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tengo cartas después que había comenzado á navegar con el Señor Don Juan; dice que les iba muy bien, aún no debe de haber echado de ver aquellos condiscipulos de v. md. que fueron en su compañía, que no me dice nada dellos; ya le tengo escrito en la opinión que v. md. los tiene, y no salvé á Honorato porque no sabía entonces que había él ido también.

MINUTA DE CARTA

DE DON JUAN DE ZÚÑIGA, EMBAJADOR EN ROMA, PARA DON ÁLVARO DE BAZÁN, DE 11 DE JULIO 1568.

Muy ilustre Señor:

V. S. sea muy bien venido, que cuando yo sepa que ha sido con entera salud, y que la ha traído mi señora Doña Maria, cuyas manos beso, tendré entero contentamiento de tener á V. S. en Italia, y no fuera pequeño el que me diera besarle ahora las manos y preguntarle mil particularidades de los nuevos Generalisimos; V. S. entenderá muchas que yo podré desear saber, y pues es el camino tan corto que se pueden fiar en carta, le suplico me las escriba, y de lo que piensa hacer este verano, que creo que muy presto habrá de comenzar mi señora Doña María á probar la soledad de mujer de General de Galeras; querría que Su Señoria se hubiese hallado bien en la mar, para que cuando V. S. no fuese en coso la pudiese llevar consigo. De mí no tengo qué decir, sino que Roma me trata hasta hora bien, y con todo no deseo menos el invierno que los Capitanes de galeras, porque tendré más ociosa vida que ellos en llegando el Comendador mayor, mi señor, á esta Corte. Mi señora quería enviar á saber cómo había llegado mi señora Doña María, y por la mutación del aire lo deja; no envió á Civita Vieja, porque le dijeron que se quedaba en Génova mi señora Doña María este verano. Besa á Su Señoría las manos y las de V. S., y no escribe porque à la hora que parte esta estafeta la aprieta un dolor de cabeza que estos días le ha fatigado.

FIN DEL TOMO NOVENTA Y SIETE

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