Parte primera

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En la imprenta de la Academia por la viuda de Ibarra, hijos y compañía, 1787
 

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Índice

I
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II
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IV
49
V
68
VI
84
VII
96
VIII
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IX
165
XVI
261
XVII
298
XVIII
311
XIX
328
XX
344
XXII
357
XXIII
372
XXIV
390

X
181
XI
198
XII
217
XIII
225
XV
240
XXV
404
XXVII
417
XXIX
429
XXX
439

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Pasajes populares

Página 180 - Éste fue el fin que tuvieron todos, nacido de un tan desatinado principio.» -Bien -dijo el cura- me parece esta novela, pero no me puedo persuadir que esto sea verdad; y si es fingido, fingió mal el autor, porque no se puede imaginar que haya marido tan necio que quiera hacer tan costosa experiencia como Anselmo.
Página 390 - Si estas que ahora se usan, así las imaginadas como las de historia, todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las representan dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera...
Página 220 - ... valentía y atrevimiento el mayor que se puede hallar en todos los trances de la guerra. Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la...
Página 385 - No he visto ningún libro de caballerías que haga un cuerpo de fábula entero con todos sus miembros, de manera que el medio corresponda al principio, y el fin al principio y al medio, sino que los componen con tantos miembros, que más parece que llevan intención a formar una quimera o un monstruo que a hacer una figura proporcionada.
Página 217 - Todo esto es al revés en los letrados porque de faldas, que no quiero decir de mangas, todos tienen en qué entretenerse: así que, aunque es mayor el trabajo del soldado, es mucho menor el premio.
Página 229 - Digo, en fin, que yo me hallé en aquella felicísima jornada, ya hecho capitán de infantería, a cuyo honroso cargo me subió mi buena suerte, más que mis merecimientos. Y aquel día, que fue para la cristiandad tan dichoso, porque en él se desengañó el mundo y todas las naciones del error en que estaban, creyendo que los turcos eran invencibles por la mar...
Página 409 - Quijote mío, de la cual saldrá erudito en la historia, enamorado de la virtud, enseñado en la bondad, mejorado en las costumbres, valiente sin temeridad, osado sin cobardía, y todo esto, para honra de Dios, provecho suyo y fama de la Mancha, do, según he sabido, trae vuestra merced su principio y origen.
Página 386 - ... maduro en el consejo, presto en lo determinado, tan valiente en el esperar como en el acometer ; pintando ora un lamentable y trágico suceso, ora un alegre y no pensado acontecimiento ; allí una hermosísima dama, honesta, discreta y recatada ; aquí un caballero cristiano, valiente y comedido ; acullá un desaforado bárbaro fanfarrón...
Página 349 - Hermandad: de modo que toda la venta era llantos, voces, gritos, confusiones, temores, sobresaltos, desgracias, cuchilladas, mojicones, palos, coces y efusión de sangre.
Página 218 - ... y, finalmente, si por ellas no fuese, las repúblicas, los reinos, las monarquías, las ciudades, los caminos de mar y tierra estarían sujetos al rigor ya la confusión que trae consigo la guerra el tiempo que dura y tiene licencia de usar de sus privilegios y de sus fuerzas.

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