Imágenes de página
PDF
ePub

mucho si en un logar estovieremos: e porende guisemos todos para cras mañana como salgamos de aqui, e yremos buscar otras posadas. E otro dia de mañana movieron dende, e fueronse assentar en el puerto de Alucant, e de alli corrio él a Huesca, e a Montalban: e duró faziendo mal en essa tierra cincuenta dias. E sonó esto por toda la tierra: e llegó ende el mandado al Conde de Barcelona, e a Albenafange, Rey de Denia. E el Conde quando lo oyó, pesóle mucho de coraçon, e tomólo por grand deshonra, porque tenia él en encomienda aquella tierra de los Moros. E començó de dezir sus palabras muy grandes en esta guisa: „A grandes tuertos me tiene el Cid Ruydiez de Bivar lo mio: ferióme a mi sobrino en la corte, e non me lo quiso enmendar, e agora corrióme las tierras que yo tengo en encomienda: pues que assi es, quierogelo demandar." E estonces juntaronse él e Abenalfange, e grandes compañas de Christianos e de Moros, e de sí fueron en pos el Cid a mas andar, tres dias e tres noches, e alcançaronle en Tobar del Pinar: e ansi venian enforçados que se cuydavan tomarlo a manos. E el Cid venia su passo, e traya grand robo, e descendia de una sierra, e entrava en un valle. E llególe mandado en como venian en pos el Rey Abenalfange, e el Conde don Remon con grandes poderes; e el Cid Ruydiez quando lo oyó, fizo passar la presa toda fazia adelante, e él tornó con toda su gente contra ellos, e embió a dezir al Conde don Remon: que non havia que ver con él, por fazer mal él a los Moros, e que non levavan de lo suyo nada, e que lo dexasse yr en paz. Mas el Conde dixo, que lo non faria, que él le faria lazerar quanto enojo le fiziera, e sabria a quien fiziera deshonra. E quando el Cid oyó este mandado, ovo su acuerdo en esta guisa.

CAP. CVI.

Cuenta la historia, que despues que el Cid vido que el fecho non se podia librar sin lid, mandó partir sus hazes, e començóles de dezir: „Amigos, ya vos vedes en como el Rey Abenalfange, e el Conde don Remon, con grand gente de

Christianos e de Moros nos vienen tomar lo que ganamos con grand trabajo de armas; e a menos de batalla non nos podemos dellos partir, e si nos quisieremos yr, non podemos. E pues que de su contienda non nos podemos partir, mejor será que lo ayamos aqui con ellos, ca bien fio en Dios que nos querrán acrescentar en el algo, e en la honra; ca cien cavalleros de nos los venceremos: e dexadlos llegar al llano, e de sí vamoslos ferir muy bravamente ante que ellos a nos." E fizieronlo ansi : e mandó el Cid que los feriessen tan de rezio, que bien entendiessen que lo avian con omes. E assi fué, que tan de rezio fueron ferir en ellos por la voluntad de Dios, que non se les tovo ome en la silla de quantos ferieron de lança. E fueron esto faziendo cabo adelante en tal guisa, que fueron muchos los muertos e los feridos: en guisa que los Moros fueron tan espantados que començaron de fuyr, e los del Conde detovieronse un poco con su señor; mas el Cid vidolo do estava, ca lo andava buscando, e enderescó contra él, feriendo en los que fallava ante si: e llegó a él, e dióle una tal ferida de la lança que lo derribó a tierra. E los Francos quando vieron mal trecho a su señor, començaron de fuyr e dexar el campo, e fué estonce el Conde preso: e duró el alcance grandes tres leguas feriendo e matando: e durara mas, si non porque trayan las bestias cansadas, e tornaronse robando el campo. E fué tan grande el haver que lo non podian levar: e tan grande fué la ganancia que el Cid e los suyos ovieron de essa vez, que lo non podian omes contar. E ganó estonce mio Cid la espada Colada, que traya el Conde don Remon Berengel, que era muy preciada e muy buena. E el Cid con toda su ganancia folgó en aquel logar toda essa noche: e fizo traer al Conde a la su tienda, e fizole dar muy bien de cenar: mas él non quiso comer ninguna cosa, maguer le rogava el Cid que comiesse.

CAP. CVII.

Cuenta la historia, que otro dia de mañana estando el Cid en aquel logar, mandó adobar de comer muy bien, por amor

de fazer plazer al Conde: ca non era su voluntad de lo levar de alli adelante preso nin suelto, mas de lo embiar. E a la hora de comer fizolo assentar consigo, mas el Conde non quiso comer. E el Cid como era de grand mesura, dixole: Comed e beved, que este pleyto a tal por los omes acaesce, e non vos dexedes ende morir con pesar." E dixo el Conde don Remon: ,,Comed vos e tomad plazer, ca sodes ome de buena ventura;

[ocr errors]

66

66

[ocr errors]

e de

ca yo non quiero comer nin bever, sinon morir como ome sin ventura. E estonce el Cid con grand duelo que ovo dél, dixole:,,Conde, comed, e sed cierto que si comieredes que vos soltaré, que vos vayades para vuestra tierra sin embargo ninguno e darvos he dos cavalleros de los vuestros que vayan con busco que están presos, quales vos escogieredes, que vayades quito vos e ellos." E quando esto oyó el Conde dixo al Cid:,,Esto será verdad?" E dixo el Cid:,, Yo vos lo otorgo, salvo que vos non daré nada de lo que perdistes: ca lo quiero antes para estos que lo ganaron comigo, e que avemos esta vida de vevir, como aquellos que andan en ira de señor, e fuera de la tierra. E el Conde demandó aguamanos, mandó dos cavalleros de sus parientes, que fueron muy buenos por sus manos e por sus armas, hy donde él fué preso e dezian al uno don Ynigo, e al otro Guillen Bernalte: e comieron estonce quanto les complió. E desque ovieron comido, dixo el Conde: ,, Cid, mandadnos yr, si vuestra voluntad es." E el Cid mandó que les diessen las bestias, e fué con ellos muy grand pieça. E quando se ovieron de partir, dixo el Cid al Conde desta guisa:,,Yd vos a guisa de muy franco, e gradezcovos lo que nos distes; pero si vos quisieredes la tornaboda, embiadmelo a dezir, e si venieredes, ó nos dareis lo que traxeredes, ó levaredes lo que ovieremos." E dixo el Conde: ,,Cid, en salvo juegastes agora, que ya vos tengo pagado por este año con toda vuestra gente, e non tengo en coraçon de vos buscar tan ayna. Estonce partieronse de en uno amos a dos e fueronse; e fuése el Cid para Çaragoça, e fizo partir muy bien sus ganancias con todas sus compañas: en tal guisa, que todos fueron ricos, e alegres, e pagados. E los Moros de la

[ocr errors]

villa ovieron muy grand plazer con la buena andança del Cid, porque los tenia muy bien amparados que non rescebian mal ninguno.

CAP. CVIII.

Andados seis años del Reynado del Rey don Alfonso, el Cid estando en Çaragoça guisó sus gentes para yr correr a Monçon, e Huesca, e Aiusa, e a Balaguer. E sopolo el Rey don Pedro de Aragon, e pesóle mucho, e apellidó toda la tierra, e allegó muy grandes gentes, e fué contra el Cid. E el Cid salió contra él de Çaragoça, e andudo quanto una jornada, e llegó a una villa que llaman Piedraalta, e fincó hy sus tiendas a ojo de sus enemigos. E otro dia de mañana entró en el castillo de Monçon veyendolo el Rey don Pedro, por pleytesia que ovo con los del castillo: mas aunque el Rey lo vido, non quiso venir a él. E despues desto salió el Cid de Monçon, e vinose a Tamarit, e moró hy unos pocos de dias. E un dia salió de la Villa con doze cavalleros, e andando folgando con ellos a caça, fallóse con ciento e cincuenta del Rey de Aragon, e ovo de lidiar con ellos, e desbaratólos, e prendió dellos siete cavalleros con sus cavallos, e los otros fuyeron : e despues pidieron merced al Cid que los soltasse, e él mandólos soltar. E despues desto descendió contra la mar por fazer sus cavalgadas; e andando faziendo mucho mal por la tierra, ovieron los Moros de darle el castillo de Onda, e todos los otros que dezian de Buriana. E como eran grandes las conquistas e tan ayna eran fechas, llegaron las nuevas a Valencia, e fué sonado por la Villa e por sus terminos los buenos fechos que el Cid campeador fazia e fueron mucho espantados, e temieronse dél mucho. E el Cid tornóse estonce para Tamarit, do era Çulema Rey de Çaragoça.

CAP. CIX.

Andados siete años del Reynado del Rey don Alfonso, Abenalfange Rey de Denia ovo su acuerdo con el Conde don

Remon Berengel de Barcelona, e con el Conde de Cerdaña, e con el hermano del Conde de Urgel, e con los omes poderosos de Lampurdan, e con los de Rosellon e de Carcasona, en como cercassen el castillo de Almenara que havia renovado el Cid por mandado del Rey de Caragoça: fezieronlo ansi, e combatieron el castillo grand tiempo, fasta que vedaron el agua a los de dentro. E era el Cid estonce sobre el castillo de Escarps que es en el rio de Cinca, e Segre; e tomólo por fuerça. E estando hy, embióle mandado el Rey de Çaragoça, que veniesse a acorrer el castillo de Almenara, que gelo tenian cercado. E luego que ovo el mandado, vinose para Tamarit do era a la sazon el Rey de Çaragoça. E dixole el Rey, que lidiasse con aquellas huestes que tenian cercado el castillo: e dixole el Cid, que mucho seria mejor que diessen algun haver a su hermano que descercasse el castillo: ca non podian lidiar con ellos, que tantos eran como el arena del mar. E dixo el Rey:,,Fare66 E el Cid embió dezir a Abenalfange, mos como tú mandares. e a todos los altos omes que hy eran, que tomassen haver que les daria el Rey, e que se partiessen del castillo: e ellos non lo quisieron fazer. E quando el Cid vido que lo non querian dexar por cosas que les embiasse dezir, mandó armar toda su gente, e fué contra ellos. E quando fué cerca dellos mandó parar sus hazes, e fué ferir en ellos: e fué la lid muy ferida de amas las partes, de guisa que fué hy mucha sangre vertida, que para fazer de amas las partes estavan muchos buenos cavalleros bien: mas al cabo ovo de vencer él de la buena ventura que nunca fué vencido. E fuyó ende el Rey Abenalfange, e el Conde don Remon, e los mas de los otros, e fueron bien tres leguas matando e feriendo en ellos, e prendieron muchos buenos cavalleros Christianos. E tornóse el Cid Ruydiez con muy grand ganancia e grand honra, e dió todos los presos a Çulema, el Rey de Çaragoça: e tovolos presos en su poder ocho dias, ó mas, e despues pidiógelos el Cid, e soltólos, e fueronse para su tierra. E tornaronse estonce el Rey e el Cid para Çaragoça e salieronlos a recebir los de la Villa con grand alegria, e con grand alboroço. E el Rey fizo mucha honra al Cid,

« AnteriorContinuar »