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S. II. Obispos auxiliares en España y sus denominaciones.

Los Obispos auxiliares fueron conocidos antiguamente en España con diferentes nombres más ó ménos adecuados, de Coadjutores, Sufragáneos, Obispos de gracia, Obispos de anillo, Obispos visitadores, Obispos vicarios, y finalmente Auxiliares; el más propio, adecuado y peculiar de la disciplina eclesiástica de España, pues fuera ni se conoce ni se usa, á no ser en las repúblicas hispano-americanas, que han conservado con el idioma no poco de la disciplina particular de nuestra Iglesia. Algunos de los otros son harto impropios. El título de coadju tor es muy ambiguo aunque antiquísimo. Sabido es que San Agustin fué coadjutor de San Valerio, Obispo de Hipona. El Sr. Arguelles, con gran copia de autoridades y doctrina, asienta que San Pablo fué Auxiliar de San Pedro, y que otros Papas lo fueron de sus respectivos antecesores.

Las distinciones entre los coadjutores con futura sucesion y sin esta, las cuestiones acerca de las ventajas é inconvenientes de las futuras sucesiones, ó futurarias, como algunos dicen, y los casos en que se da coadjutor al Obispo ó párroco incapacitado, son nociones escolásticas, ajenas á nuestro propósito y meramente elementales.

Baste decir que la palabra, aunque muy canónica y muy usual, es tambien, y quizá por eso, demasiado ambigua: que lo mismo se da coadjutor á un Obispo que á un párroco, y que no es lo mismo Obispo coadjutor que coadjutor del Obispo, pues este cargo puede darse á un presbítero, que en este caso no es, ni puede ser llamado Obispo coadjutor, puesto que no puede ejercer funciones pontificales.

Mas en España no se confunde al Obispo coadjutor con el Obispo auxiliar, como sucede en el extranjero, donde á todos llaman coadjutores; y aun por esta falta de distincion se llamó

en el Concordato impropiamente coadjutores de los párrocos (art. 25 y 35), á los que en España se llaman tenientes, descuido reprensible en la traduccion de aquel documento, y que se sigue usando en documentos oficiales, con demasiada impropiedad.

El de sufragáneos, que a veces usan la Curia romana y los escritores extranjeros, es tambien harto impropio, salvo el respeto debido, y hablando en los términos del foro y de la escuela; pues, aunque se dice que sufragáneo puede ser á sufragando vel auxiliando (1), esta significacion es ménos propia y más bien se dice á suffragio ferendo, significando esa palabra sufragio el voto, en cuyo concepto se llamó sufragáneos á los Obispos de una provincia eclesiástica que tienen voto en el concilio provincial. Pero precisamente los Obispos auxiliares no tienen voto ó sufragio en esos concilios, y por consiguiente no son sufragáneos en el sentido más propio y usual de la palabra. Así que nuestro tecnicismo en esta parte, introducido por nuestra disciplina particular y aceptado por la Santa Sede respecto á nuestras iglesias y las de América, es más exacto y correcto, y se sancionó en el final del art. 5.° del mismo Concordato, al consignar allí que «en Ceuta y Tenerife se establecieran desde luego Obispos auxiliares.»

ΕΙ por qué los Obispos auxiliares, y á veces los meros titulares, eran llamados Obispos de anillo, no se sabe á punto fijo ni cuidó el Sr. Arguelles de averiguarlo. Anillo gastan todos tambien lo usan los abades mitrados. El Diccionario de la Lengua (V. Obispo) considera sinónimos Obispo de Anillo y Obispo auxiliar, pues explica aquellas palabras por estas.

y

Más propio era el título de Obispos visitadores, con que se los designaba en el siglo XVI, especialmente en Aragon, pues se les destinaba generalmente á visitar las diócesis, que en Espa

(1) Arguelles, pág. 31.

TOMO LI

IV

fa eran y son demasiado extensas, y administrar el Sacramento de la Confirmacion, cosa que en la Iglesia occidental no pueden hacer los presbíteros sin privilegio pontificio.

Obispos vicarios solían llamarlos tambien, y con propiedad, puesto que hacían las veces del Obispo en muchos casos, y hasta en el ejercicio de pontificales; lo que no pueden hacer los provisores y vicarios generales, no siendo Obispos, como no lo son por lo comun.

El título de Obispos de gracia se encuentra usado en Cataluña hacia el siglo XV, segun notó Villanueva, y aun se cree que algunos de los Obispos titulados de Gracia debieran llamarse más bien de gracia en el sentido de que eran Auxiliares. Véase á la pág. 101 de este tomo.

El calificativo de Auxiliar, que ha prevalecido en España desde el siglo XVII, es el más propio y adecuado, y no del todo desconocido en lo antiguo ni en la general disciplina. El Sr. Arguelles (1) cita oportunamente sobre la palabra Auxiliares á Juande Janua Y Alteserra.

El tratar aquí de los derechos y deberes de los Auxiliares, y de los que tengan en general los Obispos titulares, sería ajeno al carácter de nuestra obra, que es histórico, pero no jurídico. Puede sobre esos apuntes verse la curiosa obra del Sr. Arguelles ya citada.

§. III. Obras que se han tenido en cuenta para estos trabajos.

No entramos aquí á formar un catálogo de todas las obras que tuvo á la vista el Sr. Fort para allegar este gran cúmulo de noticias: dicenlo las notas de ellas mismas. Ademas del

(1) Página 33 de su libro: citando el vocabulario de Juan de Janua, dice: Sufraganeus, seu Auxiliarius est proprie in verbis. Unde Episcopi sufraganei aliorum Episcoporum, quod debent eos juvare non solum opere, sed etiam verbis. De Alteserra cita el libro 1.° y 2.° de Adyutoribus Episcoporum.

Viaje literario de Villanueva y del ya citado catálogo del senor Arguelles, tuvo en cuenta los Diccionarios bibliográficos de D. Nicolás Antonio, el de Escritores aragoneses de Latasa, el de Valencianos por Furster, Orti y otros, el de Catalanes por Amat, y otros de este género. Tuvo tambien en cuenta las crónicas monásticas y las historias particulares de varias díócesis, iglesias y conventos, como tambien los Teatros eclesiásticos de Gil Gonzalez Davila, acerca de las iglesias de Castilla, Leon é Indias, y el de las iglesias de Aragon por los PP. Capuchinos Fray Lamberto de Zaragoza y Fray Ramon de Huesca. Citarlos todos sería tan prolijo como impertinente.

Pero lo que no puede ménos de citarse y aplaudirse, como muestra de esmero, laboriosidad y paciencia, es la escrupulosidad con que el Sr. Fort recorrió todas las Gacetas, Mercurios y Guias eclesiásticas, á caza de noticias y de fechas, que sin este trabajo hubieran quedado ignoradas. No hay más que pasar la vista por las notas y se echará de ver en todas las páginas este esfuerzo, de actividad. Sirviéronle tambien de mucho, como á todos los que han trabajado en este punto, los catálogos de Obispos titulares citados por Le Quien en su Oriens Christianus, que ya manejó y aprovechó mucho el P. Villanneva, proponiéndose ademas aumentarle no poco en este punto, segun queda dicho.

Modernamente el P. D. Pio Bonifacio Gams, benedictino, benemérito de la Iglesia española, por más de un concepto, publicó en 1873 un tomo en fólio menor de cerca de 100 páginas, intitulado: Series Episcoporum Ecclesiæ catholicæ, que disfrutó y aprovechó mucho el Sr. Fort en los tres años últimos de su vida.

Tuvo ademas en cuenta el Sr. Fort para los más modernos, un Anuario Pontificio, al parecer, del año 1862.

Para las adiciones que se han hecho á sus notas y apuntes, se han tenido ademas en cuenta dos Anuarios Pontificios, uno

más antiguo y otro modernísimo, como que es el último. A principios de 1851 se publicó en Roma y en la misma estampería Camerale, ó imprenta de la Cámara Apostólica, un libro en 4.° de unas 400 páginas, intitulado Gerarchia della Santa Chiesa, redactada por el caballero Girolano Petri, con noticia de todos los Obispados antiguos y modernos, hecha con gran esmero y copia de datos, que corrió con gran aceptacion entre los eruditos.

El Anuario Pontificio del presente año 1879, no se ha publicado hasta el dia 30 de Junio, como él mismo expresa, y se titula tambien la Gerarchia catholica e la famiglia Pontificia, obra hecha con gran esmero, pero ménos útil para nuestro propósito que la del caballero Petri, cuyo trabajo acerca de los Obispados titulares es mejor y de mérito no pasajero.

Algunas obras se han consultado tambien, que no alcanzó á manejar el Sr. Fort, y entre ellas no podemos ménos de citar dos que debemos á los PP. Misioneros españoles dominicos Y agustinos. La una es del P. Mainard, dominico, intitulada: Mission Dominicaines dans le extreme Orient, par le R. P. F. André Marié, en dos tomos en 8.° marquilla, con noticias muy curiosas acerca de las misiones de Filipinas. La otra es del P. Fray José Lanteri, agustino italiano, que se titula Eremi Sacræ Agustinianæ pars prima de omnibus Augustinianis episcopis. El tomo II (pars altera) trata de los Obispos extranjeros, ó de fuera de Italia, y por tanto de algunos Titulares españoles. A las procuras de uno y otro instituto debemos este favor y noticias de actualidad acerca de varios prelados de su hábito.

Estas son las fuentes principales de donde sacó el Sr. Fort las noticias de este tomo, y de donde se han tomado algunas otras que se han suplido ó añadido á su compilacion

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