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nita huerta en que se dan muchas legumbres, hortalizas y frutas de Castilla, y se crian viznagas; riégase todo con un buen golpe de agua que viene encañada á ella: la vocacion de aquel convento es de la Concepcion de Nuestra Señora, moraban en él tres religiosos y no los visitó el padre Comisario hasta la vuelta, ni se detuvo allí mas de aquella noche. El pueblo de Etzatlan es pequeño, pero de gente muy devota, su lengua materna, y la de los otros pueblos de aquella guardianía, es particular, pero todos entienden y hablan la mexicana, y en ella se confiesan, y se les predica: todos caen en el Obispado de Guadalajara y son de la jurisdicion de México. Media legua de Etzatlan, entre Oriente y Norte, está una laguna de tres leguas y mas de largo, y ocho de box, poco honda y de mal agua, la cual cria vagres y mucho pescado pequeño, de lo cual pescan los indios mucha cantidad y lo llevan á vender ȧ muchas partes. Habia en ella los años pasados (segun certificaron al padre Comisario) muy grandes peces, y el año de sesenta y seis hubo tan grande temblor de tierra en aquella parte de Xalisco que se cayeron muchos edificios, y entre ellos algunos conventos nuestros, y atravesando el mesmo temblor aquella laguna se hundieron todos los grandes, y no quedaron sino los chicos que agora hay. Tiene aquella laguna dos islas pobladas, la mayor se llama San Juan, en la cual moran mas de doscientos indios que la siembran y cogen en ella maíz; la otra tiene ménos del cuarenta, y llámase Santiago. Entre el Oriente y Sur de Etzatlan hay muchas minas de plata, y en ellas muchos ingenios para beneficiarlas, y muchos españoles los cuales aunque tienen su cura clérigo acuden á nuestro convento

á misa y á recebir los Santos Sacramentos, así por ser gente muy devota, como por no estar lejos dél; dase en aquello de Etzatlan miel blanca muy buena y estimada.

Miércoles catorce de Enero salió el padre Comisario de madrugada de Etzatlan, llevando por guía á un fraile de aquel convento, y un indio, alguacil de aquel pueblo, y andada una buena legua en que se pasan ciertas cienaguillas y malos pasos por cinco ó seis pontezuelas de madera, se halló perdido en una ladera de una cuesta, porque la oscuridad de la noche y ser el camino poco usado desatinó á los guias. El fraile le advirtió el yerro porque desconoció la tierra, y queriéndolo remediar de presto, no quiso volver atrás, si no fué atravesando por unas dehesas quemadas, y con la mesma oscuridad llegó á una quebrada que le impidió el paso, y hizo que todos hiciesen alto y se detuviesen á tratar lo que se debia hacer; quiso la guia ver si la quebrada era honda, para atravesarla si no lo fuese, apeóse de la bestia en que iba, y yendo tentando con los piés se quedó colgado casi en el aire, asido de la xaquima, que fué milagro no caer y hacerse pedazos, viendo esto el padre Comisario tuvo por más acertado y seguro volver atrás y desandar lo andado, que buscando atajos meterse en trabajos y peligros; y volviendo atrás le cogió un aguacero que le mojó el manto, y al fin, despues de haber andado perdido una hora, llegó al amanecer á una encrucijada, donde se habia hecho el yerro: tomó el camino derecho, y prosiguió su viaje, y bajada una larga y mala cuesta llegó á unos grandes llanos, donde habia una estancia de vacas, y hay unos manantiales de agua en el camino. Al cabo destos llanos está un poblezuelo de aquella guardianía, llamado San Andrés, tres leguas

de Etzatlan; no entró dentro el padre Comisario porque está un poco apartado del camino, pasó por la casa de la estancia sobredicha, y por unos barrizales y malos pasos (en uno de los cuales cayó la guía y se desconcertó un dedo de la mano) y andadas otras tres leguas en que se baja una cuesta muy pestilencial, llegó muy cansado á otro poblecito de siete ú ocho casas de indios coanos, llamado Muchititic, de la mesma guardianía de Etzatlan. Está aquel pueblo en una hoya, entre muy altos cerros, y corre por medio dél, por junto á la iglesia, un arroyo de muy buena agua; hicieron los indios al padre Comisario mucha caridad, diéronle de comer, y descansó allí un poco; luego, despues de comer, salió de aquel pueblo, y pasado un arroyo (yendo todavía cuesta abajo) acabó de bajar una mala cuesta ó barranca, por la cual corre otro buen arroyo, luego subió y bajó otras dos barrancas, una peor que otra, y finalmente subió otra altísima y muy empinada y de mal camino, á la cual llaman el Puerto, la cual tiene casi dos leguas de subida; despues, por buen camino, aunque un poco cuesta abajo, pasado un arroyo y unos manantiales de agua (de que se hace el rio de Auacatlan, de quien despues se dirá) y andadas otras dos leguas largas, llegó el padre Comisario de noche, muy cansado y harto de andar, á un bonito pueblo llamado Itztlan, de la guardianía de Xala, seis leguas de Muchititic, donde se le hizo mucha caridad y muy buen recebimiento, con música de trompetas y mucha frecuencia de indios é indias que le estaban aguardando á aquella hora; diéronle de cenar, y descansó allí aquella noche.

Jueves quince de Enero salió el padre Comisario de dia claro de Itztlan, y pasado un arroyo que corre por TOMO LVIII.

junto al pueblo, y andadas dos leguas, la una de llanos, y la otra de cuestas, llegó al pueblo y convento de Xala, donde asimesmo se le hizo muy buen recebimiento; acudieron los indios con sus presentes, y ofreciéronle pan de Castilla, huevos y fruta, y otras cosas con mucha devocion y amor. El convento (cuya vocacion es de la Asumpcion de Nuestra Señora) es una casita pequeña, vieja y hecha de adobes, y cubierta de paja, la iglesia es de lo mesmo; tiene una bonita huerta, á la cual, y al pueblo viene una poca de agua por unas canoas ó canales de madera. Dánse en la huerta cardos, y todo género de hortaliza, y dánse duraznos y albarcoques, y otras frutas; moraban en aquel convento tres frailes, visitólos el padre Comisario y detúvose con ellos aquel dia y el siguiente. El pueblo de Xala está en un llano, al cabo de un valle, al pié de unos cerros que le defienden del Norte, detrás de los cuales hay unas sierras muy altas y prolongadas; es aquel pueblo de mediana vecindad, situado en tierra templada, más caliente que fria, los indios son muy devotos de nuestro estado, ellos, y casi todos los de aquella guardianía, hablan la lengua de Auacatlan ó xuchipilteca, pero entienden mucho la mexicana, y en ella se confiesan y se les predica; caen todos en la jurisdicion y Obispado de Guadalajara.

En las laderas de las sierras sobredichas, á la banda del Norte y hasta llegar al Rio Grande de Toluca, hay muchos indios coanos, de los cuales aun hay algunos de la otra parte del rio; de todos los cuales estaban entonces convertidos á nuestra santa fé católica doce poblezuelos, los nueve desta parte del rio, á seis y á siete leguas de Xala, desde donde los visitaban nuestros frailes, y los tres de la otra banda del rio, y á los unos y á los otros doctri

naba un religioso de aquel convento, é iba convirtiendo otros; que toda es gente muy doméstica y dócil, aunque pauperísima, y si hobiese ministros que supiesen su lengua, se haria en ellos grandísimo fructo: los que están de la otra parte del rio son muy molestados de los chichimecas de guerra, que se la dan muy cruel, defiéndense dellos lo mejor que pueden. Mataron estos coanos, al principio de su conversion, dos religiosos nuestros de gran vida porque les defendian sus idolatrías, llamábanse fray Francisco Lorenzo, y fray Francisco de la Anunciacion. Es gente aquella muy inclinada á emborracharse y á mentir, pero en ninguna manera se ha de tratar con ellos mentira, condicion general y comun de todos los indios de la Nueva España; la lengua de los coanos es la mesma que la de los de Vaynamota, de los cuales se dirá presto.

Junto al mesmo pueblo de Xala hay un volcan muy grande, el cual, como adelante se dirá, reventó (segun dicen) los años ó siglos pasados, y echó de sí gran suma de piedras, y de uno que era quedaron hechos por lo alto tres, y en cada uno hay un hoyo muy grande, y en el uno dellos piedra azufre, y del otro sale muy gran calor y como un humo, segun lo contó al padre Comisario el guardian de aquel convento, que dijo haber subido allá y haberlo visto todo.

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