D. Leandro Fernandez de Moratin. D. Juan Melendez Valdes

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Página 145 - Yo vi del polvo levantarse audaces, a dominar y perecer, tiranos; atrepellarse efímeras las leyes y llamarse virtudes los delitos. Vi las fraternas armas nuestros muros bañar en sangre nuestra, combatirse, vencido y vencedor hijos de España, y el trono desplomándose al vendido ímpetu popular.
Página 145 - ¿Quién pudo en tanto horror mover el plectro? ¿Quién dar al verso acordes armonías, oyendo resonar grito de muerte ? Tronó la tempestad; bramó iracundo el...
Página 118 - De no pagar á su pupila el dote, Habiéndola comido el patrimonio Que en su mano rapaz la ley le entrega, Dice que no hay justicia, y se conduele De que la probidad es nombre vano.
Página 116 - No te puedo decir con cuántas indirectas frases y tropos elegantes y floridos me pidió de almorzar. Cedí al encanto de su elocuencia, y vieras conducida del rústico gallego que me sirve ancha bandeja con...
Página 114 - Solo el pedante vocinglero, hinchado de vanidad y ponzoñosa envidia, todo lo sabe. En el café gobierna los imperios del orbe, y mientras bebe diez copas de licor, sorprende, asalta, gana de Gibraltar el puerto y muro. Consultadle , Señor , vereis qué pronto cubriendo el mar de naves españolas , sin fatiga, sin gasto, á Irlanda ocupa, y los tesoros de Jamaica os pone en la calle Mayor.
Página 115 - Erudicion, historia, náutica, esgrima, metalurgia y leyes: en todo es superior , único y solo. Poco estima á Mozart : nota con ceño que Cimarosa en tal ó tal motivo no estuvo muy feliz. Habla y decide en materia de escorzos y contrastes , tonos de luz , degradacion de tintas , pliegues y grupos. Convulsion padece con el silabizar de Garcilaso, ¡tan delicado tímpano es el suyo!
Página 102 - Cayó la gran ciudad que las naciones Mas belicosas dominó, y con ella Acabó el nombre y el valor latino; Y la que osada, desde el Nilo al Betis, Sus águilas llevó , prole de Marte , Adornando de bárbaros trofeos El Capitolio, conduciendo atados Al carro de marfil reyes adustos Entre el sonido de torcidas trompas Y el ronco aplauso de los anchos foros, La que dio leyes á la tierra, horrible Noche la cubre, pereció. Ni esperes Del antiguo valor hallar señales.
Página 116 - Que toda absorben la poción suave De Soconusco, y su dureza pierden. No con tanto placer el lobo hambriento Mira la enferma res que en solitario Bosque perdió el pastor, como el ayuno Huésped el don que le presento opimo. Antes de comenzar el gran destrozo, Altos elogios hizo del fragante Aroma que la taza despedía, Del esponjoso pan, de los dorados Bollos, del plato, del mantel, del agua; Y empieza á devorar.
Página 44 - Hundió en su centro el mar. La historia , alzando el velo Que lo pasado oculta , Entregó á tu desvelo Bronces que el arte abulta , Y códices y mármoles Amiga te mostró. Y allí , de las que han sido Ciudades poderosas, De cuantas dió al olvido Acciones generosas La edad que vuela rápida , Memorias te dictó. Desde que el cielo airado Llevó á Jerez su saña , Y al suelo derribado...
Página 102 - Estos desmoronados edificios, Informes masas que el arado rompe, Circos un tiempo, alcázares, teatros, Termas, soberbios arcos y sepulcros, Donde (fama es común) tal vez se escucha En el silencio de la sombra triste Lamento funeral, la gloria acuerdan Del pueblo ilustre de Quirino , y solo Esto conserva á las futuras gentes La señora del mundo, ínclita Roma.

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