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debajo el norte, segun dicen Herodoto en su Melpóme

tener hombres en las zonas que fingen destempladas, ni tampoco impiden los frios, por mas enemigos que son á la vida humana, que no vivan mucho y se anden la cabeza al aire los hiperbóreos y arinfeos. La costumbre y natural vivienda se conservan en lugares pestiferos, cuanto mas en frios. Mejor vivienda es en la torrida zona, por ser el calor mas amigable al cuerpo humano; y así, no hay tierra despoblada por mucho calor ni por mucho frio, sino por falta de agua y pan. El hombre tambien, allende lo sobredicho, que fué hecho de tierra, podrá y sé que sabrá vivir en cualquiera parte della, por fria ó calorosa que sea, especialmente mandando Dios á Adan y á Eva que criasen, multiplicasen é hinchesen la tierra. La experiencia, que nos certifica por entero de cuanto hay, es tanta y tan contina en navegar la mar y andar la tierra, que sabemos cómo es habitable toda la tierra y cómo está habitada y llena de gente. Gloria sea de Dios y honra de españoles, que han descubierto las Indias, tierra de los antipodas; los cuales, descubriendo y conquistándolas, corren el gran mar Océano, atraviesan la tórrida zona, y pasan del círculo Arctico, espantajos de los antiguos.

Que hay antipodes, y por qué se dicen asi.

Llaman antipodes á los hombres que pisan en la bola y redondez de la tierra al contrario de nosotros, ó al contrario unos de otros. Los cuales, al parecer, aunque no de cierto, tienen las cabezas bajas y los piés altos. Sobre lo cual hay, como dice Plinio, gran batalla de letrados. Unos los niegan, otros los aprueban, y otros, afirmando que los hay, juran que no se pueden ver ni

ne, y Solino en el Polihistor; mas Ptolomeo no los pone tan vecinos al polo, sino en algo mas de setenta grados de la Equinocial, y Matías de Micoy los niega; por lo cual se maravillan de Plinio (autor gravísimo) que mostrase contradicion en lo de las zonas, y descuido ó poco saber en geografía y matemática. El primero que afirmó ser habitable la tierra desa parte de las zonas templadas fué Parmenides, segun cuenta Plutarco. Solino, refiriendo escriptores viejos, pone los hiperbóreos donde un dia dura medio año, y una noche otro medio, por estar de ochenta grados arriba, viviendo muy sanos, y tanto tiempo, que hartos de mucho vivir, se matan ellos mesmos. Tambien dice cómo los arinfeos, que moran en aquellas partes, andan sin cabello ni caperuza. Ablavio, historiador godo, dice cómo los adogitas, que tienen dia de cuarenta dias nuestros, y noche de cuarenta noches, por estar de setenta grados arriba, viven sin morirse de frio. Galeoto de Narni afirma en el libro de Cosas incógnitas al vulgo, cómo hay muchas gentes en la tierra que cae cerca y bajo del norte. Sajo, gramático, y Olao, godo, arzobispo de Upsalia (á quien yo conversé mucho tiempo en Bolonia y en Venecia), ponen por tierra muy poblada la Scandinavia, que agora llaman Suecia, la cual es septentrionalísima. Alberto Magno, que tiene por mala vivienda la tierra de cincuenta y seis grados arriba, cree por imposible la habitacion debajo el norte, pues donde la noche dura un mes es incomportable la frialdad. E así dice Antonio Bonfin, en la Historia de húngaros y bohemios, que á los lobos se les saltan los ojos de puro frio en las islas del mar Helado. Que la tierra de la tórrida zona esté pobla-hallar; y así andan ellos vacilando, y hacen titubear á da y se pueda morar, muchos lo dijeron, y aun Abenruiz lo afirma por Aristóteles, en el cuarto libro de Cielo y mundo. Avicena, en su Doctrina segunda, y Alberto Magno, en el capítulo seis de La natura de lugares, quieren probar por razones naturales cómo lo de la tórrida zona es habitable é aun mas templada para vivienda del hombre que las zonas de los trópicos. Heráclides y muchos pitagóricos (segun Teodorito cuenta) pensaron que cada estrella fuese un mundo, con hombres que moraban en ella. Xenofanes (como refiere Lactancio) dijo que moraban hombres en el seno y concavidad de la luna. Anaxágoras y Demócrito dijeron que tenia montes, valles y campos; é los pitagóricos, que tenia árboles y animales quince veces mayores que la tierra; y que era de color de tierra, porque estaba poblada y llena de gente como esta nuestra tierra; de donde nascieron las consejas que tras el fuego cuentan della las viejas. Tambien hubo algunos estóicos (segun dice el mismo Lactancio acotando con Séneca) que dudaron si habia ó no habia gente y pueblos en el sol; porque penseis á cuanto se desmandan los pensamientos y lengua del hombre cuando libremente puede hablar lo que se le antoja. No crió el Señor (dice Isaías á los cuarenta y cinco capítulos) la tierra en balde ni en vacío, sino para que se more y pueble. Y Zacarías dice al principio de su profecía, que anduvieron la tierra, y toda ella estaba poblada y llena de gente. Ni es de creer que la mar esté llena de peces en todos cabos, ansí frios y calientes como templados; y que la tierra esté vacía y valdía, sin

otros. Strabon, y otros antes y después, niegan á piés juntillas los antipodes, diciendo ser imposible que haya hombres en el hemisferio inferior, donde los ponen. Dejando aparte autores gentiles, digo que tambien hay cristianos que niegan haber antípodes. Los que tenian á la tierra por llana los negaron, y Lactancio Firmiano los contradice gentilmente, pensando que no habia hombres que hirmasen los piés en tierra al contrario que nosotros; que si tal fuese andarian contra natura, los piés altos y la cabeza baja cosa á su juicio fingida y para reir. Y por eso burlaba mucho de los que creian ser el mundo redondo y haber antipodas. Sant Augustin niega tambien los antípodes en el libro décimo sexto de la Ciudad de Dios, á los nueve capítulos. Nególos, segun yo pienso, por no hallar hecha memoria de antípodas en toda la Sagrada Escritura; y tambien por quitarse de ruido, á lo que dicen. Ca si confesara que los habia, no pudiera probar que descendian de Adan y Eva, como todos los demás hombres deste nuestro medio mundo y hemisferio, á quien hacia ciudadanos y vecinos de aquella su ciudad de Dios, pues la antigua y comun opinion de filósofos y teólogos de aquel tiempo era que aunque los habia, no se podian comunicar con nosotros, á causa de estar en el otro hemisferio media bola de la tierra, donde era imposible ir ni venir, por estar entre medio muy grande y no navegable mar, y la tórrida zona, que atajaban el paso. Y nuestro Sant Isidro dijo, en sus Etimologias, no haber razon para creer que hubiese antípodes; ca ni lo sufre la

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que pisan la tierra al contrario por el derecho unos de otros, como los de Guinea y del Perú. Antecos de los españoles y alemanęs son los del rio de la Plata, y los patagones, que moran en el estrecho de Magallanes. No tenemos vivienda en tierra contraria como antípodes, sino en diversa. Parecos de nosotros los españoles son los de la Nueva-España que viven en Sibola y por aquellas partes, y los de Chile. No moramos en contraria tierra como antipodes, ni en diversa como antecos, sino en una mesma zona. Empero, aunque propriamente los antecos nilos parecos no son antípodes, se pueden llamar y se llaman, y así se confunden unos con otros; y por tanto señalé por antipodes de los del cabo de Buena Esperanza, que tambien son antecos nuestros, á los de la Nueva-España.

tierra, ni se prueba por historias; sino que poetas, por tener qué hablar, lo fingian. Lactancio é Isidro no tuvieron causa para negarlos. Sant Augustin tuvo las que dije, aunque no haber memoria ni nombre de antípodas en la Biblia no es argumento que obligue para creer que no los hay. Pues en ella está cómo es redonda la tierra, y cómo la rodea el cielo y el sol; y siendo así, todos los hombres del mundo tienen las cabezas derechas al cielo, y los piés al centro de la tierra, en cualquiera parte della que vivan; y son, ó se han en ella como los rayos de la rueda de una carreta. Que si el cubo donde hincados están estuviese quedo, cuando anda la carreta, ninguno dellos estaria mas derecho á la rueda que el otro, ni mas alto, ni al revés. Casi todos los filósofos, antiguos tuvieron por cierto que habia antípodes, segun lo cuenta Plutarco en los libros del parecer de los filósofos, y Macrobio, Sobre el sueño de Scipion, y es tan comun este nombre antipodas, que debe haber pocos que no lo hayan oido ó leido; y pienso que siempre lo hubo del diluvio acá. Quien primero hizo mencion de antipodes entre teólogos cristianos, á lo que yo sé, fué Clemente, discípulo de sant Pedro, segun Orígenes y sant Jerónimo dicen: así que es cierto que los hay.

Dónde, quién y cuáles son antipodes.

El elemento de la tierra un solo cuerpo es, aunque haya muchas islas en agua; y redondo en proporcion, aunque nos parezca llano, segun atrás queda dicho; y así lo tuvo Thales Milesio, uno de los siete sabios de Grecia, y otros muchos filósofos, como lo escribe Plutarco. Mas Oecetes, otro gran filósofo pitagórico, puso dos tierras, esta nuestra y la de los antípodes. Teopompo historiador dijo, segun Tertuliano contra Hermógenes, que Sileno afirmaba al rey Midas cómo habia otro orbe y bola de tierra, sin esta nuestra; y Macrobio, por acortar de autores, trata largo destos dos hemisperios y tierras. Empero es de saber que, si bien todos ponen dos pedazos de tierra, que no está cada uno dellos por sí, como diferentes tierras, pues no hay mas de un solo elemento della, sino que están atajados con la mar, conforme á lo que Solino dice hablando de los hiperbóreos; y quien mirare la imágen del mundo en un globo ó mapa, verá claramente cómo la mar parte la tierra en dos partes casi iguales, que son los dos hemisperios y orbes arriba dichos. Asia, Africa y Europa son la una parte, y las Indias la otra, en la cual están los que llaman antípodes; y es certísimo que los del Perú, que viven en Lima, en el Cuzco y Ariquipa, son antípodes de los que viven á la boca del rio Indo, Calicut y Zeilan, isla é tierras de Asia. Los Malucos, islas de la Especería, son asimesmo antípodes de la Etiopía, que agora llaman Guinea; y Plinio dijo muy bien que la Taprobana era de antípodes. Ca ciertamente los de aquella isla son antípodes de los etíopes, que están á la ribera del Nilo entre su nacimiento y Meroe. Tambien, aunque no enteramente, son los mejicanos antípodes de los de Arabia Felice, y aun de los que viven en el cabo de Buena Esperanza. Sin los antípodes hay otros que llaman parecos y antecos, Ca en estos tres apellidos se incluyen todos los vecinos del mundo. Antipodes son por

Que hay paso de nosotros á los antipodes, contra la comun opinion de filósofos.

Niegan todos los antiguos filósofos de la gentilidad el paso de nuestro hemisperio al de los antípodes, por razon de estar en medio la tórrida zona y el Océano, que impiden el camino, segun que mas largamente lo trata y porfia Macrobio, Sobre el sueño de Scipion, que compuso Tulio. De los filósofos cristianos, Clemente dice que no se puede pasar el Océano de hombre ninguno; y Alberto, que es muy moderno, lo confirma. Bien creo que nunca jamás se supiera el camino por ellos, pues no tenian los indios, á quien llamamos antípodes, navíos bastantes para tan larga y recia navegacion como hacen españoles por el mar Océano. Empero está ya tan andado y sabido, que cada dia van allá nuestros españoles á ojos (como dicen) cerrados; y así, está la experiencia en contrario de la filosofía. Quiero dejar las muchas naos que ordinariamente van de España á las Indias, y decir de una sola, dicha la Victoria, que dió vuelta redonda á toda la redondez de la tierra, y tocando en tierras de unos y otros antipodas, declaró la ignorancia de la sabia antigüedad, y se tornó á España dentro de tres años que partió, segun que muy largamente dirémos cuando tratemos del estrecho de Magallanes.

El sitio de la tierra.

Parecerá vanidad querer situar la grandeza de la tierra, y es fácil cosa, pues su sitio está en medio del mundo. Sus aledaños es la mar que la rodea. No lo sé decir mas breve ni mas verdadero. Mela dice que son oriente y poniente, septentrion y mediodía, y aun David apunta lo mesmo en el salmo ciento y seis. Notabilísimas señales y mojones son estas cuatro para el cielo, donde están, aunque tambien señalan la tierra maravillosamente; y así, regimos la cuenta y caminos della por ellas, Eratóstenes no puso sino los polos norte y sur por aledaños, partiendo la tierra con el camino del sol; y Marco Varron loa mucho esta reparticion, por muy conforme á razon. Ca están aquellos polos fijos y quedos como ejes, donde se mueve y sostiene el cielo; allende que las cuatro señales susodichas, y á todos manifiestas, sirven para saber hácia cuál parte del cielo estamos, aprovecha tambien para entender á cuánto. El estrecho de Gibraltar, poniendo á España por ejemplo,

está hacia el norte y á cincuenta y cuatro grados dél; ó mejor hablando, del punto de la tierra que está ó puede estar debajo del mesmo norte, que son novecientas y ochenta leguas, segun comun cuenta de cosmógrafos y matemáticos, y á treinta y seis grados de la Equinocial, que es nuestra cuenta. Y por ser entendido de quien no sabe qué cosa es grados, quiero decir qué son.

Qué cosa son grados.

Antiguamente contaban y median la tierra y el mundo por estadios y pasos y piés, segun en Plinio, Strabon y otros escritores se lee. Empero después que Ptolomeo inventó los grados á ciento y cincuenta años que Cristo murió, se dejó aquella cuenta. Repartió Ptolomeo todo el cuerpo y bulto que hacen la tierra y la mar en trecientos y sesenta grados de largura y en otros tantos de anchura, que como es redondo, es tan ancho cuanto largo; y dió á cada grado setenta millas, que hacen diez y siete leguas y media castellanas; de manera que boja el orbe de la tierra camino derecho, por cualquiera de las cuatro partes que lo midan, seis mil y docientas leguas. Es tan cierta esta cuenta y medida, que todos lo usan y alaban. Y tanto es mas de loar quien la inventó, cuanto tuvieron por dificultoso Job y el Eclesiástico, que nadie hallase la medida y anchura de la tierra. Llaman grados de longura á los que se cuentan de sol á sol, que es por la Equinocial, que va de oriente á poniente por medio del orbe y bola de la tierra; los cuales no se puede bien tomar, por no haber en el cielo señal estante y fija por aquella parte, á que tener ojo; ca el sol, aunque es clarísima señal, muda cada dia, como dicen, bitos, y nunca jamás va por el camino que otra vez anduvo, segun el parecer de muchos astrólogos; ni hay número de los que se han desvelado y gastado en buscar ingenios y manera de tomar los grados de longitud sin errar, como se toman los de la anchura y altura, empero aun ninguno la ha hallado. Grados de altura ó anchura dicen á los que se toman y cuentan del norte, los cuales salen cierta é puntualmente, por razon de estar quedo el mesmo norte, que es el blanco á quieu encaran. Por estos grados pues señalaré yo la tierra, que son verdaderos y que se reparten en cuatro partes iguales. Del norte á la Equinocial hay noventa, de la Equinocial al sur hay otros noventa, del sur á la Equinocial hay otros noventa grados, y della al norte otros tantos. Empero ninguna relacion ni claridad tenemos de las tierras que hay en tan grandisima distancia de mundo y tierra, como debe haber debajo del sur, que es el otro eje del cielo de cuya vista carecemos; ca si hay hiperbóreos, habrá tambien hipernocios, como dijo Herodoto, que serán vecinos del sur, y quizá son los que viven en la tierra del estrecho de Magallanes, que sigue la via del otro polo, la cual aun no se sabe. Y así, digo que hasta que alguno rodee la tierra por bajo de ambos polos, como la rodeó Juan Sebastian del Cano por debajo la Equinocial, no quedará enteramente sabida ni andada su redondez y grandeza.

Quién fué inventor de la aguja de marear.

Antes de comenzar la descripcion y cosmografía, quiero decir algo de la navegacion, porque sin ella no

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se pudiera saber; que por tierra no se camina tanto, digo tan lejos, como por agua, ni tan presto; y sin naos nunca las Indias se hallaran, y las naos se perderian en el Océano si aguja no llevasen; de suerte que la aguja es principalísima parte del navío para bien navegar. El primero, segun escriben Blondo y Mafeo Girardof, que halló la aguja de marear y la usó, fué Flavio de Malfa, ciudad en el reino de Nápoles, donde aun hoy dia se glorían dello, y tienen mucha razon, pues un vecino suyo inventó cosa de tanto provecho y primor, cuyo secreto no alcanzaron los antiguos, aunque tenian hierro y picdra iman, que son sus materiales. Quien mas á Flavio debe, somos españoles, que navegamos mucho; el cual debió ser ciento y cincuenta años há, ó cuando mucho docientos. Ninguno sabe la causa por la cual el hierro tocado con piedra iman mira siempre al norte. Todos lo atribuyen á propiedad oculta unos del norte, y otros de la mezcla que hacen el hierro y la piedra. Si fuese propiedad del norte, ni la aguja, segun pilotos cuentan, haria mudanza nordesteando y noroestando fuera de la isla Tercera, que es una de los Azores, y doscientas leguas de España bácia poniente leste oeste; ni perderia su oficio, como Olao dice, en pasando de la isla de Magnete, que está debajo ó muy cerca del norte. Mas, como quiera que ello sea, siempre la aguja mira al norte, aunque naveguen cerca del sur. La piedra iman tiene piés y cabeza, y aun dicen que brazos. El hierro que ceban con la cabeza nunca para hasta quedar mirando derechamente al norte; que así hacen los relojes de aguja y sol. La cebadura de los piés sirve para el sur, y así lo demás es para los otros cabos del cielo.

Opinion que Asia, Africa y Europa son islas.

Repartian los antiguos este nuestro orbe en Asia y Europa por el Tanais, segun Isócrates refiere en su Panegírico. Después dividieron de Asia á Africa por vertientes del Nilo, y fuera mejor por el mar Bermejo, que casi atraviesa la tierra desde el mar Océano hasta el Mediterráneo. Mas el que llaman Beroso dice que Noé puso nombre á Africa, Asia y Europa, y las dió á sus tres hijos, Cam, Sem y Jafet, y que navegó por el mar Mediterráneo diez años. En fin, decimos agora que las sobredichas tres provincias ocupan esta media tierra del mundo. Todos en general dicen que Asia es mayor que ninguna de las otras, y aun que entrambas. Empero Herodoto burla en su Melpomene de los que hacen igual de Europa á Asia, diciendo que iguala Europa en largura á Asia y Africa, y las pasa en anchura; que no va fuera de tino. Mas dejando esto aparte, que no es para agora, digo que Homero, escritor antiquísimo, dijo que era isla el orbe que se divide en Asia, Africa y Europa, como relata Pomponio Mela en su tercero libro. Strabon dice en el primero de su Geografia, que la tierra que se habita es isla cercada toda del Océano. Higinio y Solino confirman esta sentencia; aunque yerra Solino en poner los nombres de la mar, creyendo que el mar Caspio era parte del Océano, y es Mediterráneo, sin participacion del gran mar. Cuenta Strabon cómo en tiempo del rey Tolomeo Evergete navegó tres ó cuatro veces de Cáliz á la India, que se nombra del rio, un Eudoxo. Y que las guardas del mar arábigo, que es el Bermeje,

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trujeron al mesmo rey Tolomeo un indio presentado que babia aportado allí. Comprueba tambien esta navegacion de Cáliz á la India el rey Juba, segun dice Solino, y siempre fué tan celebrada como notable, aunque no tanto como al presente; y como se hace por tierra caliente, no es muy trabajosa. Navegar de la India á Cáliz por la otra parte del norte, que hay grandísimos frios, es el trabajo y peligro. Y así, no hay memoria entre antiguos que haya venido por allí mas de una nave, que, segun Mela y Plinio escriben, refiriendo á Népos Cornelio, vino á parar en Alemaña, y el rey de los suevos, que algunos llaman sajones, presentó ciertos indios della á `Quinto Metelo Celer, que á la sazon gobernaba en Francia por el pueblo romano. Si ya no fuesen de Tierra del Labrador y los tuviesen por indianos, engañados en el color; ca tambien dicen cómo en tiempo del emperador Federico Barbaroja aportaron á Lubec ciertos indios en una canoa. El papa Enéas Silvio dice que tan cierto hay mar sarmático y scítico, como germánico y índico. Agora hay mucha noticia y experiencia cómo se navega de Noruega hasta pasar por debajo el mesmo norte, y continuar la costa hácia el sur, la vuelta de la China. Olao Godo me contaba muchas cosas de aquella tierra y navegacion.

Mojones de las Indias por hacia el norte.

La tierra que Indias llamamos es tambien isla como esta nuestra. Comenzaré su sitio por el norte, que es muy cierta señal. Y contaré por grados, que es lo mejor y lo usado. No mido ni costeo la Europa, Africa y Asia, porque lo han hecho muchos. Los mojones ó aledaños que mas cerca y mas señalados tienen por esta parte setentrional, son Islanda y Gruntlandia. Islandia es una isla de casi cien leguas, puesta en setenta y tres grados de altura, y aun, segun quieren algunos, en mas, diciendo durar allí un dia casi dos meses de los nuestros. Islandia suena isla ó tierra helada; y no solamente se hiela el mar al rededor della, empero cargan dentro de la isla tantas heladas y tan recias, que brama el suelo y paresce que gimen hombres; y así, piensan los isleños estar allí el purgatorio ó que atormentan algunas almas. Hay tres montes extraños, que lanzan fuego por el pié, estando siempre nevada la cumbre; y cerca del uno dellos, que se dice Hecla, sale un fuego que no quema la estopa, y arde sobre agua, consumiéndola. Hay tambien dos fuentes notables, una que mana cierto licor como cera, y otra de agua hirviendo, que convierte en piedra lo que dentro echan, quedándose en su propria figura. Son blancos los osos, raposos, liebres, halcones, cuervos, y otras aves y animales así. Cresce tanto la yerba, que la rozan para que pazca bien el ganado, y aun lo sacan del pasto porque no reviente de gordo. La lana es grosera, y la manteca buena y mucha. La cual, y el pescado, son principal mantenimiento de la gente. Andan por allí muchas ballenas, y tan endiabladas, que ponen las naos en rebato. Tienen hecha una iglesia de costillas y huesos dellas y de otros grandes peces. Los islandeses son muy altos y tragones. Algunos piensan que Islandia es la Thile, isla final de lo que romanos supieron, hácia el norte; mas no es, que Islandia há poco tiempo que se descubrió, y es ma

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yor y mas setentrional. Thile propriamente es una isleta que cae entre las Órcades y Fare, algo salida al ocidente, y en setenta y siete grados, bien que Tolomeo no la sitúa tan alto. Está Islandia cuarenta leguas de Fare, sesenta de Thile, y mas de ciento de las Órcades. A la parte setentrional de Islandia está Gruntlandia, isla muy grande, la cual está cuarenta leguas de Laponia, y pocas mas de Finmarchia, tierra de Scandinavia, Europa. Son valientes los grutlandeses, y lindos hombres; navegan con navíos cerrados por arriba, de cuero, por temor del frio y de peces. Está Gruntlandia, segun dicen algunos, cincuenta leguas de las Indias, por la tierra que llaman del Labrador. No se sabe aun si aquella tierra se continúa con Gruntlandia, ó si hay en medio estrecho. Si toda es una tierra, vienen á estar juntos los dos orbes del mundo por cerca del norte ó por bajo, pues no hay mas de cuarenta ó cincuenta leguas de Finmarchia á Gruntlandia; y aunque haya estrecho, son harto vecinos, pues de Tierra del Labrador no hay, segun comun dicho de navegantes, sino cuatrocientas leguas al Fayal, isla de los Azores, y quinientas á Irlanda y seiscientas á España.

El sitio de las Indias.

Lo mas setentrional de las Indias está en par de Gruntlandia y de Islandia. Corre docientas leguas de costa, aun no está bien andada, hasta rio Nevado. De rio Nevado, que cae á sesenta grados, hay otras docientas leguas hasta la bahía de Malvas; y toda esta costa casi está en los mesmos sesenta grados, y es lo que llaman Tierra del Labrador, y tiene al sur la isla de los Demonios. De Malvas á cabo de Marzo, que está en cincuenta y seis grados, hay sesenta leguas. De allí á cabo Delgado hay cincuenta leguas. Desde cabo Delgado, que cae en cincuenta y cuatro grados, sigue la costa docientas leguas por derecho de poniente, hasta un gran rio dicho Sant Lorenzo, que algunos lo tienen por brazo de mar, y lo han navegado mas de docientas leguas arriba; por lo cual muchos lo llamaron el estrecho de los Tres Hermanos. Aquí se hace un golfo como cuadrado, y boja de Sant Lorenzo hasta la punta de Bacallaos harto mas de docientas leguas. Entre aquesta punta y cabo Delgado están muchas islas bien pobladas, que llaman Cortes Reales, y que cierran y encubren el golfo Cuadrado, lugar en esta costa muy notable para señal y descanso. Desde la punta de Bacallaos ponen ochocientas y setenta leguas á la Florida, contando así: de la punta de Bacallaos, que cae á cuarenta y ocho grados y medio, hay setenta leguas de costa á la bahía del rio. De aquesta bahía, que está en algo mas de cuarenta y cinco grados, hay otras setenta leguas á otra bahía que llaman de los Isleos, y que está en menos de cuarenta y cuatro grados. De la bahía de Isleos á rio Fondo hay setenta leguas, y dél á otro rio, que dicen de las Gamas, hay otras setenta leguas, y están ambos rios en cuarenta y tres grados. Del rio de Gamas hay cincuenta leguas al cabo de Santa María, del cual hay cerca de cuarenta leguas al cabo Bajo, y de allí al rio de Sant Anton cuentan otras mas de cien leguas. Del rio de Sant Anton hay ochenta leguas por la costa de una ensenada hasta el cabo de Arenas que está en casi treinta y nueve grados.

De Arenas al puerto del Principe hay mas de cien leguas, y dél al rio Jordan setenta, y de allí al cabo de Santa Elena, que cae en treinta y dos grados, hay cuarenta. De Santa Elena á rio Seco hay otras cuarenta. De rio Seco, que está en treinta y un grados, hay veinte leguas á la Cruz; é de allí al Cañaveral cuarenta ; é de la punta del Cañaveral, que cae á veinte y ocho grados, hay otras cuarenta hasta la punta de la Florida. Es la Florida una lengua de tierra metida en la mar cien leguas, y derecha al sur. Tiene de cara, y á veinte y cinco leguas, la isla de Cuba y puerto de la Habana, y hácia levante las islas Babama y Lucaya, é por ser parte muy señalada, descansamos en ella. La punta de la Florida, que cae en veinte y cinco grados, tiene veinte leguas de largo, é della hay cien leguas ó mas hasta el ancon Bajo, que cae cincuenta leguas de rio Seco leste oeste, que son la anchura de la Florida. Del ancon Bajo ponen cien leguas al rio de Nieves, é dél á otro rio de Flores mas de veinte. Del rio de Flores hay setenta leguas á la bahía del Espíritu Santo, á quien llaman por otro nombre la Culata, que boja treinta leguas. Desta bahía, que está en veinte y nueve grados, hay mas de setenta leguas al rio de Pescadores. De Pescadores, que cae á veinte y ocho grados y medio, hay cien leguas hasta el rio de las Palmas, por cerca del cual atraviesa el trópico de Cancro. Del rio de Palmas al rio Pánuco hay mas de treinta leguas, é de allí á la Villarica ó Veracruz setenta leguas. Queda en este espacio Almería. De la Veracruz, que cae en diez y nueve grados, hay mas de treinta leguas al rio de Albarado, que los indios llaman Papaloapan. Del rio de Albarado al de Coazacualco ponen cincuenta leguas; de allí al rio de Grijalva hay mas de cuarenta, y están los dos rios en poco menos de diez y ocho grados. Del rio Grijalva al cabo Redondo hay ochenta leguas de costa, y están en ella Champoton y Lázaro. De cabo Redondo al cabo de Cotoche ó Yucatan cuentan noventa leguas, y está en cerca de veinte y un grados. De manera que hay novecientas leguas de costa desde la Florida á Yucatan, que es otro promontorio que sale de tierra hácia el norte, y cuanto mas se mete al agua, tanto mas ensancha y retuerce. Tiene á sesenta leguas la isla de Cuba, que le cae al oriente, la cual casi cierra el golfo que hay entre la Florida y Yucatan, á quien unos llaman golfo Mejica no, otros Florido, y otros Cortés. Entra la mar en este golfo por entre Yucatan y Cuba con muy gran corriente, é sale por entre Cuba y la Florida, é nunca es al contrario. De Cotoche ó Yucatan hay ciento y diez leguas al rio Grande, y quedan en el camino la punta de las Mujeres y la bahía de la Ascension. De rio Grande, que cae á diez y seis grados y medio, hay cien y cincuenta leguas hasta cabo del Camaron, contadas desta manera: treinta del rio á puerto de Higueras, de Higueras al puerto de Caballos otras treinta, y otras treinta de Caballos al puerto del Triunfo de la Cruz, y dél al puerto de Honduras otras treinta, y de allí al cabo del Camaron veinte, de donde ponen setenta al cabo de Gracias á Dios, que está en catorce grados. Queda en medio desta costa Cartago. De Gracias a Dios hay setenta leguas al desaguadero que viene de la laguna de Nicaragua. De allí á Zorobaro hay cuarenta leguas, é mas de

cincuenta de Zorobaro al Nombre de Dios, y está enmedio Veragua. Estas noventa leguas están en nueve grados y medio. Tenemos quinientas menos diez leguas desde Yucatan al Nombre de Dios, que por la poca tierra que hay de allí á la mar del Sur es cosa muy notable. Del Nombre de Dios hay setenta leguas hasta los fallarones del Darien, que cae á ocho grados, y están por la costa Acla y puerto de Misas. El golfo de Urava tiene seis leguas de boca y catorce de largo. Del golfo de Urava cuentan setenta leguas hasta Cartagena. Está en medio el rio de Zenu y Caribana, de donde se nombran los caribes; de Cartagena ponen cincuenta leguas á Santa Marta, que cae en algo mas de once grados, é quedan en la costa puerto de Zambra y rio Grande. Hay cincuenta leguas de Santa Marta al cabo de la Vela, que está en doce grados, é á cien leguas de Santo Domingo. Del cabo de la Vela hay cuarenta leguas hasta Coquibocoa, que es otro cabo de su mesma altura, tras el cual comienza el golfo de Venezuela, que boja ochenta leguas hasta el cabo de Sant Roman. De Sant Roman al golfo Triste hay cincuenta leguas, en que cae Curiana. Del golfo Triste al golfo de Cariari hay cien leguas de costa, puesta en diez grados, é que tiene á puerto de Cañafistola, Chiribichi y rio de Cumaná y punta de Araia. Cuatro leguas de Araia está Cubagua, que llaman isla de Perlas, y ponen de aquella punta á la de Salinas sesenta leguas. De la punta de Salinas á cabo Anegado hay mas de setenta leguas de costa por el golfo de Paria, que hace la tierra con la isla Trenidad. Del Anegado, que cae á ocho grados, hay cincuenta leguas al rio Dulce, que está en seis grados. De rio Dulce al rio de Orellana, que tambien dicen rio de las Amazonas, hay ciento y diez leguas. Así que, cuentan ochocientas leguas de costa desde Nombre de Dios al rio de Orellana, el cual entra en la mar, segun dicen, por cincuenta leguas de boca que tiene debajo de la Equinocial, donde, por caer en tal parte y ser tan grande como dicen, hacemos parada, é otra tal harémos dél al cabo de Sant Augustin. Del rio de Orellana ponen cien leguas al rio Marañon, el cual tiene quince de boca, y está en cuatro grados de la Equinocial al sur. Del Marañon á tierra de Humos, por do pasa la raya de la reparticion, hay otras cien leguas. De allí al Angla de Sant Lúcas hay otras ciento. De la Angla al cabo primero hay otras ciento, é dél al cabo de Sant Augustin, que cae en casi ocho grados y medio mas allá de la Equinocial, hay setenta leguas. E á esta cuenta son quinientas y veinte y cinco leguas las que hay en este trecho de tierra. El cabo de Sant Augustin es lo mas cerca de Africa y de España por aquella parte de Indias, ca no hay mas de quinienlas leguas de cabo Verde allá, segun cuenta comun de mareantes, aunque otros la disminuyen. Del cabo de Sant Augustin hacen cien leguas hasta la bahía de Todos Santos, que está en trece grados, é que va la costa siguiendo al sur. Quedan entre medias el rio de Sant Francisco y el rio Real. De Todos Santos ponen otras cien leguas á cabo de Abre-los-ojos, que cae algo mas de diez y ocho grados. Deste cabo al que llaman Frio cuentan cien leguas es cabo Frio como isla, é hay cien leguas dél á la punta de Buen-abrigo, por la cual pasa el trópico de Capricorno y la raya de la participacion, que

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