Florilegio de poesias castellanas del siglo XIX, Volumen 4F. Fé, 1902 |
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 93 - Quisiera adivinarte los antojos, Y de súbito en ellos transformarme ; Ser tu sueño , y callado apoderarme De todos tus riquísimos despojos : Aire sutil que con tus labios rojos Tuvieras que beberme y respirarme : Quisiera ser tu alma , y asomarme A las claras ventanas de tus ojos. Quisiera ser la música que en calma Te adula el corazón : mas si constante Mi fe consigue la escondida palma , Ni aire sutil , ni sueño penetrante, Ni música de amor, ni ser tu alma , Nada es tan dulce como ser tu...
Página 397 - Puso Dios en mis cántabras montañas Auras de libertad, tocas de nieve, Y la vena del hierro en sus entrañas...
Página 393 - ¿Quién fantaseó de griegos y teutones Sacrilego consorcio? Entre la niebla De las ásperas cumbres hiperbóreas, Y este radiante sol que a nuestros campos El don prodiga de la rubia Ceres Y de Falerno el otoñal racimo, ¿Quién las paces hará?
Página 97 - A UN PIE El pie más lindo que acaricia el suelo jugaba ante mi vista complacida: yo, con mano dichosa y atrevida, de un espacio mayor levanté el velo. Bella columna descubrió mi anhelo, por los mismos amores construida, como, del recio vendaval movida, se abre la nube, y se descubre el cielo. Detenido en las puertas de la gloria, aguardo a que el amor quiera propicio .dilatar en sus reinos mi victoria.
Página 401 - A impulsos del martillo y de la rueda, O en el cóncavo seno de los montes, Al trueno de la pólvora deshechos, Por donde agita sus humeantes crines El moderno Tifón, o en los escollos Do cela el mar sus perlas y corales! ¡Perenne lid con la materia inerte, Dura labor, pero victoria cierta! Otro estadio, otra arena, otra cuadriga Piden en nueva edad cantares nuevos.
Página 413 - El hervor de tu sangre renovada, Ponte en pie, sacudiendo tu marasmo, Que como losa del sepulcro, oprime Tu enferma voluntad. Surge del fondo De tu aislamiento secular, y marcha Con paso firme y corazón resuelto Sin mirar hacia atrás, siempre adelante. Sean la escuela y el taller y el surco Los solos campos de batalla en donde Tu razón y tus fuerzas ejercites.
Página 384 - La toca. Al verla tan yerta, Se alza; hacia la luz la atrae, Se espanta, vacila... y cae A plomo la niña muerta. X. Del suelo, de angustia llena, La madre á su hija levanta... Y en tanto un dichoso canta: — ¡Esta noche es Noche-Buena!...
Página 220 - Canta tu estrofa, cálida cigarra, y baile al son de tu cantar la mosca; que ya la sierpe en el zarzal se enrosca y lacia extiende su verdor la parra. Desde la yedra que a la vid se agarra y en su cortina espléndida te embosca, recuerda el caño de la fuente tosca y el fresco muro de la blanca jarra.
Página 398 - Ñápoles arrulla a la Sirena Cabe la sacra tumba de Virgilio; Ni el vago azul de la marina Jonia; Sino el Ponto que azota a Caledonia, Y roto entre las Hébridas resuena. Titán cerúleo que a la yerta gente Hace temblar en la postrera...
Página 97 - Dame, Señor, la firme voluntad, Compañera y sostén de la virtud; La que sabe en el golfo hallar quietud Y en medio de las sombras claridad; La que trueca en tesón la veleidad, Y el ocio en perennal solicitud, Y las ásperas fiebres en salud, Y los torpes engaños en verdad.