El teatro español: ó colección de dramas escogidos de Lope de de Vega, Calderón de la Barca, Moreto, Roxas, Solis, Moratín, y otros célebres Escritores, Volumen 1

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Smallfield, Hackney, 1817
 

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Página 174 - Y allí su fuerza y su valor mostraron De modo, que en un punto seis soldados Fueron de agudas puntas traspasados. No con tanta presteza el rayo ardiente Pasa rompiendo el aire en presto vuelo, Ni tanto la cometa reluciente Se muestra ir presurosa por el cielo, Como estos dos por medio de tu gente Pasaron, colorando el duro suelo Con la sangre romana; que sacaban Sus espadas do quiera que llegaban.
Página 103 - Esta difícil y pesada carga que el Senado romano me ha encargado, tanto me aprieta, me fatiga y carga, que ya sale de quicio mi cuidado.
Página 107 - Y que solo atropella la batalla La multitud de gente y armas junta? Si el esfuerzo y cordura no se halla, Que todo lo previene y lo barrunta, Poco aprovechan muchos escuadrones, Y ménos infinitas municiones.
Página 171 - MADRE ¿Qué mamas, triste criatura? ¿No sientes que a mi despecho, sacas ya del flaco pecho por leche, la sangre pura?
Página 184 - ¡oh nunca vista cosa!, se muestra el hijo de piedad desnudo y contra el hijo el padre, con rabiosa clemencia levantando el brazo crudo, rompe aquellas entrañas que ha engendrado, quedando satisfecho y lastimado.
Página 181 - ¿cuál será el brazo o pecho celerado que en ese hermoso vuestro dé herida? Yo, señora, no soy tan mal mirado que me precie de ser vuestro homicida : otra mano, otro hierro ha de acabaros ; que yo sólo nací para adoraros.
Página 177 - Lira, que acortes la hambre, entre tanto que la estambre de mi vida corta el hado. Pero mi sangre vertida. y con este pan mezclada, te ha de dar, mi dulce amada, triste y amarga comida.
Página 108 - Si a militar concierto se reduce cualquier pequeño ejército que sea, veréis que como sol claro reluce y alcanza las victorias que desea, pero si a flojedad él se conduce, aunque abreviado el mundo en él se vea, en un momento quedará deshecho por más reglada mano y fuerte pecho.
Página 220 - Ofrecióse a mis ojos la ribera y el monte donde el grande Carlos tuvo levantada en el aire su bandera, y el mar que tanto esfuerzo no sostuvo, pues movido de envidia de su gloria, airado entonces más que nunca estuvo.
Página 158 - Hijos de estas tristes madres, ¿qué es esto? ¿Cómo no habláis y con lágrimas rogáis que no os dejen vuestros padres? Basta que la hambre insana os acabe con dolor, sin esperar el rigor de la aspereza romana. Decidles que os engendraron libres, y libres nacistes, y que vuestras madres tristes también libres os criaron.

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