A course of lessons in the French language, on the Robertsonian method

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Página 69 - Sancho amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos.
Página 70 - Bien notas, escudero fiel y legal, las tinieblas desta noche, su estraño silencio, el sordo y confuso estruendo destos árboles, el temeroso ruido de aquella agua en cuya busca venimos, que parece que se despeña y derrumba desde los altos montes de la luna, y aquel incesable golpear que nos hiere y lastima los oidos: las cuales cosas todas juntas y cada una por sí son bastantes á infundir miedo, temor y espanto en el pecho del mesmo Marte, cuánto mas en aquel que no está acostumbrado á semejantes...
Página 74 - Sancho. -Dígote de verdad -respondió don Quijote- que tú has contado una de las más nuevas consejas, cuento o historia, que nadie pudo pensar en el mundo; y que tal modo de contarla ni dejarla, jamás se podrá ver ni habrá visto en toda la vida, aunque no esperaba yo otra cosa de tu buen discurso; mas no me maravillo, pues quizá estos golpes, que no cesan, te deben de tener turbado el entendimiento.
Página 69 - Era la noche, como se ha dicho, oscura, y ellos acertaron á entrar entre unos árboles altos, cuyas hojas movidas del blando viento hacían un temeroso y manso ruido ; de manera que la soledad, el sitio, la oscuridad, el ruido de la agua con el susurro de las hojas, todo causaba horror y espanto, y mas cuando vieron que ni los golpes cesaban, ni el viento dormía, ni la mañana llegaba, añadiéndose á todo esto el ignorar el lugar donde se hallaban.
Página 72 - Torralba era hija de un ganadero rico, y este ganadero rico...» -Si desa manera cuentas tu cuento, Sancho -dijo don Quijote-, repitiendo dos veces lo que vas diciendo, no acabarás en dos días; dilo seguidamente y cuéntalo como hombre de entendimiento, y si no, no digas nada. -De la misma manera que yo lo cuento -respondió Sancho-, se cuentan en mi tierra todas las consejas, y yo no sé contarlo de otra, ni es bien que vuestra merced me pida que haga usos nuevos.
Página 74 - HISTORIA DE GIL BLAS DE SAMTILLANA. LIBRO PRIMERO. CAPITULO I. Nacimiento de Gil Blas, y su educación. Blas de Santularia, mi padre, después de haber servido muchos años en los ejércitos de la monarquía española , se retiró al lugar donde había nacido. Casóse con una aldeana, y yo nací al mundo diez meses después que se habían casado.
Página 70 - ... que tantas veces vuestra merced me ha prometido, veo que en pago y trueco della me quiere ahora dejar en un lugar tan apartado del trato humano.
Página 70 - ... son bastantes á infundir miedo, temor y espanto en el pecho del mismo Marte, cuanto mas en aquel que no está acostumbrado á semejantes acontecimientos y aventuras : pues todo esto que yo te pinto son incentivos y despertadores de mi ánimo, que ya hace que el corazon me reviente en el pecho con el deseo que tiene de acometer esta aventura por mas dificultosa que se muestra. Así que aprieta...
Página 70 - Cuanto mas, que yo he oido muchas veces predicar al cura de nuestro lugar, que vuestra merced muy bien conoce, que quien busca el peligro perece en él : así que no es bien tentar á Dios acometiendo tan desaforado hecho, donde no se puede escapar sino por...
Página 66 - Direct command (tú) tener to have tengo, tienes, tiene, tenemos, tenéis, tienen tuve, tuviste,- tuvo, tuvimos, tuvisteis, tuvieron tendré, tendrás, tendrá, tendremos, tendréis, tendrán tendría, tendrías, tendría, tendríamos, tendríais, tendrían...

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