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ciones y pactos, y el rey se aposentó en el palacio real, que llamaban el Azuda, junto á la puerta de Toledo. Con el suceso de esta victoria, quedó consumada la gloria y triunfo de este príncipe, por haber conquistado á su señorío, una ciudad tan famosa y rica y tan principal entre todas las otras de España y tan señalada por el nombre de su fundador César Augusto. La cual se pobló, segun muy ciertas congeturas, estando en España, en su noveno y deceno consulado y de una pequeña poblacion, que antes se llamaba Salduba, fué en tan breves dias tan acrecentada y ennoblecida, que segun afirma Pomponio Mela, ya en su tiempo era la mas principal ciudad de lo mediterráneo, de la provincia Tarraconense. Fué Colonia del pueblo romano, que llamaban Immune, por ser libre y exenta y que no pagaba ningun tributo para el sueldo de la gente de guerra y tomó el nombre de su fundador, César Augusto, diferente de las otras á quien se dió nombre, ó Cesareas, 6 Augustas. Púsose entonces en ella, ó no mucho despues, convento del pueblo romano, á donde concurrian como á cortes y audiencia real, y eran Juzgados todos los vascones, en que se comprehendia casi todo lo que hoy se conoce por reino de Navarra y la ciudad de Pamplona, cabeza de aquel reino, y gran parte de los ilergetes y edetanos, en cuya region fué esta ciudad la mas principal. Duró su dominio y preheminencia, en tan gran parte de la provincia romana, que llamaron Citerior, en lo mediterráneo della, todo el tiempo que el imperio romano se mantuvo en su magestad y grandeza; y despues, con todas las persecuciones que España padeció en la entrada de los germanos, vándalos, suevos y alanos y postreramente de los godos, que los sojuzgaron hasta el fin de su reino, fué reservada como una de las mas principales ciudades que en ella habia; y así san Isidro, en la mencion que hace de algunas ciudades mas señaladas en Europa, afirma, que era la mas ilustre y excelente de todas las de España, por la amenidad del sitio, y por la fertilidad y abundancia de la region. En la fu- | ria de la persecucion que padeció la cristiandad en tiempo del emperador Diocleciano, que fué la mas cruel y sangrienta de todas las pasadas y que mas tiempo duro, pues por diez años continuos, por todo el oriente y occidente, no se entendia sino en destruir y quemar las iglesias y en derramar la sangre de los fieles, entonces esta ciudad se señaló sobre todas y fué teñida de la sangre de innumerables santos mártires, que fueron llevados á cuchillo por la fé de nuestro Señor Jesucristo: y de tal manera se fundó en ella nuestra santa fé católica, que con estar sujeta á príncipes no católicos, muerto Amalarico, rey de los godos, nieto de Teodorico rey de Italia, siendo cercada por Childeberto y Clotario, reyes de los francos, que entraron con muy poderoso ejército, con voz de hacer guerra á los godos, por estar inficionados en la herejía arriana, teniendo en muy grande estrecho la ciudad, los que estaban dentro, confiando en el favor divino, hacian sus procesiones devotísimamente, vestidos de cilicios y pasando por el muro con la túnica de san Vicente, los reyes movidos, segun escribe Regino, por inspiracion divina, levantaron el cerco y se contentaron con una estola de aquel glorioso santo, que les dió el obispo, y la llevaron á la ciudad de París á donde se edificó entonces la basílica de San Vicente. En la entrada de los moros se fundó en esta ciudad una de las principales fuerzas de su reino; y así, siendo ganada por el emperador don Alonso, él y sus sucesores se

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intitularon reyes de Zaragoza de allí adelante, y fué cabeza de los reinos de Aragon, Sobrarbe y Ribagorza, y de todo lo que despues se fué conquistando y adquiriendo á su corona. De manera, que de su nacimiento y hado, fué siempre cabeza y madre de diversas regiones y pueblos, y despues lo fué de grandes reinos. En hecho tan principal y notable y tan digno de memoria, es grande la diversidad que hay cerca del tiempo, no solo entre autores, pero lo que mas es de maravillar en instrumentos públicos, porque en un privilegio otorgado por el emperador á la ciudad, sobre la poblacior, se dice, que fué ganada en el año de mil ciento y quince, y en otros, que se concedieron por el mismo tiempo á la iglesia catedral, se escribe haber sido rendida en el año de diez y siete, y en otras memorias antiguas se dice, que se ganó á doce de diciembre, de mil ciento y diez y ocho, en lo cual, sino intervino alguna otra causa ó consideracion, que no sabemos, es notable discrepancia y confusion, y lo mas cierto y verdadero, es lo que está referido. Fué consagrada la mezquita mayor y dedicada iglesia á nuestro Redentor, so título de San Salvador, el mismo año que se ganó; puesto que don Martin García obispo de Barcelona, en sus anales, escribe, que fué consagrada el dia de los Reyes del año siguiente, de manera que se restauró en su primer lugar la sede catedral, que fué muy nombrada en la primitiva Iglesia, y á donde presidieron muy gloriosos santos y fué el primer obispo que en esta iglesia hubo, despues que se ganó de los moros, un muy notable prelado, que llamaron don Pedro de Librana, que era electo en obispo, antes que la ciudad se ganase, y fué confirmado por el papa Gelasio segundo, estando en Guiana. Este prelado residió algun tiempo, segun se afirma, con sus canónigos, en la iglesia de Santa María la Mayor, que aun estando la ciudad debajo del yugo de los moros, era el templo mas venerado, que en toda España habia, por la gran devocion que en él tenia el pueblo cristiano, por haber sido aquella capilla de Nuestra Señora la Virgen María del Pilar de Zaragoza, consagrada con grandes milagros, desde los tiempos de la primitiva Iglesia.

En la toma desta ciudad, gratificó el emperador á los ricos hombres y caballeros que le sirvieron en la guerra, y porque entre todos fué muy señalado el esfuerzo y constancia de Gaston vizconde de Bearne, le hizo merced de la parte de la ciudad, que era habitada de cristianos cuando los moros la poseian, que eran ciertos barrios de la parroquia de Santa María la Mayor, y túvola el vizconde con la vizcondesa doña Teresa su mujer, y con Centullo su hijo, en honor, intitulándose señor de la ciudad de Zaragoza, como era costumbre. Dió al conde de Alperche otro barrio y parte de la ciudad, que está entre la iglesia mayor y el bienaventurado San Nicolás, á donde aun dura el nombre del conde de Alperche, y repartió muchas posesiones y rentas de eclesiásticos. Tambien se concedieron á los vecinos y pobladores de la ciudad de Zaragoza, grandes privilegios y exenciones y entre otras muy notables es una, que todos los que morasen en ella, como en el tiempo del imperio romano, fueron exentos y libres de todo tributo, por ser de colonia que llamaban Immune, fuesen infanzones y gozasen de la franqueza y hidalguía de que acostumbran gozar los infanzones, que por el antiguo lenguaje del reino de Aragon, corrompido el nombre de immunes, se llamaban hermunios, que eran exentos de todo género de contribucion, y no los podian apremiar á que fuesen

á la guerra, sino fuese en caso que hubiese batalla | hácia mediodía, desde Moncayo hasta el nacimiento campal, ó tuviesen los enemigos cercado algun casti- de Tajo que tiene su principal fuente en el reino de llo, é iban al sueldo del rey, porque no eran obliga- Aragon, junto de Albarrazin, que fué region de celtidos á seguirle, como la ley dice, sino con pan de tres berios, y encierra en sus límites la ciudad de Cuenca dias. Mas los ricos hombres, por los feudos que te y su tierra, Molina y Sigüenza; y aunque esta nacion nian del rey, que en Aragon llamaban honores, eran se extendia en los tiempos antiguos mas hacia el occiobligados de seguir al rey, si iba en persona á la guer- dente, y se incluian en ella los pelendones, dentro de ra y residir en ella tres meses en cada un año, desde cuyos límites tiene el rio Duero sus fuentes, y parte que salian de sus casas y volvían á ellas, y no eran de los arevacos y carpetanos; pero esto que aquí se apremiados á obedecer otro general, sino la persona señala, era en tiempo de los emperadores Vespasianos, del rey, y con esta condicion sucedian sus hijos en los y muchos siglos despues, la verdadera Celtiberia, y con honores, y en defecto de hijos, sus parientes mas cer- ser tierra muy montañosa y áspera, estuvo mucho canos; y no se habia de proveer en aquellos feudos nin- ántes tan poblada, y era tan abundante y rica, que sogunos extranjeros. lo ella puso muy gran fatiga á muy principales procónsules y capitanes del imperio romano; y sacaron alguna vez en campo treinta y cinco mil hombres de guerra. Lo primero que el emperador acometió ganada Tudela, fué Tarazona, que está á las faldas de Moncayo, que segun conjetura de algunos, es el monte que Tito Livio llama Chauno, y era ciudad antiquísima y muy principal en la Celtiberia; aunque Plinio la contribuye con los vascones sus vecinos y comarcanos, por cuyos muros corre un pequeño rio, que tiene su nacimiento en aquel monte muy nombrado en los tiempos antiguos. Porque los españoles, cuando tenian en mas precio el hierro que el oro, no admitian ningun género de armas enbastadas, que no se templasen con las aguas de los rios de Tarazona y Bilbilis, y eran muy nombradas estas ciudades por esto en aquellos tiempos, y por esta causa piensan algunos, que antiguamente se llamó este rio Cha

CAP. XLIV.—De la guerra que el emperador hizo en la Celtiberia, la cual conquistó á su señorío y del convento de caballería que ordenó que residiese en Monreal, contra el reino de Valencia.

Despues que el emperador don Alonso, ganó la ciudad de Zaragoza, de poder de los infieles, fué cada dia mas desistiendo de la empresa de Castilla, y sucedió que Guido arzobispo de la ciudad de Viena, tio del rey de Castilla, fué creado sumo pontifice, despues de la muerte del papa Gelasio segundo. Era, como dicho es, de la casa de los condes de Borgoña, que fué de las mas ilustres que habia en la cristiandad, y era hermano del conde don Ramon y primo del conde don En- | rique de Portugal, que fueron yernos del rey don Alonso de Castilla, y llamóse Calixto segundo. Estuvo en España, antes que el rey de Castilla falleciese, y en su presencia en la ciudad de Leon los gallegos hi-libs, y que corrompiendo aquel nombre se llama cieron juramento de tener por señor á don Alonso su sobrino, que no tenia aun tres años cumplidos. Era su vida y costumbres, de singularísimo ejemplo en toda la cristiandad, y de general consentimiento de los cardenales, que concurrieron en Cluniaco á las honras del papa Gelasio, fué allí elegido el primero del mes de febrero del año mil ciento y diez y nueve. En el mismo año, estando en la ciudad de Tolosa, por el mes de julio, mandó convocar concilio general en la ciudad de Reims, que se habia de celebrar en la festividad del evangelista san Lucas siguiente, y fué de las muy señaladas congregaciones que se celebraron en aquellos tiempos; y en el año siguiente erigió la iglesia catedral del bienaventurado Santiago en metrópoli, por particular devocion que tuvo al glorioso apóstol Santiago; y por contemplacion del rey su sobrino, que se lo suplicó, y tambien por haber tenido muy estre cha amistad con don Diego Gelmirez, obispo de aquella iglesia, desde el tiempo que en España estuvo, y de darle por sufragáneas las iglesias de Coimbra, Salamanca y Ávila, que estaban ya mucho antes en poder de fieles, y eran en lo antiguo de la provincia de Mérida, y las otras iglesias que se fuesen cobrando y erigiendo en la misma provincia. Con este respecto, que se tuvo al sumo pontífice, y con el suceso de haber sujetado á su reino una ciudad tan señalada y de tan gran poblacion, convirtió el emperador en este tiempo todas sus fuerzas contra los moros, que estaban muy enriscados y fuertes, casi en toda la Celtiberia, que es tierra muy áspera y fragosa. Extiéndese esta region por el occidente hacia oriente, mas adelante del nacimiento del rio Jalon, que nace junto á Medina, que los moros llamaron Celim, hasta el lugar de Ricla, que se incluye en la misma Celtiberia, y en los tiempos antiguos se llamaba Nertobriga, y por el septentrion

Cheiles. Y fuese ganando todo lo que estaba po-
blado en las riberas de aquel rio de Tarazona,
y habíanse ya ganado muchos lugares, que es
tán desta parte de las riberas de Ebro, que eran
de los vascones y celtiberos, entre los cuales eran prin-
cipales Alagon, que llamaron Alavona en los mismos
pueblos vascones, y Epila, que se dijo Segontia, como
otras ciudades de España, y Ricla, que como dicho es,
fué la antigua Nertobriga, Borja, y los lugares de su
ribera, Magallon y Mallen. Aquella ciudad se ganó muy
en breve, porque todos los pueblos de su comarca
estaban ya rendidos, y la tenian los cristianos ceñida
por todas partes; mas en nuestras memorias no se
declara el año en que se ganó. Restauróse en ella la
silla catedral, que en los tiempos de la primitia
Iglesia habia florecido, por la santidad y doctr
de sus prelados; en lo cual se puede considerar, cuán
principal fué esta ciudad en aquellos tiempos, por-
que teniendo muy cerca de sí tres muy famosos pue-
blos, que fueron Bilbilis, que se llamó de sobrenom-
bre Augusto, y los otros dos eran Augustobriga, y Gra-
curris, la Bilbilis de la Celtiberia, y la otra los pelen-
dones, cuyas ruinas parecen hoy en el lugar que se dice
Muro, en las faldas de Moncayo, que está á dos leguas
de Agreda; y la tercera que fué muy famosa en los
vascones, y se pobló por Tiberio Graco, en memoria
de los trofeos de la Celtiberia, se conservó esta contra
las invasiones de las naciones extranjeras, y las otras
fueron asoladas y destruidas, y fundó en ella silla epis-
copal y permaneció hasta estos tiempos, y los otros
quedaron en lo antiguo sujetos á su diócesi, como hoy
lo están sus territorios, porque apenas parecen sus
ruínas, y llamóse el primer obispo que tuvó, despues
que se ganó de los moros, don Miguel. Ganada Tara-
zona, fué el emperador continuando su conquista por

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