Cinco meses en los Estados-Unidos de la América del Norte desde el 20 de abril al 23 de setiembre de 1835

Portada
P. Renouard, 1836 - 437 páginas
 

Otras ediciones - Ver todo

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 131 - He leido un gran número de escritos, cuyos autores creen que para el esclavo la libertad es el supremo bien. Yo opino por el contrario, que la libertad es el mas funesto de los dones que puede hacerse al africano infeliz que no ha recibido educacion alguna : mil veces peor que la fortuna para el jóven...
Página 131 - Yo opino por el contrario, que la libertad es el mas funesto de los dones que puede hacerse al africano infeliz que no ha recibido educacion alguna : mil veces peor que la fortuna para el jóven inesperto y licencioso que vive en la disipacion de las grandes ciudades: mas fatal que todos los incentivos de la seduccion, para la doncella inocente que sigue la senda florida de los placeres de la sociedad. El esclavo es una máquina embrutecida por su mismo estado, privada de goces morales, y limitada...
Página 185 - Este agente secreto, esta causa oculta no es otra que la regla severa del silencio, sin la cual es irrealizable el sistema penitenciario, y quimérica toda esperanza de evitar la corrupción de los encarcelados.
Página 131 - ¿se conseguirá lanzando al esclavo, al hijo d,l infortunio y de la miseria, en el torbellino de la sociedad que no conoce, en contacto con todas las seducciones que irremediablemente lo arrastrarían al borde del precipicio? Mientras que no se pueda cimentar sobre una educación moral, religiosa o intelectual, la libertad de los negros, más vale no pensar en ello. Pero ¿es preciso dejarlos en la infeic'dad? me preguntarán los filántropos. ¿Y sería humano hacerlos criminales?
Página 236 - ... despeño y la forma de sus vapores. Pero el americano, más industrioso y menos entusiasta, aprovecha el curso de las aguas, sus caídas y depósitos naturales; la conduce en canales y acueductos uniendo por su medio regiones distantes; y no contento con dominarla en la forma líquida, la transforma en vapor, reemplaza con ella la potencia animada, y por su ayuda vence todos los obstáculos y atraviesa las mayores distancias con la velocidad de las aves. Al echar una ojeada sobre el mapa actual...
Página 186 - ... algún ocio á la imaginación del preso, en la noche la ocupa esclusivamente recordándole sus crímenes, su infortunio, las desgracias que causó á su familia, el llanto de la mujer, el hambre de los hijos — . Para reconciliarse algún tanto con este juez severo y hacer llevadera su inexorable presencia, no son ciertamente á propósito las ideas de nuevos crímenes; y en el mismo convencimiento de su impotencia y de las desgracias acarreadas sobre su vida y la de seres inocentes y queridos,...
Página 131 - ... Unidos, se expresa sobre la emancipación de los negros en los términos siguientes: "El número de gentes de color en las pr siones de este país, me hace reflexionar sobre los desgracias de esta raza precipitada y sumida en todos los vicios y crímenes por falta de una buena educación. He leído un gran número de escritos, cuyos autores creen que para el esclavo la libertad es el supremo bien. Yo opino por el contrario, que la libertad es el más funesto de los dones que puede hacerse al...
Página 237 - ... dominarla en la forma líquida, la transforma en vapor, reemplaza con ella la potencia animada, y por su ayuda vence todos los obstáculos y atraviesa las mayores distancias con la velocidad de las aves. Al echar una ojeada sobre el mapa actual de los Estados Unidos, no puede contenerse el asombro al ver el inmenso número de canales, de ríos navegables y de caminos de hierro que le cruzan en todas direcciones. Miles de máquinas en movimiento corren las campiñas, suben las montañas, surcan...
Página 236 - I983,pp. 51-52, 78-81). con la misma suavidad que las aguas del Niágara, tan agitadas y conmovidas en el despeño y que, fuera ya del torrente y de los remolinos, seguirá el curso apacible del pacífico cauce... ¡Catarata imponente, yo te bendigo! ¡A tu influjo debo el conocimiento de la pequeñez de las penas que nos afligen, y mis enemigos el perdón y un sempiterno olvido de sus perfidias! Al contemplar esta inmensa mole de aguas despeñándose en la frontera de un pueblo feliz que debe a...
Página 236 - ... del Niágara, tan agitadas y conmovidas en el despeño y que, fuera ya del torrente y de los remolinos, seguirá el curso apacible del pacífico cauce... ¡Catarata imponente, yo te bendigo! ¡A tu influjo debo el conocimiento de la pequeñez de las penas que nos afligen, y mis enemigos el perdón y un sempiterno olvido de sus perfidias! Al contemplar esta inmensa mole de aguas despeñándose en la frontera de un pueblo feliz que debe a este elemento su prosperidad y sus prodigios, me ocurre...

Información bibliográfica