ADVERTENCIAS

à las copias de veinte cartas dirigidas á Ruy Gómez de Silva, ó sus allegados, desde el 13 de Septiembre de 1557 al 10 de Febrero de 1558, relativas à la conducta

del Duque de Francavila.

Para determinar los nombres y calidad de las personas á que estas cartas se refieren, basta recordar:

1.° Que cuando se contrató el casamiento de Ruy Gómez de Silva (después Príncipe de Évoli) con Doña Ana de Mendoza, hija de los Condes de Mélito y Aliano, no tenía todavía ningún título, y que, sin duda por esta consideración, el Conde de Mélito, nombrado por entonces Duque de Francavila, le transfirió el Condado de Mélito, que disfrutó hasta la creación del Principado de Évoli; y

2.° Que apenas verificado el casamiento, Ruy Gómez de Silva salió para Inglaterra y Flándes acompañando al Rey Felipe II, con quien permaneció hasta el año 1559, habiendo hecho sólo un viaje muy breve á España en 1557, para consultar con el Emperador retirado en el Monasterio de Yuste, y quedando entretanto Doña Ana de Mendoza en casa de sus padres.

Como Conde de Mélito concurrió Ruy Gómez de Silva juntamente con el Duque de Alba, en calidad de Plenipotenciario de Felipe II, á las negociaciones del tratado de paz firmado en Cateau Cambresis, á 3 de Abril de 1559, poco después de la batalla de San Quintín, pasando luego á París como Embajador extraordinario por el restablecimiento de la paz.

Sentado ésto, y teniendo también en cuenta las formas

ceremoniosas con que se trataban entre sí las personas de alta clase, aun en sus relaciones de familia, aparece claramente:

1.° Que Ruy Gómez de Silva y el Conde de Mélito, à quienes están dirigidas todas estas cartas, son una misma persona. 2.° Que por «La Condesa» ha de entenderse Doña Ana de Mendoza, su mujer.

3. Que el Duque y la Duquesa, son los Duques de Francavila (Don Diego de Mendoza y Doña Catalina de Silva), padres de Doña Ana.

En cuanto à la Princesa nombrada en algunas cartas, y aun firmante de una de ellas, no puede dudarse es la Infanta Doña Juana, hermana de Felipe II, llamada Princesa por haber estado casada con el Príncipe Don Juan, heredero de Portugal, y que como es sabido regresó á España después de la muerte de su marido.

Los encabezamientos puestos por el Archivo de Simancas á las copias de las cartas, pueden, por lo tanto, completarse de la manera que se indica en las notas que pondremos en cada una de ellas.

En la carta fechada á 23 de Enero (sin año) hay algunos nombres en cifra; pero leyendo las cartas en conjunto, se descubre fácilmente su significado:

man, es Ruy Gómez de Silva. lieb, Doña Ana de Mendoza. hanz, el Duque de Francavila.

dist y ful, dos de sus servidores

Algunas de estas cartas no expresan el año en que están escritas; pero siendo todas correlativas, basta conocer el mes para clasificarlas con seguridad, correspondiendo todas á los años 1557 y 1558.

Estas cartas son bastante interesantes, por cuanto sirven de complemento de algunos puntos que no llegó á conocer el autor de la Vida de la Princesa de Évoli, el cual confiesa que no tenía noticias de esta señora ni en su juventud, ni después en los primeros años de su casamiento, durante la estancia en Flandes de Ruy Gómez de Silva.

Sabíase que el Duque de Francavila había dado á su familia muchos disgustos y podía sospecharse que habían sido

causados, principalmente, por cuestiones de mujeres, pues así lo hacía creer su disparatado casamiento apenas enviudó, siendo ya de edad avanzada, con una joven de 18 años, pero los pormenores que en estas cartas se encuentran no eran conocidos.

Otro punto importante aclara también esta correspondencia. Salazar y Castro en su Historia genealógica de la casa de Silva no expresa el año del nacimiento del hijo primogénito de los Príncipes de Évoli; y el Señor Muro (Fida de la Princesa, cap. 1), citando á Badoero, manifiesta que ni siquiera podía decir si Ruy Gómez había llegado á ver á su mujer en el precipitado viaje hecho á España el año 1557, para consultar con el Emperador, como antes se ha indicado. Por las actuales cartas aparece que el Príncipe de Évoli aprovechó su venida á España para visitar á su esposa; que esta señora había quedado en cinta, y que esperaba su alumbramiento á principios del año 1558.

TOMO XCVII.

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