Obras poéticas de d. José de EsproncedaBaudry, 1846 - 358 páginas |
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Términos y frases comunes
acaso acento Adan afan agita aire ALBERTO LISTA alegre aliento alma amor anhelo ansia ansiedad Aquilon ardiente aroma arroja beso blando brama brazos brilla calle calma canto céfiro cielo colores confuso corazon delirio despues DIABLO MUNDO dolor dulce encanto espanto esperanza Espronceda estrépito estruendo eterno fantasía FELIX fiera flores frente furor gemido gente gloria grito Guadalete hermosa hermosura Homero huracan Hurra ilusion impía infeliz inocente JOSÉ DE ESPRONCEDA JUGADOR PRIMERO JUGADOR TERCERO labios lágrimas lánguido lanza llanto llora loco luego lumbre mancebo mano MANOLA mece mente mira Montemar mozo muerte mujer musulman noble noche nube ojos olas Oscar paso pecho pensamiento perdido placer poema poeta PRIMER GUAPO pura rayo rompe rostro ruido rumor SALADA sangre semblante serena siente silencio sombra Súbito sueño Supe amar suspira tambien Teudis tormenta torno triste turba umbría vaga vaiven ventura viento vive Voguemos vuelo
Pasajes populares
Página 214 - Teresa, que te veo aérea como dorada mariposa, ensueño delicioso del deseo, sobre tallo gentil temprana rosa, del amor venturoso devaneo, angélica, purísima y dichosa, y oigo tu voz dulcísima, y respiro tu aliento perfumado en tu suspiro. Y aun miro aquellos ojos que robaron a los cielos su azul, y las rosadas tintas sobre la nieve, que envidiaron las de Mayo serenas alboradas...
Página 59 - Allá muevan feroz guerra ciegos reyes, por un palmo más de tierra; que yo tengo aquí por mío cuanto abarca el mar bravio, a quien nadie impuso leyes. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor. Que es mi barco mi tesoro... A la voz de
Página 59 - Y del trueno Al son violento, Y del viento Al rebramar, Yo me duermo Sosegado, Arrullado Por el mar. »Que es mi barco mi tesoro, Que es mi Dios la libertad, Mi ley la fuerza y el viento, Mi única patria la mar.
Página 53 - De los dorados límites de Oriente, que ciñe el rico en perlas Océano, al término sombroso de Occidente las orlas de tu ardiente vestidura tiendes en pompa, augusto soberano, y el mundo bañas en tu lumbre pura. Vivido lanzas de tu frente el...
Página 216 - ... sus márgenes con flores engalana: mas ¡ay! huid: el corazón ardiente que el agua clara por beber se afana, lágrimas verterá de duelo eterno, que su raudal lo envenenó el infierno...
Página 94 - Que así castiga Dios el alma osada Que aspira loca, en su delirio insano, De la verdad para el mortal velada A descubrir el insondable arcano».
Página 212 - ¡Una mujer! Deslizase en el cielo Allá en la noche desprendida estrella. Si aroma el aire recogió en el suelo, Es el aroma que le presta ella.
Página 86 - ¿Qué se hicieron tus muros torreados? [Oh mi patria querida! ¿Dónde fueron tus héroes esforzados, tu espada no vencida?
Página 101 - Está la noche serena de luceros coronada, terso el azul de los cielos como transparente gasa. Melancólica la luna va trasmontando la espalda del otero; su alba frente tímida apenas levanta, y el horizonte ilumina, pura virgen solitaria, y en su blanca luz suave el cielo y la tierra baña. Deslizase el arroyuelo, fúlgida cinta de plata, al resplandor de la luna, entre franjas de esmeralda. Argentadas chispas brillan entre las espesas ramas, y en el seno de las flores tal vez aduermen las auras.
Página 145 - Y temerario alzándole su velo, Tirando de él la descubrió la faz. ¡Es su esposo!! los ecos retumbaron, ¡La esposa al fin que su consorte halló!! Los espectros con júbilo gritaron, ¡Es el esposo de su eterno amor!! Y ella entonces gritó: ¡Mi esposo!! Y era (¡ Desengaño fatal! ¡ triste verdad! ) Una sórdida, horrible calavera La blanca dama del gallardo andar!