Amaya; o, Los vascos en el siglo VIII: novela historica, Volumen 2

Portada
Libreria Católica de San José, 1879
 

Otras ediciones - Ver todo

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 269 - Arabia, saturada de fragancias; ni perlas y oro, porque emigran del Oriente, cuajado de esmeraldas y diamantes. No pelean por territorios, porque nacieron ayer, y hoy son dueños del África y del Asia. Combaten por combatir; pelean por matar; su vida es la guerra; su galardón, la muerte en la batalla. Atila fue el azote de Dios contra los romanos; ellos son el azote de Dios contra los hijos de Atila. No hay remedio, Munio. Cuando pasa rodando el terremoto, las más soberbias fábricas se derrumban;...
Página 161 - Señor, aqui han llegado gentes enemigas de la parte de África, que por sus rostros y trages no sé si parecen venidos del cielo ó de la tierra: yo he resistido con todas mis fuerzas para impedir su entrada, pero me fué forzoso ceder á la muchedumbre y á la impetuosidad suya: ahora á mi pesar acampan en nuestra tierra: ruégoos, señor, pues tanto os cumple, que vengais á socorrernos con la mayor diligencia y con cuanta gente se pueda allegar: venid vos, señor, en persona, que será lo mejor.
Página 268 - África que barre ejércitos como polvo; guadaña de la muerte que hoy viene segando imperios, como ayer segaba cabezas; remolino del mar, que se traga naciones como naves. Un puñado de sarracenos ha concluido en un día con la España cristiana. Doce mil musulmanes contra cien mil godos. ¡Yo los vi, yo los vi! De Toledo acudí a Córdoba, de Córdoba a Sidonia, y solo pude alcanzar el estertor de un pueblo en la agonía.
Página 269 - ... y tiendas de campaña por termas, alcázares y coliseos. Su semblante aterra; pero su atavío encanta. Brilla el oro en su pecho. »y de lana y seda son sus vestiduras. Cuando al viento de la lid ondea »su manto, parecen espíritus alados que baten en bandadas su plu»maje de mil colores. Esos hombres no buscan los perfumes, porque «vienen de la Arabia saturada de fragancia; ni perlas y oro, porque «emigran del Oriente, cuajado de esmeraldas y diamantes. No pelean «por territorios, porque...
Página 269 - Tigres sedientos de sangre, parecen animados del espíritu del jinete, y se embriagan con el triunfo, y no desmayan con la derrota. No penséis, Munio, que esas hordas salen allá de páramos helados buscando dulce clima, fértiles campos, verjeles y palacios : no vienen, como los godos, a trocar pieles por túnicas de lino, pedregales por jardines, ni carros y tiendas de campaña por termas, alcázares y coliseos. Su semblante aterra, pero su atavío encanta. Brilla el oro en su pecho, y de lana...
Página 270 - Este hijo de la mala mujer se ha hecho dueño de nuestro reino sin ser de estirpe real, antes bien, uno de nuestros inferiores: aquella gente no pretende establecerse en nuestro país; lo único que desea es ganar botín: conseguido esto, se marcharán y nos dejarán. Emprendamos la fuga en el momento de la pelea, y el hijo de la mala mujer será derrotado.
Página 269 - ... alfanje, y antes se cansa el acero de herir que el brazo de matar. De cuño semejante sus corceles: tales caballos para tales hombres: secos, duros, ferocísimos como ellos. Ligeros como el viento, relinchan alegres al eco del clarín y se lanzan al combate, dejando atrás al viento en su carrera. Tigres sedientos de sangre, parecen animados del espíritu del jinete, y se embriagan con el triunfo, y no desmayan con la derrota.
Página 268 - Sidonia; y sólo pude alcanzar el estertor de un pueblo en la agonía. | Yo los vi! Revueltos en el torbellino, gentes cuyo idioma y religión no tienen entre sí la menor semejanza: berberiscos y godos, árabes y romanos, los de oriente y occidente, los del norte y el sur...
Página 269 - Ligeros como el viento, relinchan alegres al eco del clarín y se lanzan al combate, dejando atrás al viento en su carrera. Tigres sedientos de sangre, parecen animados del espíritu del jinete, y se embriagan con el triunfo, y no desmayan con la derrota. No penséis, Munio, que esas hordas salen allá de páramos helados buscando dulce clima, fértiles campos, verjeles...
Página 165 - Llegó á noticia de Rodrigo la invasión de los árabes en la costa de España, y que reiteraban sus correrías por los campos de Algeciras , siendo Julián la causa de ello. Estaba á la sazón ausente , en tierras de Pamplona, en guerra con los vascones , por graves rebeliones que habían estallado en aquel país , y parecióle cosa de importancia (la invasión), comprendiendo el motivo que había dado lugar á ella.

Información bibliográfica