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á correr con algunas compañías de caballo el término ↑ Aragon, y residió en la villa de Illueca, á donde había de Chaza, y acaso se halló en ella el conde, y saliendo contra los que corrian el campo, dió en la celada en que estaba Ugo de Santapau, y fué el conde preso por un caballero aragonés de la compañía de Ramon de Bages, que se llamaba Rodrigo Zapata: y despues fueron aquellos barones puestos en libertad. Rindióse la ciudad de Catania á nueve del mes de agosto deste año, y estando en el cerco murió de dolencia don Pedro Maza, y fué depositado su cuerpo en el casti-Inglaterra, y con los duques de Berri y Borgoña por

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nacido y se habia criado, casi hasta la muerte del rey don Pedro, y asistiendo en su legacía, el rey don Juan dió la obediencia de sus reinos al papa Clemente, y se volvió á la córte de Aviñon. Tratándose entonces de concordar las diferencias y guerras que habia entre los reyes de Francia é Inglaterra, fué enviado por legado, é intervino en los medios de concordia con los duques de Alencastre y Lencestre, que estaban por el rey də

el de Francia su sobrino, que se juntaron diversas veces entre Bolonia y Cales, y él fué medianero entre ellos, y por medio de don Fernan Perez Calvillo, obispo de Tarazona, se persuadió á los ingleses que se juntasen con él, para que entendiesen la justicia que el papa Clemente tenia en el pontificado, lo que antes no se habia podido acabar, y se le permitió que pasase á Inglaterra, pero estorbáronlo algunos cardenales sus émulos, que dieron á entender á Clemente que el cardenal de Aragon trataba que ambos pontifices renunciasen á su eleccion, y que tenia fin de ser elegido en su lugar, y así le embarazaron que no pasase á Inglaterra, ni á los estados de Flandes. Siendo vuelto de aquella legacía á Aviñon, determinó de venirse á Cataluña, y recogerse en la villa de Reus, que era de la cámara de la iglesia de Tarragona, y la tenia en administracion: pero dentro de breves dias despues de su llegada sobrevino la muerte del papa : y los doctores de la universidad de París escribieron al colegio de los cardenales que residian en Aviñon, exhortándolos que no procediesen á la eleccion del futuro pontifice hasta que se entendiese la voluntad del adversario cerca de la concordia en la union de la Iglesia: y despues de recluidos en el cónclave en el palacio apostólico, se presentaron ciertas letras del rey de Francia en que les encargaba lo mismo y no queriendo sobreseer en la eleccion, procuraron que se jurase por todos y firmasen en una cédula, que por las vias lícitas y honestas procurarian con toda eficacia con el futuro pontifice, aunque alguno dellos fuese elegido, que renunciase el pontificado si pareciese á los carde nales ó á la mayor parte del colegio, que así convenia al bien y union de la universal Iglesia. Habiendo jurado esto, y firmado aquella cédula, procediendo á la eleccion un lúnes vigilia de san Miguel, á hora de tercia, todos los cardenales en conformidad, se concordaron por via de escrutinio, y eligieron al cardenal de Ara

Murió el papa Clemente este año en la ciudad de Aviñon un miércoles á diez y seis del mes de setiembre, y á diez y ocho del mismo fué llevado su cuerpo de la capilla mayor del palacio á la iglesia catedral de Santa María, á donde estaban congregados todos los cardenales, y el mismo dia celebró la misa el cardenal de Agrefull, y predicó al pueblo, y fué sepultado el cuerpo. Despues de celebradas las exequias como es costumbre, los cardenales entraron en su cónclave un sábado á veinte y seis del mismo mes, y eran veinte y un cardenales, porque otros tres que eran de la obediencia de Clemente, estaban ausentes, y destos eran, don Jaime de Aragon hermano del marqués de Villena, obispo sabiense, y don Pedro de Frias cardenal de España, que estaba en Castilla, y comenzaron á proceder á la eleccion. Luego se entendió, que la mayor parte de los cardenales concurría á elegir al cardenal de Aragon, que era don Pedro de Luna, por ser el mas señalado varon de todo el colegio en las partes que se requerian en aquella dignidad, así en letras como en religion y costumbres. Fue hijo de don Juan Martinez de Luna, que era uno de los señores de la ilustre y nobilísima casa de Luna, tan antigua y principal en estos reinos, y de doña María Perez de Gotor, hija de don Miguel Perez de Gotor, y de doña María Perez Zapata, que sucedió á don Miguel Perez su padre en las baronías de Illueca y Gotor: y tenia esta señora mucho deudo con las casas de Alagon, Moncada y Rocaberti, y con los Zapatas, Calatayu-gon en sumo pontifice, y él la contradijo, y estuvo á

des, Veras y Sayas, que eran muy buenos caballeros. Fué doctor en decretos, y catedrático en el estudio de Mompeller, y muy famoso letrado, y fue creado en diácono cardenal por el papa Gregorio undécimo, con título de Santa María en Cosmedin. En la creacion de Clemente su predecesor, fué uno de cuatro legados que se nombraron para tratar en su nombre lo que tocaba á la union de la Iglesia: vino á procurarla con los reyes de España, á donde residió en su legacia mucho tiempo, y por su instancia el rey don Juan de Castilla se declaró en la ciudad de Salamanca por la obediencia de Clemente, y despues procuró lo mismo en los reinos de Navarra y Portugal, y por su medio se concertaron los reyes de Portugal y Castilla, y casó el rey don Juan con la infanta doña Beatriz, hija del rey don Fernando, y por la muerte del rey de Portugal, y por las guerras que se movieron en aquel reino, por haberse alzado en él el maestre de Avis, no se declararon los portugueses. De allí se vino al reino de

TOMO IV.

ella tan renitente, que afirma fray Gerónimo de Ochon de la órden del Carmen su confesor, que fué despues obispo de Elna, en la historia que compuso de las cosas que sucedieron en su tiempo, que no se ha➡ bia entendido en doscientos años atrás tanta contradiccion en ninguno que fuese asumpto al pontificado: y así lo encarece él mismo en la bula que envió al rey de Aragon de su eleccion: y no era maravilla que con su gran prudencia pronosticase los trabajos y fatigas que de aquella promocion se le habian de recrecer despues de haber pasado grandes peligros en mas de diez y seis años que habia procurado lo que tocaba á la union de la Iglesia. Luego que dió su consentimiento á la eleccion que se le notificó por el cardenal de Agrefull, tomó nombre de Benedicto tredécimo, y antes de su coronacion, el primero de octubre, escribió al rey de Aragon, avisándole como era asumpto á aquella dignidad, llamándose Benedicto, electo siervo de los siervos de Dios: aunque segun la costumbre de 103

aquellos reinos conforme à la órden que el rey don
Juan dejó en su testamento. Por otra parte los que es-
taban en el consejo del rey, que tenian á su mano el
gobierno conforme á lo que se acordó en Madrid, que ·
eran el arzobispo y maestre de Santiago, don Juan Nu-
ñez de Guzman maestre de Calatrava y Juan Hurtado
de Mendoza, se confederaron con la reina de Navarra,
tia del rey de Castilla, y con don Pedro conde de Tras-
tamara: y procuraron con el rey que se quitase el ofi-
cio de condestable al marqués de Villena, y se diese al
conde don Pedro, porque el marqués era del otro ban-
do: y decian que despues de la muerte del rey don Juan
no habia ido á la corte, como era requerido. Despues
sucedió, que estando las cosas en gran rompimiento
entre los grandes de aquellos reinos, el rey de Casti-
lla, que no tenia aun catorce años cumplidos, salió del
poder de los tutores, y tomó á su mano el regimiento
del reino. Esto fué à dos del mes de agosto del año pa-
sado de mil y trescientos y noventa y tres: y en el mes
de mayo deste año el marqués fué acompañado á
Illescas, á donde estaba el rey don Enrique: y llevó
consigo á don Pedro de Prades su sobrino, hijo del
conde de Prades: y allí se confederó el marqués en
gran amistad con el arzobispo de Toledo, y con el
maestre de Santiago y con Juan Hurtado de Mendoza
mayordomo del rey de Castilla, y con el mariscal Die-
go Fernandez, y con Ruy Lopez de Abalos, camarero
del rey don Enrique, y con Diego Lopez de Estuñiga
justicia mayor, y se juramentaron de valerse. Esto se
hizo con voluntad y consentimiento del rey, á veinte
y dos de mayo deste año: é intervinieron en esta liga
los embajadores del rey de Aragon, que era un caba-

la sede apostólica, suele preceder la consagracion y coronacion del sumo pontifice, antes que se dé aviso á los príncipes católicos de su promocion: pero quiso hacer con el rey este cumplimiento siendo hechura suya y de su padre, y habiendo recibido dellos grandes beneficios, y por tener su origen en su reino, y así venia la bula con el plomo sin el nombre del pontífice, porque así se acostumbró por los sumos pontífices en todas las cosas que se espedian ántes de la solemnidad de la coronacion. Coronóse á once del mes de octubre: y el rey se detuvo en no escribir al nuevamente electo, ni enviar á visitarle, por entender primero la forma de su eleccion, y si era impedimento para la union que se procuraba en la Iglesia, que segun todos tenian esperanza, parece que dependia en la mayor parte del rey de Aragon, porque todos los príncipes de la cristiandad eran muy mozos y gobernados. Despues de la fiesta de la coronacion, el papa Benedicto envió sus embajadores á todos los principes cristianos para avisarles de su promoción, y para tratar que se diese órden como la Iglesia fuese unida, y deliberó enviar al rey sobre ello una muy solemne embajada, y vinieron á Barcelona un hijo del marqués de Saluces, hermano del cardenal de Saluces, y mosen Aimar de Agrefull, hermano del cardenal de Agrefull, y Jofre de Boil, que era embajador del rey de Aragon en la corte romana, y fué referendario y cardenal. Ántes desto fuéron embajadores al rey de Francia, y á los duques de Orleans y Borgoña, y à la universidad de París, los obispos de Aviñon y de Tarazona, para que se enviasen algunas personas señaladas á Aviñon, para tratar en lo que concernia á la union de la universal Iglesia. Estaba la cámara apos-llero que se decia Lucas de Bonastre y micer domingo tólica de Aviñon tan pobre, que desde el tiempo del papa Clemente tenia empeñados todos los ornamentos y joyas y mitras de la capilla, y del palacio, por muy grandes sumas en poder de don Juan Fernandez de Heredia maestre de Rodas, y usó de tanta liberalidad en la promocion de Benedicto, que se lo entregó todo graciosamente, sin querer que se le pagase cosa alguna: y fué una de las señaladas larguezas que príncipe usó en su tiempo, y muy celebrada por todas las naciones. Con la nueva desta eleccion hubo gran regocijo en todos estos reinos, porque era el papa Benedicto muy amado en ellos, y tan notable persona, que se tuvo gran confianza, que por su medio é industria se reduciria la Iglesia á la union tan deseada general-abuelo le habia dado por sus señalados servicios, sienmente en toda la cristiandad, y hallándose el rey y la reina en Barcelona, salieron de la iglesia mayor en procesion con todo el clero y pueblo, y fuéron á nuestra Señora de la Mar con gran solemnidad y fiesta. Tambien el rey de Castilla por sí y sus reinos prestó la obediencia al papa Benedicto, como la habia reconocido á Clemente su predecesor.

CAP. LIV. De lo que sucedió en Castilla, al tiempo que el rey don Enrique tuvo la administracion de sus reinos, y que se quitó al conde de Ribagorza el oficio de condestable y el marquesado de Villena.

Sucedieron en Castilla durante la menor edad del rey don Enrique grandes divisiones, por el regimiento del reino, y entre otras novedades que causaron grande alteracion, fué que el arzobispo de Toledo procuró de confederarse con el duque de Benavente, y con el marqués de Villena, y con el maestre de Alcántara, y con Diego Hurtado de Mendoza, y con otros grandes y caballeros de Castilla, para dar forma que se gobernasen

Masco. Ofreció entonces el rey, que desagraviaría al marqués en lo del oficio de condestable, y encargóle, que fuése con él á Castilla, porque iba contra el duque de Benavente, que andaba juntando grandes compalas de gentes: y porque el marqués se escusó dello, por volverse al reino de Valencia, que estaba en grande peligro, por la guerra que habia con el rey de Granada, y por haber sido muerto el maestre de Alcántara aquellos dias por los moros en una entrada que hizo en el reino de Granada, el rey quedó muy descontento, y no solo no se entendió en restituirle el oficio de condestable, pero buscóse forma como le quitase el marquesado de Villena, que el rey don Enrique su

do uno de los principales valedores que tuvo para hacerse rey de Castilla. Sucedió así que el rey don Enrique el viejo habia dado al marqués cincuenta mil florines para ayuda de su rescate, cuando le prendieron en la batalla de Nájara: y otros cuarenta mil, con que rescatase á don Pedro su hijo, que quedó en rehenes en poder del conde de Fox, por sesenta mil florines: y con esto se concertó matrimonio de don Alonso y don Pedro hijos del marqués, que estaban en rehenes por el rescate del marqués su padre, el uno en poder del príncipe de Gales y el otro en el del conde de Fox, con dos hijas del rey don Enrique, que eran doña Leonor y doña Juana, como dicho es, y concertóse que don Alonso, que era el mayor, dentro de dos años despues de haberse salido de la prision en que estaba por rescate de su padre, casase con doña Leonor, y don Pedro con doña Juana dentro de cuatro años que fuese rescatado, é hizo el marqués pleito bomenaje de cumplirlo y á don Pedro, que era entonces de nueve años, dió todo el marquesado de Villena, reservándose el

CAP. LV.-De los medios que el papa Benedicto ofreció para la union de la Iglesia, y de las novedades que sucedieron en Aviñon.

Despues de la eleccion de Benedicto sucedieron en Francia tales novedades y escándalos, que aunque se dió color, que se movian para estirpar la cismaque ha

usufructo en su vida, y ofrecióle el rey de Castilla en
contemplacion destos matrimonios, sesenta mil doblas
que se habian de dar al príncipe de Gales, por su res-
cate, por el cual quedaba en rehenes don Alonso su
hijo. Efectuóse el matrimonio de don Pedro con doua
Juana y hubieron dos hijos y una bija, y el mayor
de los hijos se llamó don Enrique, y por el derecho
que tuvo al marquesado, se llamó don Enrique de Vi-bia en la Iglesia, fueron causa de gran turbacion, y no
llena, y el menor don Alonso: y el marqués su abuelo
despues de la muerte de don Pedro su hijo, que murió
en la batalla de Aljubarrota trató de casar á don Enrique
su nieto con doña María de Albornoz hija de don Juan
de Albornoz y de doña Costanza su mujer, que fué
hija del conde don Tello: y heredó esta doña María
los lugares de Alcocer, Valdolivas, Salmeron, Torral-
va, Albornoz y Carcelen, y el derecho de Moya y su
tierra, y de Otiel y de otros lugares que fueron de don
Juan de Albornoz su padre, que era hijo de ruicer Go-
mez de Albornoz muy notable caballero y gran señor,
que fué senador de Roma, y de doña Costanza de Ville-
na, hija de don Sancho de Villena y nieta de don Juan
Manuel. Despues que don Alonso salió de la prision,
pasó el término dentro del cual se debia casar con doña
Leonor, y feneció á veinte y seis de enero deste año: y
desde que vino á España, se requirió por parte de dóña
Leonor al marqués, que se efectuase el matrimonio, y
los del consejo del rey don Enrique proveyeron, que
se cumpliese, ó pagase treinta mil doblas que se
dieron por su dote: y el marqués se escusaba por
la deshonesta vida é inhabilidad de doña Leonor: y no
solamente se procedió á pedimento de doña Leonor á
ejecucion del marquesado contra el marqués, pero
tambien en nombre de doña Juana su nuera, madre de
don Enrique, por razon de su dote: y pretendió el
marqués, que aquel estado no se podia quitar á su nie-
to, por haberse traspasado en él el señorío y propie-
dad por la donacion que se hizo á don Pedro su hijo,
por contemplacion de matrimonio. Pero la ejecucion |
pasó adelante: y el marquesado se vendió para pagar
los dotes de doña Juana y doña Leonor: y con este co-
lor se fué el rey de Castilla apoderando de aquel estado,
y fué despojado dél el marqués en su vida, que no le
quedaron sino los castillos de Villena y Almansa: aun-
que él se fué á Biar, y juntó allí algunas compañías de
gente de guerra con publicacion que se queria ir á
despedir del rey de Castilla, y que aquella ceremonia
se habia de hacer dentro de sus reinos: pero esto obró
mas en la fama que en el efecto. Habíase ya movido esto
de sacar el marquesado de su poder viviendo el rey
don Juan de Castilla, con consejo del arzobispo de To-
ledo: porque pareció, que no convenia que un tal esta-
do estuviese en poder de un señor tan grande como
era el marqués, siendo de la casa real de Aragon: y
fué desheredado dél don Enrique su nieto, á quien per-
tenecia legítimamente. Este es aquel famoso y notable
caballero don Enrique de Villena, tan celebrado por la
doctrina de las artes liberales, en que empleó desde su
primera edad todo su estudio, que fué muy enseñado
en el arte de la elocuencia, y en los secretos de la filo-
sofía y de las otras disciplinas, y quedó mas conocido
por esto entre las gentes, que por suceder de la línea le-
gítima de la casa real de Aragon, y ser nieto del rey
don Enrique el segundo de Castilla. Don Alonso su tio,
que se llamaba conde de Denia, casó despues con la in-
fanta doña María, hermana del rey de Navarra.

se consiguió aquel fin que se pretendia generalmente
por todos. Tuvo esto origen en el mes de octubre
pasado, siendo Benedicto elegido por los cardenales
que estuvieron debajo de la obediencia de Clemente su
predecesor, hubo una congregacion general de la uni-
versidad de París en San Maturino, para deliberar en
lo que tocaba á la estirpacion de la cisma: y allí se
resolvieron que se debia proceder por uno de tres ca-
minos. El primero era, que cada uno de los elegidos
renunciase á su eleccion: y despues se eligiese pontífice
por los cardenales antiguos, que lo eran del tiempo de
Gregorio undécimo, que fué indubitado sumo pontifice
y vicario de Cristo en su universal Iglesia: ó por bien de
concordia se procediese á la eleccion por ambos cole-
gios, y el segundo medio para que se comprometiese:
y el tercero que se convocase concilio general, pues es-
te fué habido por único remedio desde la primitiva
Iglesia para la estirpacion de las heregías. Esto se ha-
bia ya tratado en la vida de Clemente por el mes de
junio, y se puso por escrito aquella resolucion de la
universidad de París, y estaban los reyes de Aragon y
Francia muy conformes en procurar que se eligiese uno
destos medios: y aunque despues se siguió la eleccion
del cardenal de Aragon, y se creyó que por ser natu-
ral destos reinos y persona tan acepta al rey, desistiria
de su primer propósito, y del fin que tenia de procurar
la union de la Iglesia, y era así que el rey siempre le
| habia favorecido como al mas notable prelado de sus
reinos, y deseaba su honor y acrecentamiento, pero no
dejó por esta razon de insistir en procurar lo que tocaba
á la union de la Iglesia apostólica, de la misma manera
que antes. Pero el rey de Francia, siendo elegido el car-
denal de Aragon, tomó aquel negocio por mas propio,
aunque comunmente se entendió que no recibió nin-
gun contentamiento que el pontificado saliese de natu-
ral de su reino, recelando que la sede apostólica y la
curia volvería á tener su asiento en Roma. Entendiendo
esto Benedicto, envió por sus nuncios al rey Carlos de
Francia, al obispo de Aviñon que era auditor, y á don
Fernan Perez Calvillo, obispo de Tarazona, que era cu-
biculario y referendario, y á micer Pedro Blavi, doc-
tor en decretos, que era un muy famoso letrado, para
que tratasen con el rey y don Juan, duque de Berri, y
con Felipo, duque de Borgoña sus tios, y con su conse-
jo, y se eligiesen algunas personas notables y muy se-
ñaladas, y se enviase á Aviñon para tratar con Bene-
dicto y con los cardenales de las vias mas lícitas y ho-
nestas que pareciese para conseguir la union de la Igle-
sia, y estos nuncios llegaron á París en la cuaresma, y
fué su legacía muy grata al rey, y á los duques sus
tios, á cuya disposicion estaba el gobierno de aquel
reino, por ser el rey muy mozo: y luego se deliberó en
el consejo del rey de Francia, que los duques de Berri
y Borgoña, y Luis, duque de Orleans hermano del rey,
fuésen á Aviñon: y propusieron lo que tocaba á la re-
formacion y union de la Iglesia. Ántes desto el rey de
Francia envió sus embajadores al rey de Aragon para
tratar .con él lo que tocaba á la estirpacion de la cis-
ma, porque ambos estuviesen conformes: y vino un s

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