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En la primavera siguiente se cortan las plantas á flor de tierra para hacerlas echar nuevos tallos que se elevan de seis á siete pies; pero si se quiere aprovechar las hojas, no se cortan sino despues de recogidas. En el transcurso del mismo año se darán tres escardas: en el siguiente se corta despues de la caida de las hojas solo el tercio del prado, a fin de tener los otros dos tercios en produccion: y por lo demas se sigue el mismo método aconsejado para las moreras educadas como árboles.

Cuando han caido las hojas de los segundos renuevos se entierran al pie de las plantas para que sirvan de abono. Un prado de morera puede estar en produccion quince ó veinte años; y el beneficio que se saca de los troncos, empleándolos como leña, indemniza ámpliamente al cultivador de los gastos de su establecimiento. Despues de esta cosecha continuada se puede sembrar en el mismo terreno los frutos, granos ó legumbres que sean mas convenientes á su calidad, puesto que han transcurrido muchos años siendo objeto de otras siembras.

La vegetacion de estas praderas es tan precoz, que permite hacer salir mas pronto los gusanos de seda, criarlos y terminar su educacion antes de los grandes calores; satisface en fin, el goce de los propietarios en pequeño, que obtienen mas ventajas en los productos proporcionalmente que los grandes establecimientos: está al alcance de todos los agricultores, ecsige pocos gastos, pudiendo arreglarse á la estension del terreno, á los medios pecuniarios y á las necesidades de la industria.

COSECHA DE LAS HOJAS.

Esta requiere un cuidado prolijo y una decidida atencion, sobre todo en los árboles que están al aire libre ó con total separacion. Es esencial en la cosecha de las hojas despojar el árbol enteramente, porque si subsisten algunas, adquieren un esceso de nutricion á espensas de las que van á salir. Se comienza por los árboles mas nuevos á fin de que

años, aconsejamos que la siembra si quiere hacerse estable, se verifique á una distancia capaz de permitir la fácil comunicacion del aire y de la luz, y que las ramas de un árbol no se estrechen demasiado con las de otro. Repetidos ensayos designarán á los agricultores la separacion que sea conveniente, consultando siempre la calidad del terreno. Querer aprovechar distancias en detrimento de la vegetacion y losanía de los árboles y del terreno mismo, es una mal entendida economía.

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tengan el tiempo suficiente á revestirse de hojas. Cuanto mas nuevas sean estas, tanto mas convenientes son á las dos primeras edades del gusano. Las de los árboles viejos, son mas maduras, mas sustanciales y mas á propósito para nutrir el insecto en su último período.

La cosecha se hace por la mañana despues que haya desaparecido el rocío, hasta puestas del sol. Se deshoja el árbol dirigiendo la mano por la rama de abajo arriba, y no en razon inversa; porque entonces se arrancan las yemas ó botones. Se emplearán para los árboles nuevos unas escalas dobles para no apoyarse en las ramas, que teniendo poca resistencia se quebrarian. Se van echando en sacos reforzados con un arco en su abertura para no estrujar ni quebrar las hojas, y de un gancho ó garabato para colgarlo en las ramas. Se conducen en un carro, cubriéndolas con hojas verdes para evitar la impresion del sol, y se depositan sobre un suelo á propósito muy seco.

Las hojas humedecidas por el rocío ó por una lluvia, ocasionan á los gusanos una diarrea funesta. No se deben jamas deshojar las moreras la segunda vez que echan sus hojas; porque causaria una enervacion notable, y sufriria mucho el árbol.

Las hojas llamadas vulgarmente mieladas son dañosas al gusano: las picadas ó enfermas no le hacen mal alguno porque no comen sino la parte sana. Si se deja descansar cada año la quinta parte de la plantacion, se obtienen grandes ventajas; porque las hojas serán mas abundantes, mas nutridas y los árboles gozarán de mas larga duracion.

[Continuará.]

INSTRUCCION PUBLICA.

En una época en que los hechos han venido a ocupar el lugar de las vanas teorías, todo aquello que sea positivo y comprobado por la esperiencia, de donde quiera que nos venga, sirve indudablemente de estímulo poderoso para nuestros adelantamientos. El mas bello, el mas pomposo de los raciocinios queda enmudecido á la irresistible fuerza de este convencimiento. He aquí las reflecsiones que nos ha arrancado la lectura de un artículo publicado en uno de los periódicos de Londres, con el título de Sistema de instruccion pública en Prusia, que transcribiremos á continuacion, esquivando nuestro juicio crítico sobre materia tan grave. Y sin anotar las modificaciones de que son susceptibles todas las leyes, cuando quieren' establecerse en regiones distintas bajo de todos aspectos de aquellas para quienes se proyectaron; sin esponer nuestra opinion sobre los inconvenientes que ocasiona la estricta intervencion del gobierno hasta en lo interior y económico de las escuelas, lo que casi siempre se opone á los progresos; y sin designar cuanto ganaría este sistema en una nacion robustecida por la forma representativa y una justa libertad; nos contentamos con ofrecer este escrito luminoso, como un insentivo al espíritu público, como una escitacion á los que tienen en sus manos los medios de seguir tan útiles ejemplos, estableciendo mejoras compatibles con nuestras costumbres, nuestras leyes y nuestra posibilidad en favor de la interesante causa de la ilustracion.

"El mayor beneficio que un gobierno puede dispensar á la nacion es, el de instruir á la juventud, particularmente en la clase media é inferior del estado: y el mejor arbitrio para conseguir este bien nacional, es un sistema uniforme de enseñanza, con reglamentos sabios, que faciliten la concur. rencia de los alumnos, y obviar la repugnancia ó negligencia de los padres. La gran dificultad que se ha tocado en Inglaterra y en algunos paises de Alemania en el plan de una educacion popular, ha sido la parte religiosa á causa de las diferentes sectas. La Prusia, sin embargo, con una poblacion de mas de 7.000 000 de protestantes, 5 de católicos y un gran número de judíos, ha logrado establecer con bastante solidez, un sistema de educacion que sirve de ejemplar á las naciones antiguas y modernas ¿Con cuánto mayor suceso no podrá adoptarse el mismo plan en España y otras

naciones en donde, cualquiera que sea la causa, se disfruta una sola creencia sin enconos ni distrurbios religiosos'

El sistema de instruccion en Prusia, se publicó en Paris en el año de 1833 por el Consejero de Estado Mr. Cousin, enviado por el gobierno frances á Alemania, para ecsaminar los distintos planes de educacion en el Norte de Europa, y esponer el resultado de tan utílisima comision. Haremos un estracto de lo mas esencial que ofrece la relacion de aquel científico ministro.

"En 1819 el rey de Prusia creó un secretario de estado con el título de ministro de instruccion pública y de los negocios eclesiásticos y médicos. Comprende en su departamento la superintendencia de la educacion nacional, establecimientos religiosos, escuelas médicas juntas de sanidad, universidades, academias, bibliotecas, museos, jardines botánicos y todo instituto dirigido á la cultura moral é intelectual del pueblo. Bajo la direccion de este ministro hay un consejo compuesto de tres cuerpos ó secciones: uno eclesiástico, que consta de trece individuos, la mayor parte eclesiásticos, así protestantes como católicos: otro de instruccion pública con doce miembros; y otro de medicina con ocho profesores. Estas plazas tienen su correspondiente dotacion, como asimismo los empleados subalternos. En estas oficinas, inclusos todos los gastos del mismo ministerio, se invierten anualmente poco mas de 60,000 pesos.

"El reino de Prusia está dividido en diez provincias y cada una tiene su universidad, cuyos rectores se comunican con el ministerio, sin intervencion de otra autoridad. Para el ramo de educacion hay ademas en cada provincia una junta nombrada Consistorio principal, dividida en tres secciones bajo la direccion de un presidente supremo: la primera entiende en la instruccion eclesiástica: la segunda en la popular, y la tercera en todo lo que concierne á las ciencias médicas.

"El plan para la instruccion primaria es el siguiente: cada provincia esta dividida en corregimientos; el corregimiento en partidos y el partido en parroquias. Cada una de estas últimas tiene una escuela y el cura es el inspector. En las villas donde no hay mas que una parroquia, el cura el alcalde y regidores forman la junta para atender á estos objetos. En las cabezas de partido donde hay mas de una escuela, subsiste asimismo una junta compuesta de los párrocos y magistrados; y en donde ecsisten muchas, una superior compuesta de un consejo menor y presidido por un inspector:

en esta no tienen voto los párrocos. El inspector es nombrado por el ministerio, á quien comunica todos los negocios concernientes á la instruccion primaria, letras y humanidades: dirige sus representaciones al consejo del corregimiento: y este cuerpo decide á pluralidad de votos: visita todas las escuelas del departamento: estimula al celo de los otros inspectores de las juntas y preceptores: sostiene una comunicacion activa con todos los empleados en el departamento; y por su medio se representa al consistorio provincial, y al ministerio de instruccion pública todo asunto relativo á las escuelas; en una palabra, este importante empleado, al mismo tiempo miembro del consistorio provincial, es el director real de la instruccion en cada provincia.

"Esta sucinta relacion da una justa idea del sistema prusiano en la instruccion popular y de la cuidadosa atencion del gobierno para hacerlo efectivo. He aquí, pues, su carác ter, sus objetos y sus operaciones.

"Cada padre en los estados de Prusia está obligado por una ley vigente desde Federico II, á enviar á sus hijos á las escuelas públicas elementales, ó acreditar ante los magistrados que son instruidos privadamente en sus casas. Esta obligacion no es sola de los padres, sino tambien de los tutores, maestros de oficios, con respecto á sus aprendices, y de todas las personas que tienen niños á su cuidado de ámbos secsos, desde la edad de siete hasta catorce años cumplidos. Los magistrados en union de los párrocos, tienen obligacion de hacer cada seis meses una lista de todos los niños que no son educados en sus casas, y compeler á sus padres á enviarlos á las escuelas públicas. Los que prefieren la instruccion privada, no están dispensados de contribuir al sostenimiento de los institutos de enseñanza comun. El maestro en cada escuela está obligado á entregar cada quince dias á la junta correspondiente una lista de los niños que no han asistido con frecuencia durante aquellos dias y los motivos de las faltas. Para que los padres pobres no queden privados del servicio doméstico que puedan prestarle sus hijos. hay señaladas ciertas horas para su instruccion en la escuela, de modo que no se oponga en lo posible á su trabajo doméstico. Los hijos de los pobres realmente tales, reciben grátis libros y papel, y un vestido para asistir á la escuela. Si los padres se descuidan de enviar á sus hijos, son llamados por el párroco y exhortados á cumplir con la ley: si esta medidida no surte efecto, se les cita para ante la junta del lugar, y se les re

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