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e ellos fueronse para sus tierras. E cuenta la historia, que a cabo de un año que el Infante don Ramiro llegó a Navarra, mataron al Rey don Sancho, su padre, en Roda, e alçaron a él por Rey en Navarra, e ovo en su muger doña Elvira un fijo, al qual dixeron el Infante don Garcia Ramirez. E este Rey don Garcia reynó despues. E aquella sazon eran los Navarros en peligro entre Castilla e Aragon, que les fazian mal de amos los Reynos: e despues de la muerte de don Pedro Rey de Aragon, e de don Alfonso, su hermano, fizieron los Aragoneses cortes en Monçon e porque estos dos Reyes non dexaron fijo ninguno, fizieron Rey a don Ramiro, su hermano, que era Monge. E quando esto vieron los Navarros, que estavan sin Rey en aquel tiempo, ca era muerto el Rey don Ramiro, fueron en poridad, e traxeron al Infante don Garcia, que lo criava su tia, doña Sol, que era viuda e fizieronle Rey de Navarra. E este fué el nieto del Cid: e fué muy buen Rey, e enderesçó mucho el Reyno de Navarra.

CAP. CCLXXVI.

Despues que el Cid ovo embiado sus yernos, mandó llamar al mensagero del Soldan, e dióle muchas estrañas cosas de las desta tierra, que levase a su señor: e dióle una espada toda guarnida en oro, e una loriga, e brazoneras, e porpunte muy noble e sus cartas de respuesta de muy grandes amistanças: e mucho fué pagado del Cid el mensagero del Soldan, por quanta honra le mandó fazer: e mucho fué pagado otrosí de tan honradamente como se fizieran las bodas de sus fijas. De sí partióse dél, e fuése para el puerto, e metióse en la nave, e fuése para su señor, el Soldan. E ansi fincó el Cid en Valencia, e trabajó bien un año en assossegar los castillos de los Moros, sus sugetos, e en asossegar los Moros de Valencia con los Christianos: e asossególos en tal manera, que ovo dellos sus parias bien paradas fasta su muerte: e desde Tortosa a Origuela fué toda la tierra a su mandado, e en su defendimiento. E de hy adelante fincó en Valencia a sabor de sí: e trabajó siempre de

servir a Dios, e de acrescentar la Fe Catholica, e de emendar los yerros que havia fechos contra Dios: ca él entendia que poca era su vida, e por esso se tenia con las obras de Dios.

CAP. CCLXXVII.

Cuenta la historia, que un dia estando el Cid en su Alcaçar, que se havia levantado de dormir, vino ante él un Alfaqui que él fiziera Alcalde de los Moros, que havia nombre Alfaxati: él que fiziera e trobara las razones de Valencia, que vos ya diximos. E este Alfaqui serviera mucho al Cid en servicio de la Alcaldia que le diera de los Moros de Valencia: ca los asossegava muy bien, e faziale muy bien haver sus rentas, e muy bien paradas: ca era ome de muy buen entendimiento, e de buen recaudo : e en todos sus fechos semejava Christiano: e por esto amavalo el Cid e fiava mucho dél. E quando el Cid le vido ante sí, preguntóle: qué queria? El Moro, como ome enseñado, fincó los finojos ante él, e besóle las manos, e dixole:,,Señor, loado sea el nombre de Jesu Christo, que vos traxo a este estado, que sodes señor de Valencia, una de las mejores e nobles cibdades que ay en España. E, señor, lo que yo quiero es esto: Señor, mis abuelos fueron de aqui, desta cibdad, e yo só natural della: e siendo moço pequeño, cativaronme Christianos, e allá aprendí en el aljama: e estonce mi voluntad era de ser Christiano, e fincar allá en tierra de Christianos: mas mi padre e mi madre como eran ricos, quitaronme: e fizome Dios tanta merced, e dióme tal engeño e tan sotil, que toda la leyenda de los Moros aprendí, e fuí de los mas honrados e mejores Alfaquis que ovo en Valencia fasta aqui, e mas ricos, assi como vos sabedes, señor, e vos por la vuestra merced fezistesme Alcalde, e distesme vuestro poder sobre los Moros, por ventura yo no lo meresciendo. E agora, señor, cuydando en el mi coraçon qual era la ley en que vivia, fallo que fize vida de grand error, que todo lo que Mahomad, el falso engañador, dió por ley a los Moros, todo es enseñado por engaño: e por esso, señor, quiero la Fe de Jesu Christo, e quiero ser Christiano, e creer en la Fe

Catholica. E pidovos por merced, que me mandedes bautizar en el nombre de la santa Trinidad: e ponedme qual nombre quisieredes. E de aqui adelante quiero vevir vida de Christiano, e quiero complir la palabra que dize el santo Evangelio: e dexar muger, e fijos, e parientes, e quanto en el mundo he, e servir a Dios, e creer en la su Fe, e en la santa ley, en quanto lo pudiere durar la fortaleza del cuerpo." E quando “E esto oyó el Cid, començó de sonreyrse, e fuése con él para doña Ximena Gomez, e dixole:,, Vedes aqui vuestro Alcalde, que quiere ser Christiano, e nuestro hermano en la ley de Jesu Christo e por ende vos ruego, que vos plega que mandedes guisar todas las cosas que fueren menester para esto." Quando esto oyó doña Ximena Gomez, ovo muy grand plazer, e mandólo guisar todo muy noblemente. E luego otro dia bautizólo el Obispo don Hieronymo, e posieronle nombre Gil Diez: e fueron sus padrinos don Alvar Fañez, e Pero Bermudez, e Martin Antolinez, de Burgos: e fué su madrina doña Ximena Gomez, e otras dueñas honradas. E de hy adelante fué Gil Diez privado del Cid, que ovo de ver toda su fazienda: e él supolo fazer tan bien, e a tan con plazer de las compañas todas, que todos lo amavan de coraçon.

CAP. CCLXXVIII.
XXVIII.

Cuenta la historia, que compuso Abenalfange, un Moro, sobrino de Gil Diez, en Valencia, e dize, que cinco años fué el Cid Ruydiez señor de Valencia: e que en estos cinco años nunca en ál se trabajó si non en servicio de Dios, e en asossegar los Moros que eran en el su señorio: en tal manera, que tan avenidos eran los Moros entre los Christianos, que semejavan que siempre vevian en uno: e amavan e servian al Cid todos tan de talante, que esto era por grand maravilla. E a cabo de estos cinco años, ovo nuevas, que mucho corren e llegaron a Valencia, que el Rey Bucar, Miramamolin de Marruecos, teniendose por quebrantado de como le venciera el Cid campeador cerca

de Valencia en el campo del Quarte, donde le matara e cautivara toda la gente, e corrieron empos él fasta que lo metieron en la mar, e levaron de las grandes riquezas que passara aquende el mar: e membrandose de todo esto, que tan abiltado e tan perdidoso escapara, diz que él mesmo andudo apellidando toda Africa e tierras de Berberia, fasta los Montesclaros, para passar aquende el mar, e vengarse, si pudiesse: e passó aquende el mar con una tan grand gente, que non ha ome que lo podiesse pensar. E quando el Cid oyó estas nuevas, pesóle mucho de coraçon, pero que se encubrió, que nunca ome del mundo le entendió qué era lo que cuydava fazer en esta razon: e estudo ansi ya quantos dias. E quando vido que las nuevas se acercavan, e que era cierto de todo en todo, que venia el Rey Bucar, e que era aquende el mar, un dia mandó llamar a todos los Moros de Valencia ante sí, e desque fueron ante él todos, començóles a dezir: „, Omes buenos del aljama, bien sabedes en como desde el dia que fuí señor de Valencia, siempre fuestes amparados e defendidos, e passastes muy bien e ordenadamente vuestro tiempo en vuestras casas, e en vuestras heredades, que ninguno non vos fizo pesar nin otro mal ninguno nin yo, que só vuestro señor, nunca vos passé ninguna cosa contra derecho. E agora llegóme mandado cierto, que es allegado aquende el mar el Rey Bucar de Marruecos con muy grand poder de Moros: e que vienen sobre mí por me toller esta cibdad, que yo gané con grand trabajo. E pues que ansi es, tengo por bien e mando, que vos que me vaziedes la villa, con vuestros fijos e con vuestras mugeres, e vos vayades morar al arrabal del Alcudia, e a los otros arrabales con los otros Moros, fasta que veamos en qué se para este fecho entre mí e el Rey Bucar. E estonce los Moros comoquier que les pesó, cumplieron su mandado: e despues que todos fueron salidos de la cibdad, que non fincó hy ninguno, tovose por mas seguro que no antes.

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CAP. CCLXXIX.

Cuenta la historia, que un dia yaziendo el Cid en su cama despues que fué la noche, començó de pensar en su coraçon como se podria parar al grand poder que Bucar traya. E pensando en esto, quando vino la media noche, vido entrar por el palacio una grand claridad, e un grand olor, e tan sabroso, que era una grand maravilla. E estandose maravillando qué podia ser, aparescióle un ome tan blanco como la nieve: e era como viejo, e como crespo, e traya en su manos unas llaves. E ante que el Cid fablasse, dixole: ,,Duermes, Rodrigo, ó qué fazes?" E el Cid le preguntó:,, Qué ome sodes él que me preguntades?" E él dixo:,, Yo so san Pedro, principe de los Apostoles, que vengo a ti con mas apressurado mandado, que non es él que tú cuydas del Rey Bucar: e esto es, que has de dexar este mundo e yrte a la vida, que non ha fin: e esto será de oy en treynta dias. Pero quierete Dios fazer merced, que la tu gente vença e desbarate al Rey Bucar: e siendo muerto, vencerás esta batalla por honra del tu cuerpo: e esto será con ayuda del Apostol Santiago, que Dios embiará a la fazienda: e tú puna de fazer emienda a Dios de tus pecados, e assi serás salvo. E todo esto te otorga Jesu Christo por amor de mí, e por la honra que tú siempre fecziste en la mi yglesia del monesterio de san Pedro de Cardeña." E quando esto el Cid campeador oyó, ovo muy grand plazer en el su coraçon, e dexóse caer de la cama en tierra, por besar los pies al Apostol san Pedro, e él dixole:,,Non te trabajes desso, ca non podrás llegar a mí: mas está cierto de todo lo que te he yo dicho, que todo te es otorgado." Despues que todo esto le ovo dicho el bendito Apostol, desaparescióle: e fincó el palacio lleno de tan grand olor, e a tan sabroso, que non ha coraçon en el mundo que lo pudiesse pensar : e el Cid fincó a tan conhortado, que non se puede dezir. E luego otro dia de grand mañana mandó llamar a todos sus omes honrados al Alcaçar: e desque todos fueron llegados ante él, començó su razon, llorando de sus ojos en esta manera:,, Amigos, e parientes, e vassallos leales e honrados,

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