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de concrecion ó dureza, hasta acercarse al de piedra, siempre echada en pequeñas capas ó tongadas, aunque muy rota y resquebrajada. El que quiera observarla en estos diferentes estados, vea con atencion la cortadura del camino á la derecha del mismo sitio de Aguas dulces, un poco mas adelante de la ya dicha cascada.

4. Bajo esta costra se ve por todas partes una tongada de piedrezuelas, ya incrustadas en lo interior de su superficie en forma de pudinga, ya mezclada con tierras que parecen de la misma sustancia. La de estas piedras es diferente, así como sus formas, colores y tamaños por la mayor parte son angulosas, aunque hay puntos en que predominan las obtusas ó rodadas : haylas pequeñas, medianas y muy grandes; haylas blancas, jaldes, plomadas, azuladas y negras ; las hay en fin de un blanco muy subido y de grano finísimo, aunque estas por la mayor parte son mas bien una tierra concreta y parecida á la que llaman tierra de pipa. Finalmente se ven tambien envueltos en esta costra grandes trozos de roca compuesta; pero con la singularidad de que entre las piedrezuelas que entraron en su composicion, se ven algunas que son pedazos de otra roca tambien compuesta, y por consiguiente mucho mas antigua. Este raro fenómeno se ve en el camino que va por el extremo meridional del cerro hacia Bonanova.

5. Por bajo de esta costra y primera capa empiezan las tongadas terrizas, ó mas bien cenicientas, pues que su grano es finísimo, aunque con mezcla de otros mas groseros, y además se distinguen por su color y diferentes grados de concrecion; siendo de notar que entre todas ellas se suelen encontrar muchas piedras de las arriba indicadas, ya sueltas en sus diferentes capas, y ya en grandes grupos ó filones que las cortan en diferentes sentidos. Determinar la naturaleza de estas tierras ó cenizas toca solo á los mineralogistas y químicos. Básame decir que ni bien pertenecen separadamente á las siliceas ni á las aluminosas; pero que estas dos sustancias las componen principalmente, predominando en ellas ya los granos arenosos, y ya los calizos.

6. Estas capas ó tongadas preceden y siguen á las de las grandes conchas; pero luego suceden las del marés, ya puro, ya con mezcla de las piedras arriba citadas, que aparecen esparcidas horizontalmente, ó salpicadas sin órden alguno por lo interior de su masa. Algunas de estas tongadas, aunque interrumpidas por otras de diferentes sus

tancias, se van sucediendo hasta lo mas bajo del cerro, y aun en las peñas de la orilla del mar se ven las mismas sustancias del marés, tan puro, que sirve de cantera para las obras, como se puede ver actualmente en Cala mayor. Con todo, en algunos otros puntos de la orilla, la peña parece de la misma sustancia que la superficie del

cerro.

7. Como he dicho que en la costra superficial de este habia algunas señales de fusion, es de mi cargo indicarlas. 1.o La materia de esta costra es la mayor parte lisa, finamente unida, acomodada á la forma de las materias que cubre, y siguiendo siempre la direccion del cerro. A la simple vista aparece como si su masa, antes líquida y espesa, hubiese fluido desde la altura en grandes ondas segun la inclinacion del terreno, envolviendo en sí, ó arrastrando consigo las materias que contenia ó que encontraba, y cuajándose y deteniéndolas al paso que descendia. 2.° Pero en algunos puntos de la superficie tiene la forma escoriosa, y aparece como una espuma espesa y cuajada, llena de ampollas y huequedades. Su materia entonces es, ó puramente arenosa, y cual la del marés, ó con mezcla de varias sustancias, y aun de piedrezuelas. Tiene tambien forma escoriosa la que envuelve los mariscos petrificados, ó sus impresiones, aunque en la sustancia de su matriz predominan al parecer las materias calizas. 3. En otros puntos, y por las alturas vecinas del cerro, se descubren sobre la superficie otras impresiones al parecer formadas por las aguas, como si hallándose en materia á medio cuajar las hubiese recibido desde lo alto, ya en fuertes chorros, ya en lluvia de fuertes gotas, y corrido despues sobre ella marcando las huellas de los diferentes hilos y regueros por donde la inclinacion del terreno la obligaba á colar y dividirse. El que guste de hacer esta observacion, que me parece muy curiosa, podrá seguir el camino que baja desde el predio de sa Cova á los de son Llodra, y son Toells.

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Pero observé mas particularmente la garganta que desde el valle de son Berga abre la entrada al camino que traen los leñadores del monte de Bendinat. Alli las grandes masas de piedra que están sobre el fondo de la cañada, y al N. de ella, se presentan profundamente aserradas y cortadas, como si grandes chorros de agua ó de otro líquido hubiesen caido repentinamente sobre ellas, hallándose su masa en estado de coagulacion, y abriendo en su superficie diferentes canalejos para seguir hasta el fondo: lo cual es tanto mas notable,

cuanto la materia de esta piedra es por la mayor parte caliza, y sin que por eso indique diferente orígen; pues que envolviendo tambien en si piedras de diferentes formas y sustancias, y algunas de roca compuesta, no parece probable que hayan tenido el origen primitivo que Bufon y otros señalan á las materias calizas.

8. Por último debo advertir, que las observaciones que llevo hechas sobre la costra ó superficie del cerro, son aplicables en general á todo el terreno que corre fuera de él por el O. hasta la dicha entrada del camino de Bendinat, y á igual latitud del que va á Calviá, donde empieza ya la peña caliza; pero á la del N. hasta mas de tres cuartos de legua del castillo.

Me guardaré yo bien de sacar consecuencias de estas observaciones, así porque desconfio de mis cortos conocimientos en la materia, como porque las creo insuficientes no solo para formar un sistema, mas ni aun una simple hipótesi. Pero sí las cerraré con una observacion, que tal vez es nueva, y que á V. como á mí parecerá mas importante.

9.a Sépase V. que en esta disposicion de la superficie de tan vasto terreno, libró la misericordiosa providencia de Dios el bienestar de sus moradores y la felicidad del terreno sobre que vierten su sudor. Yo me explicaré: 1.o Esta costra de piedra se levanta y remueve con suma facilidad por su corto espesor y poca dureza. 2.o Debajo de ella se halla un terreno, no solo capaz de cultivo, sino muy fértil, y aunque muy pedregoso, esto mismo es una ventaja, pues que las piedras en un suelo que no recibe mas agua que la del cielo, sirven para conservar la frescura y jugos de la tierra. 3.o Esta misma piedra sacada de la superficie, es muy propia por su poco peso para levantar paredones, formar bancales, establecer el cultivo, que sin ellos seria impracticable por la inclinacion de los terrenos; y sirve tambien para hacer las cercas, sin las cuales ninguna propiedad seria completa ni segura en un suelo que no solo se labra, sino que está cubierto de árboles frutales. 4.o Estos árboles, ó son indígenas del suelo, y nacen espontáneamente en él, penetrando por las hendiduras de su costra, como sucede con los acebuches y algarrobos, en que el hombre no ha menester ni pone mas industria que la de limpiarlos, guiarlos é ingertarlos; ó son de plantío, como la higuera y el almendro, y entonces bástale abrir un hoyo en la superficie, poner el árbol, cubrirle, y cátale asegurado.

Si en lo demas, que dejo antes observado cabe mucho de ilusion, por lo menos no cabe alguna en esto último, porque debe saber V. que todo el terreno de que hablo, no solo está cultivado, y produciendo anualmente habas, trigo y cabada, sino lleno de olivos, algarrobos, almendros é higueras que dan copiosos frutos sin perjuicio de los sem brados, y esto sin que tenga otra gota de agua que las que le caen del cielo. Sin reprobar, pues, el estudio de su historia y naturaleza, admiremos como nuestro buen Dios, de las revoluciones mismas que parecen mas destructivas y horrendas, sabe sacar nuevas ventajas en beneficio del género humano.

(11) Pan-caritat. Como este nombre es tan ageno de su significado, puso alerta mi curiosidad, siempre propensa á subir por el origen de las palabras al conocimiento de las cosas. Meditando, pues, sobre él, sospeché que la costumbre á que se refiere podia ser un resto de aquellos con vites religiosos que los antiguos cristianos, para estrechar su mutua caridad, celebraban con el nombre de agapes despues de recibido el Pan Eucarístico, pareciéndome muy verosímil que esta ocasion se ejercitase mas particularmente la caridad, distribuyendo pan á los amigos ó menesterosos.

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Pero habiendo oido despues que el caballero Fournas, capitan del regimiento infantería de Borbon, opinaba que esta costumbre podia venir de las charistías de que habla Valerio Máximo (lib. 2, cap. 1), examiné con mayor cuidado la materia, y me persuadí que la opinion de este erudito era mas acertada y digna de adaptarse por las siguientes razones:

1. El texto de Valerio dice: «Instituyeron tambien los antiguos un convite solemne, con nombre de charistía, al cual solo asistian los parientes y allegados, para que si entre ellos se hubiesen suscitado algunos resentimientos, se concordasen en medio de las piadosas ceremonias de la mesa, y con la mediacion de tan buenos conciliadores. » Hasta aquí va conforme con la romana la costumbre mallorquina, pues que el pan-caritat es un convite de familia, á que no asisten sino los que pertenecen á ella por parentesco, ó por muy estrecha amistad.

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2. Pero un pasaje de Ovidio (lib. 2 de los Fastos) confirma tambien esta idea. Dice así:

Proxima cognati dixere charistia cari,

Et venit ad socias turba propinqua dapes.

Se ve por él que el nombre de charistía ó caristia (pues de uno y otro modo se halla escrito en antiguos manuscritos) significaba caridad, solo en el sentido de aficion ó cariño, y aun la palabra griega charistos de donde se derivó, significa obsequio, agasajo, generosidad, nacidos del mismo principio; y este es precisamente el sentido que tiene esta palabra en pan-caritat esto es, pan ó convite de ca

riño.

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3. Estos convites se celebraban el 8 de las kalendas de marzo ( ó 25 de abril), segun el calendario de Constantino, que por lo mismo llama á este dia dies epularum. Y aunque los de Mallorca no convienen en el dia, convienen á lo menos en la estacion, pues se celebran por Pascua de Resurreccion. Y el no tener dia señalado paréceme á mí que nace de la interposicion de la cuaresma, que es tiempo poco á propósito para tales fiestas.

4.a Paréceme tambien que se puede aplicar al pan-caritat una reflexion de Ovidio sobre las caristías, y es que las hacia mas agradables en Roma la circunstancia de suceder á ciertas ceremonias funerales :

Scilicet à tumulis, et qui periere propinquis,
Protinus ad vivos ora referre juvat.

¿No se podrá decir tambien que el salir de un tiempo de tristeza y penitencia, cual es la cuaresma, realza considerablemente la alegría del pan-caritat en Mallorca? El hecho responde.

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5. Es preciso ocurrir al reparo que alguno tendrá en que esta costumbre venga de tan alto origen, y que desde la dominacion romana haya podido pasar hasta nosotros por medio de la de los Godos y Arabes, y á pesar de tanta diferencia de genios, usos y ritos. A esto diré, que ya se suponga el cristianismo introducido en Mallorca bajo la dominacion romana, como es muy probable, ó que le introdujesen los Godos, no repugna que esta costumbre, así como otras muchas, modificada, y por decirlo así, cristianizada, se hubiese conservado aquí. Y diré tambien que de ningun modo repugna que la adoptasen los Arabes, porque la historia acredita que todo pueblo vencedor, establecido en sus conquistas, adopta fácilmente las cos

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