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pios del siglo XIII, fuéron extendiendo su pesca, su comercio y navegacion, aunque puramente costanera y de cabotage, con el buen éxito que demostró la poblacion, poder y riqueza de estas provincias en los siglos inmediatos.

buscaban

80. Las marinas del Mediterráneo, aunque ya en cierto grado de esplendor y prosperidad á principios del siglo XII, se resentian sin embargo de su atraso en el arte de navegar. Una prueba convincente ofrece la expedicion de los pisanos y otros cruzados contra los sarracenos que ocupaban las Baleares empresa promovida por el papa Pascual II y dirigida por un legado apostólico, cuyo armamento se hizo en Pisa por aquella poderosa república, contribuyendo tambien á él con sus subsidios los luqueses y los romanos. Su salida de Puerto-pisano se verificó por Agosto de 1114, y perdido el rumbo de Mallorca por impericia de los pilotos aportó inesperadamente á la costa de Blanes en Cataluña, creyendo que aquella era la tierra de moros que , y fué menester que sus moradores declarasen que eran cristianos y vasallos del conde de Barcelona para que no los persiguiesen como infieles, segun refiere Laurencio Verones diácono de Pisa y autor coetáneo. Desde Blánes enviáron los pisanos embaxadores al conde con propuesta de elegirle por su compañero en la expedicion y por caudillo supremo de sus armas ; lo que aceptó este príncipe con mucha satisfaccion por libertar las costas de sus dominios de los estragos que continuamente sufrian de los moros de las Baleares. Á instancia del legado y para evitar los riesgos de un puerto tan poco seguro como el de Blánes se traslado toda la armada al de San Feliú de Guixôls, adonde fuéron llegando sucesivamente varios confederados, entre otros el conde de Barcelona Raymundo Berenguer III, que tomó el mando supremo por aclamacion universal, el señor de Mompeller, el vizconde de Narbona, el señor de Arles en Provenza, el Sacristan de Arles y los barones de Rosellon, de Beziers, de Nímes y de toda la provincia. La derrota para Mallorca, que era muy fácil y sencilla por haberse de dirigir casi de norte á sur la distancia de 40 leguas, fué un asunto de tan grande dificultad para aquellos marinos que léxos de enmararse para abreviar su navegacion, prefiriéron no abandonar la cos

ta y la siguiéron á vista de Barcelona, costeando á Monjuich y boca del rio Llobregat por Tamarit y Tarragona hasta Salou, á donde hicieron segunda arribada forzados de los vientos contrarios, resolviéndose al fin á invernar en Barcelona. Los pisanos se volviéron á su patria á reparar la armada, dexando parte de sus tropas en Cataluña hasta el verano siguiente; y reunido allí segunda vez el armamento que pasó de Salou á los Alfaques de Tortosa á hacer la aguada, dió la vela con 500 embarcaciones y sin perder de vista la tierra del continente llegáron á Ibiza, que fué la primera isla que acometiéron (1). Esta direccion tan singular en una empresa tan importante, practicada por los marinos mas célebres de aquella edad, da una prueba concluyente del atraso en que estaba todavía el arte y la práctica de la navegacion.

81. Ni los ingleses estaban mas adelantados por aquellos tiempos, como lo demuestra el trágico suceso de su príncipe Guillermo hijo del rey Enrique I, que regresando con su padre en una numerosa esquadra desde Normandía á Inglaterra el año de 1120 quiso adelantarse á todos con una embarcacion que habia hecho construir para su pasage y el de su comitiva. El afan y anhelo de recibir el primero las albricias de los ingleses, de quienes era muy amado, le hizo prometer generosas recompensas á los marineros si le proporcionaban aquella satisfaccion; y deseando contribuir á ella el piloto abreviando el viage quanto fuese posible determinó seguir la costa tan de cerca que tocando el baxel en una peña se deshizo y sumergió inmediatamente. Logróse libertar al príncipe en una lancha; pero oyendo este los ayes y quejidos de su hermana Matilde que perecia entre las olas, se arrojo con intrepidez al mar para salvarla y sin conseguirlo pereció tambien en él, víctima de su cariño y generosidad: desgracia que alcanzó á mas de trescientas personas que venian en la nave, entre las quales habia algunas otras de la familia real y muchos de los principales per

(1) Laurentii Veronensis Diáconi cármen rerum in Majorica Pisanorum, anno 1115 apud Muratori Script. rer. Ital. tom. VI, pág 112. Capmany copia algunos trozos é excertas de este poema en el apéndice de notas núm. XIV del tom. II de las Mem. de la ant, mar. de Barcelona.

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sonages del reyno y de la corte (1). No puede darse un testimo nio mas auténtico del atraso de la navegacion que el concepto y la práctica de aquel piloto á cuyos conocimientos se fiaba la suerte del sucesor de un trono tan respetable. Esta ignorancia era comun á todas las naciones marítimas; y así para inquirir el primer impulso favorable que recibió en esta época el arte de navegar, es preciso exâminar aquellos sucesos memorables que reuniendo por primera vez con un objeto mismo á todas las naciones de Europa proporcionáron su recíproca comunicacion, multiplicáron sus relaciones y estrecháron sus intereses. El deseo de facilitar y de acelerar este mutuo comercio, para adquirir mayores riquezas y comodidades, sugirió naturalmente los medios de cultivar la navegacion y de fomentar la marinería.

82. Tales fuéron las expediciones á la tierra santa desde fines del siglo XI, por cuyo medio no solo practicáron los europeos occidentales la navegacion de levante y estableciéron allí escalas para su contratacion, sino que la extendieron á los paises del norte, especialmente despues que disgustados los navegantes de Lubecky Brema de los sucesos de las cruzadas, ó de que no correspondiesen á sus fatigas las ventajas que se habian prometido, abandonáron los dilatados viages hasta el fondo del Mediterráneo por otras empresas que ofrecian á su piadoso zelo y á su ambicion un mar mas vecino y otras naciones todavía idolatras y salvages que podrian ser convertidas á la fe y sometidas á su imperio mercantil. Tales eran las que habitaban las costas meridionales del Báltico, que se extienden desde Lubeck hasta Rusia, de las quales durante el siglo XII parte fuéron exterminadas, y parte subyugadas convertidas por y los reyes de Dinamarca, los duques de Saxonia y otros príncipes, levantándose inmediatamente sobre las ruinas de sus chozas y cabañas ciudades magníficas como Rostok, Wismar, Stralsund y otras, que habitadas cristianos, aplicados al comercio y á la navegacion, llegáron con el tiempo á ser miembros muy considerables de la Liga Hanseática (2). ·

por

colonos alemanes

(1) Lediard, Hist. nav. de Inglat. lib. I, cap. 3, tom. I, pág. 17.

(2) Mallet, de la Ligue Hanseatique, cap. z, pág. 21.

83. Arrojados por una tempestad los mismos navegantes de Lubeck y de Brema en el año de 1158 al parage en que el Dwina desagua en el Báltico, tuviéron ocasion de descubrir la Livonia, y de aprovecharse de los recursos y ventajas que ofrecia para el comercio. Con este fin estableciéron allí una colonia, que se aumentó rápidamente y contribuyó mucho á la conversion de los livonios conversion que sirvió despues de pretexto á los príncipes de Dinamarca y de Alemania para conquistarlos. Este zelo de propagar el cristianismo en aquellos vastos continentes se hizo mas general en el siglo inmediato. El órden teutónico, que llegó á ser soberano baxo la proteccion del imperio, y varios príncipes y obispos de la parte 'meridional del Báltico, emprendiéron con mucho fervor esta conquista espiritual; pero necesitando para ella de los navegantes de aquella confederacion, les dispensáron los mas amplios privilegios, extendiéndolos tambien á otras ciudades marítimas de la baxa Alemania, y con especial distincion á la de Lubeck (1).

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Así se dilataba la navegacion y se enriquecia el tráfico de estos pueblos por el occidente y por el mar de Alemania, logrando en todas partes exênciones y gracias de mucha consideracion. Se permitió á sus vecinos formar en Londres una compañía, establecer allí su casa y almacenes, y celebrar sus juntas. El pueblo ingles, tan zeloso ahora de su comercio marítimo, dexo por mucho tiempo á estos extrangeros consolidar sin oposicion y extender sin rivalidad su imperio comerciante en el seno mismo de la Gran-Bretaña. Su actividad les hizo penetrar á fines del siglo XIII desde la Livonia hasta Novogorod la grande, una de las principales ciudades de la Rusia, donde establecieron sus factorías, en las quales exerciéron su jurisdiccion los magistrados de Lubeck. Y por estos medios creció el poder y autoridad de las ciudades ya confederadas entónces, de tal manera que para defender los privilegios que intentaba disputarles el rey de Noruega armáron una esquadra numerosa, y lográron triunfar de la resistencia de aquel príncipe (2).

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85. Si estos felices acontecimientos aumentaban el crédito, el respeto y la autoridad de la confederacion entre los estados vecinos, tambien contribuyéron á consolidar su constitucion y dilatar su dominio desde el Escalda y las islas de Zelanda hasta la Livonia, entrando en ella como á porfía muchas ciudades del interior del imperio y aún provincias enteras que lo solicitáron con gran empeño. Esta union se fué estrechando mas y mas con la necesidad de sosténer una guerra muy obstinada con el rey de Dinamarca, y pudo ya á la mitad del siglo XIV hacerse respetar, y darse á conocer de toda la Europa con el nombre de Liga Hanseática (1).

86. Árbitra exclusiva del comercio del norte, cuyos paises habia en gran parte descubierto y civilizado con su industria, le comunicaba por medio de sus navegantes á los pueblos del mediodía, manteniendo para esto con mucha discrecion sus relaciones amistosas y mercantiles con las repúblicas de Italia. Estas por su parte, no ménos atrevidas é industriosas, comenzáron á comunicarse directamente con los puertos del Báltico; pero como la navegacion era tan dilatada y tan imperfecto el estado de la naútica, que para un viage redondo desde Venecia empleaban unos 8 meses, de 6 á 7 desde Génova y Pisa, y poco ménos desde Barcelona, se estimó de recíproca conveniencia partir la distancia, estableciendo en medio del camino una escala ó emporio comun entre los pueblos marítimos del norte y los del mediodía de la Europa, y ninguno pareció mas proporcionado que la ciudad de Brújas, plaza ya conocida por su contratacion en los estados de Flandes, cuya riqueza y prosperidad adquirió desde entonces un incremento asombroso. Allí pues se depositaban por una parte las lanas y otras primeras materias de Inglaterra, los paños y manufacturas de los Paises-baxos, los efectos navales del norte como maderas, brea, cáñamos, lonas y diferentes géneros y artefactos; y por otra quanto se exportaba del Mediterráneo ya de las preciosas producciones de la India, ya de las propias y naturales, ó de las fábricas de Italia, de Francia de Y

(1) Mallet, en el mismo lugar, pág. 25.

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