Poesías de D. Luis de Gongora y Argote

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en la Imprenta Nacional, 1820 - 179 páginas
 

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Página 3 - ... goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lilio, clavel, cristal luciente, no sólo en plata o viola troncada se vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Página 104 - No me aprovecharon, madre, las hierbas"; y yo de papel haré una librea teñida con moras porque bien parezca, y una caperuza con muchas almenas; pondré por penacho las dos plumas negras del rabo del gallo, que acullá en la huerta anaranjeamos las Carnestolendas...
Página 66 - Del cuello pendiente ella, viéndole tomar la espada, con lágrimas y suspiros le dice aquestas palabras: — Salid al campo, señor, bañen mis ojos la cama; que ella me será también sin vos, campo de batalla.
Página 66 - Bien podéis salir desnudo, pues mi llanto no os ablanda; que tenéis de acero el pecho, y no habéis menester armas." Viendo el español brioso cuánto le detiene y habla, le dice así: "Mi señora, tan dulce como enojada, "porque con honra y Amor yo me quede, cumpla y vaya, vaya a los moros el cuerpo, y quede con vos el alma. "Concededme, dueño mío, licencia para que salga al rebato en vuestro nombre, y en vuestro nombre combata.
Página 5 - Raya, dorado Sol, orna y colora del alto monte la lozana cumbre, sigue con agradable mansedumbre el rojo paso de la blanca...
Página 23 - Mayo • y al cielo las estrellas rayo á rayo. Injuria es de las gentes que de una tortolilla Amor tenga mancilla, y que de un tierno amante escuche sordo el ruego y mire el daño ciego Al fin es dios alado y plumas no son malas para lisonjear á un dios con alas.
Página 14 - ROSA Ayer naciste, y morirás mañana. ¿Para tan breve ser, quién te dio vida? ¿para vivir tan poco estás lucida, y para no ser nada estás lozana?
Página 2 - Júpiter ministra el garzón de Ida, amantes, no toquéis si queréis vida, porque entre un labio y otro colorado amor está de su veneno armado cual entre flor y flor sierpe escondida. No os engañen las rosas que a la aurora diréis que, aljofaradas y olorosas, se le cayeron del purpúreo seno; manzanas son de Tántalo y no rosas, que después huyen del que incitan ahora y sólo del amor queda el veneno.
Página 64 - Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel. Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues lo buscas; ciego, pues no te ve; ingrato, pues te enoja, y confiado, pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuguen esperanzas lo que lloras por él ; que celos entre aquellos que se han querido bien, hoy son flores azules, mañana...
Página 6 - Rey de los otros, río caudaloso, que en fama claro, en ondas cristalino, tosca guirnalda de robusto pino ciñe tu frente y tu cabello undoso. Pues dejando tu nido cavernoso de Segura en el monte más vecino por el suelo andaluz tu real camino tuerces soberbio, raudo y espumoso. A mí, que de tus fértiles orillas piso, aunque ilustremente enamorado, tu noble arena con humilde planta, dime si entre las rubias pastorcillas...

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