Estudio analítico de la poesía dramatica en el drama "Consuelo" de Ayala: con un discurso sobre el método de enseñanza y un prólogo del Don Mario Méndez Bejarano

Portada
R. Velasco, 1901 - 392 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todo

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 228 - Llamé al cielo, y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo y no yo.
Página 65 - ¿Qué diré, pues, de la observancia que guardan en los tiempos en que pueden o podían suceder las acciones que representan, sino que he visto comedia que la primera jornada comenzó en Europa, la segunda en Asia, la tercera se acabó en África, y aun si fuera de cuatro jornadas, la cuarta acababa en América, y así se hubiera hecho en todas las cuatro partes del mundo?
Página 231 - Mas no. Una vid fue lasciva, que buscando fugitiva va el tronco donde se enlace, siendo el verdor con que abrace el peso con que derriba. No así con verdes abrazos me hagas pensar en quien amas, vid; que dudaré en tus lazos, si así abrazan unas ramas, cómo enraman unos brazos. Y si no es la vid, será aquel girasol, que está viendo cara a cara al sol, tras cuyo hermoso arrebol siempre moviéndose va.
Página 270 - Zulima : ciega, loca, le salva: mas llega a brindarle con su mano. Respuesta es bien se le dé en trance tan decisivo: habla tú por el cautivo; yo por la Reina hablaré.
Página 33 - Hipogrifo violento Que corriste parejas con el viento ¿Dónde, rayo sin llama. Pájaro sin matiz, pez sin escama, Y bruto sin instinto Natural, al confuso laberinto Destas desnudas peñas Te desbocas, arrastras y despeñas?
Página 139 - ¡Jesús, Jesús! ¡Qué locura! ¿Tan mal empezáis los dos? ¿ Quieres acaso que Dios te firme alguna escritura dándote seguridad de vida larga y dichosa? Prudencia tan recelosa es género de impiedad. Fernando.
Página 37 - Mármol en quien doña Inés en cuerpo sin alma existe, deja que el alma de un triste llore un momento a tus pies. De azares mil a través conservé tu imagen pura ; y pues la mala ventura te asesinó, de Don Juan, contempla con cuánto afán vendrá hoy a tu sepultura.
Página 135 - CONSUELO. Yo no debo.... FERNANDO. ¿No tembló Tu mano al tocar mi herida?.... ¿No sentiste el desconcierto, El espanto repentino Que hasta siente el asesino En la presencia del muerto? CONSUELO. Soy honrada.... No me es dado Defenderme, aunque condenes.... (Mira á la puerta del foro.) Si tienes alma, si tienes Conciencia....
Página 96 - A costa de mi conciencia? (Pausa.) Surge al par que mi deseo, De la vida que me aguarda El cuadro.... ¡ Y no me acobarda!.... ¡Y es horrible !.... ¡ sí ! Ya veo El acechar escondido ; La perdurable falsía ; El placer sin alegría ; El tormento sin gemido; Afectos que se reprimen; Conflictos que la impostura Protege; y como ventura Suprema, ¡paz en el crimen!
Página 158 - ANTONIA. — (Interrumpiéndole, tomándole una mano y abrazándole.) Tienes razón, hijo mío; tienes razón. Pero yo, yo que conservo en mi pecho grabada tu desventura, que te amé con la ternura de madre, yo ¿qué te hecho?

Información bibliográfica