Imágenes de página
PDF
ePub

(44) Léase la nota anterior.

(45) Aqui se remonta Jovellanos á toda la altura de su genio. Efectivamente hay una perfeccion por la cual suspiran las almas, y si no ha de ser dable alcanzarla enteramente, á lo menos se aspira al grado de perfeccion mas susceptible de reinar entre los hombres, pata que se llenen en cuanto sea posible, como dice Jovellanos, los augustos fines de la creacion.

(46) Jovellanos, al propio tiempo que profundo filósofo, era altamente religioso, y por esto clama contra los espiritus altaneros é impios que en el siglo xvin lograron hacer de moda el ateismo.

(47) Dios, el hombre y la naturaleza. Con tres palabras abraza el autor los grandes objetos de la humana sabiduría. ¡Cuán digno era de pintar la naturaleza como otros pocos autores ilustres! Si las desgracias no le hubieran perseguido constantemente, tal vez llamaríamos hoy dia á Jovellanos el Plinio español.

(48) La cita Cean.

(49) Hízolo en un discurso que ocupa su lugar en esta coleccion. (50) Este celoso ministro que protegió constantemente al Instituto Asturiano, era Don Antonio Valdés.

(51) Este sabio ingeniero, capitan de navío, era Don Fernando Casado de Torres.

(52) Alude al carbon mineral.

(53) Leyendo el gobierno el final de esta oracion, deberia dirigir las miradas hácia aquel liceo que tantos desvelos mereció de parte del digno autor.

(54) Citada por Cean.

(55) La cita tambien Cean.

(56) Los individuos de quienes habla eran el conde del Carpio y Don Casimiro Ortega.

(57) Don Francisco Cabarrus.

(58) El príncipe de Monfort.

(59) Tambien la cita Cean.

(60) Si alguno ha podido dudar de que fuese merecido el título de sabio que se ha dado á Jovellanos, no tiene mas que leer detenidamente este dictámen, y compararlo con los otros escritos y memorias del autor. Entendido en todo, hablaba de todo, no superficialmente sino con maestría y profundidad.

(61) Han hecho fuerza posteriormente á los gobernantes algunas

de las reflexiones del autor, singularmente la de este párrafo, y por lo mismo ha variado la legislacion respecto á la prohibicion que en él se menciona.

(62) Léase la nota número 60.

(63) Nos referimos á lo mismo que ya tenemos dicho, porque á cada paso encontramos nuevos motivos para poner á las nubes la reputacion del autor que afortunadamente está bien cimentada en su patria y aun entre las naciones estrañas. Tanta variedad de conocimientos en un hombre solo, no pueden menos de asombrar,

rayan en lo imposible.

, y casi

(64) En otros escritos se ha detenido en enumerar estas deducciones, como podrá enterarse el lector en su lugar.

y por lo

(65) Jovellanos conocia bien la materia de que trataba, mismo se cumplió como un vaticinio todo cuanto predijo acerca la ruina del banco.

(66) La cita Cean.

(67) Gozaba entonces la ganadería trashumante de los mas exorbitantes privilegios, y á esto alude Jovellanos en el texto.

(68) El célebre Campomanes.

(69) La cita Cean.

(70) Este célebre individuo, este padre y bienhechor de la sociedad, era el hombre á quien mas respetaba el autor, y de quien habla siempre con entusiasmo. Aun que no le nombre, es sabido que se refiere á Campomanes.

(71) Alude al mismo conde de Campomanes. Este discurso mereció un aplauso general de parte de la sociedad. Afírmase que á ello cooperó, á par que el mérito del mismo, el que otro socio habia presentado un dictámen contrario al de Jovellanos.

(72) La cita Cean.

(73) Bastan dos observaciones para graduar la aficion de los septentrionales á la caza de cetreria. 1. Que en los embargos eran esceptuados por sus leyes el halcon y la espada, como los dos instrumentos mas preciados y usuales en la paz y en la guerra. In composi tione (dice la ley 16 de Ludovico Pio, entre las longobardicas) Widrigilt (omecillo) volumus ut ea dentur, quæ in lege continentur, excepto accipitre, et spatha. 2.a Que entre los ripuarios el precio legal de un halcon se estimaba para las composiciones ó multas en tres sueldos si era bravo, y si domado en doce; y como entonces la estimacion de

[ocr errors]

una buena vaca era de un solo sueldo, se infiere que un halcon enseñado valia por doce vacas. Si quis (dice la ley 14 tit. 3 de los ripuarios) Weregeldum solvere debet... vaccam cornatam videntem et sanam pro uno solido tribuat... acceptorem (halcon) non domitum, pro tribus solidis tribuat, acceptorem mutatum pro duodecim solidis tribuat, Véase la reciente coleccion de leyes bárbaras del padre Canciani, vol. 1, pág. 186; y III pág. 307.

(74) Los padres Sandoval y Florez, creyeron que las piedras de san Pedro de Villanueva representaban la cacería y muerte del rey Fávila: yo despues de haberlas reconocido y copiado en 1782 tengo en ello alguna duda; porque tales representaciones son comunes y repetidas en otros edificios de aquel tiempo y posteriores; y no hay razon concluyente para atribuir la de Villanueva á persona y suceso determinado. Pero sea lo que fuese de esto, siempre servirán para confirmar lo dicho en el texto, pues que los artistas de entonces echándose á imitar cacerías en sus ornatos, representarian probablemente las que eran conocidas y usadas en su tiempo.

(75) Por no amontonar citas remitimos á los lectores á los apéndices del tom. 37 de la España Sagrada. Los ejemplos son tantos y tan repetidos en las donaciones de los reyes y señores de Asturias, que prueban que esta provincia estaba llena de aztoreras, gavilanceras y criaderos de estas aves. Si por otra parte reflexionamos en los nombres latino y griego (astur y astorgios), y en que la antigua palabra aztor parece derivada del primero, ¿ no podríamos inferir, ó que esta ave recibió su nombre del pais en que principalmente se criaba, ó acaso que se le dió? Decidan los etimologistas.

(76) Consérvanse aun en el pais en que escribo dos danzas que pueden confirmar lo dicho en el texto, conocidas por los nombres de danza de romeros y danza de espadas. El nombre de la primera, y la esclavina, bordon y calabaza con que se adornan sus danzantes, indican bastantemente su origen; y siendo bien conocido en la historia el tiempo en que empezaron y crecieron las peregrinaciones à San Salvador de Oviedo, tampoco parece dificil determinar su época. La de la segunda, que sin duda es de mas antiguo y noble orígen, puede inferirse de su forma. Todas sus mudanzas ó evoluciones terminan en una rueda en que los danzantes teniendo recíprocamente sus espadas por la punta y pomo, forman la figura de un escudo. Formada, sube en él el caporal ó guion de la danza, y alzado por

sus camaradas en alto, y vuelto en torno á las cuatro plagas principales del mundo, hace con su espada ciertos movimientos, como en desafio de los enemigos de su gente. Los que saben la fórmula de la elevacion de los reyes visigodos, poco trabajo tendrán en atinar con el origen, ó por lo menos con el tipo de esta danza.

(77) « La aficion á las armas y á las mujeres van siempre juntas: y es de notar que las naciones mas belicosas son tambien las mas enamoradas. Así que, la antigua fábula que representa á Marte enlazado con Venus no fué una invencion caprichosa, sino una bien fundada alegoria. » Aristóteles, Politic. lib. 2.

(78) Es muy notable acerca de esto la ley 20, tít. 5 de la part. 2, y muy digna de la sabiduría de su legislador. Véase.

(79) El libro de montería atribuido á este principe, y publicado por Gonzalo Argote de Molina, dará á quien la desee mas amplia idea de la antigua caza de monte; y aun el que quiera saber su forma y aparato, los hallará en las curiosas iluminaciones del antiguo manuscrito que conserva la cartuja de santa María de las Cuevas de Sevilla. Bien copiadas y grabadas servirian así á la historia de nuestros usos como á la de nuestras artes.

(80) Nada prueba mejor cuan comun se hizo entre nosotros este entretenimiento, que el cuidado con que se distinguian las aves de presa segun sus diferentes especies y familias. Además de los particu lares nombres de alcotan, alfaneque, azor, borny, ferre, gavilan, gerifalte, halcon, nebli, sacre etc., pueden verse en nuestro diccionario, bajo la palabra halcon, las muchas acepciones con que se señalaban la edad, doctrina, hábitos é inclinaciones de estas aves.

(81) El Arte de cetrería. Esta obra es del célebre canciller de Castilla Don Pedro Lopez de Ayala; y tiene por título : De la caza de las aves, é de sus plumages, é dolencias, é melesinamientos. Está dedicada á Don Gonzalo de Mena, obispo de Búrgos, y aun se conserva en manuscrito.

(82) Cuando mandaba facer muy honradas fiestas, é procesiones, mandaba facer justas, é torneos, é juegos de cañas, é daba armas, é caballos, é ricas ropas, é guarniciones á aquellos que estas cosas habian de facer. Cron. de Don Enrique III, part. 1, cap. 11.

(83) Don Pedro el Cruel fué herido en la mano derecha de una punta de espada en un toruco que celebró en Torrijos en 1353. Véase su Crónica.

(84) Las leyes que debian observar los combatientes, así en el torneo como en la justa, se hallarán á la larga en los apéndices 1 y 2.

(85) «Todo animal (dice Ferguson) se deleita en el ejercicio de sus fuerzas. Retozan con sus garras el lobo y el tigre: el caballo olvidando el pasto, da alguna vez su crin al viento para correr los anchos campos; y el novillo, y aun el inocente recental topan con las frentes antes de sentirlas armadas, como si se ensayasen para las luchas que les esperan. El hombre, no menos propenso á ellas, se complace tambien en el uso de sus facultades naturales, ora ejercitando su agudeza y elocuencia, ora su fuerza y destreza corporal contra un antagonista. Sus juegos son frecuentemente imágen de la guerra; en ellos derrama su sudor y su sangre; y mas de una vez sus fiestas y pasatiempos terminan con heridas y muertes. Nacido para vivir poco, parece que hasta sus diversiones le acercan al sepulcro.» (An Essay on the history of civil society, part. 1, sect. 4). Esta justa observacion hará mirar con menos estreñeza los pasatiempos de nuestros mayores. Sin duda que el abandono de los mas feroces se debe á los progresos de la civilizacion; pero miremos adelante, y veremos cuanto nos falta que andar en esta ilustre carrera.

(86) Crón. de Don Pedro Niño, part. 1. cap 7.

(87) En el libro de los Oficios de la casa de Castilla, que existe manuscrito en la biblioteca de San Lorenzo, y de que he formado un

estracto.

[ocr errors]

(88) «Alegrías y a... que fueron falladas para tomar home conorte en los cuidados, é en los pesares cuando los oviese: é estas son oir cantares, é sones de instrumentos, é jugar agedrez ó tablas, otros juegos semejantes de estos... é mas conviene esto á los reyes, etc.» Ley 21. tít. 5. part. 2.

(89) En las ordenanzas municipales de la villa de Carrion de los Condes, hechas en 1568, siendo su corregidor Mateo de Arévalo Sedeño, al tít. 1 de la procesion del Corpus, art. 7, se dice: «Otrosí es ordenanza, que en dicho dia en cada un año haya lo menos dos Autos, que sean de la sagrada Escritura, que se representen en dicha procesion, el uno en la media villa arriba, y el otro en la media villa abajo, en el lugar donde le pareciere á la justicia y regimiento; y mas las danzas que cada un oficio quisiesen sacar y hacer, como lo han usado otros de fuera aparie; y que por lo menos haya así mismo dos danzas; lo cual todo se haga con mucha honestidad, como en

« AnteriorContinuar »