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e dióle todo su poder en todo su Reyno. Agora dexa la historia de fablar desto, e torna a fablar del Rey don Alfonso, e de lo que en el seteno año de su Reynado fizo.

CAP. CX.

Cuenta la historia, que despues desto en el castillo de Rueda, que es cerca de Çaragoça, estava un Moro Andaluz, que avia nombre Almofalez, el qual se alçó con el castillo que le tenia por el Rey Almudafar. Este Moro por consejo de Almudafar tenia preso en aquel castillo a su hermano Adefir. E Adefir embió mandado sobre esta razon al Rey don Alfonso de Castilla, que le veniesse ayudar, e a tomar su castillo: e el Rey embió hy al Conde don Garcia, e al Infante don Ramiro con grandes gentes. E ellos ovieron consejo con Adefir, e embiaron por el Rey don Alfonso que veniesse hy por su cuerpo mesmo e él vino hy, e entretanto morió Adefir. Almofalez, aquel Moro que se alçara con el castillo, ovo su fabla con el Infante don Ramiro, e dixo: que queria dar el castillo al Rey don Alfonso, e salió a fablar con él, e combidólo que comiesse con él dentro en el castillo. Mas el Rey non quiso este combite, que era con grand traycion que queria el Moro fazer. E entraron estonce allá el Infante don Ramiro, e el Conde don Garcia; e desque fueron dentro, començaronles a dar muy grandes pedradas de las torres, tambien a los de fuera como a los de dentro: en guisa que mataron al Infante don Ramiro, e al Conde don Garcia, e muchos otros omes. Quando lo vido el Rey, ovo muy grand pesar, e tornóse para la posada, teniendose por escarnido e embió por el Cid que era acerca. E el Cid quando vido mandado del Rey, e sopo la razon en como acaesciera, fuése a él con grand cavalleria. E el Rey salió contra él, e honrólo mucho, e contóle el mal que rescebiera del Moro, e dixole que le pesasse ende: e estonce perdonóle, e dixole, que se veniesse con él para Castilla. E el Cid gradescióle la merced que le fiziera, mas dixole que nunca vernia a la su merced, si non le otorgasse lo que le queria demandar:

e él otorgógelo. E el Cid le demandó que le otorgasse, que quando algun fijo dalgo oviesse de salir de la tierra, que oviesse treynta dias de plazo, assi como ante avia nueve. E que non passasse contra ningun ome fijo, dalgo, nin cibdadano, sin ser oydo como devia por derecho: nin passasse a las villas nin a los otros logares contra sus previlegios, nin contra sus buenos usos: nin los echasse pecho ninguno, si non que se le podiesse alçar toda la tierra por esto, fasta que gelo emendasse. E el Rey otorgógelo todo, e estonce dixole que se veniesse para Castilla con él. E dixo el Cid, que lo non faria, mas que ternia cercado aquel logar: e fasta que le diesse derecho de aquel Moro e de los que eran con él, que non se partiria de hy. E el Rey gradescióle mucho lo que dezia. E vinose el Rey para Castilla, e fincó el Cid sobre aquel logar.

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CAP. CXI.

Cuenta la historia, que yogó el Cid grand tiempo sobre Rueda e tanta guerra e tanta premia les fizo, fasta que les menguó la vianda, en tal manera que se morian de fambre: en guisa que era tan grande la flaqueza en ellos, que ya non podian lidiar nin defender el castillo e querianlo dar de buena mente, si el Cid les diesse salida: mas él non queria si non sus cuerpos dellos por vengar al Rey. E quando aquello vieron, salianse del castillo, e con parias davanse por cautivos: e tanta salia de la gente, que fincó el castillo casi yermo. E de sí combatiólo Cid, e tomólo por fuerça, e prendió a Almofalez, e quantos eran con él, e mató muchos, e los otros fueron cautivos: en guisa, que non fincó ninguno dellos: e embió estonce a Almofalez preso con sus consegeros al Rey don Alfonso. E quando llegaron los mensageros al Rey con este presente, plogole mucho, e fizo muy grand justicia dellos: e embió mucho gradescer al Cid, en como le ayudara a vengar de la gran deshonra e daño que del Moro rescibiera.

CAP. CXII.

e

Cuenta la historia, que en el noveno año del Reynado del Rey don Alfonso, que fué en la Era de mil e ciento, e doze años, fizieron el Cid e el Rey de Çaragoça muy grand hueste, e entraron por tierra de Aragon, e fizieron mucho gran daño, matando, e quemando, e robando: e duraron allá seys dias: e de hy tornaronse al castillo de Monçon, con muy grand ganancia. E de allí tornóse el Rey a Çaragoça: e fué el Cid a correr la tierra de Abenalfange, e fizo en ella muy grand daño. E entró en la montaña de Moriella, e en todos sus terminos, quebrantó toda la tierra, e combatió el castillo de Moriella, e fizo gran daño en los de dentro. E andando el Cid faziendo esto, embióle dezir el Rey de Çaragoça que labrasse un castillo sobre Moriella, que yazia derribado, al qual dezian Alcala: e el Cid fizolo assi. E Abenalfange quando lo sopo, pesóle mucho, e embió dezir al Rey don Pedro de Aragon que le veniesse ayudar contra el Cid. E el Rey de Aragon, con el grand pesar que avia que le entrara el Cid por su tierra, allegó grandes huestes, e fueron él e Abenalfange contra el Cid con grandes poderes e alvergaron essa noche ribera de Ebro. E el Rey don Pedro embió sus cartas al Cid, que se partiesse del castillo en que estava labrando, mas el Cid non lo quiso fazer: e embió dezir al Rey, que si queria passar en paz, que le daria posada, e faria lo que él quisiesse. E quando vido el Rey don Pedro que el Cid non se queria partir del castillo, fué muy sanudo contra él: e pararon sus hazes amas las partes, e lidiaron e duró la batalla mucho. E ovo hy muchos muertos, e mucha sangre vertida, pero al cabo venció el Cid, e fueron vencidos el Rey de Aragon, e el Rey Abenalfange: e fué preso el Rey don Pedro, e otros muchos altos omes con él, e fueron estos: el Obispo don Remon Dalmas, e el Conde don Sancho Sanchez de Pamplona, e el Conde don Nuño de Portogal, e Gustios Gonçalez, e Matheos Sanchez de Galicia, e Nuño Xuarez de Leon, e Galvet de Sobarve, e Ynigo Sanchez de Mone Ximon Sanchez de Barruel, e don Peransurez, e Gon

cluso,

çalo Ansurez su sobrino, e Sancho Perez de Pamplona, nieto del Conde don Sancho, e Fernan Gonçalez de Aragon, e Sancho Garcia de Alcocer, e Velasco Sanchez, e Sancho Gonçalez Mayordomo mayor del Rey don Pedro, e Garcia Diez de Castilla. E con estos ovo hy mas de mil otros cavalleros de prestar que non podemos contar. E con esta a tan grand honra vinose para Çaragoça el Cid: e el Rey de Çaragoça saliólo a rescebir con muy grandes alegrias. E estonce con duelo del Rey de Aragon soltólo de la presion a él e a los suyos. E fincó el Cid en Çaragoça unos pocos de dias, e de hy vinose para Castilla muy rico e mucho honrado.

CAP. CXIII.

Cuenta la historia, que despues que el Cid ovo fecho todas estas cosas que vos avemos contadas, viñose para Castilla para el Rey don Alfonso su señor. E el Rey rescibióle muy bien, e honróle mucho, e dióle el castillo de Dueñas, e el de Gormaz, e Ybia, e Campo, e Egaña, e Berviesca, e Pampliega, con todos sus alfozes. E aun dióle previlegios plomados e roborados con su nombre: que todos quantos castillos, e villas, e logares ganasse de Moros, o de otro señorio, que fuessen suyos, libres, e quitos para siempre, e para todos los que dél veniessen, que lo suyo oviessen de heredar. Estonce estovose el Cid con el Rey don Alfonso a grand sazon, faciendole mucho servicio como a su señor. Desde el dozeno año del Reynado del Rey don Alfonso fasta el trezeno, non fallamos ninguna cosa que de contar sea, que a la historia pertenezca: si non tanto, que en el dozeno año morió el Rey don Pedro de Aragon, e reyno empos él el Rey don Alfonso su hermano, que llamavan el Bataller. E esse año morió otrosí Alimaymon Rey de Toledo, e reynó empos él Ysen su fijo: e morió luego en esse año e reynó empos él Yaya su fijo, e nieto de Alimaymon. Mas agora dexaremos de contar desto, e tornarnos hemos a fablar del Rey don Alfonso en como fizo.

CAP. CXIV.

La historia cuenta, que andados treze años del Reynado del Rey don Alfonso, despues que el Rey Alimaymon e su fijo fueron muertos, reynó empos ellos Yaya Alcadir, que era nieto de Alimaymon. E fué mal Rey, e muy alongado de las costumbres de su abuelo el Rey Alimaymon, e de su padre Ysen. E començó de ser muy esquivo e muy bravo con sus viejos, e contra sus pueblos, e fazerles muchos pesares e muchas fuerças: de guisa que todos codiciavan su muerte, porque veyan que era tan malo e vil, e sin bien ninguno. E el Rey Alimaymon diera al Rey don Alfonso a Olmos, e a Canales por heredad: e en aquellos logares dexava el Rey don Alfonso los omes que le informavan, quando yva en ayuda del Rey de Toledo.

CAP. CXV.

Cuenta la historia, que los de Toledo siendo assi mal trechos de su Rey, como vos contamos, e de sus vezinos de enderredor, e él non amparando ninguna cosa, nin se sentiendo de sus quebrantos, juntaronse todos en uno, e dixeronle: ,,Señor, defiende tu pueblo e tu tierra; si non, bien te dezimos que cataremos quien nos defienda:" mas como él era malo e rixoso e de malas costumbres, non lo tovo en nada. E ellos viendose mal trechos dél, embiaron por el Rey de Badajoz que los defendiesse, e metieronlo en la Villa a pesar de Yaya, e tomaronle por señor. E embiaron sus mandaderos al Rey don Alfonso que les acorriesse, ca eran en grand peligro, e que cercasse la cibdad, pues que non avia Rey de la postura que avia con Alimaymon: e que ante querian la cibdad para él que era verdadero, que para otro ninguno. E el Rey don Alfonso fué muy alegre con estas nuevas, aunque le pesó, porque acogieran en la cibdad al Rey de Badajoz. E ayuntó muy grand hueste de todos sus Reynos e fuése para allá, e tiróles el pan e el vino, e las frutas, e toda la tierra de enderredor. E esto les fizo quatro años uno empos otro: e maguer que Toledo era

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