El conde de Noroña. D. Melchor Gaspar de Jovellanos. D. Nicasio Álvarez de Cienfuegos. D. José María Roldan. D. Francisco de Castro. D. Manuel de Arjona. D. Francisco Sanchez BarberoV. Salvá, 1840 |
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Página 20
... semblante Al cielo elevan sus crecidas ramas , Cubriéndolas con hojas al instante . Donde tenemos un bravosos ( voz nueva , formada contra toda analogía , porque bravo es adjetivo , y de estos no se forman otros en oso ) , unos troncos ...
... semblante Al cielo elevan sus crecidas ramas , Cubriéndolas con hojas al instante . Donde tenemos un bravosos ( voz nueva , formada contra toda analogía , porque bravo es adjetivo , y de estos no se forman otros en oso ) , unos troncos ...
Página 85
... semblante y penetrado De patrio zelo . Aplica , Eymar , atento Tu oido á sus discursos ya resuenan En ambos hemisferios sus clamores . La patria está á su diestra , y con la suya Le ofrece una corona . Vive , ó ilustre Alumno de Sofía ...
... semblante y penetrado De patrio zelo . Aplica , Eymar , atento Tu oido á sus discursos ya resuenan En ambos hemisferios sus clamores . La patria está á su diestra , y con la suya Le ofrece una corona . Vive , ó ilustre Alumno de Sofía ...
Página 116
... semblante , aquel semblante Trono de la modestia y alegría , Y agora en tristes lágrimas bañado ? Ay ! dí , ¿ por qué te escondes , Galatea , Divina Galatea ? ¿ desde cuándo La natural ternura es un delito ? El ojo mas procaz ¿ notar ...
... semblante , aquel semblante Trono de la modestia y alegría , Y agora en tristes lágrimas bañado ? Ay ! dí , ¿ por qué te escondes , Galatea , Divina Galatea ? ¿ desde cuándo La natural ternura es un delito ? El ojo mas procaz ¿ notar ...
Página 117
... semblante reposaba ; En tu jóven semblante , y no la oia ! Que sobre seca rama nunca el malo Hacer quisiera asiento ni manida . Reíanse á su espalda y se admiraban De su sandez Jovino y sus amigos , Y tú con blando enojo los reñias . Ay ...
... semblante reposaba ; En tu jóven semblante , y no la oia ! Que sobre seca rama nunca el malo Hacer quisiera asiento ni manida . Reíanse á su espalda y se admiraban De su sandez Jovino y sus amigos , Y tú con blando enojo los reñias . Ay ...
Página 205
... objeto examinar , si la traduccion es fiel . Así solo notaré tres expresiones que no me gustan . 1a Estrofa nona , versos tercero y cuarto : El varonil semblante Fijo en la tierra . • Por lo dicho poco há se ve , que si DE CIENFUEGOS . 205.
... objeto examinar , si la traduccion es fiel . Así solo notaré tres expresiones que no me gustan . 1a Estrofa nona , versos tercero y cuarto : El varonil semblante Fijo en la tierra . • Por lo dicho poco há se ve , que si DE CIENFUEGOS . 205.
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Términos y frases comunes
acento ademas afectacion alegría alma amante amigos amor anacreónticas Apolo Arnesto Atridas aurora Bermudo beso Bétis blando buena CALTOJAR canto castellano cielo Cienfuegos cion Cipáris composicion consonante corazon cruel deben decir deja derrama descuidos despues dice divina dolor dulce Duquesa envidia epístola epiteto escrito Estrofa eterno expresion Eymar Favonio fiero Fílis flores FRANCISCO SANCHEZ BARBERO furor Galatea gloria gozo habia hablando halla hendecasílabos hermosa horror Huye imperio impía impropia inocente Jérjes Jovellanos lector lira llama llanto lleno lloro mano metonimia mira morada mortal muerte mundo Musas natura neológicas ninfas noble noche odas ojos Orco oscura Ovidio paso patria pecho pensamientos poesía poeta poética Posidonio principiantes prosa prosaica rayo ridículo Roselia semblante sepulcro sexto sicion sueño tambien Témis tierna torno triste triunfo umbría ventura Vénus verbo versificacion verso primero verso segundo verso tercero vicio viento virtud vuelo vuelve zagala zelo
Pasajes populares
Página 120 - Desde el oculto y venerable asilo do la virtud austera y penitente vive ignorada y, del liviano mundo huida, en santa soledad se esconde, el triste Fabio al venturoso Anfriso salud en versos flébiles envía.
Página 125 - Llega en tanto la noche, y con su manto cobija el ancho mundo. Vuelvo entonces a los medrosos claustros. De una escasa luz el distante y pálido reflejo guía por ellos mis inciertos pasos, y en medio del horror y del silencio, ¡oh fuerza del ejemplo portentosa!
Página 123 - Y á muerte le condena ó cárcel dura. ¡ Ah, dichoso el mortal de cuyos ojos Un pronto desengaño corrió el velo De la ciega ilusión ! ¡ Una y mil veces Dichoso el solitario penitente Que, triunfando del mundo y de sí mismo, Vive en la soledad libre y contento...
Página 121 - Así también del mundanal tumulto lejos, y en estos montes guarecido, alguna vez gozara del reposo, que hoy desterrado de su pecho vive. Mas, ¡ay de aquel que hasta en el santo asilo de la virtud arrastra la cadena, la pesada cadena con que el mundo oprime a sus esclavos!
Página 123 - Con blando impulso el céfiro suave, las copas de los árboles moviendo, recrea el alma con el manso ruido ; mientras al dulce soplo desprendidas las agostadas hojas, revolando, bajan en lentos círculos al suelo...
Página 134 - ... rampantes le sostienen. Ve aquí sus timbres; pero sigue, sube, entra, y verás colgado en la antesala el árbol gentilicio, ahumado y roto en partes mil; empero de sus ramas, cual suele el fruto en la pomposa hi[guera, sombreros penden, mitras y bastones. En procesión aquí y allí caminan en sendos cuadros los ilustres deudos, por hábil brocha al vivo retratados.
Página 121 - ... sus esclavos ! Ay del triste en cuyo oído suena con espanto, por esta oculta soledad rompiendo, de su señor el imperioso grito! Busco en estas moradas silenciosas el reposo y la paz, que aquí se esconden, y solo encuentro la inquietud funesta, que mis sentidos y razón conturba.
Página 122 - Del claro río sobre el verde margen crecen frondosos álamos, que al cielo ya erguidos alzan las plateadas copas, o ya sobre las aguas encorvados en mil figuras, miran con asombro su forma en los cristales retratada.
Página 128 - Hubo un tiempo en que andaba la modestia dorando los delitos: hubo un tiempo en que el recato tímido cubría la fealdad del vicio: pero huyóse el pudor a vivir en las cabanas.
Página 129 - Zumba, festeja, ríe, y descarado Canta sus triunfos, que tal vez celebra Un necio esposo, y tal del hombre honrado Hieren con dardo penetrante el pecho, Su vida abrevian, y en la negra tumba Su error, su afrenta y su despecho esconden.