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CAP. XXIX.

El Rey don Fernando aviendo fecho su particion como avedes oydo, a poco tiempo adolesció del mal que murió. E fizose levar a Leon, e entró en la cibdad Sabado a ocho dias del mes de Deziembre: e fué los finojos fincados contra los cuerpos santos faziendo su oracion, e pedióles merced assí como convenia a Rey. E pusose la corona en la cabeça ante el cuerpo santo de san Isidoro, e llamó a Dios diziendo assi:,,Señor Jesu Christo, tuyo es el poder de todo, e tuyo es el Reyno: ca tú eres el Rey de todos los Reynos, e de todos los Reyes, e de todas las gentes: e son todos a tu mandamiento. E, Señor, tornote agora el Reyno que me tú diste: mas, Señor, pidote por merced que la mi alma sea puesta en la luz que non ha fin." Quando el Rey ovo esto dicho, desnudóse de los paños nobles con oro, que tenia vestidos: e tiró la corona que tenia en la cabeça, e pusola sobre el altar: e tomó paños de cilicio a carona del cuerpo, e fizo su oracion de cabo contra Dios, confessando quantos yerros avia fecho contra Dios, e tomó de los Obispos soltura, ca lo assolvieron de sus peccados: e rescibió alli luego la postrimera uncion, e esparció ceniza sobre sí: e despues mandóse levar a Santa Maria del Almança en romeria, e estuvo alli tres nueve dias, rogando a santa Maria que le oviesse merced, e que rogasse a su fijo bendito por la su anima: e alli fué él muy mal cuytado de la muerte. E de alli lo levaron a Cabeçon: e alli estando, vino hy el Abad don Fernando, su fijo, mucho honrado ome, e muchos omes honrados de sus Reynos: e era hy el Cid Ruydiez, e acomendóle el Rey al Infante don Sancho, su fijo. E despues que ordenó su fazienda, estuvo tres dias llorando en pena. E el quarto dia a hora de sexta, un dia de San Juan Evangelista, seyendo él ya de muchos dias, llamó al Cardenal don Fernando, su fijo, e acomendóle a España e los fijos, e dióle su bendicion, e dió la su anima a Dios sin manzilla: e fué levado para Leon. E soterraronle cabe su padre ) en la yglesia de san Isidoro, que el mandó fazer.

CAP. XXX.

E

Este Rey don Fernando el Magno fué fijo del Rey don Sancho de Navarra: e porque Castilla fincó sin heredero, e su madre, la Reyna doña Elvira, era fija del Rey de Castilla heredera, dió a este Rey don Fernando el Magno su fijo el Reyno. Reynó seyendo moço de doze años. E despues de la muerte del Rey su padre, reynó en este mesmo señorio otros doze años: e era ya casado con la Reyna doña Sancha, hermana del Rey don Bermudo, que era Rey de Leon. E desavenieronse él e el cuñado por gran tuerto, e mal que le fiziera el Rey don Bermudo e ovieron de lidiar, e murió el Rey don Bermudo, segun que vos lo contamos por la historia ante desto. E non fincó otro heredero dél si non la Reyna doña Sancha que ovo el Reyno de Leon. E assi reynaron amos a dos en los Reynos ayuntados, veynte e dos años e seys meses: e por este cuento reynó el Rey don Fernando, el par de Emperador, quarenta e seys años e medio.

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CAP. XXXI.

Cuenta la historia, que despues que murió el Rey don Fernando el Magno, vivió la Reyna doña Sancha dos años, faziendo buena vida e santa, e sirivendo a Dios en todos sus fechos ca fué muy buena Reyna, e mucho entendida, e mucho amiga de su marido. E consejóle siempre bien, e fué espejo de los Reynos: e las biudas e los huerfanos eran della siempre consejados e acabaron muy bien el Rey su marido e ella esso mismo. Déles Dios parayso, Amen.

CAP. XXXII.

Cuenta la historia, que andando el Reynado del Rey don Sancho de Castilla en el primero año, quando andava la Era de mil e ciento e un año: reynavan todos los Reyes en sus Reynos, segun la particion que el Rey don Fernando fiziera, que

deviera ser de derecho todo del Rey don Sancho. Onde cuenta el Arçobispo don Rodrigo, que el Rey don Sancho andando por el Reyno, fué parando mientes en el gran tuerto que le fiziera el Rey su padre, en partir los Reynos que Dios en él juntara, que devian ser suyos, e que non avia ende si non la tercia parte, e aun non bien complidamente: e tomó en si grand pesar, e non lo quiso consentir: ca, como dize el Arçobispo, el señor non quiere otro mayor en lo suyo. E los Reyes de España venieron de la fuerte sangre de los Godos: porque acaescia muchas vezes que los Reyes Godos se mataran con sus hermanos sobre esta razon. Este Rey don Sancho descendió desta sangre, e tuvo que le seria grand mengua si non juntasse los Reynos, ca non se tenia por pagado con lo que le diera su padre, mas tenia que todo deviera ser suyo. Estonce mostró contra ellos la fortaleza que tenia en el coraçon, non queriendo que oviessen nada, si non lo que les él diesse por sur mesura: e por esto fué mucha sangre vertida.

CAP. XXXIII.

Andados dos años del Reynado del Rey don Sancho, despues que andido por su Reyno, e assossegó toda la tierra e fizo sus cartas, en que les otorgó todas las cosas que le demandaron, por ganar los coraçones de los omes: con grand esfuerço e con grand fortaleza de coraçon, trabajóse de yr contra los Moros, por servir a Dios e acrescentar la fé de Jesu Christo. E sacó sus huestes muy grandes e muy bien guisadas: e porque las otras tierras de los Moros fincaron en su encomienda e en la de sus hermanos, fué sobre Çaragoça, e corrió la tierra a todas partes, assi que toda fue destruyda por muerte de muchos Moros, e de fuego, e de robo: e de sí echóse sobre la cibdad, e mandóla combatir muy reziamente: e començó hy de poner engeños. E el Rey de Çaragoça quando vió que tan gran talante avia el Rey de fazerle todo mal, e de yazer sobre él, e vió que non avia acorro ninguno de ninguna parte, e que si luengamente estoviesse sobre la ciudad, que le faria grand peli

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gro, despues que vió que non podia salir a él, ovo su consejo con sus omes buenos, e consejaronle, que oviesse su gracia, pechando, o sirviendole, o en otro manera qualquiera. E sobre este consejo embiaron sus trujamanes al Rey don Sancho, en que le embiaron dezir, que le daria mucho oro, e mucha plata, e que seria su vassallo, e que le daria otros muchos dones, e sus parias cada año muy enteramente: e que se levantasse de sobre ellos e se fuesse a su tierra, e fuesse seguro dél e de toda su tierra. E el Rey don Sancho rescibió muy bien sus mensageros, e fizoles mucha honra, e ellos contaronle esta pleytesia. E el Rey como era de grand coraçon fabló con ellos muy enforçadamente, e dixoles:,,Todo esto que el Rey de Çaragoça me embia a dezir, es bien, mas ál tiene él en el su coraçon. Esto me embia dezir por me devantar de aqui, e despues que me fuere, que con Christianos, que con Moros porná su amor, e fallecerme ha de quanto conmigo quiere poner: mas empero quiero fazer esto que me embia dezir el Rey de Çaragoça, que al cabo si me mentiere, verné yo sobre él e destruyrlo he, e fio en Dios que se me non podrá amparar." E los mandaderos oyendo estas palabras, que el Rey dezia, fueron mucho espantados, e tornaronse para el Rey de Çaragoça diziendole estas palabras que el Rey dezia. E los Moros veyendo que non se podian defender del Rey, pusieron su pleytesia con él, qual la él quiso e dieronle arehenes que traxesse consigo, porque non pudiessen mentir. E dieronle mucho oro, e mucha plata, e muchas piedras preciosas: e levantóse de sobre Çaragoça muy rico e muy honrado, él e toda su gente.

CAP. XXXIV.

Cuenta la historia, que en partiendose el Rey don Sancho de sobre Çaragoça, el Rey don Ramiro de Aragon tovose por desonrado e por mucho quebrantado, porque el Rey don Sancho veniera a Çaragoça a cercarla, porque tenia que era su conquista, e esto que gelo non fazia sinon con muy grand menospreciamiento: e aparejóse con todo su poder, e vinole

tener el camino, e dixole, que le non dexaria passar fasta que le fiziesse emienda de la grand desonra que le avia fecho en le venir a correr la su conquista, e los sus vassallos: e la emienda que gela fiziesse en esta manera: que tornasse todo el robo que traya, e el aver que levara del Rey de Çaragoça. Si non, en otra manera, que le non dexaria passar sin lid. El Rey don Sancho quando esto oyó, como era ome de grand coraçon e de grand esfuerço, embióle dezir: que de los Reynos de Castilla e de Leon, que él era cabeça, e de España eran las conquistas: ca non avian los Reynos de Aragon conquistas ningunas, mas que eran sus tributarios, que les havian de venir a cortes: e sobre esto que fiziesse su poder todo. E sobre esto el Rey don Ramiro de Aragon ovo consejo, e non quiso fazer como el Rey don Sancho queria. E fueron desavenidos, e ovieron a lidiar sobre esto. E pues la lid non se pudo partir, partieron sus hazes, e començaron la lid muy bravamente, dandose muy grandes golpes de cada parte, e fincavan muchos cavallos sin dueños. E estando la lid en peso, el Rey don Sancho andando por la lid muy bravo, començó de nombrar: Castilla! Castilla! e fué ferir en el mayor poder tan reziamente, que por fuerça los fizo arrancar. E yendo assi arrancados los Aragoneses, e los Castellanos matando e firiendo muy cruelmente en ellos, tomó piadad el Rey don Sancho, e dixo, que los non matassen pues Christianos eran. E el Rey don Ramiro yendo vencido alçóse a una sierra, e el Rey don Sancho cercólo hy: e hy fizieron pleytesia, que el Rey don Ramiro se partiesse desta porfia, e fincasse el Rey de Caragoça por vassallo del Rey don Sancho, ca si non por esto, muerto, o preso fuera el Rey don Ramiro. E la avenencia fecha, tornóse el Rey don Sancho para Castilla muy rico e mucho honrado, él e toda su gente: e assi se començó el Rey don Sancho a provar en Moros e en Christianos.

CAP. XXXV.

En el tercero año del Reynado del Rey don Sancho, que fué en la era de mil e ciento e tres años, e del Imperio de

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