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buena legua, acompañado de españoles y de indios é indias, llegó al mesmo pueblo y convento de Tzayula, donde fué recebido con mucha solemnidad y gran concurso de gente; hubo música de trompetas, flautas y chirimías, sacaron muchas danzas y salieron muchos indios de á caballo, que iban corriendo delante del padre Comisario, y otros de á pié en trage de chichimecas. Desde la entrada del pueblo hasta el convento, que es un gran trecho, estaban las calles llenas de arcos y puestas en ellas muchas banderillas de paños muy galanos, de las cuales habia tambien mucho número á las puertas y por las paredes de las casas; la gente era mucha, así indios como indias, chicos y grandes, y hacian tanto polvo, que no se pudo dejar de probar, aunque era en ayunas; llegado al convento, era tanta la priesa que se daban los indios á llegar á besarle el hábito, que le apretaban y no le dejaban andar, tanta era su devocion. Dijo luego misa y predicó á los seglares españoles, que eran mas de veinte, y á los frailes que llegaban á diez, porque habian acudido muchos huéspedes. El pueblo de Tzayula es grande y de mucha vecindad, y de buen temple, dánse en él y en aquella comarca muchas frutas de Castilla, así como uvas, naranjas, membrillos, higos y granadas; dáse trigo y mucha y muy buena hortaliza. Está fundado aquel pueblo á la punta de un valle muy largo, al abrigo de unas serrezuelas, de las cuales desciende un golpe de agua que entra en el pueblo y en la huerta del convento, los indios son muy devotos de nuestro estado, y hay entre ellos muchos y muy gruesos mercaderes, en su tanto; ofrecieron al padre Comisario pescado, plátanos, huevos, pan de Castilla y algunos panes de sal, que se hacen de una laguna que está en el mes

y en

mo valle, de la cual se dirá adelante: los de Tzayula y los de los otros pueblos de aquella guardianía tienen lengua particular llamada tzaulteca, pero casi todos hablan tienden la mexicana, y en ella se confiesan y se les predica, caen todos en el Obispado de Xalisco y en la provincia de Avalos, y son de la jurisdicion de México. El convento (cuya vocacion es de nuestro Padre San Francisco) es de mediana capacidad, de aposentos bajos hechos de adobes, con su enmaderamiento y cubiertos de paja, la iglesia es de lo mesmo, hecha de tres naves, tiene una buena huerta de mucha arboleda y hortaliza, la cual se riega con el agua que viene de la sierra, como queda dicho; moraban alli dos religiosos, visitólos el padre Comisario y detúvose con ellos todo aquel dia.

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Lunes dos de Marzo salió de Tzayula, ya de dia, y andadas dos leguas de camino llano, y pasadas dos fueny un arroyo, y unas cienaguillas por pontezuelas de madera, llegó al pueblo y convento de Amacueca, donde se le hizo muy buen recebimiento; está aquel pueblo en un alto, á un lado de el valle sobredicho, en la halda de aquella sierra, tiene el mismo temple que Tzayula, y así se dan en él las mesmas frutas, hortalizas y legumbres. Es de pequeña vecindad de indios de lengua pinome, de la cual son tambien las demás de aquella guardianía, pero casi todos entienden y hablan la mexicana, y en ella se les predica y ellos se confiesan; todos caen en el Obispado de Xalisco y en la provincia de Avalos, y son de la jurisdicion de México, y moran allí en Amacueca cuatro ó cinco españoles. El convento es una casita de aposentos bajos, hechos de adobes, con su enmaderamiento y cubiertos de paja; la iglesia es de lo mesmo. Tiene aquel convento (cuya vocacion tambien

es de Nuestro Padre San Francisco) una bonita huerta, á la cual entra un gran golpe de agua muy buena que desciende de la sierra; moraban alli dos frailes, visitólos el padre Comisario, y detúvose con ellos todo aquel dia: solia ser todo aquel convento de aposentos altos, con su iglesia, hecho todo de cal y canto, y con un grande terremoto y temblor de tierra se cayó y hundió, parecen al presente algunos paredones de argamasa muy fuerte, y otros están medio sumidos en la tierra. Tiene aquel convento muy buena vista, porque se descubre desde él casi todo el valle sobredicho, el cual, en tiempo de aguas está gran parte de él cubierto de agua, y parece laguna, y en verano, que es cuando faitan las aguas, se seca todo y descubren muy largos salitrales, donde hacen los indios mucha sal, como presto se verá.

Martes tres de Marzo salió el padre Comisario de Amacueca, al salir del sol, y andada una legua de camíno llano llegó al pueblo y convento de Atoyaque, donde le recibieron los indios con gran fiesta y regocijo: tenian hechas muchas ramadas, y en ellas y en las puertas de las casas, puestas muchas banderillas, como en Tzayula; llegaban los indios é indias à manadas y en cuadrillas á saludarle, vestidos todos de páscua, y hincábanse de rodillas para que los bendijese, luego se ponian en órden á la una y otra parte del camino, y llegaban otros y otros y hacian lo mesmo; hubo tambien música de trompetas y chirimías, y una danza con muchas sonajas. Salieron como una docena de indios de á pié, en traje de chichimecas de guerra, y uno solo á caballo, con lanza y adarga, vestido de librea, al cual los de á pié daban grita y hacian visajes y meneos con sus arcos y flechas, y aunque él trabajaba y hacia su poder

por entrarlos con su caballo, no aprovechaba nada porque el caballo se espantaba de verlos y oirlos la grita que daban, y daba saltos y brincos, y volviásele atrás; y así dicen que acontece muchas veces en las guerras que tienen los españoles con los chichimecas verdaderos, que no los pueden entrar por espantárseles los caballos de verlos y oir la grita y algazara que levantan. Está Atoyaque en frente de Amacueca, de la otra parte del valle y laguna, y en tiempo de aguas se pasa de un pueblo á otro, y desde Atoyaque á Techalutla, por una calzada alta de piedra que tienen hecha los indios, de un cuarto de legua de largo, con muchas alcantarillas de madera, pero entonces, que era verano, no fué menester ir por ella porque todo estaba seco. El convento de Atoyaque es una casa de aposentos bajos, hechos de adobes y cubiertos de paja, todo muy viejo, tenia una huerta pequeña; su vocacion es de San Juan Evangelista y moraban allí dos frailes, visitólos el padre Comisario, y detúvose con ellos aquel dia. El pueblo es de mediana vecindad de indios muy devotos; su lengua materna y de los demás pueblos de la guardianía, es pinome, pero entienden y hablan la mexicana, y en ella se les predica y ellos se confiesan, caen en el Obispado de Xalisco y en la provincia de Avalos y jurisdicion de México; ofrecieron al padre Comisario pan de Castilla, miel, plátanos y muchos panes de sal de la que se hace en aquella laguna junto aquel pueblo, la cual es muy blanca, limpia y buena, y acuden á comprarla españoles de muchas partes, y para esto se hace allí en Atoyaque de cinco en cinco dias un mercado ó tianguez, y lo principal que en él se vende es sal; llévanla hasta México por ser tan buena y hacerse con mucha limpieza. El órden

que tienen los indios en hacerla es el que sigue: de aquellos salitrales allegan muchos montones del polvo y salitre que está encima, y echándolo en unos tinajones, le van echando agua, meneándolo y revolviéndolo muchas veces, y cebándolos siempre con agua hasta la cantidad que ellos saben, y de esto sacan lejía, como se saca de la ceniza mezclándole agua; junto destos tinajones hacen en el suelo un horno redondo, á manera de calera, no muy hondo, y ménos de una vara de medir alto del suelo, y dejando hueco y concavidad en que cchar leña y lumbre, ponen encima muchas ollas, chicas y grandes, asidas y trabadas unas con otras, puestas por orden y concierto, de manera que queda cerrado todo el redondo del horno; luego hinchen las ollas de aquella lejía, y vánles dando fuego por abajo por unas bocas grandes que dejan á los lados, y con este fuego se va cuajando la lejía y convirtiendo en sal, y poco a poco van añadiendo lejía hasta tanto que todas las ollas quedan llenas de sal cuajada; y echan esta lejía tan atentadamente, que todas juntas vienen á quedar llenas de sal cuajada á un punto: luego quitan el fuego, y despues las ollas, y quedan los panes de sal enteros, blancos y muy vistosos, y entre estos sacan hombres de sal, y medios hombres, y cabezas y otras figuras, segun lo que estaba figurado en cada una de las ollas, las cuales sirven de moldes.

Miércoles cuatro de Marzo salió el padre Comisario muy de dia de Atoyaque, y andada una legua de camino llano, y tornada á atravesar la laguna sobredicha por la otra parte de la calzada, que tambien estaba seca, y habiendo visto en el mesmo camino un horno de aquellos de la sal, y advirtiendo que se hacia de la manera sobre

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