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CAP. CCLXVII.

Cuenta la historia, que Martin Antolinez e Fernand Gonçalez estavan en muy grand priessa, e havian su fazienda, e esto les duró mientra las lanças tovieron: e desque las lanças quebraron en sí, dandose muy grandes golpes, metieron mano a las espadas. E Martin Antolinez metió mano a la espada Colada, que era maravillosa espada, e dió un golpe de traviesso a Fernand Gonçalez, por encima de la cabeça, en guisa que le tajó el almofar de la loriga, con una grand pieça del casco de la cabeça, en guisa que fincó tan mal ferido, que non supo de sí parte: e maguer tenia espada en la mano, non ensayava de ferir con ella. E Martin Antolinez movió otra vez contra él, e dióle otra ferida en el rostro de la punta del espada muy grande: e començó Fernan Gonçalez a dar muy grandes vozes: e con la grand cuyta de las feridas que tenia començó de yr fuyendo. E Martin Antolinez fué empos él, diziendo: ,,Fuera, don alevoso!" fasta que le echó fuera del campo, a guisa de vencedor, e muy bien andante.

CAP. CCXVIII.

Otrosi Nuño Gustios e Suero Gonçalez ferianse muy reziamente de las lanças en los escudos, faziendo en sí golpes maravillosos: e como era Suero Gonçalez cavallero muy fuerte e muy enforçado, e de muy grand valentia, ferió en el escudo a Nuño Gustios, e passóle de parte en parte: mas el golpe non fué bien derecho, e non le llegó a la carne: e Nuño Gustios perdió las estriveras, pero que las cobró mucho ayna, e bolvió contra Suero Gonçalez, e dióle un golpe por los pechos, que le passó todas las guarniciones, e salióle el pendon e la lança por las espaldas: e cayó Suero Gonçalez por las corvas del cavallo ayuso en tierra, en guisa que entendieron todos que era ferido de muerte: e bolvió otra vegada contra él por le ferir, e passó sobre él. E quando esto vido Gonçalo Ansures, su padre, començó a dar grandes vozes con duelo que havia de su fijo, e

non quedava de dezir:,,Por Dios, non lo firades mas, ca vencido es!" E Nuño Gustios, como ome de grand acuerdo, preguntó a los fieles, que si era vencido por lo que dezia el padre ? e ellos dixeron, que non. E estonce Nuño Gustios bolvió contra Suero Gonçalez do yazia mal ferido, por lo ferir. E Suero Gonçalez, quando lo vido venir, ovo muy grand miedo, e dixo: ,,Non me firades, Nuño Gustios, ca vencido só, e todo es verdad quanto vos dixistes." E quando esto oyeron los fieles, dixeron: ,,Non lo firades mas!" E fueronlo dezir al Rey don Alfonso: e gradesciólo mucho a Dios, porque veya grand miraglo, e grand vengança de los que gran deshonra fizieron a él e al Cid.

CAP. CCLXIX.

Estonce entró el Rey en el campo, e entraron con él muchos buenos cavalleros, fijos dalgo: e mandó que veniessen los fieles ante el Rey, e preguntóles: si havian mas de fazer los cavalleros del Cid, por complir su derecho que havian prometido? E los fieles dixeron: ,,Señor, los del Cid han vencido el campo, e complieron su derecho todo." E todos quantos fijosdalgo que hy eran dixeron:,,Dizen derecho e verdad." Estonce el Rey dió por sentencia por alevosos conoscidos a los Infantes de Carrion, e a su tio, Suero Gonçalez: e mandó a su mayordomo que tomasse los cavallos e las armas dellos. E despues que esta lid fué fecha, e esta sentencia fué dada, nunca jamas el su linage alçaron cabeça, nin valieron nada en Castilla: e esto fué ocasion porque fincó siempre Carrion a los Reyes, despues de Gonzalo Gonçalez, su padre de los Infantes. E desque el Rey ovo dado esta sentencia, sacó del campo a los cavalleros del Cid, e diólos por buenos, que complieran todo su derecho: e estonce fué el Rey a comer, e levó consigo a los cavalleros del Cid. Mucho era grande la gente que empos ellos yvan, loandoles la buena andança que havian acabada, e toda su demanda. E otrosí, el Rey dió muy grand algo a los cavalleros del Cid: e dió muy grand gente e buena, que fuessen son ellos fasta que los pusiessen en salvo: e espedieronse del Rey e fue

ronse para Valencia. E el Cid quando supo que venian, salió a ellos, e fizoles mucha honra: e contaron todo el fecho en como acaesciera: e como el Rey diera a los Infantes de Carrion e.a su tio, Suero Gonçalez, por alevosos. E grande fué el alegria que el Cid ovo con estas nuevas, e alçó las manos contra el cielo, e bendixo el nombre de Dios, por la grand vengança que le diera de los que gran deshonra le fizieron. E levó consigo a Martin Antolinez, e a Pero Bermudez, e a Nuño Gustios adonde estava doña Ximena Gomez e sus fijas: e fizoles contar todas las nuevas ante ellas, e quanta honra les fiziera el Rey. E muy grande fué el plazer que doña Ximena Gomez e sus fijas ovieron: e fincaron los finojos en tierra, e loaron el nombre de Jesu Christo, porque les diera vengança de la deshonra que rescebieran: e abraçavan mucho a revezes doña Elvira e doña Sol a Pero Bermudez, e a Martin Antolinez, e a Nuño Gustios: e querianles besar las manos, e los pies. E ocho dias duraron las grandes alegrias que el Cid fizo en Valencia, por la vengança que Dios le diera de los Infantes de Carrion, e de su tio, el Conde Suero Gonçalez, que fuera consejador de la deshonra que fizieron a las fijas del Cid. E dixo el Cid contra doña Ximena Gomez:,,De oy mas podedes casar a vuestras fijas sin ningun embargo con los Infantes de Aragon e de Navarra: e fio yo en Dios, que ellas serán bien casadas e honradas."

CAP. CCLXX.

Cuenta la historia, que despues de esto el grand Soldan de Persia, porque oyera dezir la grand bondad e los grandes fechos de armas que el Cid fazia, e de como nunca fuera vencido de ome del mundo, e como ganara la cibdad de Valencia, e otros muchos castillos, e como venciera muchos Reyes Christianos e Moros, e ganó siempre dellos muy grand algo, ovo muy grand sabor de haver amor con él: e teniendo que era uno de los nobles omes del mundo, embióle sus mensageros con muy grand presente, e muchas nobles donas e joyas, que vos contará la historia adelante e con estas noblezas embió por men

sagero a un su pariente, mucho honrado ome, con cartas de muy humildes palabras e de muy grand amor. E quando este pariente del Soldan llegó al puerto de Valencia, embió su mandado al Cid, en como era hy llegado con mensageria del grand Soldan de Persia, que le embiava su presente: e quando el Cid lo supo, plogole mucho con él. E quando fué la mañana, cavalgó el Cid con toda su compaña, noblemente vestidos sus cavalleros ante sí, e sus armas enfiestas. E quanto a una legua fallaron aquel mensagero, pariente del Soldan, que se venia para Valencia: e quando los vido venir tan apuestamente, entendió que tan noble ome era el Cid campeador. E quando llegó cerca, paróse el Cid en el su cavallo Bavieca por lo esperar. E quando el mensagero llegó ante el Cid e le paró mientes començóle de tremer toda la carne: e fué maravillado porque le tremia assi la carne: e perdió la fabla, que non le pudo dezir ninguna cosa. E el Cid dixole: que fuesse bien venido, e fué contra él por lo abraçar; mas el Moro non dezia ninguna cosa, ansi estava embaçado. E desque fué entrado en acuerdo e pudo fablar, quiso besar las manos al Cid: e él non gelas quiso dar, e el Moro cuydó que gelo fazia por desden: e fizierongelo entender, que lo fazia por honra: e con alegria que ovo, dixo: ,,Omillome a ti, Cid aventurado, e el mejor Christiano e mas honrado que ciñió espada e cavalgó en cavallo de mil años aca. Mi señor, el grand Soldan de Persia, oyendo la tu grand fama, e la tu grand nombradia, de los bienes que en ti ay, te embia a saludar, e te recibe por su amigo, assi como el mayor amigo que él ha, e que mas ama e precia. E por ende embiate su presente como a amigo, que soy de su linage: e embiate rogar que lo recibas dél assi como de amigo." E el Cid dixo, que gelo gradescia mucho.

CAP. CCLXXI.

Estando ansi el Cid con el mensagero del Soldan, mandó que fiziessen carrera por donde passassen las azemilas cargadas, e las otras animalias estrañas que le embiava el Soldan, de

las que non ha en esta tierra. E desque fueron passadas, él e sus compañas fueronse tornando contra la villa, e el mensagero cerca dél, e cada vez que se tornava a fablar con él, veniale en miente como perdiera la fabla, e como le tremiera la carne quando lo viera, e maravillóse ende: e quisiera preguntar al Cid qual era la razon porque le contesciera aquello: e de sí tovo que era mal recado. E desque entraron por Valencia, era muy grande la gente que venia ver las azemilas e animalias estrañas que hy venian, de que se maravillavan mucho, porque nunca tan estrañas azemilas nin animalias vieran. E el Cid fuése al Alcaçar, e levó consigo el Moro, e mandó guardar las animalias: e quando fueron ante doña Ximena, el Moro omillóse a ella, e a sus fijas, e quisierale besar la mano, mas ella non gela quiso daar. E hy ante ellas mandó descargar los camellos e las azemilas de las arcas, e de lo ál que trayan: e començó a sacar noblezas, e poner primeramente delante muy grand haver, e oro monedado: e esto venia en çurrones de cuero enteros, e en cada uno su cerradura: e en ellos mucha plata labrada, en escudillas, e en tajaderos, e en bacines, e en servillas, e en muy grandes ollas para adobar de comer: e todo esto de muy fina plata, e de muy noble lavor: e esta plata pesava diez mil marcos. E empos esto sacó cinco copas de oro, que havia en cada una diez marcos de oro, engastonadas en ellas muchas piedras preciosas: e tres barriles de plata: e estos venian llenos de aljofar granado, e de piedras preciosas. E otrosí le presentó muchos paños nobles, de oro, e de seda: de los quales fazen en Tartaria, e en tierra de Calabria. E con todo esto una libra de Myrrha, e de Balsamo en una arquetilla de oro: e esto es un ungüento muy preciado con que untan los cuerpos de los Reyes finados, porque non podrezcan nin los coma la tierra: e con este ungüento fué despues balsamado el cuerpo del Cid. Otrosí le traxo un tablero de marfil, todo plegado con oro, e en él muchas piedras preciosas enderredor, e los juegos de oro, e de plata e tablas assimesmo muy noblemente obradas, de piedras de muchas virtudes. Mucho fué e muy grande, e muy noble este presente, que non sé ome que le podiesse poner

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