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CAPÍTULO XI

Memoria de las cosas mas notables, que hay dentro del edificio de la Iglesia.

No es tanta la grandeza, y magestad de la Iglesia

de Leon por la suntuosidad de su edificio, quanta la que tiene por las sagradas reliquias, preciosos monumentos, y otras cosas muy notables, que se guardan dentro de su gran fábrica, y la hacen ilustre y digna de la pública veneracion, entre las principales Iglesias del mundo. Comenzando por su Altar mayor, en él está depositado el cuerpo de su santo! Obispo Froylan, con la riqueza y magnificencia que encareció Ambrosio de Morales con estas palabras: "Agora, dice, está allí (el cuerpo de san Froylan) "en el Altar mayor, en tan rico sepulcro como san"to alguno lo puede tener en la Christiandad. Por

fundamento del retablo, vá á la larga del Altar » mayor una arca, ó tumba de plata, de diez ó do»ce pies de largo, y quatro en alto. Pártela por medio, ó por mejor decir, continua la custodia, ó sagrario del Santísimo Sacramento, que tambien "es de plata; y aunque la riqueza en tan gran quantidad de plata es grande, el artificio, ya. labor. » debe ser ó de tanta, ó de mayor costa. La mas » hermosa representacion es, y de más grandeza, y "magestad, que en España se vé."

Habiendo fallecido el santo en el dia 3. de Octubre de la Era 905. fue su sagrado cuerpo enterrado, y puesto en un precioso sepulcro, que Don Alfonso el Grande habia erigido para sí mismo en la Catedral de Leon. Pero como el edificio que entonces existía durase muy poco, fue necesario trasladarle

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pasados solos nueve años á la nueva Catedral , que se hizo en el reynado de Don Ordoño II. en los palacios Reales, que por la grande munificencia de este Príncipe se convirtieron en objeto mas acepto á los ojos de Dios, y oportuno para el culto y servicio Divino, que correspondia á su Corte. Mantuvieronse las sagradas reliquias en el referido sepulcro hasta fines del siglo X. en que para defenderlas de Almanzor, y su exército fue preciso sacarlas de Leon, y asegurarlas en las montañas. No fueron es-> tas los Pirineos, que dividen los reynos de España, y Francia, sino el ramo de los mismos montes que corren por dentro de España, y separan las Asturias del territorio de Leon, como tengo demostrado en el Tomo XXXIV. de la España Sagrada, pag. 191. Pa-: sado algun tiempo, faltó de la Ermita de san Juan Bautista, situada en las dichas montañas, el sagrado cuerpo, por haberse llevado secretamente al Monasterio de Moreruela, contra la voluntad y derecho de los vecinos de Leon, legítimos poseedores de aquellas sagradas reliquias. Acudieron éstos al Pontífice R.: y habiéndose cometido esta causa al Cardenal Jacinto, Legado Apostólico en estos reynos, dió éste sentencia de que las santas reliquias se repartiesen igualmente entre la Iglesia de Leon, y el expresado Monasterio. Hízose la traslacion entre el año de 1181. y: 1191. pero se ignora el año determinado de este suceso, por falta de documento antiguo, que lo testifique. Véase el tomo XXXIV. de la España Sagrada, pag. 196.

En la Capilla mayor al lado del Evangelio está el cuerpo de san Alvito, que presidió en esta santa! Iglesia desde el año de 1057. hasta el de 1063. Falleció este santo en Sevilla, adonde fue enviado por Don Fernando I. para trasladar el cuerpo del glorio. so Doctor san Isidoro, con el qual fue trahido el suyo

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á Leon, por su compañero Don Ordoño, Obispo de Astorga, y el Conde Don Nuño. En el año de 1164.1 se abrió su sepulcro, y se mudó el santo cuerpo á otra caja en que se escribieron los versos siguien

tes :

Hac Patris Alviti Legionis præsulis almi
Condidit in theca Fernandus pignora sacra.
Eræ tunc anni duo præter mille ducenti.
O sacer Alvite, memor esto gentis avitæ,
Et da Levitæ Fernando gaudia vitæ. Amen.

En el de 1527. se colocaron las santas reliquias en el lugar alto donde hoy se veneran, de la qual traslacion, y de dos milagros, que entonces sucedieron, quedó memoria en una piedra, que cubria su sepulcro antiguo, y se conserva en la pared de la Capilla dedicada á los santos Mártyres Fabian, y Sebastian con este letrero: "En este sepulcro, que estaba al »lado del Altar mayor, estuvo el cuerpo de san Al"vito desde la era mil y ciento y una, que fue año "de mil sesenta y tres, hasta el de mil quinientos » veinte y siete , que fueron quatrocientos sesenta y "quatro años, y por ponerle en mas solemne lugar, "fue trasladado encima del arco, que en la misma par"te despues se labró. Este bienaventurado sanó dos "enfermos en su traslacion."

En el lado de la Epístola de la misma Capilla por defuera está sobre un arco labrado primorosamente el cuerpo del santo Obispo Legionense Don Pelayo 1. Fue enterrado primeramente en lugar baxo, y en su sepulcro se puso esta inscripcion: Hic requiescit fidelissimus Christi servus Pelagius Legionensis Episcopus. Era DCCCCXVI. Aquí se mantuvo hasta el año de 1565. en que se elevó á el lugar donde hoy existe; como consta del testimonio, que sa

qué del libro de Acuerdos Capitulares de dicho año,` y publiqué en el Tomo XXXVI. de la España Sagrada, pag. 277. En su urna se puso esta inscripcion con letras doradas: Sanctus Pelagius pater, et prudens pastor bujus almæ Ecclesiæ hic meruit sepeliri.

En el respaldo de la Capilla mayor se ve un sepulcro bastante suntuoso para los tiempos en que se hizo, en el qual está el cuerpo del Rey Don Ordoño II. La forma de caractéres en que se puso su inscripcion, y que se representa en la estampa adjunta, manifiesta haberse fabricado en el mismo tiempo en que se hizo la nueva Catedral, ó poco despues. Acerca de este epitafio sepulcral es necesario advertir algunas cosas, para que los lectores no incurran en las equivocaciones en que han incurrido algunos escritores. Los dos primeros versos han dado ocasion para que la insigne fábrica de esta Iglesia se atribu ya al Rey Don Ordoño, como efectivamente se la han atribuido algunos con la autoridad de este epitafio. Las pruebas que dexo exhibidas del tiempo en que se erigió este gran edificio evidencian, que es posterior algunos siglos al reynado de Don Ordoño, y que se comenzó en fines del siglo XII. ó principios del XIII. Por tanto los referidos versos no pueden entenderse de la fábrica actual, sino solo de la Iglesia, que hubo antes de ella; y se hizo de los palacios Reales, que el mismo Rey Don Ordoño dió, á fin de que su Corte tuviese Catedrál correspondiente á su grandeza y dignidad. De aquí se puede congeturar, que ha. biéndose puesto el expresado epitafio en su origen, ó primera formacion en la Catedral, que existió antes de la presente; se trasladó despues literalmente. en la lápida del sepulcro erigido en la nueva fábrica, mostrando así la santa Iglesia de Leon su fina gratitud á las grandes mercedes con que la honró, y enriqueció Don Ordoño.

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El verso tercero del mismo epitafio dice, que el Rey Don Ordoño fue fundador de la Sede Episcopal Legionense, cuya falsedad tengo demostrada en el Catálogo de los Obispos de Leon, en que se hallarán, testimonios autenticos, que comprueban la existentia de la misma Sede desde el tiempo de los Romanos, y despues de la irrupcion de los Sarra. cenos con mucha anterioridad al reynado de Don Ordoño II. Esta verdad histórica estaba ya confundida en el siglo XI. como manifiesta el testamento de D. Pelayo, Obispo de Leon, en el año de 1073. que publiqué en el tom. XXXVI. de la España Sagrada, Apendice XXVIII. donde hablando este Prelado del Rey Don Ordoño, dice, que este fue, en la opinion de los hombres, el primero de los Reyes de Leon, que estableció el Obispado de aquella ciudad, habiendo estado hasta aquel tiempo sin Obispo, y sin Sede.

Asimismo se ha de tener por cierto, que el Lar pidario, que gravó la inscripcion del epitafio, copió mal, ó erró el año de la muerte de D. Ordoño, poniendo Era de DCCCCXXXII, en lugar de DCCCCLXII.

En la Capilla de nuestra Señora del Dado fue puesto el cuerpo del grande Obispo Don Manrique, descendjente de la casa de Lara, hijo de Don Pedro Manrique, y de la Infanta de Navarra Doña Sancha, y nieto de Don Manrique I. Señor de Molina, y Mesa, de quien dice Don Luis de Salazar, que en grandeza de estados, opulencia, y autoridad de casa vivió en Castilla sin competidor. En el sepulcro de este Prelado autor primero de la fábrica actual de la Iglesia de Leon, se gravó este elogio: :

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Sub Era MCCXII. XVI. Kal. Martii

Presul Manricus jacet bic rationis amicus,
Sensu, consilio, moribus, eloquio.

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