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tos somos nosotros, que non fará el Cid si non quanto vos, señor, le mandaredes, e le consejaredes en esto, e en ál: e quando en uno vos vieredes, acordaredes en lo mejor: e con tanto besaron las manos al Rey, e espidieronse dél: e mandó el Rey que le saludassen mucho al Cid, e que en todas guisas del mundo veniesse a las vistas. E despues que se partió dellos, embió por los Infantes de Carrion, e contóles lo que havia fablado con los mensageros del Cid: e quando ellos esto oyeron, ovieron muy grand plazer, e fueron mucho alegres e luego començaron de apercebirse como podiessen yr bien guisados a las vistas muy honradamente.

CAP. CCXXIV.

Cuenta la historia, que desque don Alvar Fañez e Pero Bermudez salieron de Valladolid, e fueronse para Valencia a sus jornadas de cada dia: e quando el Cid sopo que venian cerca, salió a ellos, e quando los vido, començóse de reyr, e plogole mucho con ellos, e abraçólos mucho, e dixo:,,Que nuevas me traedes del Rey don Alfonso, mi señor?" E ellos gelas contaron luego, e de como lo amava mucho:,,e quando nos dél partimos, dixonos, que vos rogassemos que fuessedes a vistas con él a Requena, que era cerca de Valencia: e que non fiziessedes otra cosa, que ha grand sabor de vos ver, e de fablar con busco en casamiento de vuestras fijas con los Infantes de Carrion, si a vos ploguiere: e por quanto del Rey entendimos, semejanos que le plazia deste casamiento." E quando esto oyó el Cid, començó de cuydar una grand pieça, e assi dixo contra ellos:,,Qué vos semeja de este casamiento?" e ellos dixeron: ,,Lo que a vos ploguiere." E él dixo:,,Lo que a mí semeja quierovoslo dezir. Los Infantes de Carrion son de muy alta sangre, e orgullosos, e han parte en la corte e comoquier que las mis fijas serian bien casadas con ellos, mas non me plaze dende mucho mas que ya nuestro señor el Rey fabla en ello, si nos lo consejare, non podemos hy ál fazer: e pongolo en las manos de Dios, que faga hy su merced lo que le plazerá." E

yendo assi fablando, entraron eu Valencia, e fueron muy bien recebidos: e de sí fabló el Cid con doňa Ximena Gomez en este casamiento. E quando lo ella oyó, mostró que le non plazia, mas dixo:,,que pues el Rey lo tenia por bien, que non podian hy ál fazer." E estonce el Cid mandó fazer sus cartas para el Rey, en que le embió dezir, que yria a las vistas muy de buenamente, e onde él mandasse. Quando el Rey vido las cartas, plogole mucho con ellas, e embióle dezir, que desde el dia que su carta viesse a tres semanas, que fuesse en Requena. Desque ciertas fueron las vistas, si ome vos quisiesse contar los grandes adobos, e las grandes noblezas que de amas las partes fizieron para levar a estas vistas, seria luenga razon de

contar.

CAP. CCXXV.

e

E mas dize la historia, que el Rey don Alfonso levó consigo Condes e ricos omes, e los Infantes de Carrion, con muy grand gente, e otras gentes muchas muy bien endereçadas, como para vistas: e de la otra parte vino hy el Cid, señor de Valencia, muy noblemente guisado, él e toda su compaña: e fueron con él el Obispo don Hieronymo, e don Alvar Fañez Minaya, e Pero Bermudez, e Martin Antolinez de Burgos, Alvar Salvadorez, e Martin Pelaez el Asturiano, e otras grandes compañas en guisa que yvan hy mil cavalleros, todos bien guisados de guerra. E quando sopo el Rey como venia el Cid, salió a él con todos sus omes honrados, mas de una grand legua: e quando el Cid llegó al Rey, fizo semejante que descendia a besarle el pie, mas el Rey travó dél, e dixo: „,Cid, la mano abasta, que non el pie." Estonce besóle amas las manos, e el Rey abraçólo: e por le fazer mas honra dióle paz e quando lo vieron todos, ovieron gran plazer; pero dize la historia, que pesó a Alvar Diez, e a don Garcia Ordoñez, que non amavan al Cid: e fueron tornando en uno contra la villa el Rey e el Cid fablando en su poridad. E el Cid rogó al Rey que comiesse con él: mas el Rey dixo, que non seria aguisado, ca nos lle

gámos ayer, e vos agora:,,mas comed comigo con todas vuestras compañas, ca yo lo tengo guisado;" e el Cid gelo tovo en merced. E en esto estando, llegaron los Infantes de Carrion a ver al Cid, e omillaronsele e recebiólos bien, e ellos prometieronle servicio: e el Cid gradesciógelo mucho. E fueron llegando las compañas del Cid, e besavan las manos al Rey, e tornaronse a Requena, e descendieron e fueronse a comer: e el Rey dixo al Cid, que comiesse con él a su mesa: mas el Cid non lo quiso fazer. E despues que el Rey vido que el Cid non se queria assentar con él, mandó poner mesa alta para el Cid, e para el Conde don Gonzalo, padre de los Infantes de Carrion. E mientra estavan comiendo, non se fartava el Rey de catar al Cid: e maravillavase de como le cresciera la barba tanto, en tan poco tiempo. E desque ovieron comido, folgaron e ovieron plazer: e otro dia comió el Rey con el Cid, e todos quantos eran a las vistas: e diógelo a tan abondadamente, que todos fueron abondados e maravillados: e non ovo hy ninguno que comiesse sinon en plata: e el Rey e los altos omes comian en escudillas e en tajaderos de oro fino: quando esto vieron los Infantes, ovieron mas a coraçon de afincar en el casamiento. E otro dia de grand mañana cantó el Obispo don Hieronymo la Missa en la capilla del Cid, e fueron juntos hy todos los altos omes que eran en las vistas: e desque la Missa fué dicha, llamó el Rey al Cid ante quantos hy estavan, por le dezir porqué hy eran juntados.

CAP. CCXXVI.

Quando el Rey don Alfonso ovo de fablar con el Cid en el casamiento de sus fijas, dixo al Cid:,,La razon porque vos yo llamé a estas vistas, fué por dos causas. La primera, por vos ver, e porque vos amo mucho, e havia gran desseo de vos ver, por los grandes servicios que me avedes fecho: comoquier que en el comienço vos ovo saña, e vos ayré de la tierra: pero en guisa lo fezistes vos, que nunca a mí fezistes desservicio, ante fezistes mucho servicio a Dios e a mí, e ensalçastes

la Christiandad: porque yo so tenudo de vos fazer bien e merced, e de vos amar siempre. E la segunda razon es, que vos pido amas vuestras fijas, a doña Elvira, e a doña Sol, que las dedes por mugeres a los Infantes de Carrion: e me semeja este casamiento comunal, e de que puede siempre venirvos dellos bien e honra." Quando esto oyó el Cid, fincó ya quanto embargado, porque gelas demandava en tal guisa, ante tantos omes honrados, e respondió: ,,Señor, las mis fijas son pequeñas de dias; si la vuestra merced fuere, non son aun en tiempo de casar: non porque ellas non fuessen bien casadas con los Infantes de Carrion." E el Rey le dixo:,,que non pusiesse hy escusa ninguna, e que gelo ternia en grand servicio." E el Cid le dixo:,, Señor, yo las engendré, e vos las criastes: yo e ellas somos en la vuestra merced, e vos daldas a quien tovieredes por bien, e a mí plazeme dende." Quando esto oyó el Rey, fué muy pagado, e mandó a los Infantes que besassen las manos al Cid campeador: e luego ante el Rey les dió las espadas, e le fizieron omenage como deven fazer yernos a suegro. E estonce tornóse el Rey contra el Cid, e dixole:,,Gracias a Dios, Ruydiez, porque distes vuestras fijas para los Infantes de Carrion: e yo las caso, que vos non: e ruego a Dios que le plega, e que ayades ende grand plazer, porque meto en vuestras manos a los Infantes de Carrion: e mando que les den trezientos marcos de plata para sus bodas, e ellos e vuestras fijas, todos serán vuestros fijos." E el Cid respondió:,,Señor, sea la vuestra merced, que pues vos casades a mis fijas, que me dedes por mano a quien las dé: e que las dé de vuestra mano a los Infantes.“ E el Rey llamó a don Alvar Fañez e dixole: ,,Vos sodes tio de las donzellas: mandovos que quando fueredes a Valencia, que tomedes las donzellas, fijas del Cid, que vos él dará, e que las tengades de mi mano, e que las dedes por mugeres a los Infantes de Carrion." E desque esto fué assi ordenado, el Cid pidió por merced al Rey, que quantos quisiessen yr a las bodas de sus fijas, que los dexasse yr con él: e el Rey otorgógelo assi: e fueron comer con el Rey, e en esta guisa duraron las vistas bien ocho dias, que el un dia comian con el Rey, e el otro con

el Cid. E dize la historia, que quando se ovieron de partir unos de otros, que fueron grandes las compañas que fueron con el Cid, mas que las que se tornaron con el Rey. Estonce partieronse unos de otros: e el Cid besó las manos al Rey, e partióse dél con su gracia, e el Rey tornóse para Castilla, e el Cid fuése para Valencia: e mandó a Pero Bermudez, e a Nuño Gustios, que aguardassen e acompañassen a los Infantes de Carrion, e que punassen de saber todas sus costumbres, quales eran e esto sopieron ellos muy ayna. Con los Infantes yva el Conde don Suero Gonçalez, que era su ayo, hermano de su padre, que los havia criados de pequeños: e havialos ansi costumbrados, que eran muy desdeñosos: e con orgullo e con loçania salian de carrera en las cosas, assi que valian menos por ello e el Cid non se pagava de tales cosas, e de grado partiera el casamiento, mas ya non podia ál fazer, pues el Rey lo havia fecho. E quando llegaron a Valencia, el Cid mandó a los Infantes posar en el arrabal del Alcudia, do él solia morar: e con él posaron todas las otras compañas que venieran a las bodas, que eran muy grandes a demas: e el Cid metióse a la cibdad, onde fué recebido con muy grand alegria.

CAP. CCXXVII.

Luego otro dia cavalgó el Cid campeador e salió al arrabal, e tomó consigo a los Infantes de Carrion, e metiólos a la cibdad, al Alcaçar, donde estavan doña Ximena Gomez e sus fijas, muy noblemente vestidas: e los portales de muy nobles estrados encortinados, e de muy nobles alfollas de oro a la entrada del Alcaçar: e el Cid entró delante, e los Infantes con él, que lo levavan entre sí: e todas las otras compañas yvan empos dellos. E entraron todos en el mayor palacio del Alcaçar, donde estavan doña Ximena Gomez e sus fijas: e ellas, quando vieron assomar al Cid e a los Infantes, levantaronse dende en pie, e acogieronlos muy bien. E el Cid assentóse en su escaño con los Infantes, e los omes honrados assentaronse por los estrados, que eran muy ricos, cada uno segun que lo merescia, e le per

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