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Encierra este tomo en sus cuatro ramos de rimas sacras, doctrinales, amorosas y festivas la flor de las poesías de los Argensolas, Berceo, Boscan, Burguillos, Castillejo, Garcilaso, Herrera, Jauregui, Luis de Leon, Medrano, Mendoza, Padilla, Rioja, Ruiz y de algunos de menor nota. Queda para el tercer y último tomo el ramillete que se cogerá de las obras de Lope de Vega, Quevedo, Góngora, Francisco de la Torre, Esquilache, Mesa, Figueroa, Saa de Miranda, Soto de Rojas y algunas otras, con su añadidura de poesías desconocidas ú olvidadas.

Nada tiene que añadir el editor á lo que dijo en su primer prólogo acerca del mérito de estas antiguas rimas. Debe sin embargo señalar con particularidad á los inteligentes los 122 Sonetos que sirven de peculiar adorno á este tomo.

I. RIMAS SACRA S.

No. 372.

Amigos é vasallos de Dios omnipotent,

si vos me escuchásedes por vuestro consiment, querríavos contar un buen aveniment:

terrédeslo en cabo por bueno verament.

Yo Maestro Gonzalo de Bercéo nomnado, yendo en romería caecí en un prado verde é bien sencidó, de flores bien poblado, lugar codiciadero para ome cansado.

Daban olor sobejo las flores bien olientes, refrescaban en ome las caras é las mientes, manaban cada canto fuentes claras corrientes, en verano bien frias, en invierno calientes.

Habie hí grand abondo de buenas arboledas, milgranos é figueras, peros é manzanedas, é muchas otras fructas de diversas monedas, mas non habie ningunas podridas nin acedas.

La verdura del prado, la odor de las flores, las sombras de los árbores de temprados sabores refrescáronme todo é perdí los sudores:

podrie vivir el ome con aquellos olores.

Nuncua trobé en sieglo lugar tan deleitoso, ni sombra tan temprada, nin olor tan sabroso : descargué mi ropiela por yacer mas vicioso, poséme á la sombra de un árbor fermoso.

Yaciendo á la sombra perdí todos cuidados, odí sones de aves dulces é modulados: nuncua udieron omes órganos mas temprados, nin que formar pudiesen sones mas acordados.

Unas tenien la quinta é las otras doblaban, otras tenien el punto, errar no las dejaban, al posar, al mover todas se esperaban, aves torpes nin roncas hí non se acotaban.

Non serie organista, nin serie violero, nin giga nin salterio, nin manoderotero,

nin instrument, nin lengua, nin tan claro vocero, cuyo canto valiese con esto un dinero.

Peroque vos disiemos todas estas bondades, non contamos las diezmas, esto bien lo creades: habie de noblezas tantas diversidades, que no las contarien priores ni abades.

El prado que vos digo habie otra bondat, por calor ni por frio non perdie su beldat, siempre estaba verde en su integridat, non perdie la verdura por nula tempestat.

Manamano que fui en tierra acostado, de todo el lacerio fui luego folgado: oblidé toda cuita, el lacerio pasado, qui allí se morase serie bien venturado.

Los omes é las aves cuantas acaecien, levaban de las flores cuantas levar querien, mas mengua en el prado ninguna non facien, por una que levaban tres é cuatro nacien.

El fructo de los árbores era dulz é sabrido, si Don Adam hobiese de tal fructo comido, de tan mala manera non serie decibido, nin tomarien tal daño Eva ni su marido. Señores amigos, lo que dicho habemos palabra es oscura, exponerla queremos: tolgamos la corteza, al meollo entremos, prendamos lo de dentro, lo de fuera dejemos. Todos cuantos vivimos que en piedes andamos, siquiere en prision ó en lecho yagamos, todos somos roméos que camino andamos: San Pedro lo dis esto, por él vos lo probamos. Cuanto aqui vivimos, en ageno moramos,

la ficanza durable suso la esperamos:

la nuestra romería estonz la acabamos cuando á paraiso las almas enviamos.

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