S. para terminar por el O. los dos barrios estrapuentes de Versalles al N. E. y Pueblo-nuevo al S. de la central. Las calles de esta última son tres tiradas de E. O. y diez y ocho cruzadas N. S.; la mas poblada y larga de las primeras desde la orilla de la bahía alcanza mas de 2600 varas castellanas y de las segundas de rio á rio sobre 1200, con tres oblícuas cortas. Pueblo-nuevo separado solamente al S. por el rio S. Juan, cuenta 16 calles terminadas al occidente por la curvatura que forma éste y van al Oriente, concluyendo las mas en la calzada orilla de la bahía, con el largo de 2000 varas castellanas la mayor: las cruzan de N. á S. doce con dos calzadas y otra oblicua litoral de dicha bahía, la mayor de 1400 varas castellanas, y el camino de hierro de la Sabanilla, que arran

cando cerca del puente en dicha direccion es cruzado por las primeras hasta su curvatura al E. La Iglesia queda casi al centro de esta poblacion que no es compacta, ni ocupan bien todo el terreno las casas que en sus estremos son miserables, singularmente por los barrios del Mamoncillo y la Jaiba, aunque no faltan sus quintas y caleras bonitas. Siguiendo el litoral de la bahía por la calzada de Buitrago y fin de esta á mas de 1400 varas del puente de S. Juan principia el pequeño caserío de Playa de Judíos que componen 18 ó 20 casuchos y tiendas diseminadas á uno y otro lado del camino costeándola siempre, que no merece atencion.-Versalles es el tercer suburbio al N. E. de la central, de la que está separada por el rio Yumurí, terminado al S. por la calzada de Laborde y paseo en la orilla setentrional de la bahía: la poblacion delineada alcanza de su estremo N. E. al rio sobre 1500 varas castellanas y mil cruzadas, contando por todas 32 calles, aunque solo poblada quizá su mitad occidental á la falda de la Cumbre, cuya altura se ve salpicada de quintas costosas que disfrutan del aire mas puro y de una vista marítima y terrestre encantadora. Pueden por consiguiente contarse en Matanzas cerca de cien calles de distintos nombres y 16 entre plazas y plazuelas, sobre las cuales tirada una línea N. E. S. O. del estremo de Versalles al de Pueblo-nuevo alcanzaría 4000 varas castellanas, y la perpendicular desde el estremo occidental de la parte central mas de 3000. La comunicacion de esta, que llamarémos la ciudad, con los dos barrios de Versalles y Pueblo-nuevo se verifica por dos puentes sobre ámbas bocas de los rios Yumurí y S. Juan, saliendo el último á la recta y ancha calzada de Tirry, y á mas otro cerca de la plaza del Mercado, que es el nuevo, y guia á la calzada de Campuzano, todos de madera sobre pilares de mampostería, sólidos, aunque no correspondientes ya á la riqueza y engrandecimiento de una ciudad que necesitándolos mas que otras, no los tiene como Puerto-Príncipe, Sancti-Espíritus &c.

Ninguna ciudad de la Isla disfruta de la ventaja de esta, dos anchas calles de aguas tan inmediatas, por donde á semejanza de Venecia, van y vienen botes y lanchones á media y una legua, pasando por bajo de los arcos de sus puentes cargados de frutos, materiales, pescadores &c. Es lástima que estos dos vehículos de comercio y comunicaciones vayan disminuyendo sus fondos por todo lo que arrastran las lluvias á su seno: una y otra ribera de S. Juan hasta el Puente-nuevo y plaza del mercado están bordadas con sus malecones de cantería y consolidadas ya sus calles con vastos edificios de mampostería destinados casi esclusivamente á almacenes para depósito de azúcares, mieles, café, maderas &c., y sus pequeños muelles donde atracan las lanchas á cargar y descargar: lo mismo su

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