Imágenes de página
PDF
ePub

viar á bojar la dicha tierra, diciéndoles que en ello haria gran servicio á V. M., con tal que les diesen licencia para que rescatasen con los naturales de ella oro y perlas y piedras preciosas y otras cosas, lo cual todo fuese suyo, pagando el quinto á VV. MM. lo cual por los dichos reverendos padres gobernadores gerónimos le fué concedido, ansi porque hizo relacion que él habia descubierto la dicha tierra á su costa, como por saber el secreto de ella, y proveer como al servicio de VV. RR. AA. conviniese. Y por otra parte, sin lo saber los dichos padres gerónimos, envió a un Gonzalo de Guzman con su poder y con la dicha relacion á VV. RR. AA. diciendo que él habia descubierto aquella tierra á su costa, en lo cual á VV. MM. habia hecho servicio, y que la queria conquistar á su costa, y suplicando á VV. RR. AA. le hiciesen adelantado y gobernador de ella con ciertas mercedes que allende de esto pedia, como VV. MM. habrán ya visto por su relacion, y por esto no las expresamos aqui.

En este medio tiempo, como le vino la licencia que en nombre de VV. MM. le dieron los reverendos padres gobernadores de la órden de san Gerónimo, diose prisa en armar tres navios y un bergantin, porque si VV. MM. VV. MM. no fuesen servidos de le conceder lo que con Gonzalo de Guzman les habia enviado á pedir, los hubiese ya enviado con la licencia de los dichos padres gobernadores gerónimos; y armados envió por capitan de ellos á un deudo suyo, que se dice Juan de Grijalba, y con él ciento setenta hombres de los vecinos de la dicha isla, entre los cuales venimos algunos de nosotros por capitanes por servir á VV. RR. AA. y no solo venimos y vinieron los de la dicha armada, aventurando nuestras personas, mas aun casi todos los bastimentos de la dicha armada pusieron y pusimos de nuestras casas, en lo cual gastamos y gastaron asaz parte de sus haciendas; y fué por piloto de dicha armada el dicho Anton de Alaminos que primero habia descubierto la dicha tierra, cuando fué con Francisco Fernandez de Córdoba; y para hazer este viaje tomaron la susodicha derrota, y antes que à la dicha tierra viniesen, descubrieron una isla pequeña que bojaba hasta treinta leguas, que

1 Que tenia de boje é circumferencia, etc. El verbo bojar se halla usado en otros lugares de esta relacion por « reconocer una costa. »

está por la parte del sur de la dicha tierra, la cual es llamada Cozumel, y llegaron en la dicha isla á un pueblo que pusieron por nombre San Juan de Portalatina, y á la dicha isla llamaron Santa Cruz. Y el mesmo dia que alli llegaron, salieron á verlos hasta ciento y cincuenta personas de los indios del pueblo, y otro dia siguiente, segun pareció, dejaron el pueblo los dichos indios y acogieronse al monte; y como el capitan tuviese necesidad de agua, hizose á la vela para la ir á tomar á otra parte el mismo dia, y yendo su viaje acordóse de volver al dicho puerto y á la isla de Santa Cruz, y surgió en él, y saltando en tierra halló el pueblo sin gente, como si nunca fuera poblado, y tomada su agua se tornó á sus naos sin calar la tierra ni saber el secreto de ella, lo cual no debieran hacer; pues era menester que la calara y supiera para hacer verdadera relacion á VV. RR. AA. de lo que era aquella isla; y alzando velas se fué y prosiguió su viaje hasta llegar á la tierra que Francisco Fernandez de Córdoba habia descubierto, adonde iba para la bojar y hacer rescate; y llegados allá anduvieron por la costa de ella del sur hacia el poniento hasta llegar á una bahia, á la cual el dicho capitan Grijalba y piloto mayor Anton de Alaminos pusieron por nombre la bahia de la Ascen- . sion, que segun opinion de pilotos es muy cerca de la punta de las Veras que es la tierra que Vicente Yañez descubrió y apuntó; que la la parte mide aquella bahịa, la cual es muy grande y se crec que pasa á la mar del Norte; y desde alli se volvieron por la dicha costa por donde habian ido hasta doblar la punta de la dicha tierra, y por la parte del norte de ella navegaron hasta llegar al dicho puerto Campoche, que el señor de él se llama Lázaro, donde habia llegadó el dicho Francisco Fernandez de Córdoba, asi para hacer su rescate que por el dicho Diego Velazquez les era mandado, como por la mucha necesidad que tenian de tomar agua. Y luego que los vieron venir los naturales de la tierra se pusieron en manera de batalla cerca de su pueblo para les defender la entrada, y el capitan los llamó con una lengua y intérprete que llevaba, y vinieron ciertos indios, á los cuales hizo entender que él no venia sino á rescatar con ellos de lo que tuviesen y á tomar agua, y ansi

Hay aqui algun yerro del copista, pues no se entiende lo que quiere decir que la parte mide; quizá debió decir: « la parte por medio. »

se fué con ellos hasta un paraje de agua que estaba junto á su pueblo, y alli comenzó á tomar su agua y á les decir con el dicho faraute que les diesen oro y que les darian de las preseas que llevaban; y los indios, desque aquello vieron, como no tenian oro que le dar, dijéronle que se fuese, y él les rogó que le dejasen tomar su agua y que luego se iria, y con todo esto no se pudo de ellos defender sin que otro dia de mañana á hora de misa, los indios no comenzasen á pelear con ellos con sus arcos' y flechas y lanzas y rodelas, por manera que mataron á un español y hirieron al dicho capitan Grijalba y á otros muchos, y aquella tarde se embarcaron en las caravelas con su gente sin entrar en el pueblo de los dichos indios, y sin saber cosa de que á VV. RR. MM. verdadera relacion se pudiese hacer.

De alli se fueron por la dicha costa hasta llegar á un rio, al cual pusieron por nombre el rio de Grijalba, y surgieron en él casi á hora de visperas, y otro dia de mañana se pusieron de la una y de la otra parte del rio gran número de indios y gente de guerra con sus arcos y flechas y lanzas y rodelas para defender la entrada de su tierra, y segun pareció á algunas personas, serian hasta cinco mil indios; y como el capitan esto vió, no saltó á tierra nadie de los navios, sino desde los navios les habló con lenguas y farautes que traia, rogándoles que se llegasen mas cerca, para que les pudiese dar la causa de su venida; y entraron veinte indios en una canoa y vinieron muy recatados y acercaronse á los navios, y el capitan Grijalba les dijo y dió á entender por aquel intérprete que llevaba, como él no venia sino á rescatar, y que queria ser amigo de ellos, y que le trajesen oro de lo que tenian, y que él les daria de las preseas que llevaban y ansi lo hicieron.

El dia siguiente, en trayéndole ciertas joyas de oro sotiles, el dicho capitan les dió de su rescate lo que le pareció, y ellos se volvieron á su pueblo; y el dicho capitan estuvo alli aquel dia, y otro dia siguiente se hizo á la vela, sin saber mas secreto alguno de aquella tierra, y siguió hasta llegar á una bahia à la cual pusieron por nombre la bahia de San Juan, y alli saltó el capitan en tierra con cierta gente en unos arenales despoblados. Y como los naturales de la tierra habian visto que los navios venian por la costa acudieron alli, con los cuales él habló con sus intérpretes, y sacó una mesa en que puso ciertas preseas, haciéndoles entender como

venian á rescatar y á ser sus amigos; y como esto vieron y entendieron los indios, comenzaron á traer piezas de ropa y algunas joyas de oro, las cuales rescataron con el dicho capitan. Desde aqui despachó y envió el dicho capitan Grijalba á Diego Velazquez la una de las dichas caravelas con todo lo que hasta entonces habian rescatado; y partida la dicha caravela para la isla Fernandina, adonde estaba Diego Velazquez, se fué el dicho capitan Grijalba por la costa abajo con los navios que le quedaron, y anduvo por ella hasta cuarenta y cinco leguas sin saltar en tierra ni ver cosa alguna, excepto aquello que desde la mar se parecia, y desde alli se comenzó á volver para la isla Fernandina, y nunca mas vió cosa alguna de la tierra que de contar fuese. Por lo cual VV. RR. AA. pueden creer que todas las relaciones que desde esta tierra se le han hecho no han podido ser ciertas, pues no supieron los secretos de ella mas de lo que por sus voluntades han querido escribir.

Llegado á la isla Fernandina el dicho navio que el capitan Juan de Grijalba habia despachado de la bahia de San Juan, como Diego Velazquez vió el oro que llevaba, y supo por las cartas de Grijalba que le escribia las ropas y preseas que por ello habian dado en rescate, parecióle que se habia rescatado poco segun las nuevas que le daban los que en la dicha caravela habian ido, y el deseo que él tenia de haber oro, y publicaba que no habia ahorrado la costa que habia hecho en la dicha armada, y que le pesaba, y mostraba sentimiento por lo poco que el capitan Grijalba en esta tierra habia hecho en la verdad no tenia mucha razon de se quejar el dicho Diego Velazquez, porque los gastos que él hizo en la dicha armada se le ahorraron con ciertas. botas y toneles de vino, y con ciertas cajas de camisas de presilla, y con cierto rescate de cuentas que envió en la dicha armada, por que acá se nos vendió el vino à cuatro pesos de oro, que son dos mil maravedis el arroba, y la camisa de presilla se nos vendió á dos pesos de oro, y el mazo de las cuentas verdes á dos pesos, por manera que ahorró con esto todo el gasto de su armada y aun ganó dineros; y hacemos desto tan particular relacion á V. M. porque sepan que las armadas que hasta aqui ha hecho el Diego Velazquez, han sido tanto de trato de mercaderias como de armador, y con nuestras personas y gastos de nuestras hacien

das, y aunque hemos padecido infinitos trabajos, hemos servido á VV. RR. AA. y serviremos hasta tanto que la vida nos dure.

Estando el dicho Diego Velazquez con este enojo del poco oro que le habian llevado, teniendo deseo de haber mas, acordó, sin lo decir ni hacer saber á los padres gobernadores gerónimos, de hacer una armada veloz, é de enviar á buscar al dicho capitan Juan de Grijalba, su pariente, y para la hacer á menos costa suya, habló con Fernando Cortés, vecino y alcalde de la ciudad de Santiago por V. M., y dijole que armasen ambos á dos hasta ocho ó diez navios, porque á la sazon el dicho Fernando Cortés tenia mejor aparejo que otra persona alguna de la dicha isla, y con él se creia que querria venir mucha mas gente que con otro cualquiera; y visto por el dicho Fernando Cortés lo que Diego Velazquez le decia, movido con celo de servir á VV. RR. AA., propuso de gastar todo cuanto tenia y hacer aquella armada, casi las dos partes della á su costa, asi en navios como en bastimentos de mar, allende de repartir sus dineros por las personas que habian de ir en la dicha armada, que tenian necesidad para se proveer de cosas necesarias para el viaje.

Hecha y ordenada la dicha armada, nombró en nombre de V. M. el dicho Diego Velazquez al dicho Fernando Cortés por capitan de ella, para que viniese á esta tierra á rescatar y hacer lo que Grijalba no habia hecho, y todo el concierto de la dicha armada se hizo á voluntad de dicho Diego Velazquez, aunque no puso ni gastó él mas de la tercia parte de ella, segun VV. RR. AA. podrán mandar ver por las instruciones y poder que el dicho Fernando Cortés recibió de Diego Velazquez en nombre de V. M., las cuales enviamos ahora con estos nuestros procuradores á VV. AA. Y sepan VV. MM. que la mayor parte de la dicha tercia parte que el dicho Diego Velazquez gastó en hacer la dicha armada fué emplear sus dineros en vinos y en ropas y en otras cosas de poco valor para nos lo vender acá en mucha mas cantidad de lo que á él le costó, por manera que podremos decir que entre nosotros los españoles vasallos de VV. RR. AA. ha hecho Diego Velazquez su rescate y grangeado sus dineros cobrándolos muy bien.

Acabado de hacer la dicha armada, se partió de la dicha isla

Como si dijera una « armada de barcos de poco porte y veleros.

« AnteriorContinuar »