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En un memorial de agravios que él y los de su convento enviaron. á Roma, refiere este Escalante de la manera más cómica y divertida del mundo las angustias de su prision y atropello: «Echáronme sus criados del púlpito abajo, quitáronme el hábito, rompiéronme la cinta, rompiéronme la saya ó túnica, truxiéronme delante todo el pueblo por espacio de media hora por la Iglesia Mayor, dándome muchos golpes, llamándome muchas infamias y luterano; lleváronme preso el Provisor y criados del Obispo, asido de piés y manos, como si fuera muerto; tendiéronme en un corredor: manda el Provisor cerrar las puertas: díceme allá á solas grandes injurias, manda traer unos grillos, métenme en un cerrado estrecho..... cierran por defuera muy bien; consultan fuera no sé qué; quedo con temor que me pornán la vida en peligro: era tanta la fatiga que tenia que por muy gran espacio no podia alcanzar huelgo..... Con el temor que me matarian, quité los grillos, salté por una ventana sobre un tejado, sin capa y sin zapatos y sin cintas: la ventana estaba del suelo en alto, diez ó doce brazas poco más ó ménos: vióme gente mucha sobre el tejado; concurrieron dando voces no me echase del tejado abajo: quité las tejas y techumbre é hice un agujero: bajéme á un desvan, salí ansí por la puerta, vino mucha gente conmigo, acompañándome y guardándome no me tornasen á coger la gente del Obispo..... Lloraban de compasion de ver tan mal tratamiento» etc.

Despues de estas ridículas angustias, contadas por el paciente no sin rapidez y gracia, ocurre preguntar: ¿seria Fr. Diego de Escalante luterano de veras? Pero el no haber tenido consecuencias el negocio, y la sencillez y buena fé con que todo su memorial está escrito, me persuaden de lo contrario. Indudablemente lo de luterano fué una frase pronunciada por el Obispo en momentos de indignacion, y que no ha de tomarse como suena. La verdad es que los Dominicos de Oviedo y el Obispo, cada cual por su parte, eran cizañeros y litigantes eternos. ¡Más de cien pleitos! dice el memorial que tenian.

Del otro lado de los mares, en las regiones americanas, llegó algun venticello de Protestantismo con los mercaderes y piratas extranjeros, pero sin consecuencia notable. En el primer auto de fé celebrado en Méjico en 1514, fueron relajados al brazo secular un francés. y un inglés por impenitentes; y entre los penitenciados hay algunos por sospechas de Luteranismo '.

I Se estableció aquel tribunal en 18 de Agosto de 1570. Vid. Crónica de la Provincia de San Diego de Méjico, por Fr. Baltasar de Medina (Madrid, 1682), y Llorente, tomo IV, págs. 158 у 159.

Rara avis in terra era un protestante en el siglo XVII. Por eso debo hacer especial mencion del auto de Madrid de 21 de Enero de 1624, en que fué relajado un cierto Ferrer, franciscano catalan (de linaje judáico por parte de madre), dos veces expulso de su Órden, y hereje calvinista, que en un rapto de diabólico furor habia arrancado la hóstia consagrada de manos de un sacerdote que decia misa, y héchola pedazos. Fué quemado vivo cerca de la puerta de Alcalá. La concurrencia al auto fué grande, y presidió á los familiares Lope de Vega. Hiciéronse muchas procesiones, novenas y funciones de desagravios 1.

I Vid. Leon Pinelo, Anales de Madrid (Biblioteca Nacional, G-55, Manuscritos), y Pellicer. Origen de la comedia y del histrionismo (Madrid, 1804), tomo I, págs. 104 y 105.

CAPÍTULO X

PROTESTANTES ESPAÑOLES FUERA DE ESPAÑA
EN LOS SIGLOS XVI y XVII

I. Vicisitudes de los fugitivos de Sevilla.-II. El Dr. Juan Perez de Pineda. Sus traducciones del Nuevo Testamento y de los Psalmos. Su Catecismo. Su Epistola Consolatoria.-III. Casiodoro de Reina. Su vida. Sus cartas. Su traduccion de la Biblia.-IV. Reinaldo Gonzalez Montano, nombre ó pseudónimo del autor de las Artes Inquisitoriales.-V. Antonio del Corro. Su carta al rey de España. Idem á Casiodoro de Reina. Polémica de Corro con el Consistorio de la Iglesia francesa de Londres. Otras obras suyas.-VI. Cipriano de Valera. Sus traducciones biblicas. Sus libelos y obras de propaganda.-VII. Adrian Sarávia, clérigo de la Iglesia anglicana. Sus obras sobre la potestad de los Obispos.-VIII. Juan Nicolás Sacharles. ¿Es persona real ó ficticia? Su autobiografia.-IX. Fernando de Tejeda. El Carrascon.-X. Melchor Roman y Ferrer.-XI. Aventrot. Su propaganda en España. Es quemado en un auto de fé.-XII. Montealegre. Su Lutherus Vindicatus.-XIII. Miguel de Montserrate. ¿Fué ó no protestante? Sus obras.-XIV. Jáime Salgado. Sus librillos contra los fráiles, el Papa y la Inquisicion.-XV. El jesuita Mena.-XVI. Juan Ferreira de Almeida, traductor portugués de la Sagrada Escritura.-XVII. Noticia de várias obras anónimas ó pseudónimas dadas á luz por protestantes españoles de los siglos XVI y XVII.—XVIII. ¿Fué protestante el intérprete Juan de Luna, continuador del Lazarillo de Tormes?

I.-VICISITUDES DE LOS FUGITIVOS DE SEVILLA

o tenemos noticia de que llegase á escapar uno sólo de los luteranos de Valladolid; pero algunos de los de Sevilla, más prevenidos ó más cáutos, buscaron asilo, con tiempo, en Suiza, en Alemania y en Inglaterra, y desde allí escribieron traducciones de la Biblia, opúsculos de propaganda, cartas, protestas y libelos de toda especie: literatura curiosa, aunque no muy variada

ni rica. Daremos cuenta, primero, de las vicisitudes comunes á la mayor parte de estos refugiados, para entrar despues en las noticias. biográficas de cada uno.

Parece que nuestros emigrados (monjes jerónimos en su mayor parte) escogieron al principio la residencia de Alemania. Todos los años llevaban á la féria de Francfort sus libros, y los más audaces llegaban á Flándes con algunas cajas, para remitirlas á España.

Los protestantes que aquí quedaron, particularmente en Andalucía, costeaban los gastos de las ediciones, y Pedro Bellero, Esteelsio y otros libreros de Amberes, servian de intermedios para este contrabando. Los libros venian en toneles desde Francfort, y llegaron á venderse, más ó ménos encubiertamente, en la féria de Medina del Campo y en Sevilla, donde tenia sucursales Pedro Vilman, librero antuerpiense. En un memorial presentado á los inquisidores por el Arzobispo Carranza hay curiosas noticias sobre este punto 1:

«Item dixo que Cosme el cordonero, que vive en Amberes, en la calle de la Balsa, que sale á la Mera, tiene un primo hereje, que va y viene de Alemania. Éste corrompió en la religion á Francisco de San Roman, que fué quemado en Valladolid, é á Francisco de Avila, mercader, que se ha alzado en Amberes dos ó tres veces..... El Cosme tiene un hermano en Málaga, que trata allí y en Granada: á éste quedan sus mercaderías y sus libros.»

Mandó Felipe II al alcalde D. Francisco de Castilla que hiciese prender á Ávila y á Cosme; pero no pudiendo hacerlo en Amberes, por respeto á los fueros de la ciudad, concertó el alcalde con Diego de Ayala, mercader español, que los hiciese salir de la ciudad á sitio donde impunemente pudiera hacerse la prision. Acaecia esto en 1558.

La introduccion de los libros se hacia por Bearne y tierras de Vendome. Todo esto y los nombres de los autores, y cuanto se referia al colportage, descubriólo el famoso agustino Fr. Lorenzo de Villavicencio, que desde Brujas, donde predicaba, fué disfrazado á la féria de Francfort, y conoció allí de visu á Antonio del Corro y á Diego de Santa Cruz, que dirigian la empresa.

En 1563, algunos de estos protestantes, entre ellos Casiodoro de Reina, pasaron á Inglaterra, buscando el amparo de la reina Isabel, á quien servian de espías. Súpolo Felipe II, por aviso de su embajador Cuadra, y en 15 de Agosto le escribió: «He visto lo que me de

1 Documentos Inéditos, pág. 528 del tomo V.

1

cís que ha ido ahí un D. Francisco Zapata con su mujer, y porque holgaria mucho que se pudiese hallar algun remedio para sacar de ahí al dicho D. Francisco Zapata y al Casiodoro: os encargo mucho que mireis sobre ello y me aviseis de la órden que se podia tener para sacarlos de ahí y traerlos á estas partes, ó qué se podrá hacer para remediar el daño que ahí hacen, y esto sea con toda brevedad, que en ello me servireis mucho» 1.

Pensionado por la reina con 60 libras, Casiodoro estableció en Londres una capilla, en que predicaba á los españoles herejes que en Lóndres habia; pero esto duró pocos meses. En 5 de Octubre del mismo año (1563) avisa Diego Perez, secretario del emperador, que la pension y la capilla habian cesado, sin duda porque la reina no queria aún herir de frente al monarca español dando amparo y proteccion á súbditos suyos foragidos y rebeldes.

Lo cierto es que el embajador Gomez de Silva escribia dos años despues, en 26 de Abril de 1565: «Este conventículo que habia aquí de españoles herejes se va acabando. Un Gaspar Zapata, que entiendo fué secretario ó criado del duque de Alcalá, hombre hábil y de buen ingénio, esperaba del Santo Oficio recaudo ó seguridad para volver á ese reino: he procurado que salga de aquí con su casa y mujer, y ha ido á Flandes, con salvo-conducto de la duquesa de Parma, hasta que venga recaudo de ese reino, y con tan buen conoscimiento que me deja en mucha satisfaccion, y su mujer le ha dado buena priessa, que estoy informado que jamás se ha podido acabar con ella que se juntasse en los oficios destos. Éste estuvo con el Almirante y Conde en la guerra pasada, y casóse allí con esta española, natural de Zaragoza, que estaba con madame Vandome. Entiendo que seria más servido N. S. y V. Md. que los españoles que desta manera andan perdidos se redujesen, y áun honor de la nacion, porque hacen más caudal en cualquiera parte de un hereje español para defenderse con él, que de 10,000 que no lo sean, y esta es persona con quien se ha tenido cuenta, y si se tracta bien, espero que á su ejemplo se han de reducir los más dellos, que segun los males destos herejes, más debe tener á algunos el miedo que el no conoscer la verdad. El du

I Documento de Simancas, que me comunicó en copia D. Adolfo de Castro. Hallase la pri mera noticia de él en los Apuntamientos para la historia del Rey D. Felipe II de España por la tocante á sus relaciones con la Reina Isabel de Inglaterra, desde el año 1558 hasta el de 1576 (pág. 53); trabajo del archivero D. Tomás Gonzalez, inserto en el tomo VII de Memorias de la Academia de la Historia.

2 Documento de Simancas, copiado por D. Adolfo de Castro, que me comunicó generosa-. mente los materiales que reunia para la segunda edicion de su Historia de los Protestantes españoles. Tambien puede verse en los Documentos Inéditos, tomo III.

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