Consultas al diccionario de la lengua: (lo que falta en el vocabulario académico y lo que sobre en el de los ecuatorianos, quichuísmos, barbarismos, etc.)

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la Universidad Central, 1900 - 493 páginas
 

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Pasajes populares

Página 418 - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.
Página 444 - Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna.
Página 82 - ... rinde el ancha copa. Huyó la fiera: deja el caro nido, deja la prole implume el ave, y otro bosque, no sabido de los humanos, va a buscar doliente.
Página 88 - El enemigo el campo todo y la victoria cede; huye cual ciervo herido, ya donde huye; allí encuentra la muerte. Los caballos que fueron su esperanza en la pelea, heridos, espantados, por el campo o entre las filas vagan, salpicando el suelo en sangre que su crin gotea, derriban al jinete, lo atrepellan, y las catervas van despavoridas, o unas en otras con terror se estrellan.
Página 314 - El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera...
Página 221 - En el dilatado vientre del novillo estaban doce tiernos y pequeños lechones, que, cosidos por encima, servían de darle sabor y enternecerle.
Página 153 - ... en las quiebras de los peñascos, sustentándose de la caza y frutas de árboles silvestres; pero tan diestros en el uso de sus flechas, y en servirse de las asperezas y ventajas de la montaña, que resistieron varias veces a todo el poder mejicano; enemigos de la sujeción que se contentaban con no dejarse vencer, y aspiraban sólo a conservar entre las fieras su libertad.
Página 466 - Extremadura, que vuestra merced sea servido de mostrarnos algún retrato de esa señora, aunque sea tamaño como un grano de trigo; que por el hilo se sacará el ovillo, y quedaremos con esto satisfechos y seguros, y vuestra merced quedará contento y pagado ; y aun creo que estamos ya tan de su parte, que, aunque su retrato nos muestre que es tuerta de un ojo y que del otro le mana...
Página 130 - Tan estrecha prevención, señor, no era menester para reducirme a hacer lo que tengo obligación; pues es caso averiguado que cuando entrega al señor un caballo el picador que lo ha impuesto y enseñado, si no le informa del modo y los resabios que tiene, un mal suceso previene al caballo y dueño y todo.
Página 335 - Erase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado.

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