Tutankhamon: El último hijo del sol

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Grupo Anaya, S.A., 2 nov 2002 - 298 páginas
El 4 de noviembre de 1922, a las once de la mañana, un fellah fue corriendo a avisar a Mr. Carter del hallazgo de un escalón que parecía conducir a una nuevo sepulcro hasta entonces desconocido. Se había descubierto así la tumba de Tutankamón. La célebre pregunta de Carnarvon: "¿Ve usted algo?", y la no menos afamada respuesta de Carter: "¡Sí, cosas maravillosas!", daban comienzo a la más emocionante de todas las aventuras arqueológicas jamás vividas. La importancia que tuvo este descubrimiento para la Egiptología de principios de siglo y su legado hasta la actualidad es indescriptible. Se trata del icono más representativo de la cultura del Antiguo Egipto. Aquí se mencionan los más destacados aspectos de su vida como joven Rey y se aclaran los aspectos más importantes que a nivel político marcaron su corto reinado y posiblemente su muerte.

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